viernes, 28 de mayo de 2010

En la hora de Autocríticas & críticas


Asamblea Popular: ¿La Hora De La Autocrítica?
William Yohai



Yo voté la AP. En octubre y en mayo. Hasta octubre milité bastante activamente, y aporté los recursos materiales a mi alcance.

En el modesto programa de radio que participo (RESONANDO en Fénix, lunes 21 horas) manifesté públicamente mi intención de volver a votar AP.

A pesar de todo ello, ya antes de octubre comencé a notar cosas que no me gustaron; ni un poquito.

1) Con motivo de la incorporación, a último momento de Helios Sarthou a la fórmula electoral, se aprobó un programa, ¿la propuesta urgente?, que se apartaba, esencialmente por omisión de varios puntos principales del programa de AP

Programa que había sido resuelto por asamblea de 400 participantes, después de activa discusión.

Aclaremos, "la propuesta urgente""fue resuelta en un ¿coordinador? de unas 6 personas.

2) El discurso de AP era, por un lado dirigido a la militancia y votantes frenteamplistas; pero el mismo se acompañaba de una crítica demoledora al FA. Con sólidos argumentos, es cierto; pero con una agresividad que en los hechos se contradecía con el proclamado "público- objetivo".

Nosotros elaboramos una sentencia, medio en broma: -"cuando alguien que se acaba de separar de su pareja habla (mal) todo el tiempo de ésta, uno piensa que en realidad quiere volver con ella -".

No es que crea que esa es la situación de AP, pero hay cosas que me hacían ver, por momentos una fuerte influencia, en los métodos organizativos y el funcionamiento, reminiscencias del FA.

3) Los candidatos, después de la incorporación del Dr. Sarthou, tenían un promedio de más de 70 años. Todo en una fuerza política "joven"

ACLARACIÓN IMPRESCINDIBLE: de ninguna forma esto supone desmerecimiento alguno hacia las personas involucradas.

De todas formas, para cualquier persona participar en un proceso electoral como candidato a la Presidencia de la República, la Vicepresidencia o el senado, en primer lugar, es una formidable experiencia. Por tanto, se hace necesario que dicha experiencia la reciba alguien que tendrá muchos años por delante para utilizarla.

Y por supuesto, la edad no define a una persona, ni en su ideología ni en su capacidad, pero mal se puede atraer el voto joven con candidatos mayores, especialmente si no se cuenta con alguien con un carisma formidable, como puede ser Mujica.

4) Después de octubre, se niega el hecho de que la elección había sido, para cualquier observador objetivo, desde el punto de vista de la AP, un fracaso.

El 26 M y la CI habían obtenido en 2004 más de 40 mil votos. Bajar a 16 mil, aun considerando, como se evaluó, que había habido una polarización Mujica-Lacalle que disminuía las posibilidades de AP.

No hubo mayor intento autocrítico, más bien se apeló a un marcado autobombo, hablando de ¿éxito?

¿Se puede construir algo de esta forma?

5) Todos estos planteos los hicimos, con absoluta claridad en un Coordinador al que fuimos invitados después de octubre. Ni que decir tiene, 0 bola.

6) Se resuelve, por el Coordinador, también, llamar públicamente al voto en blanco, haciendo propaganda activa con los escasos recursos disponibles, por éste. Tampoco se llama a la asamblea general de AP
¿Para qué? Los sabios están ¿coordinando? Y SABEN.

Por supuesto, siempre hay "pretextos organizativos" .tiempos políticos, etc.

7) Como era previsible, el voto nulo-blanco fue "escaso "otro fracaso; también proclamado como "victoria".

8) Y también se resuelve, otra vez en el coordinador, aunque se hizo, después que éste había tomado resolución, una asamblea general, participar en las municipales. ¿Tiene sentido participar en elecciones en las cuales no se tiene (en octubre había una razonable expectativa de obtener algún parlamentario) esperanza alguna de obtener cargos, aunque sea un modesto edil?

¿Invertir en ello los escasísimos recursos disponibles, humanos y materiales para hacer propaganda electoral?

A esas alturas, manifestamos nuestra discrepancia con algún miembro destacado de AP a nivel personal, conscientes que "la senda estaba trazada"...y conducía a un nuevo fracaso.

