jueves, 8 de noviembre de 2012

Las insuficiencias y los "logros" progresistas en educación y defensa



La verdad de la milanesa
Puro pan rallado y poca carne

presentación sobre el tema del presupuesto asignado a la educación pública en Uruguay



Para "estos" si hay plata 
Militares uruguayos en el desierto de Sinaí



DE CONSTANZA MOREIRA A LA MESA POLITICA DEL FA

La constancia de Constanza


A LA MESA POLITICA FA

De: Constanza Moreira

Estimados compañeros:

Por intermedio de la presente, me dirijo a Uds. a efectos de hacerles conocer mi preocupación sobre los temas relativos al Ministerio de Defensa y las Fuerzas Armadas, a partir de la última rendición de Cuentas 2012, y solicitarles tengan a bien considerar la formación de un grupo de discusión sobre estos temas, de cara a: a) la elaboración programática para 2014; b) el ajuste entre compromiso programático y acciones de gobierno; c) las FFAA y las misiones de Uruguay en el exterior (dado que se avecina la renovación de nuestra presencia en la Minustah).

1. El presupuesto y las prioridades presupuestales

Desde que integro la Comisión de Presupuesto, es para mí evidente que los compromisos programáticos de gobierno deben estar debidamente señalizados (y priorizados) en el presupuesto nacional. Esto es: no deberíamos comprometer metas sin su correspondiente respaldo presupuestal. También creo que siempre se produce un desfasaje entre los compromisos programáticos y la plataforma electoral. Eso sucedió, por ejemplo, con la prioridad asignada a la seguridad pública en el presupuesto de este período. La decisión no fue tomada a nivel programático, pero durante la campaña electoral, el comando de campaña (que yo integraba) decidió esta prioridad presupuestal, que luego fue aprobada en alguna instancia política, y terminó condicionando los cinco años de gobierno. Considero que no llegamos a dar nunca en profundidad esta discusión, ni analizamos suficientemente las consecuencias políticas, económicas y sociales de colocar a la seguridad pública como prioridad nacional.

Cuando los compromisos no se transforman en proyección presupuestal, nos vemos enfrentados al “incrementalismo” presupuestal, que reduce las potencialidades transformadoras del presupuesto al mínimo posible. Con pequeños ajustes, no es mucho lo que se ha transformado del presupuesto nacional entre, por ejemplo 1995 y 2012, si miramos inciso por inciso.

Para evitar el mero “incrementalismo” inciso por inciso en cada administración, quizá debiéramos realizar redistribuciones más profundas en el presupuesto nacional (como lo fue la creación del Mides): eso nos ajustaría más al programa y evitaría los problemas de negociación entre Ministerios (y Ministros con distinto poder de negociación) y el rol del Parlamento como mediador entre organismos y Estado (con la decisión en ultima ratio del Ministerio de Economía)

2. El presupuesto y las FFAA

En el caso de las Fuerzas Armadas, en la ejecución de 2011 el presupuesto de Defensa figuraba como el segundo ministerio más rico del Estado (con 4.2% del presupuesto total del Estado): el primero es el Ministerio del Interior (5.1%). Como se ve, y si exceptuamos la última gran estrategia presupuestal que fue la meta del 4.5% del PBI a la educación, la seguridad pública es, sumada en efectivos y en presupuesto, el gasto más importante de la Administración Central. Por poner un ejemplo, sumados, los Ministerios de Industria, Desarrollo Social, Salud Pública, Ganadería no llegan al presupuesto que se lleva Defensa, que triplica el presupuesto de los otros poderes del Estado (Parlamento, 1.1% y Poder Judicial 1.4%).

