martes, 10 de abril de 2012

Deuda pública 2011

Economìa Politica y Trabajadores


DEUDA PÚBLICA URUGUAYA: ¿DÓNDE ESTAMOS HOY?
Y: ¿Qué pasó con el progresismo?


Autor: William Yohai
10 de abril de 2012.

La deuda pública puede ser abordada desde múltiples ángulos. Desde los que figuran en el sitio del Banco Central del Uruguay (BCU) (1); plazo, moneda, acreedor, organismo deudor, etc., hasta los que sin figurar en dicho sitio resultan tan importantes como aquellos. Hablamos de: ¿Qué parte de la deuda pública vence en corto tiempo y deberá ser, en consecuencia pagada (sucede raramente) o refinanciada (sucede con frecuencia) en aquel corto tiempo?, ¿Cuál es la proporción entre deuda pública y Producto Bruto Interno (PBI)?, ¿Cuál es la proporción entre deuda pública y recaudación fiscal (al fin y al cabo con ésta se paga aquella)?, ¿Cuál la proporción entre la deuda y las exportaciones anuales? y podríamos seguir agregando parámetros relevantes.
Este trabajo tiene, básicamente, dos partes: en la primera veremos como evolucionó la deuda el último año calendario (2011) en relación a 2010.
En la segunda trataremos de hacer un análisis exhaustivo (lo más posible) de su evolución en los 7 años completos de gobierno progresista.
Este último punto de vista tiene un indudable interés político para los luchadores sociales y políticos cuyo objetivo es cambiar esencialmente la realidad del país, que no es otra cosa que introducir transformaciones relevantes al modo de producción y acumulación.
El tema de la legitimidad de la deuda no es objeto de estudio para nosotros, aunque va de suyo que consideramos en lo esencial que la misma es ilegítima. Ya desde los albores de la independencia las potencias imperiales hicieron todo lo posible para que estos nuevos países nos endeudáramos con sus bancos privados. No cabe duda, para ellos la deuda era además de un excelente negocio, un mecanismo de dominación. Generar deuda pública es, pues, parte de la política imperial. Y si antes los centros financieros mundiales luchaban a brazo partido para que los países neo  colonizados fueran sus deudores ha llegado la hora de que los propios estados de los países industrializados, incluyendo a los EEUU y los de la Eurozona, se endeuden a niveles inauditos.
Hablar de la ilegitimidad de la deuda pública tiene todo que ver con su origen. Que siempre es en mayor o medida fraudulento. En nuestro país buena parte de la misma es heredada de la dictadura cívico-militar y podría perfectamente calificar dentro de lo que se conoce como “deuda odiosa” término que, como muchos lectores saben, fue acuñado por los mismos imperialistas de EEUU para calificar las deudas que tenían, cuando pasaron a su tutela, Cuba con su ex potencia colonial: España, e Irak con muchos países como Francia, Rusia y China, después que fue invadido por ellos.
Deuda odiosa: aquella que fue contraída no en beneficio de los pueblos sino con el objetivo de mantenerlos dominados por un gobierno despótico.
De la deuda contraída por el país “en democracia” (perdón por las comillas…) una buena parte responde a operaciones de rescate de bancos privados fundidos-saqueados por sus propios dueños.
De todas formas, por más ilegítima que la consideremos, la deuda pública es una realidad. Está allí. Algún día un gobierno digno resolverá lo único decente: renegociarla en condiciones “inamistosas” y decidirá enfrentar los problemas derivados de una reducción unilateral muy significativa de la misma.
Fijarse bien: no dije gobierno socialista, ni siquiera gobierno revolucionario….simplemente gobierno DIGNO.
No otra cosa hizo la Argentina en 2003, después del inevitable default (moratoria) de enero de 2001.
Yendo a los números: la deuda pública bruta creció entre 2010 y 2011 en 3.021 millones de dólares. Para tener una idea de la magnitud, este crecimiento representa algo menos de la tercera parte de todo el presupuesto (y por tanto de la recaudación) del Estado Nacional en un año.
Alcanzó así los 25.948 millones de dólares.
Este crecimiento representa, en términos porcentuales, un 13,18%
Teniendo en cuenta la evolución de los vencimientos a mediano plazo, 5 años, observamos que crecieron, entre 2010  y 2011 en 1.322 millones de dólares, o, expresado porcentualmente, un 25,32%.
Si consideramos qué parte de esta deuda representaba la de vencimiento a 5 años en relación a la total, vemos que dicha proporción crece desde el 22,73% al 25,17. Dicha evolución representa en términos relativos un crecimiento del 11%.
En términos muy gruesos se puede afirmar: 1) la deuda pública no cesa de crecer, al menos expresada en dólares corrientes. 2) también crece la porción de la misma que se deberá refinanciar-pagar en menos de 5 años.
En relación al PBI:
El PBI creció, expresado en términos de dólares, un 9,8% entre 2010 y 2011. Por lo tanto, el crecimiento de la deuda en dicho período en relación al PBI debe ser el resultado de la resta entre el crecimiento de la deuda pública y dicha cifra. El resultado 15,51%. Este número representa, entonces el crecimiento de la deuda en términos reales en relación al producto bruto interno. (2)
Variación en composición por monedas: Entre los años comparados la proporción en “pesos” de la deuda pública del sector público no financiero (la que excluye al BCU)
Pasó del 29,4% al 42,7%. Un aumento del 45%. La deuda del BCU ya estaba (83% en números redondos) ya nominada casi toda en “pesos”, y así se mantuvo.     Acá está expresada la política de “pesificación de la deuda pública” que persigue tenazmente el Gobierno del FA. Lástima que, como otros tantos “éxitos” de la política económica sea lisa y llanamente una mentira. La deuda no se pesifica. En lo esencial se pasa de dólares corrientes a Unidades Indexadas. O, lo que es lo mismo, de moneda corriente, el dólar, cuyo poder adquisitivo cae en forma sistemática y cada vez más acelerada, a una moneda artificial (nadie ha visto nunca un billete o moneda de unidades indexadas) pero que, como unidad de cuenta, es moneda constante, ya que su poder adquisitivo se mantiene invariable al evolucionar de acuerdo a la inflación en el país.
Hemos escrito ya bastante sobre el tema y remitimos a nuestros lectores al blog www.resonandoenfenix.blogspot.com donde se encuentran los trabajos correspondientes.
Calendario de pagos: 4.363 es la suma de millones de dólares que el conjunto del sector público deberá renovar-oblar durante lo que queda de 2012 y el primer trimestre de 2013, o sea, el año que empezó el primero de abril.
DEUDA NETA: Harta alharaca hacen los funcionarios del gobierno y los plumíferos económicos, con y sin título académico, acerca de la “evidente mejora de la situación del país en torno a la deuda neta”. Tanto es ésta que a veces hasta los tipos más  desconfiados y analíticos, como uno, comienza a creérsela. Pues no, estimadas lectoras: si utilizamos nuestra metodología que considera deuda neta al resultado de restarle a la deuda bruta las reservas del gobierno sin contrapartida, o activos de reserva, como se llaman ahora en la página del BCU, vemos que la deuda neta ha crecido en 2.091 millones de dólares entre el 31 de diciembre de 2011 y el mismo día de 2010. Esto representa un crecimiento porcentual del 11,42%. Otra vez, nada para celebrar. Si discriminamos más aún y tomamos la versión oficial, vemos que las reservas que no consideramos como tales a efectos de calcular la deuda neta, han crecido, por un lado en 900 millones de dólares como resultado del aumento de los encajes bancarios (llamados oficialmente “obligaciones con el sector financiero”). Esto responde al aumento de los depósitos en los bancos, que, como ya hemos subrayado muchas veces no son otra cosa, por sus elevados niveles y por su condición de estar en un 80% a la vista, que una bomba de tiempo financiera. Por otro lado, han crecido las “obligaciones con el sector público”, éstas en 1.114 millones de dólares. Aún sumando estas últimas a las reservas para calcular la deuda neta, observamos un aumento de la misma de 976 millones de dólares.