Porque entendámonos, si uno se somete a una prueba estrictamente cuantitativa, como son las elecciones, no tiene otro camino que evaluar el resultado de acuerdo a los números. Igual hacen ahora los integrantes más lúcidos del FA.

9) los 14 mil y pico de votos de mayo constituyen un claro fracaso. Y hay que decirlo con todas las letras. La AP no logra captar, en términos netos, ni uno solo de los más de 150 mil votos en blanco en Montevideo.

10) Otra vez, se insiste en candidatos, o con 0 carisma (Eduardo Rubio) o, también con escaso carisma y además "mayores "como Milton Franco en Canelones.

Otra vez, sin desmerecer para nada a ambas personas. Nos consta que en otros departamentos se eligieron personas a primera vista interesantes, pero, la escasez de recursos o otras causas que desconozco impidieron logra algún resultado importante.

La oportunidad de apostar al voto en blanco-nulo era, sin duda ahora.

Cualquiera se equivoca en esta vida. ¿Pero tantas veces al hilo?

Y nunca se reconocen los errores.

Por este camino la cosa no va. Se acabó hace mucho tiempo la disposición de la gente a militar y jugarse en lugares donde no participa y decide. Valdría la pena que algunos leyeran el artículo que publica hoy en contratapa del pasquín oficialista, Constanza Moreira (POR UNA POLÍTICA ANTI MAQUIAVÉLICA, La República, 24/5) Sobre estos temas. Está referido, por supuesto, al FA. Pero ese sayo le cabe a unos cuantos, que abandonaron dicha fuerza política pero siguen actuando según los mismos moldes.


La Posta Porteñ@

POR UNA POLITICA ANTIMAQUIAVELICA

Constanza Moreira |*|
La República, 24 de mayo de 2010

Reza una antigua fábula de la mitología griega que los dioses encomendaron a Epimeteo que distribuyera entre los seres vivos, las cualidades necesarias de modo conveniente para que pudieran existir. Epimeteo tomó la iniciativa y dotó a unos animales de fuerza, a otros de velocidad y a otros de fecundidad; de manera tal que todas las especies pudieran sobrevivir. Pero agotó todas las posibilidades y quedaba la especie humana. Prometeo, el amigo del hombre, robó entonces el fuego, y también las artes y las ciencias. El hombre fue entonces equipado con las cualidades divinas, e inventó la religión, el lenguaje, el cultivo, y la ciencia. Pero Prometeo no había tenido tiempo de robar la política, propiedad de Zeus, y sin ella los hombres no podían vivir juntos y se despedazaban mutuamente. Zeus se compadeció entonces de la raza humana y le encargó a Hermes que le proporcionara la justicia. Debía hacerlo no según la división del trabajo como las demás artes, sino a todos y a cada uno por igual. Así, en las artes y las ciencias se recurre a los especialistas, pero en la justicia, y en la virtud política, todos participan, y pueden opinar libremente sobre lo justo y lo injusto (del Diálogo platónico Protágoras).

La política, esa red entre los hombres que nos une y nos transforma en una sociedad humana, está basada en una virtud que nos es común, y que todos tenemos: el sentido de justicia. Eso es lo que hace a la política connatural a la especie humana: el estar basada en una virtud que todos tenemos por igual.

La forma de entender la política que predomina hoy, y desde hace ya cinco siglos, refleja poco y mal su mito originario. La idea de que la política es el manejo del poder, y que un buen político se caracteriza ante todo, por conquistar poder y conservarlo, es de esencia maquiaveliana.

La forma en que se practica la política hoy, en todas las tiendas, tiene mucho de conquistar el poder y conservarlo, independientemente de fines ulteriores. Estos fines ulteriores, como la "ideología" o las ideas, parecerían poder ser enteramente separados de la práctica concreta de la conquista y la conservación del poder, como si pertenecieran a especies distintas. Los "copamientos" de las asambleas, la forma en que maniobramos la voluntad de los muchos para imponer nuestros propios criterios y reglas, o las manipulaciones de la información y el "secretismo", son prácticas maquiavélicas corrientes, aún en la izquierda. Tan corrientes que alguien podría decirme: ¿y qué? Por eso, a menudo ya no requieren justificación alguna, sino que aparecen como una exhibición de la "inteligencia" política.

