sábado, 8 de junio de 2013

Infames


Falsimedia pretende involucrar activistas de DDHH de los destrozos de la SCJ

A los mentirosos les crece la nariz  
La Justicia y la Policía busca identificar a los radicales que atacaron la Corte
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Por ahora, ¡hacer molde, compatriotas!


Al igual que el sagaz ministro del interior y la ex ministra “macanuda” del mismo ramo, soy un desgraciado hincha de Wanderers que seguramente nunca tendrá el pretexto de un buen triunfo futbolero para irme al Centro a intentar copar edificios de algún sub poder del Estado o reventar un par de pobres kioscos de diarios y revistas.

No sé… No es mala la idea de disfrazarme de manya o de bolso y salir a darle a diestra y siniestra a lo que venga, incluido algo uniformado que camine aunque sea un acomodador de cine, un patovica de “pare de sufrir” o un inspector de tránsito.

Además, me está faltando un buen lavarropas aunque carezca de garantía, porque con estos fríos de invierno anticipado da miedo meter las manos en el agua (que, por otra parte, está podrida, y yo trabajo mucho con los dedos).

Es más: atendiendo a la calamitosa situación de mi cuadrito, creo que lo más atinado sería, tal vez, cambiar de camiseta de una vez por todas y ponerme, definitivamente, una de ganador mismo… ¡Qué sé yo!... ir atalonando unas buenas dósis de alguna sustancia bien polenta, unos trolis de buen tinto lija, de ser posible, y quedarme “amartillado” para el próximo evento y sus correspondientes festejos en nuestra principal avenida y adyacencias.

Todavía no sé qué objeto contundente debería proveerme para la próxima ocasión propicia, pero lo más probable es que consulte al respecto a la ex ministra bohemia ahora que se ha puesto bastante radical, por más que ella está más bien especializada en la difícil tarea compañera de romperle algo, directamente, al mismo señor presidente de la república, que no sé de qué cuadro es aunque sí para qué arco patea.

Lo confieso: en realidad, tengo tremenda confusión ideológico-ontológica.

En el fondo, no me gusta mucho la idea de atracar contra el lugar de trabajo de cinco ministros que podrían correr el riesgo de ser despedidos por haberse olvidado de volver a hacer poner el portón que hace 40 años, en plena algarabía democrático-civilista, fuera quitado de la entrada del edificio del Pasaje de los Derechos Humanos como gesto simbólico de compromiso con la paz y la armonía entre los orientales, que nos habíamos olvidado que esa era la sede de la “suprema corte de justicia”.

Capaz que lo mejor sería arremeter lisa y llanamente contra esa estatua rara y larga ubicada a pocos metros del Pasaje de  los DD.HH., que nadie sabe qué tiene allá arriba, entre los dedos, ni qué tiene que ver con la batalla de Cagancha. Tampoco se entiende porqué está ahí, siempre entorpeciendo el tránsito, en el medio de la calle, como provocando a los automovilistas y a los zorros de la IM y de Jefatura.

No sé. Me abruma, en serio, un titubeo angustiante que acentúa mi diabetes y acalora mi sangre de bohemio nacido para perder y para que todo el mundo te diga: “¿Wanderers?... ¿El cuadrito de Bordaberry?”…

Todo es para mí un auténtico drama filosófico: me cambio de camiseta, sí, ta bien, pero cuál me pongo, ¿la del baboso de mi yerno, que me manda smss provocándome cuando el juez nos roba un penal favoreciendo claramente al bolso?. ¿Me pongo la de mi ex consorte manya, que ni siquiera se digna en reconocer que Wanderers es la primera escisión histórica de su cuadrito, el primer gesto de rebeldía del fútbol amateur?...

Lo único que tengo claro es que tanto el actual ministro encargado de la seguridad ciudadana como un par de supuestos subordinados suyos, respaldados fervorosamente por ese “multimedio” latifundista ubicado a la vuelta de la SCJ, son los que han hecho el primer llamado público a la asonada colectiva, organizada, camuflada y garantizada por el despliegue de medio millar de guardianes del orden listos para filmar los hechos implacablemente.

Son las autoridades represivas, como quien dice, las que han estimulado y autorizado, de aquí en más, a romper todo uniformándonos con la camiseta del que salga campeón de algo, para que al otro día puedan salir a los gritos diciéndonos: “¡Fueron los radicales, fueron los radicales!!!”…

Ya digo: toda esta situación genera en mí mucha desorientación ideológica, pues no es poca la gente que ha visto cómo los otros días, luego de lanzar enormes cascotes contra lo que viniera, unos cuantos radicales que estaban todavía en horario de trabajo, se presentaban en jefatura para dar cuenta de cómo habían cumplido con su tarea de avivar los ánimos deportivos de una ultraizquierda que viene perdiendo por goleada desde mucho antes que a la sede de la SCJ le quitaran su portón de entrada.

Creo que lo más prudente, por ahora, será mantenerme fiel a mi divisa bohemia rebelde y buscar la manera de que el compañero Bonomí o la compañera Daysi me asesoren personalmente al respecto, ya que esto es imposible encararlo seriamente sin la orientación doctrinaria de gente más experimentada que uno en este difícil arte de combinar el deporte político con otros deportes menores como el fútbol, el basquetbol o la payana.