Pero además, debemos incrementar al presupuesto de defensa, el déficit de la Caja de Retiros y Pensiones de las FFAA (que aumenta el gasto en defensa en 53%). El déficit de la CRPFFAA se explica por el peculiar sistema de privilegio que tienen los miembros de las FFAA. Mientras la mayoría de nosotros nos jubilamos con el 50% del promedio salarial que obtuvimos en los mejores diez años de nuestras vidas (y los más viejos, con topes jubilatorios que no superan los 35 mil pesos), los miembros de las FFAA se jubilan con el 100% de su sueldo, a lo que se agrega, cuando han sido docentes, beneficios adicionales. A modo de ejemplo, un Capitán de Navío retirado gana $ 80.109 de jubilación. Esto se conforma por 67.338$ de haber retiro –que es el 100% de su salario–, más $ 12.771 de asignaciones docentes conforme a lo establecido en la Ley Orgánica Militar de 1974. Para reformar la Caja Militar, hay que reforma la Ley Orgánica Militar, que está en el Programa del FA, V Congreso Extraordinario de 13 y 14 de diciembre de 2008.

La lucha por la reforma de la Caja Militar, ya estuvo presente en ocasión del Debate Nacional sobre Defensa (2006), del cual emanó la nueva ley de defensa. En esta ocasión, las FFAA dejaron en claro su negativa a una reforma previsional que los pusiera en pie de igualdad con el resto del sistema. No es mucho lo que se ha avanzado hasta ahora.

El gasto en defensa hoy es del 4.2% del presupuesto pero comenzó a aumentar a fines de los años sesenta (por razones que no cuesta imaginar). De hecho, en 1960 el tamaño de las FFAA era de unos trece mil funcionarios, y nosotros las tomamos con casi treinta mil (ahora hay veintisiete mil). Pensemos que la población del Uruguay y el número de funcionarios públicos no se han modificado sustancialmente en el período. En 1971 las FFAA ya consumían el 10% del presupuesto, y en 1974, llegaban al 18%. A la salida de la dictadura, su participación en el presupuesto era del 14.3%. Los sucesivos gobiernos fueron reduciéndolo: en 1996 fue de 9.4%, en 2001 de 7.2%, en 2006 del 5.7%, y hoy es el 4.2%.

El número de funcionarios que revisten en las FFAA es del orden de los 27 mil, pero recordemos que son 42 mil todos los docentes del país, en primaria, secundaria y UTU. A modo de ejemplo: el número de empleados sólo en el Ejército es igual a la totalidad de maestros de Primaria de todo el país.

3. El Programa del FA de 2008 y la defensa: los debes

El programa del FA de 2008 contempla varios acuerdos en relación al tema de las FFAA, entre ellos:

- Elaborar una nueva Ley Orgánica de las FFAA (tenemos vigente la de 1974)

- Seguridad interna y funciones policiales centralizadas en el Ministerio del Interior (incluye los delitos de narcotráfico, terrorismo y contrabando)

- Revisión de la “Jurisdicción Militar” adaptando sus funciones a delitos de naturaleza militar con nuevos códigos y reglamentos

- Creación de un sistema nacional de inteligencia

- Desterrar la doctrina de la seguridad nacional

- Reafirmación de que la diplomacia es nuestra principal herramienta de defensa

- Sustituir en la MINUSTAH los efectivos militares por contribución al desarrollo económico, cooperación y fortalecimiento de la institucionalidad

- Adecuación del gasto y número de efectivos de tal manera que no se produzca desocupación

- Retirar de la jurisdicción de las FFAA a:

* La aviación civil

* Meteorología

* La infraestructura aeronáutica

* La Marina Mercante

* La administración de Parques Nacionales

Estamos en debe con:

a) La elaboración de una nueva Ley Orgánica de las FFAA (y consecuentemente, la reforma de la Caja Militar)

b) Funciones propias del Ministerio del Interior que están en manos de las FFAA: por ejemplo, el Comando Antiterrorista para el que se solicitó refuerzo presupuestal en esta rendición de cuentas (se explica más abajo)

c) Revisión del rol y alcance de la Justicia Militar, a la luz de los últimos sucesos vinculados a prácticas de entrenamiento e instrucción, reñidos con los derechos humanos (se refiere al pasaje a la justicia civil de al menos dos casos en lo que va del período, incluyendo el del joven haitiano)