Así, aunque mantenemos el ideal de una democracia participativa, en nuestra práctica diaria distamos de invocarla todos los días, y nos movemos, animales maquiavélicos al fin, tratando de imponerle a la gente nuestro punto de vista. Algo de esto se mostró en las pasadas elecciones municipales, y ello abarca no sólo a la elección de candidatos (y no sólo en Montevideo), sino a la aprobación de una ley electoral (la que creó las alcaldías), sin que la población estuviera muy enterada de su conveniencia, de su utilidad, o de su oportunidad.

También hemos desarrollado otras concepciones maquiavélicas, como la de la "popularidad" de los gobernantes (tema que preocupaba mucho a Maquiavelo, firmemente convencido de que la gente ve las apariencias, pero nunca la realidad), y de la docilidad de la gente, que estando tan lejos del poder, nunca entiende lo que pasa, pero siempre termina obedeciendo.

La política, según Maquiavelo, es un "mix" entre armas y palabras. Las palabras sin las armas, no valen de nada. El consentimiento de los pueblos es lábil, como la voluntad de los hombres. Se transforma en obediencia, si existe el temor a la violencia. Porque la virtud de los pueblos sería obedecer y la de los príncipes mandar. Por eso la verdadera eficacia política sería presionar, convencer y someter. Claro está que la fuerza pura, tiene un límite. Los regímenes enteramente basados en el odio y el temor (como nuestra dictadura, aquí), necesitan de la represión continua para su sostenimiento. Y esta es una mala ecuación para el poder. El poder también precisa convencer.

Finalmente, hay algo en lo que Maquiavelo siempre tuvo razón. El poder aísla. El poder es un aislante poderoso. Esa es la razón por la que los que gobiernan van, progresivamente, volviéndose insensibles a la realidad cotidiana de la inmensa mayoría de la gente. Y también para la gente se van volviendo con el tiempo incomprensibles las decisiones de sus gobernantes. No necesariamente esto es malo, en la fórmula de Maquiavelo: pueblos dóciles y apáticos, y gobernantes aislados, es la práctica corriente en la vida política. Mientras el gobernante consiga resistir el asedio de los conspiradores (que más se multiplican en los corredores del poder que en la arena de los siervos), mantendrá su supremacía.

Sin la recurrencia a una política no maquiavélica, será difícil horadar el poderoso aislante entre la gente y sus gobernantes. Pero la política maquiavélica requiere cambiar el propio modo de la política, y dentro de la izquierda, sobre esto, todavía siguen habiendo dos bibliotecas (la de Maquiavelo, y la inmortalizada en el Protágoras). El FA se generó a partir de una idea no maquiavélica de la política. Así era el frenteamplista de los años 70 que iba de casa en casa tratando de convencer a su vecino sobre las nuevas ideas que habían llegado al mundo, destinadas a desterrar para siempre la práctica de los partidos tradicionales: ese frenteamplista creía que convencer a su vecino, a cualquiera, era construir "contrahegemonía", y que sin eso, no había cambio posible. El poder se cambiaba "desde abajo".

En contraposición a esto, es maquiavélica la idea de que ciertas decisiones sólo pueden ser tomadas en la tribu de los prójimos, y no en el ancho ­y cada vez más ajeno, espacio de la gente común. Así, cuando se reivindica con exclusividad para un grupo (sean éstos los comités de base, o los sectores, o los dirigentes) todas y cualquier propuesta de renovación del FA, se está practicando maquiavelismo vernáculo. O, al decir de Obdulio, los de afuera son de palo. Pero estos "de afuera" son los que ni yendo a los comités de base, ni militando en los sectores, ni participando del gobierno, construyen "contrahegemonía" todos los días. Y a menudo se olvida que ese afuera, cada vez más poblado que el adentro, sigue siendo aún la principal fuente de legitimidad de su existencia.