En última instancia, me queda el recurso de entrevistarme con el gran Tabaré, que, se sabe, es un mago en el arte vecinal de los festejos quinquenales ciudadanos.

Porque, amigos, tampoco se trata de lanzarse al ataque así nomás, para hacernos de un mísero lavarropas sin garantía o para estar en la primera página de los diarios y la tele, en lo que no dejaría de ser un servicio honorario a los manyas o los bolsos, mis eternos rivales que, por ahora, no merecen mi participación en unos festejos en los que también participan unos tipos que cobran su sueldo por tirar unas piedras por las que yo no veo un mango y por filmar cuidadosamente tumultos callejeros, asonadas, motines, insurrecciones, asaltos al poder, etc., para preparar algún pique televisivo de la próxima campaña electoral.

Por ahora, entonces, procuraré hacer molde y no dejarme tentar por el llamado a la acción hecho por nuestros queridos compañeros Bonomi, Guarteche y Layera con la ayuda solidaria de los camaradas del diario “El País” y “Teledoce”.



Gabriel –Saracho- Carbajales, 7 de agosto de 2013.-




Plenaria Memoria y Justicia sobre los destrozos en la Suprema Corte de Justicia durante los festejos de Peñarol
A la opinión pública:
1) En un país donde hay 10 mil presos y la mayoría de ellos son jóvenes no debería causar asombro que el máximo monumento a la injusticia sea odiado por la gurisada de los barrios marginales. ¡Es elemental Inspector Guarteche! semejante carrera policial para no ser capaz de sacar una conclusión que está en la tapa del libro…
2) En todas partes del  mundo, allí donde crece la brecha entre ricos y pobres –cómo en Uruguay- se suceden cada vez con más frecuencia fenómenos de estallidos y violencia social, cualquier situación la puede desencadenar: un evento deportivo, un gatillo fácil o un corte de luz en un barrio. Lo vemos todos los días.
La gente no es tonta, nadie puede creerse que de pronto una organización de DDHH arrastre a la hinchada de Peñarol.  
Señores periodistas: un poco de honestidad intelectual no vendría mal!, no pueden repetir como loros el primer disparate que les tiren, el periodismo debería ser otra cosa. Investiguen, infórmense…luego informen.
3) En el programa “Código País” del día miércoles 5/6 se emitió un informe donde se entrevistaba a los capos de las hinchadas, y estos confesaban trabajar para el Ministerio del Interior. O sea que nos dicen abiertamente que la Policía infiltra las hinchadas.
¿Entonces cómo puede -acto seguido en el mismo programa- especular con que una organización de DDHH infiltra la hinchada de Peñarol?.  
El Sr. Bonomi que conoce muy bien la izquierda o está mintiendo irresponsablemente o es un incapaz importante (o ambas cosas)
4) Plenaria Memoria y Justicia estuvo en la SCJ  junto a muchas organizaciones de DDHH repudiando a los guardianes de la impunidad y la aberración del desplazamiento de la Jueza Mota. Y estuvo caceroleando luego de la marcha del 20 de mayo.
Y estará el próximo 27 de junio al cumplirse 40 años del golpe de Estado. Y siempre nos hacemos cargo, porque lo que hacemos no tiene por qué ocultarse, porque es una lucha justa contra la impunidad.
No pararán la búsqueda de la verdad y la justicia, la criminalización ya es persecución y no conseguirán cambiar los ejes de nuestra lucha contra la injusticia y los que la sostienen. 
5) Nosotros, Plenaria Memoria y Justicia, sin ser investigadores, ni periodistas renombrados, ni ministros creemos que lo que sucedió fue producto de la descomposición social, en una sociedad que sencillamente va en el mismo rumbo que todas las sociedades capitalistas del mundo.
 Y creemos que estos episodios se seguirán sucediendo.
Y creemos también que todo este circo se monta porque la Policía necesita justificar el uso de sus técnicas represivas.  ¿No les parece más lógica esta hipótesis que la de una alianza entre la hinchada de Peñarol y una organización de DDHH?
6) Finalmente, la Suprema Corte de Justicia caerá, seguramente pronto. Pero caerá porque ha sido rechazada internacionalmente, porque este pueblo la tiene entre ceja y ceja por declararse defensora de los milicos torturadores.  
Y ese día tal vez dirán que fue porque el Sr. Presidente de la Suprema corte de Justicia era hincha de Nacional. Pero todos sabremos la verdad…
Montevideo, jueves 6 de junio
Plenaria Memoria y Justicia

2 comentarios:

  1. Es hora que Bonomi se haga cargo de su mala gestion y falta de previsibilidad.

    El gobierno esta usando la técnica de la dictadura desviar la atención y echar las culpas de sus errores a otros

    Buscan a Asamblea Popular de "chivo expiatorio"inaceptable, verguenza de un gobierno que dice ser de izquierda.


    Fragmento: Gonzalo Abella en "Esta boca es mia"
    http://www.youtube.com/watch?v=K_W1bD-Gm6c

    No se supone que somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario y que inculpar a alguien sin pruebas es un delito?

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  2. Los resultados del análisis de agua del rio Santa Lucía no serán difundidos para no generar alarma pública (aunque pueda afectar o enfermar a la mitad de la población del Uruguay), la "asonada" es difundida "por las dudas" y sin presentar pruebas (cuando las hay en el caso del agua).
    No solo al Santa Lucía le falta "transparencia".
    Lamentable.

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