d) Retiro paulatino, sistemático y con un plan de implementación de todo lo que está en jurisdicción de las FFAA y debería estar en la órbita civil. Sólo se avanzó con Meteorología, pero el pasaje (al Ministerio de Vivienda) aún no se ha concretado, habiendo prorrogado por dos veces consecutiva el plazo de vencimiento, y estando ahora a la aprobación de una ley que crea una Comisión que defina su destino y se expida en febrero de 2013

e) Retiro sistemático de las tropas de Uruguay de la Minustah y sustitución por otro tipo de ayuda. No solamente no reducimos el número de efectivos (son alrededor de mil doscientos, el segundo en importancia después de Brasil, y ni siquiera luego del pasaje a la Justicia por la violación del joven haitiano, hemos considerado la reducción sistemática de tropas. De hecho, se voto un “aumento” de sueldo a los militares en misiones de paz en la última rendición de cuentas

f) Adecuación del gasto y número de efectivos, impidiendo que se produzca desocupación. Se han producido ya dos mil vacantes, pero las FFAA las usaron para subirse sus sueldos (se explica más abajo), y han solicitado, además, incremento presupuestal, el cual les ha sido concedido.

4. La rendición de cuentas 2011 y el incremento presupuestal de las FFAA

Atendiendo a lo establecido en el programa, un primer avance fue tomar la determinación de que las vacantes que se produjeran en el MDN no fueran llenadas. Sin embargo, se permitió que el ahorro producido por las mismas, se usara en el propio Ministerio para mejorar salarios (privilegio que ningún otro Ministerio conserva). Si se generan vacantes, pero con ello se aumentan los sueldos, el peso presupuestal del MDN seguirá siendo el mismo, y habremos abortado la sana política que se instaló desde 1985 hasta ahora, de reducir este gasto.

Asimismo, si se mejoran salarios y compensaciones, habrá un atractivo especial para entrar a las FFAA (que es lo que se busca), y por consiguiente, lejos de contribuir a su disminución, colaboraremos a su fortalecimiento (que era lo que queríamos evitar). Las señales, como se ve, son contradictorias.

La justificación fue que con el ahorro producido por las vacantes, se aumentarían los salarios más bajos. Pero en realidad, fue con las vacantes del primer año (854 en 2010) con lo que se incrementaron los salarios de los escalafones inferiores (un soldado ganaba $6.542 al inicio del ejercicio y hoy gana $13.557). A modo de comparación, recordemos que el salario nominal de un Maestro Grado 1 (con partidas de alimentación incluidas) se ubicaba en los $15.670 en febrero de 2012.

Sin embargo, con las vacantes del año siguiente (1415 en 2011) se incrementaron los sueldos de los oficiales superiores. En los escalafones del personal Superior y Subalterno, el aumento fue del 22% por encima del que se les concedió al resto de los funcionarios públicos (8.6%). En enero, el incremento adicional que recibirán los comandantes en jefe será de $13.947, el de los generales será de $12.049 y el de los coroneles de $9.700.

Si se comparan estos sueldos con los de los maestros y profesores de enseñanza media, encontramos que, mientras el salario mínimo militar aumentó 100% y los salarios más elevados del Ministerio de Defensa Nacional crecieron en más de un tercio (30,6%) entre 2011 y 2012, los docentes de enseñanza primaria y secundaria necesitaron siete años para percibir un crecimiento real de sus remuneraciones que, en el mejor de los casos no alcanza el 50%. En el período 2004-2011, los profesores (según su respectivo grado docente) recibieron un aumento de entre el 37% y el 42%. En tanto, en el mismo período, los maestros de educación primaria (también dependiendo de su grado) tuvieron un incremento salarial de entre el 45% y el 49%. En síntesis: los maestros y profesores necesitaron más de siete años para incrementar lo que los militares incrementaron en apenas dos.