El poder como objetivo, como fin último, es lo maquiavélico. Su principio radica en la eficacia necesaria para su conquista y retención. Por eso es el libro de cabecera de los que tienen o buscan el poder por el poder mismo. No se hacen apreciaciones morales sobre los medios, instrumentos y acciones necesarias para conseguirlo. Por el contrario, se justifica su práctica y hasta se la alienta. Entonces, adquiere relevancia la eficiencia de las burocracias políticas aunque no hagan política, aunque sólo le lleguen a los ya convencidos y militantes. Una tribu encerrada en los rígidos y estrechos códigos de su clan pero que se vuelve imprescindible a la hora de legitimar la asamblea con su presencia soberana. Es la reducción de la política a lo cuantitativo sobre lo cualitativo, donde la suma propia, aunque sea escasa y aislada, reviste un halo de participación que nos cubre como un bálsamo. Se olvida que la izquierda existe para la transformación. Y si algo enseñó el siglo XX, fue los límites acotados de una política maquiavélica (como la dirigida por elites ilustradas). No habrá una sociedad mejor sin la participación, no compulsiva ni forzada sino real y activa. Y no será voluntaria si una elite de izquierda pretende marcarle el paso, el piso y el techo. Nadie en su sano juicio milita por una causa si no siente que su papel aporta, es escuchado, respetado y tenido en cuenta y se inserta en un proceso continuo de elaboración que sube y baja y, cada vez más, va y viene en una horizontalidad que une y comunica, reflexiona y entusiasma. Y no esconde la realidad, sino que la cambia.
|*| Senadora de la República, Espacio 609-FA.

LA PEOR REALIDAD,ES LA QUE NUNCA SE QUIERE ASUMIR



Desgraciadamente,hay argumentos políticos que los vengo escuchando desde el año 1969 en adelante, que fue cuando comenzó mi militancia. También ,tuve la experiencia de convivir con compañeros, que esgrimían esos argumentos,en el penal de Libertad.Y a pesar,que los milicos en los cuarteles les decían"que los tupas los estaban esperando para amasijarlos",nunca fue así.Porque existió algo,que solo lo saben los que vivimos eso,el respecto,la solidaridad y la ayuda a montones de compañeros que se bajoneaban,no se le pedía filiación política a ningún compa,nos ayudabamos entre todos.
Hoy muchos de esos compañeros ya no están, y otros viven,pero forman parte mi vida,porque me ayudaron a crecer,como hombre y como revolucionario.
Por la memoria,de todos aquellos militantes,que murieron en combate, en la tortura,o fusilados.
Todos queríamos lo mismo,terminar con la explotación ,la marginación y la miseria.
Asumí un compromiso con todos mis camaradas de lucha estudiantil de los años 70,muchos de ellos muertos en otras tierras,ayudando a otras revoluciones.Otros fusilados y o desaparecidos.
La justicia que están esperando todos estos compañeros,que dieron lo único ,que tiene para dar un revolucionario,QUE ES SU VIDA.
Alguien dijo,"que la única verdad es la realidad",y esa realidad ,cualquiera que se informe,sabe muy bien que hoy el capitalismo esta en crisis.Y todos sabemos muy bien ,quien paga los platos rotos.Hay mucha miseria en América Latina,y nuestro Uruguay, no es una isla.
Una vuelta,un compañero en el penal,que después lo mataron en la Argentina,me dijo "nunca entables una discución política con otro compañero, como un hincha fútbol".¿Y saben que?
Tenia razón
Aprendí,que uno tiene el derecho a discrepar,con eso se enriquece, y que no le hago el favor a ninguna derecha,pidiendo la justicia social por la cual ellos dieron su vida.
Reclamar el reconocimiento del estado y la prisión para sus asesinos,que no son solo los 8 gorilas detenidos.
Las balas que mataron a los compañeros de Soca,son las mismas ,que las que mataron a los de la seccional 20 del Partido Comunista.A los cuales llore muchísimo,también fueron compañeros míos en una época,o al charla en en liceo 8.
Mi compromiso,es con ellos y con la justicia social.Y la ayuda a montones de compañeros que están muy mal.Por eso se lo voy a seguir reclamando al gobierno, y a los gobiernos que vengan.
Alguien ,me dijo un día,la única idelogía que tiene un laburante,es el hambre,y los niños que se mueren en nuestra America Latina,no conocen los fundamentos políticos de los gobiernos progresistas,SOLO SE MUEREN

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