A MODO DE RESUMEN:
El país vive un período de bonanza económica sin precedentes en, por lo menos, un siglo.
Dos factores externos y uno interno se han conjugado para ello:
a) como factor interno digamos que este período de auge económico coincide con el fin de una gravísima crisis (una de las mayores, sino la mayor, de la historia). Estos períodos post-críticos suelen generar grandes crecimientos económicos ya que hay una subutilización marcada de factores de producción, básicamente mano de obra e infraestructura que, al ocuparse rápidamente, hacen crecer la economía en forma muy rápida.
b) las bajas tasas de interés predominantes en el mundo desde el fin de la crisis han engendrado un flujo masivo de capital desde los países centrales hacia los periféricos. Parte de esos capitales han recalado en nuestro país, algunos para financiar compra de activos, lo cual si bien no aumenta la capacidad productiva de la economía, libera a su vez fondos que los vendedores de aquellos utilizan parcialmente para invertir, ya sea productivamente o en construcciones de lujo e importación de artículos de alto precio que generan empleo y mayor recaudación fiscal. Súmese a esto la corriente de inversiones en busca de la extracción de recursos naturales que cada vez escasean más en el mundo.
c) coincidiendo con lo anterior se ha producido un aumento sostenido de los precios internacionales de los bienes primarios que produce históricamente el país. Si bien el aumento de la producción de los mismos ha sido magro, tal cual reflejan las cuentas nacionales y hemos informado en consecuencia, los altos precios han contribuido decididamente en el sentido del párrafo anterior. Uno de los factores notables en este sentido ha sido, sin dudas, el aumento exponencial de la renta de la tierra en el período.
Sin embargo, este período de bonanza extraordinaria no ha significado reducción alguna de la deuda pública. Sin duda ésta es, como ya demostraremos en un próximo trabajo, mucho más manejable de lo que era hace 7 años.
Pero llama la atención que no sólo no disminuya sino que no pare de crecer.
MALOS AUGURIOS SI, COMO SUCEDE SIEMPRE, LA TORTILLA DE LA BONANZA IMPORTADA SE DA VUELTA.
LA SOLUCIÓN DEL TEMA DE LA DEUDA ES, SIN DUDA, POLÍTICA.
Queda pendiente, como obligación a nuestros lectores, la segunda parte del trabajo: ¿Qué pasó con el progresismo?

2) Método de cálculo: utilizamos la planilla del pbi del BCU expresada en pesos constantes del 2005, y dividimos los resultados del pbi por el promedio de la cotización del dólar interbancario en cada mes según la publica el INE.

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