Con el retenido de las más de dos mil vacantes que se produjeron durante 2010 y 2011, el Ministerio ahorró 213 millones de pesos. Pero no se conformó con el “privilegio” que le fue otorgado: usar su ahorro para mejorarse los sueldos. Pidió, además, un incremento de 178 millones de pesos más (pidió mucho más, pero la cordura de algunos representantes en el Ejecutivos, consiguió reducirlo a esa cifra). La justificación de ese incremento era financiar el control perimetral de las cárceles. Pero esta plata, que ya fue aprobada –aunque como se ve, con difícil ejecución, habida cuenta de la “renuencia” de los militares a asumir la función- no explica todo el incremento. ¿A dónde va el incremento restante? Menciono, entre otros: para recompensar al personal que desempeña funciones en la policía aérea nacional debido al “incremento de la actividad aérea en el país” (en un contexto en el cual la actividad aérea ha disminuido drásticamente como resultado del quiebre de Pluna) para compensar al personal que se desempeña en el grupo K-9 San Miguel Arcángel de Perros de Trabajo Militar (que se dedica a la detección de explosivos: en un país donde rara vez se tienen episodios de este tipo); para el personal de la Compañía Especial Antiterrorista del Comando General del Ejército; para aumentar la compensación que recibe el personal superior y subalterno embarcado (por estar embarcados); y para el incremento y salarización de las partidas que reciben quienes están en misiones en el exterior.

Especialmente significativos son algunos de estos gastos; por ejemplo, las compensaciones para el personal que trabaja con perros…en detección de explosivos ($1.772.858 anuales); o la asignación de una partida anual de $6.684.857 para una compensación especial que recibirá el personal de la Compañía Especial Antiterrorista del Batallón de Infantería de Paracaidista Nº 14, comando creado en 1978 para “cazar” uruguayos aunque ahora parece dedicarse al “rescate de rehenes” en un país donde no se producen circunstancias de este tipo, y violando flagrantemente el programa del FA de 2008 que dice que “la seguridad interna y funciones policiales deben centralizarse en el Ministerio del Interior, así como la represión y prevención de delitos comunes como el narcotráfico, el terrorismo y el contrabando”.

También hay un incremento para incrementar y salarizar las compensaciones que reciben quienes se encuentren en misiones de paz en el exterior. Un militar del escalafón más bajo percibe 8000 pesos nominales en su tarea. Si integra una misión de paz en Haití, le pagan un sobresueldo de unos 800 dólares, y un viático del 50%. Un cabo, gana 1000U$S, un sargento 1.100 U$S, un oficial 1.700 U$S, un coronel 3.200 U$S y un jefe de base, 4000 U$S. A esto se le suma un 50% de su sueldo, que pagamos todos. El artículo pide, además, que a este 50% se le computen todos los aumentos salariales que reciba el inciso. El costo de este artículo es de veinte millones de pesos. Para muestra, baste mencionar que con veinte millones de pesos, podemos devolver a nuestro país veinte científicos por año que desean revincularse a la docencia y a la investigación en el país.

Demás está decir que la solicitud que algunos miembros de la bancada le hicimos al Ministerio de Defensa para ajustar sus gastos puesto que se necesitaban rubros para la educación, la salud, o el Poder Judicial, no obtuvo tratamiento positivo por parte de la cartera. Demás está decir que todos y cada uno de los incrementos votados, queda incorporado al presupuesto nacional, por lo cual le legamos, a un gobierno futuro, las dificultades de volver a negociar reducciones presupuestales.

El futuro

En breve, deberemos votar la prórroga de la Misión en Haití (MINUSTAH), y el Parlamento y el Frente Amplio, se deben una discusión sobre ello.

También deberemos reflexionar, de cara a la próxima Rendición de Cuentas, la adecuación presupuestal a la vista de las vacantes que vuelvan a producirse.

Tenemos pendiente la ubicación definitiva y el marco institucional para Meteorología, pero también deberemos discutir ingeniería aeronáutica, aviación civil…

Los diversos cambios presupuestales han mejorado los salarios de los trabajadores policiales y militares, a tal punto que hoy se equiparan al de las Maestras. Qué señal estamos dando a la sociedad entera a través de nuestro principal instrumento de política pública, que es el presupuesto?

Debemos reformar la Ley Orgánica Militar, y encontrar una solución de “razonable equivalencia” a las jubilaciones militares en relación al resto del país.

Deberemos revisar y discutir los programas educativos en las FFAA, así como las condiciones en las que se verifica la instrucción de los jóvenes cadetes.

