miércoles, 27 de mayo de 2015

OSE ocultó la aparición de organismos tóxicos




Informes de OSE de finales de 2013 revelan presencia de cianobacterias en el agua potable de Montevideo
AGUAS TURBIAS
Las autoridades de OSE ocultaron la aparición sistemática de organismos tóxicos en el agua potable que se distribuyó en Montevideo, brindando información falsa a la población. Más de 35 informes internos de control de calidad del agua potable hechos por OSE a finales de 2013, a los que accedió SdR, demuestran la presencia de diversas cianobacterias tóxicas en el agua que se distribuyó en Montevideo. Una fuente interna de OSE indicó que las autoridades tenían conocimiento de la situación, pero en declaraciones a la prensa garantizaron la ausencia de microorganismos en el agua. El doctor en Ciencias Biológicas, Luis Aubriot, dijo que las cianobacterias identificadas en los análisis producen toxinas que son perjudiciales para la salud.
Las cianobacterias identificadas en las muestras tomadas entre agosto y diciembre de 2013 en diversas zonas, entre ellas en el Cerrito de la Victoria, Colón y  el Cerro, son Pseudanabaena, Chroococcales, Oscillatoriales, Planktothrix y Raphidiopsis.
“Todas las Pseudanabaenas son productoras de Microcistina, que es una hepatotoxina que produce sangrado hepático y daño al hígado”, explicó Aubriot. La fuente interna de OSE, especializada en el tema, señaló que además de las cianobacterias mencionadas en algunos informes se encuentran Nemátodos, denominados también gusanos redondos, de los que no se identifica la especie y pueden ser o no peligrosos para la salud. Además, enfatizó que este tipo de organismos no deben salir de la planta de potabilización, hecho constatado en varios análisis.
El doctor en Ciencias Biológicas que sigue de cerca el tema de la contaminación del agua desde hace años confesó que nunca había visto informes que revelaran la presencia de este tipo de organismos y que por tratarse de agua pronta para el consumo no deberían aparecer en ninguna medida. Aclaró que si bien no existen estudios que puedan confirmar los efectos de este tipo de toxinas a largo plazo, está comprobado que las hepatotoxinas “provocan lesiones, y eso es acumulativo y puede generar problemas”.
El catedrático manifestó que la liberación de sustancias tóxicas al agua es uno de los problemas más serios que pueden presentarse cuando hay cianobacterias en el proceso de potabilización. Según explicó, si durante este proceso hay una importante cantidad de organismos, la “precipitación de partículas en suspensión, incluidas las cianobacterias, generará la rotura celular y a partir de ahí pasarán las sustancias tóxicas (toxinas) al agua”.
Si bien la cantidad de organismos encontrados en los informes no representa un riesgo inmediato para la salud, “hay estadísticas de otros países comparando poblaciones que toman agua subterránea (sin bacterias tóxicas) y agua superficial, y se ven diferencias a nivel de cáncer de hígado, por ejemplo”, indicó Aubriot.
En una de las etapas del proceso de potabilización, el agua es sometida a ciertas cantidades de cloro con la finalidad de eliminar los organismos que pueden haber pasado a través de las etapas anteriores. Si estos organismos son cianobacterias, el cloro generará que liberen al agua todas las toxinas que tienen adentro. Por lo tanto, el cloro que las mata también hace que liberen las toxinas. “La recloración es peligrosa porque la célula explota y libera la toxina”, declaró la fuente de OSE, y aclaró que todos los informes son retroactivos, ya que los resultados de las muestras tomadas tardan varios días, mientras el agua sigue circulando.
En los análisis obtenidos se identifica claramente la presencia de organismos tóxicos, pero “no se aclara la cantidad detectada, salvo en un sólo lugar”, dijo Aubriot, y precisó que en algún momento los valores detectados pueden ser más grandes teniendo en cuenta las etapas de sequía. Al respecto, la fuente de OSE aclaró que los momentos más complejos son “en verano,  porque la sequía, la temperatura y el poco viento son propicios para que crezcan estos organismos”, e indicó que “si bien se tomaban muestras del agua del río, es complicado parar el proceso de potabilización una vez que empezó”.
Además, en los informes se establece la presencia de organismos “no identificados”. Al respecto, el catedrático señaló que “quizás no los pueden identificar, pero saben que son cianobacterias”, e indicó que señalarlos como “no identificados” es una manera de corregir los valores.
¿Qué me decís?

