martes, 20 de octubre de 2009

Boca a boca es el correo del pueblo



Ante las expectativas (e interrogantes) que se han generado respecto al plebiscito sobre la Ley de Caducidad, recorre en el pensar de muchos militantes que posiblemente no se llegue a los votos necesarios para su Anulación. Cabe tener en cuenta que muchos de esos datos surgen de las empresas encuestadoras, las cuáles además de tener un margen de error considerable, también tienen un ímplicito político, y se han convertido en una especie de "futurama" sobre el destino de los diversos fenómenos políticos. Más allá de esto, es cierto que hay una gran falta de información y motivación respecto a la campaña por la anulación. Los candidatos políticos ni hablan, y es vergonzoso que un gobierno que representa la fuerza política que en sus entrañas tiene muchos muertos, desaparecidos, torturados, no haya anulado con sus mayorías parlamentarias esta infame e inhumana ley. Ahora, más allá de este panorama algo nubarroso, también cabe la esperanza, el desafío, la conciencia, la memoria puesta en todos los que no están, en los familiares, en la Tota Quinteros, en los torturados, en los niños que se reencuentran poco a poco con su identidad. Ante el sentimiento y la indignación; Conciencia y Militancia. Por eso salimos con un compañero, volante y papeleta en mano, a la vieja militancia. Ayer subimos a los ómnibus, explicando, concientizando.

La respuesta fue muy positiva: en apenas 2hrs de militancia llegamos a más de 300 personas en aproximadamente 9 ómnibus. En algunos, aplaudidos y alentados por el sentimiento de la gente, con "hay que salir a hacer esto", con conductores preguntándonos desde cuándo estábamos con esta movida. Divididos en artículos sobre la Ley misma y en testimonios, como este fragmento:

"Están tirados en el piso, o recostados contra las paredes húmedas, como objetos inertes. Son unos veinte adolescentes, siete mujeres, quizás trece varones, todos menores de edad. Están desnudos. La única prenda es una venda en los ojos, que puede ser una tela oscura, o una bufanda. El lugar es espacioso, probablemente un sótano. Hay escaleras hacia lo que sería la planta baja, y otras escaleras que llevan a un piso superior, a las habitaciones donde están las cadenas, los caballetes, el tacho, la cama con resortes metálicos, la picana. En el sótano se pueden oír los llantos y los gemidos de dolor de los cuerpos cercanos, y también los gritos desgarradores -ecos de sus propios gritos- que vienen de los pisos superiores, de otras victimas que están siendo torturadas, que no verán, que no conocerán, y es posible imaginar que permanecerán tirados en algún otro lugar del edificio, con sus cuerpos lacerados, temblando de frío y de miedo, en espera de lo único previsible, la próxima sesión de tortura.".

Artículo de Samuel Blixen, acerca de testimonios de adolescentes torturados, entre otros, por el hoy procesado -y en cárcel de lujo- Pajarito Silveira.

AHORA VERDAD JUSTICIA Y NUNCA MÁS TERRORISMO DE ESTADO

Fabrizio Beorchia




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