Debemos, como Frente Amplio, darnos la más amplia discusión sobre esto.

Desde ya, comprometo mis esfuerzos en este sentido.

Afectuosamente

Constanza Moreira – Senadora - Lista 609

Enviado por Jorge Marrero (Santa Rosa)



EL PESO DE LAS FUERZAS ARMADAS EN EL ESTADO URUGUAYO

Por Constanza Moreira / Brecha

¿Cuánto gastan las Fuerzas Armadas en el Uruguay? Mucho, podría uno decir, si se compara el porcentaje del producto bruto interno que Uruguay gasta en defensa, con el que gasta Nueva Zelanda, por ejemplo, o Australia, o Brasil o Argentina. Mucho, o muchísimo, se podría afirmar, comparado con lo que se gasta en relaciones exteriores, transporte, ganadería o industria o vivienda. En la ejecución de 2012 el presupuesto de Defensa figuraba como el segundo ministerio más rico del Estado (con 4.2% del presupuesto total del Estado): el primero es el Ministerio del Interior (5.1%) (lo que arroja el resultado de dudosa defensa política que las dos carteras vinculadas a las armas y a la seguridad son las más ricas del Estado). Detrás, muy detrás, queda el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (2,2%), el de Vivienda (1,8%), o la Cancillería (0.7%). Sumados, los ministerios de Industria, Desarrollo Social, Salud Pública, Ganadería, no llegan al presupuesto que se lleva Defensa.

Si miramos el resto del presupuesto público, descubrimos -por suerte- que se gasta más en educación (Anep gasta el 12,6% del presupuesto) y en salud (Asse gasta el 7.2%). Claro está que Asse atiende a un millón doscientas mil personas, y Anep le da educación a casi un millón de niños y jóvenes. Pero si comparamos el presupuesto de Defensa con el resto de los poderes del Estado, constataremos que el primero triplica o cuadruplica el del Poder Judicial (gasta 1.4% del presupuesto), y el Parlamento (1.1%).

Este gasto no toma en cuenta el déficit de la Caja de Retiros y Pensiones de las FFAA (que incrementa en un 53% más el gasto en Defensa). Este déficit –financiado por toda la sociedad uruguaya- se explica por el peculiar sistema de privilegio que tienen los miembros de las FFAA. Mientras la mayoría de nosotros nos jubilamos con el 50% del promedio salarial que obtuvimos en los mejores diez años de nuestras vidas (y los más viejos, con topes jubilatorios que no superan los 35 mil pesos), los miembros de las FFAA se jubilan con el 100% de su sueldo, a lo que se agrega, cuando han sido docentes, beneficios adicionales. A modo de ejemplo, un Capitán de Navío retirado gana $ 80.109 de jubilación. Esto se conforma por $67.338 de haber retiro –que es el 100% de su salario–, más $ 12.771 de asignaciones docentes conforme a lo establecido en la Ley Orgánica Militar de 1974, que aún espera para ser reformada.

Claro que todo este privilegio se explica en la propia página web del Servicio de Retiros y Pensiones de las FFAA (www.srpffaa.gub.uy) que dice, textualmente que “el militar tiene otros deberes y otros derechos; obedece a otras leyes, tiene otros jueces; viste de otra manera, hasta habla y camina en otra forma. Él está armado, tiene el privilegio de estar armado, en medio de los ciudadanos desarmados”. ¿Otras leyes? ¿Otros jueces? ¿Es por eso que aquello que la justicia militar absuelve la justicia civil condena (como sucedió con el joven ahogado, o lo militares en Haití)? No: el militar está sujeto a las mismas leyes, y tiene los mismos derechos y obligaciones que cualquier civil. Lo que está escrito en la página web reseñada no sólo está viejo y es anacrónico, sino que es peligrosamente “corporativo”.

Razones de peso (s)

El gasto en Defensa es el resultado del ejercicio de “gobierno de facto” de las Fuerzas Armadas durante la dictadura. En 1960 había unos trece mil funcionarios, y hoy hay 27 mil, sin que la población o el número de funcionarios públicos hayan cambiado sustancialmente.