El presidente de OSE, Milton Machado, afirmó en El País el 19 de marzo de 2015 que “nunca han pasado al agua cianobacterias tóxicas”. Pero Aubriot remarcó que los informes demuestran la existencia de bacterias luego de la potabilización, y la fuente de OSE subrayó que “el agua salía con algas tóxicas, y esa agua circuló en Montevideo. Presencia de cianobacterias había”.

Milton Machado, presidente de OSE. Foto: Presidencia.


La fuente interna de la empresa estatal señaló que  “había cosas que no podían estar pasando, sobre todo el mantenimiento de la planta”, y remarcó que “se podría haber advertido a la población, o al menos no negar rotundamente, diciendo que no había cianobacterias, porque sí las había”. Además, indicó que los análisis encontraron cianobacterias en el agua “no una vez, ni en casos excepcionales. Esto pasó muchas veces, sistemáticamente”. Los documentos en poder de SdR confirman esa aseveración.
Machado también declaró el 23 de mayo de 2013 a El País que “no se han detectado nunca algún tipo de toxinas nocivas para la salud”, pero la normativa interna de OSE indica que  “el análisis hidrobiológico cualicuantitativo permite la identificación y recuento de cianobacterias, pero no mide la toxicidad que puedan llegar a producir estas algas”. La fuente dentro de la empresa estatal aclaró que en ese momento no se hacían análisis en busca de toxinas.
Como testimonio personal de la gravedad de la situación, confesó que en vista de que “desde OSE había preocupación pero nadie tomaba una medida” decidió no tomar más agua de la canilla y recomendar a sus allegados que tampoco lo hicieran.
Informes reveladores
Hay más de 35 informes en poder de SdR que demuestran la aparición sistemática de cianobacterias en el agua potable que circulaba en Montevideo. Uno de ellos, fechado el 26 de setiembre de 2013, es una muestra tomada del Recalque del Cerro, en la intersección de calle Holanda y Bogotá. La muestra dio como resultado que un 89 por ciento del total de los organismos detectados estaba compuesto por cianobacterias, todas relacionadas con la Microcistina.


Otro de los análisis, del 19 de setiembre del mismo año, confirmaba la presencia de Raphidiopsis, Pseudanabaena, Plankthothrix y Oscillatoriales, alcanzando entre un 23 y un 62 por ciento de la muestra total. Además se observaron Nemátodos (gusanos). Las muestras para estos informes fueron tomadas del Recalque Melilla y de la Caseta de Bombeo en el punto 45.
Otro informe de OSE, de setiembre del mismo año, demuestra la presencia de gusanos Nemátodos en el “Tanque Cerrito”, y uno del 28 de octubre revela la presencia de “larvas de Quironómidos”, insectos parecidos a los mosquitos que se caracterizan por estar presentes en agua estancada; las larvas aparecieron en dos puntos de muestreo.
Un estudio del agua del 10 de diciembre de 2013 mostraba la presencia de “colonias de Chroococcales” y filamentos de Oscillatoriales, en una muestra tomada poscloración. Otro del 16 de diciembre del mismo año demostraba la presencia de Pseudanabaena en el “Tanque Cerrito”, una cianobacteria de toxicidad aguda (por exposición) y crónica (por consumo), según la investigación del Instituto Politécnico Nacional, Escuela Nacional de Ciencias Biológicas de México.
Según la página web de OSE, el agua de los tanques se “distribuye a toda la ciudad”, y la fuente interna de la empresa aclaró que “en los tanques donde OSE acumula el agua, si el mantenimiento no es correcto, o si entra luz u oxígeno, puede generarse una colonia.  En esos casos se produce una condición ideal porque el agua está estancada”. Aclaró que “después de ahí lo único que pueden hacer es reclorarla, lo que en algunos casos sería hasta peor porque hace que explote la célula y libere la toxina”.
Alerta temprana
La Facultad de Ciencias y OSE trabajan en conjunto para implementar un sistema de alerta temprana sobre la presencia de algas tóxicas en el cauce del río Santa Lucía. Aubriot, que trabaja en el marco de este convenio, indicó que “desde que empezamos a trabajar con ellos hicimos un muestreo después de una gran inundación y no encontramos grandes cantidades de cianobacterias”, aunque “a medida que disminuye el caudal crece la posibilidad de que crezcan estos organismos”, comprometiendo la calidad del agua durante las sequías.
Según el experto, la Pseudanabaena es muy común en el Río Negro y ha provocado enfermedades importantes en el ganado, incluso muerte de ovejas en la zona donde van a abrevar a la orilla. Esto es efecto del viento, que acumula las algas en las zonas de menos profundidad y sobre las orillas, comprometiendo el área de abrevaje. De todas formas, el riesgo real aparece junto a la concentración de organismos, ya que individualmente producen una cantidad muy baja de toxinas.
Atrazina
Uno de los informes obtenidos demuestra la presencia de Atrazina en agua bruta. Este compuesto orgánico, tóxico para los humanos, es producto derivado de los pesticidas que se utilizan en los cultivos y que llegan hasta el agua a través de la lluvia, que lava los campos. Aubriot indicó que si bien los números registrados están dentro de lo permitido, “lo interesante es ver cuándo se aplica el pesticida, buscar su punto máximo”, ya que se puede disparar la cifra si inmediatamente después de una fumigación se da una lluvia importante. El informe que señala la presencia de este componente tóxico concluyó que el agua no estaba apta para ser potabilizada.
Christian Acosta


