viernes, 6 de enero de 2012

El gobierno de los radicales


Se diga lo que se diga los radicales están en el gobierno. Han logrado hacerse con el timón del estado y lo mantienen en la ruta decidida por los radicales, sin torcer el rumbo, sin dejarse presionar, sin virar bajo ningún concepto. En otras palabras: auténticos radicales de pura cepa que han bregado durante decenios para hacerse con el control del timón y no aceptaran cambios, los que no lo entiendan son unos verdaderos nabos. Los municipales, los bancarios, los de COFE, los profesores, los metalúrgicos y ahora hasta los policías, han podido constatar que los radicales tienen un plan acabado y un norte que nadie logrará torcer. Los radicales han debido enfrentarse a los recolectores de basura que pretendían "derribar al gobierno" y "abrirle la puerta a Hitler" y "a lo peor de la derecha", con radicalidad declararon la esencialidad y de manera radical metieron a los milicos a recoger la basura, soportaron las "huelgas malas" de los metalúrgicos que asustaron inversores extranjeros y con firme radicalismo combatieron ocupaciones,piquetes y demás maldades de los por todos conocidos ponedores de palos en la rueda,ni que hablar del radicalismo que han exigido y siguen exigiendo los bancarios, gente que como se sabe no hace nada,no quiere trabajar y se dedica solamente a dar "vuelta la hoja" amparados en "la escala del burro" que se la había presentado como una conquista sindical de larga data, cuando en realidad no era mas que una injusticia que atentaba contra "los intereses de todos",aunque se la viene radicalmente enfrentando y se promete, muy radicalmente, que no habrán cambios,que esto así será, y como auténticos radicales que no se dejarán presionar por los "corporativos",los profesores y educadores en general han obligado a respuestas gubernamentales realmente radicales, hasta desalojos policiales, para mostrar que con el radicalismo no se juega, lo mismo con los eternos saboteadores y adictos al poner palos en la rueda, los de COFE, que exigieron una respuesta radical cuando hasta pretendían cortar puentes. Con el radicalismo de siempre se respondió enviando grupos de choque policiales. Por suerte que fué entonces,ya que ahora con los disolventes sindicatos policiales que desafían amenazando con cortes,ocupaciones y demás modalidades de palos en la rueda, nunca se sabe, capaz que dan un palo sí y otro no en claro trabajo a desgano ya que como bien radicalmente lo explicara el Subsecretario del Interior Jorge Vázquez los sindicatos policiales con esas "medidas generan mayor inseguridad y confunden a la población".A todo el mundo le ha quedado claro que un gobierno de radicales debe, por convicción, responder con medidas radicales a todos aquellos que molestan al plan de cambios radicales.Nadie se confunde.Por eso la derecha no tiene mas remedio que también seguir un camino radical que contempla el mano dura contra los sindicatos, el eliminar la "dictadura sindical" que ya se manifestó con toda su crudeza en la época de Pacheco y antes de la dictadura militar, y más que nada "liberar a los rehenes", que según la derecha radicalizada no es otro que el pueblo todo, salvo escasos elementos agitadores, los de siempre,a los que antes los financiaba el "oro de Moscú" y que ahora está poco claro quienes los financian, capaz que los propios afiliados, lo que sería una verdadera catástrofe para una estrategia radical de cortarle las manos a los sindicatos.


La radicalidad se ha comprobado también en el impulsar la venta de las tierras a multinacionales extranjeras,de manera radical, el acrecentar beneficios y ganancias del empresario nacional y extranjero, en la búsqueda de compradores internacionales impulsando de forma radical el otorgamiento de beneficios, prebendas, facilidades, no pago de impuestos, etc, en lo que han sido una serie de medidas de claro contenido radical que han despertado el interés de muchos de esquilmadores internacionales. Al menos antes de la crisis.Pero ante ella habrán soluciones ya que como se le explicó a los alemanes, ellos y Europa en general tiraron "manteca al techo",cosa impensable para un gobierno radical que no se dejará influir por las exigencias de los "corporativistas" sindicales y mantendrá a raya sus ingresos,beneficios,seguridad social y demás reclamos corporativos, que de aplicarse serían un verdadero palo en la rueda a un gobierno radical que de manera verdaderamente radical le ha demostrado sus intenciones el FMI y el BM.


Cualquiera puede entender, entonces, que dirigentes políticos, ayer radicales, hoy pueden seguir siendo radicales. Lo que cambia,
por aquello de no ser nabos, es hacia donde se orienta la radicalidad. Los radicales siempre han tenido una cierta debilidad con los sindicatos, al principio fueron despreciados como una etapa superada, un no vamos a ningún lado con la lucha reivindicativa, hay que ir, ya, hoy, a medidas radicales de lucha por las radicales soluciones de fondo. Después de la larga noche dictactorial que encontró a los sindicatos en la primera línea de resistencia al golpe al principio y también al final a partir de la reorganización sindical y el primero de mayo, se fué a estimular la radicalidad sindical mediante la radicalización -justamente- de todas las luchas por intereses corporativos para así, de manera bien radical, enfrentar las medidas antipopulares de los gobiernos de la derecha. El desarrollo de esta radicalidad dió por resultado, al fin, el que la izquierda ganára las elecciones y se hiciera cargo del gobierno. Hoy en día los amores juveniles por los sindicatos en la época de la "democracia primaveral" se han trasformado en un choque permanente, que ya es divorcio. Constatado y legal. Desde que los más radicales fueron los más votados y pusieron como Presidente a su candidato y dirigente, se ha aplicado una política radical, como el tango, "tenemos que abrirnos, no hay otro remedio, es un caso serio tu modo de amar". Y del "abrirse" al choque, radical eso sí, hay un paso. O pasos. Que son los que se vienen dando ante cada conflicto.