En 1971 las FFAA ya consumían el 10% del presupuesto y, en 1974, llegaban al 18%. Esto es: dueños del poder, los militares se habían elevado su propio presupuesto a topes inverosímiles. A la salida de la dictadura, su participación en el presupuesto era del 14.3%. Los sucesivos gobiernos fueron reduciéndolo: en 1996 fue de 9.4%, en 2001 de 7.2%, en 2006 del 5.7%, y hoy es el 4.2%.

El número de funcionarios que revisten en las FFAA es del orden de los 27 mil, pero recordemos que son 42 mil todos los docentes del país, en primaria, secundaria y UTU. A modo de ejemplo: el número de empleados sólo en el Ejército es igual a la totalidad de maestros de Primaria de todo el país.

La segunda razón de “peso” ya no tiene que ver con la dictadura, sino el uso de las FFAA como mecanismo de “amortiguación” del desempleo, especialmente en el interior del país y en el medio rural. Hoy, sin embargo, existe demanda de empleo suficiente como para que el atractivo de entrar en las armas, no lo sea tanto. De hecho, hay menos incentivo para estudiar en cualquiera de las ramas de las FFAA, y las vacantes se producen como consecuencia, así como de la pésima imagen que las FFAA tiene entre la población, como resultado de la defensa de los Derechos Humanos, y la creciente conciencia que se va tomando sobre su rol en la dictadura.

El presupuesto y los salarios militares

El programa del FA de 2008 contempla varios acuerdos en relación al tema de las FFAA: la revisión del tema “jurisdicción militar” para separar delitos de naturaleza militar de delitos civiles, desterrar la doctrina de la seguridad nacional, desmilitarizar los institutos civiles que se encuentran en la órbita del Ministerio de Defensa, y redimensionar las FFAA para “determinar claramente sus funciones, profesionalizarlas y dotarlas de los medios necesarios”. Si en verdad no se habla de “reducir” a las FFAA, la deducción es inevitable. Si las funciones civiles mencionadas en el programa del FA (meteorología, aviación civil, marina mercante, administración de parques nacionales e infraestructura aeronáutica), pasan a la órbita civil, la reducción va de suyo.

Sin embargo, los avances que fueron dados están seguidos de retrocesos inexplicables. Uno fue tomar la determinación de que las vacantes que se produjeran en el MDN no fueran llenadas. Sin embargo, se permitió que el ahorro producido por las mismas se usara en el propio Ministerio para mejorar salarios (privilegio que ningún otro Ministerio conserva). O sea: un paso adelante, y uno atrás. Si se generan vacantes, pero con ello se aumentan los sueldos, el peso presupuestal del MDN seguirá siendo el mismo, y habremos abortado la sana política que se instaló desde 1985 hasta ahora, de reducir este gasto. Asimismo, si se mejoran salarios y compensaciones, habrá un atractivo especial para entrar a las FFAA (que es lo que se busca), y por consiguiente, lejos de contribuír a su disminución, colaboraremos a su fortalecimiento (que era lo que queríamos evitar). Las señales, como se ve, son contradictorias.

La justificación fue que con el ahorro producido por las vacantes se aumentarían los salarios más bajos. Pero en realidad, fue con las vacantes del primer año (854 en 2010) con lo que se incrementaron los salarios de los escalafones inferiores (un soldado ganaba $6.542 al inicio del ejercicio y hoy gana $13.557). A modo de comparación, recordemos que el salario nominal de un Maestro Grado 1 (con partidas de alimentación incluidas) se ubicaba en los $15.670 en febrero de 2012.

Sin embargo, con las vacantes del año siguiente (1.415 en 2011) se incrementaron los sueldos de los oficiales superiores. En los escalafones del Personal Superior y Subalterno, el aumento fue del 22% por encima del que se les concedió al resto de los funcionarios públicos (8.6%). En enero, el incremento adicional que recibirán los comandantes en jefe será de $13.947, el de los generales será de $12.049 y el de los coroneles de $9.700.