Lo de radical sirve para todo, depende del uso. Hoy en día se lo pretende utilizar como epíteto insultante para separar aguas entre los más, los sensatos, los conciliadores, los que están para la unidad nacional bajo la consigna "obreros y patrones, unidos y adelante" o "el pueblo y la oligarquía, unidos, jamás serán vencidos", de los que todavía no han sintonizado con la nueva prédica radical y siguen aferrados a las concepciones radicales del pasado pre-gobierno. Son los que siguen proclamando justicia social,la tierra para el que la trabaja, reforma agraria, nacionalización de la banca y todo aquel programa que agitaron durante tanto tiempo los sindicatos y la izquierda, el programa del Congreso del Pueblo, el programa fundacional de la CNT, el del Frente Amplio, y también el "Programa de Gobierno" del MLN Tupamaros. Los hoy marcados como radicales siguen agitando que hay clases, y que hay lucha de clases producto del conflicto de intereses y siguen considerando que el imperialismo saquea y expolia a los países latinoamericanos y en el resto del mundo,y por lo tanto continúan sosteniendo que las reivindicaciones de los trabajadores son correctas, en lugar de como los sensatos nos han explicado, que son reclamos corporativos que lo único que hacen es poner palos en la rueda y, de hecho, favorecer a la derecha , la que supuestamente se llenaría de alegría si los trabajadores -al fin- tuvieran un salario digno acorde al costo de la vida. Pero en realidad los realmente radicales, los radicales con poder, los radicales que amenazan, que perjudican, que destratan e insultan, son los radicales en el gobierno, los radicales en los centros de poder. Y así como siempre ha sido en los sindicatos, también dentro de estos radicales gubernamentales hay ultras, ultras que a como de lugar quieren aplicar sus planes trazados en las cúpulas, no importando lo que digan los "corporativistas". En esa situación nos encontramos: un gobierno que pretende aplicar llamadas reformas y "racionalizaciones" a rajatabla, radicalmente, y que se molesta cuando los trabajadores y los sindicatos que se verán afectados por tales reformas, no están de acuerdo y tienen una opinión diferente. Ahí entonces, se les destrata, se les ensucia, se utilizan los medios del aparato del estado para estigmatizarlos y, mas que nada, una prédica dirigida a todo el resto de la población, de que las exigencias de esos trabajadores no solo son desmedidas sino también que perjudicarán a todos. Esto es una constante bastante radical.


El gobierno, si bien representa a una coalición electoralista, esta llevando adelante medidas muchas veces inconsultas con la coalición.Y en ese contexto el Presidente actúa de manera verdaderamente radical aplicando el mando o poder radical. Que a algunos les parece que es un "cortarse solo" y ponerse por encima incluso de la coalición electoral. Esto se vió claramente cuando todo el proceso en torno a la ley de caducidad así como al respecto de la relación con las FFAA y el tratamiento a los criminales de lesa humanidad. El Presidente se queja, se molesta, todos son estorbos y va tirando propuestas, líneas o resoluciones que no están en consonancia con un proceso de búsqueda de consenso. Ese se lo busca con la derecha, con los grandes propietarios, con los tiburones internacionales. Y se lleva adelante esa línea de manera bastante radical aplicando una serie de medidas que están enteramente jugadas a la aceptación de los cànones neoliberales , hoy en día en franca bancarrota en todo el mundo.


En suma. Hay radicales que desde el gobierno aplican una política radicalmente neoliberal y que acusan de radicales a los que se oponen, sea con una estrategia global o sea, como en la mayoría de los casos, con modestos reclamos reivindicativos.Se están imponiendo desde arriba, usando con radicalidad el aparato del estado, medidas antipopulares, a nombre de un gobierno para todos.
Se está llegando a un climax del verticalismo que dada la situación social, la miseria y las condiciones de vida del pueblo trabajador solo generará nuevos y mas agudos conflictos y enfrentamientos. Así que lo de radicales sirve para todo ya que está en función de sobre qué se es radical. Lo que viene resultando preocupante es que desde ya, toda la coalición comienza a concentrar sus energías en la nueva contienda electoral y los sindicatos, el PIT-CNT y la misma militancia sindical del Frente Amplio están dejando pasar estos ataques antisindicales sin reaccionar, sin protestar, sin defenderse. Se deja a cada sindicato a su propia suerte,y el gobierno va tomando uno a uno, según van estallando los conflictos y concentra sus baterías contra los que en ese momento estan "poniendo palos en la rueda". Sin duda es una estrategia del sindicalismo. Muy peligrosa se podría decir, porque van desgastando, van desmoralizando sectores de trabajadores,uno tras otro, sin que los sindicatos se planten frente al gobierno, como ha sido la gloriosa tradición sindical, y le exijan soluciones reales, sin importarle el griterío de la derecha, ya que en la situación actual, quién está sacando réditos en este enfrentamiento es , justamente, la derecha.

Por el Colectivo del Blog Noticias Uruguayas
Alberto Vidal

El Gobierno de Los Radicales






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1 comentario:

  1. El día que se den cuenta que la derecha y la izquierda son la misma porquería en diferentes patios el mundo caminará por otras sendas.Los partidos políticos es un sistema ede la herencia romana pero más actual.Eso no es democracia.

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