Si se comparan estos sueldos con los de los maestros y profesores de enseñanza media, encontramos que, mientras el salario mínimo militar aumentó 100% y los salarios más elevados del Ministerio de Defensa Nacional crecieron en más de un tercio (30,6%) entre 2011 y 2012, los docentes de enseñanza primaria y secundaria necesitaron siete años para percibir un crecimiento real de sus remuneraciones que, en el mejor de los casos, no alcanza el 50%. En el período 2004-2011, los profesores (según su respectivo grado docente) recibieron un aumento de entre el 37% y el 42%. En tanto, en el mismo período, los maestros de educación primaria (también dependiendo de su grado) tuvieron un incremento salarial de entre el 45% y el 49%. En síntesis: los maestros y profesores necesitaron más de siete años para incrementar lo que los militares incrementaron en apenas dos.

El programa del FA y las defecciones inexplicables en la Rendición de Cuentas 2011

Con el retenido de las más de dos mil vacantes que se produjeron durante 2010 y 2011, el Ministerio ahorró 213 millones de pesos. Pero no se conformó con el “privilegio” que le fue otorgado: usar su ahorro para mejorarse los sueldos. Pidió, además, un incremento de 178 millones de pesos más (pidió mucho más, pero la cordura de algunos representantes en el Ejecutivo, consiguió reducirlo a esa cifra). La justificación de ese incremento era financiar el control perimetral de las cárceles. Pero esta plata, que ya fue aprobada –aunque como se ve, con difícil ejecución, habida cuenta de la “renuencia” de los militares a asumir la función- no explica todo el incremento. ¿Adónde va el incremento restante? Tiene destinos diversos y curiosos: para recompensar al personal que desempeña funciones en la policía aérea nacional debido al “incremento de la actividad aérea en el país” (en un contexto en el cual la actividad aérea ha disminuido drásticamente como resultado del quiebre de Pluna); para compensar al personal que se desempeña en el grupo K-9 San Miguel Arcángel de Perros de Trabajo Militar (que se dedica a la detección de explosivos); para el personal de la Compañía Especial Antiterrorista del Comando General del Ejército (artículo 59); para aumentar la compensación que recibe el personal superior y subalterno embarcado (art. 60); y para el incremento y salarización de las partidas que reciben quienes están en misiones en el exterior (art. 67). Especialmente significativos son algunos de estos gastos; por ejemplo, las compensaciones para el personal que trabaja con perros… en detección de explosivos ($1.772.858 anuales). O, la asignación de una partida anual de $6.684.857 para una compensación especial que recibirá el personal de la Compañía Especial Antiterrorista del Batallón de Infantería de Paracaidista Nº 14, comando creado en 1978 imaginemos detrás de la caza de qué terroristas y que, inexplicablemente, sobrevivió en democracia, aunque ahora parece dedicarse al “rescate de rehenes” en un país donde no se producen circunstancias de este tipo, y violando flagrantemente el programa del FA de 2008 que dice que “la seguridad interna y funciones policiales deben centralizarse en el Ministerio del Interior, así como la represión y prevención de delitos como el narcotráfico, el terrorismo y el contrabando”.

También hay un incremento para aumentar y salarizar las compensaciones que reciben quienes se encuentren en misiones de paz en el exterior. Un militar del escalafón más bajo percibe 8.000 pesos nominales en su tarea. Si integra una misión de paz en Haití, le pagan un sobresueldo de unos 800 dólares, y un viático del 50%. Un cabo, gana 1000U$S, un sargento 1.100 U$S, un oficial 1.700 U$S, un coronel 3.200 U$S y un jefe de base, 4.000 U$S. A esto se le suma un 50% de su sueldo, que pagamos todos. El artículo pide, además, que a este 50% se le computen todos los aumentos salariales que reciba el inciso. El costo de este artículo es de veinte millones de pesos. Para muestra, baste mencionar que con veinte millones de pesos, podemos devolver a nuestro país veinte científicos por año que desean revincularse a la docencia y a la investigación en el país. Cifra contra cifra.

Demás está decir que la solicitud que algunos miembros de la bancada le hicimos al Ministerio de Defensa para ajustar sus gastos puesto que se necesitaban rubros para la educación, la salud, o el Poder Judicial, no obtuvo tratamiento positivo por parte de la cartera. Demás está decir que todos y cada uno de los incrementos votados, queda incorporado al Presupuesto Nacional, por lo cual le legamos, a un gobierno futuro, las dificultades de volver a negociar reducciones presupuestales para con unas FFAA que, como dice la web, “tienen otras leyes, otros derechos y otras obligaciones”. Mientras tanto, quedan en el debe las promesas del pasaje a la órbita civil de Meteorología o de la aviación civil; y la reforma de la Ley Orgánica Militar del año 1974; y la reforma de la Caja Militar para impedir las jubilaciones “de privilegio”, o una discusión más profunda con nuestras “misiones de paz”, especialmente en Haití (donde nuestros militares acaban de ser procesados por la violencia contra un ciudadano de un país al que se suponían iban a defender). Ni qué hablar sobre la educación militar, ya que recibimos a diario denuncias sobre la contradicción entre las prácticas –algunas corrientes- de instrucción militar y los más elementales derechos humanos. Vale preguntarse entonces: ¿adónde vamos con las FFAA?, ¿estamos siendo coherentes con el programa que el FA se comprometió a llevar a cabo? Y si no lo estamos, ¿cómo habremos de retomar la senda? ¿Seremos capaces de discutir abiertamente, y sin “secretos de Estado” las FFAA que queremos y podemos tener? No lo estamos haciendo. Al menos hoy, no lo estamos haciendo.

Constanza Moreira / Semanario BRECHA


De eso no se habla

  Samuel Blixen


Tras un fuerte cuestionamiento de la senadora Constanza Moreira (mpp) a los criterios de discusión interna del Frente Amplio, la presidenta de la coalición, senadora Mónica Xavier (ps), sugestivamente amplificó algunas de las críticas. Ambas coinciden en que la dirección del fa ha dejado de debatir algunos temas, ha postergado el tratamiento de varios puntos programáticos, y específicamente estiman que debe analizarse la conveniencia o no de renovar la participación de Uruguay en la misión de paz en Haití.
Moreira define el problema principal como la reiteración de un “incrementalismo” que reduce las potencialidades transformadoras del presupuesto nacional y que se evidencia, particularmente, en el favoritismo que cosecha el Ministerio de Defensa Nacional (mdn). Xavier, en tanto, pone el acento en la ausencia de políticas ambientales.
En una carta dirigida a la Mesa Política del fa, la senadora del mpp subrayó los “debe” de la coalición en temas vinculados a las Fuerzas Armadas, que habían sido acordados para el programa de 2008; propuso “la creación de grupos de discusión para analizar los temas pendientes de cara a la elaboración programática para 2014; el ajuste entre compromiso programático y acciones de gobierno; y las misiones militares de Uruguay en el exterior (dado que se avecina la renovación de nuestra presencia en la Minustah)”.
En principio la reacción de la Mesa Política a la propuesta de discusión fue decepcionante; tal como relató a La Diaria en una entrevista, “una compañera de Asamblea Uruguay me dijo: ‘¿Tú estás en esta Mesa Política a título de qué?’. Es como decirte: si no venís con la posición de tu partido, acá no sos nada. Ya es como una descalificación”. Aunque advirtió que Xavier alentó la discusión sobre proyectos programáticos referidos al presupuesto de las Fuerzas Armadas, Moreira consignó su percepción de que a niveles de dirección lo que prevalece es el “acá no se discute”: “Se supone que hicimos una campaña para que el fa fuera un lugar más amigable, pero en los hechos vos llegás a un lugar donde se cierra una puerta y otra, en lugar de abrirse”.

 

1 comentario:

  1. me parece que en el sueldo de los soldados se le fue la mano compañero,yo gano 13500$ y tengo 15 años de milico un compañero con unos meces gana 8000$ en mano HOY,este gobierno tambien se olvido de los subalternos del ministerio de defensa,,,,,,,,que al fin y al cabo son los que ponen el sudor,

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