Beber o no beber

Denuncian presencia de cianobacterias tóxicas en agua potable en Montevideo; OSE lo niega.
 
Una nota del portal de práctica estudiantil Sala de redacción (Facultad de Información y Comunicación de la Universidad de la República, Udelar) elaborada por Christian Acosta y publicada el domingo afirma que OSE ocultó “sistemáticamente” la presencia de organismos tóxicos en agua potable que distribuyó en Montevideo, a pesar de que las autoridades lo han desmentido. El portal universitario accedió a más de 35 informes internos de control de calidad del agua que hizo OSE en base a muestras tomadas entre agosto y diciembre de 2013 en varias zonas de Montevideo, como el Cerrito de la Victoria, Colón y el Cerro. De acuerdo a la nota, se detectó la presencia de diferentes cianobacterias (Pseudanabaena, Chroococcales, Oscillatoriales, Planktothrix y Raphidiopsis), nemátodos (gusanos) y larvas de quironómidos (insectos). Detalla que las cianobacterias Pseudanabaenas son productoras de microcistina, “una hepatoxina que produce sangrado hepático y daño al hígado”, tal como declaró a Sala de redacción Luis Aubriot, docente de Limnología de la Facultad de Ciencias de la Udelar. La nota, que da detalles de localización, fecha y algunos de los hallazgos más relevantes de varios informes, se apoya también en las declaraciones de un informante de OSE, que explicó que el proceso de recloración, al que a veces se somete al agua potabilizada para eliminar organismos que pudieron haber pasado las etapas anteriores, genera la rotura de las células, liberando las sustancias tóxicas. Acosta contrasta esos hallazgos con declaraciones dadas por el presidente de OSE, Milton Machado, que el 19 de marzo aseguró al diario El País que “nunca han pasado al agua cianobacterias tóxicas”.
la diaria intentó sin éxito comunicarse con las autoridades de OSE. Carmen Sosa, integrante de la Federación de Funcionarios de OSE, dijo a este medio que la nota se distribuyó ayer a la interna de OSE y que para el sindicato “es una novedad” al tiempo que se preguntan “qué tiene de cierto”.
En diálogo con la diaria Aubriot aclaró que la sección de Limnología estudia los ambientes acuáticos -estructura, funcionamiento, problemas de contaminación, eutrofización, cianobacterias- pero no analiza el agua potable. Expresó que fue consultado por Acosta y “viendo la información que él obtuvo con otra [de la planta potabilizadora] de Laguna del Sauce notamos que las cianobacterias estaban pasando en muy bajo porcentaje al agua potable, aproximadamente de cuatro a nueve organismos por cada mililitro, cosa que me llamó la atención. La normativa para agua potable plantea que no debería haber nada, ningún organismo en 25 mililitros”. El docente señaló el “gran esfuerzo” que se hace en Laguna del Sauce, en la que tratan el agua con carbón activado para disminuir las toxinas, pero indicó que si bien los niveles “están dentro de la normativa nacional, brasileña y de Organización Mundial de la Salud, queda siempre un remanente en el agua, quedan organismos” que pueden aparecer luego en el reclorado. Aseguró que el nivel de organismos en la red de distribución de agua potable está “dentro de los rangos aceptables para el consumo humano”, pero que no deberían existir, porque si en los tanques domiciliarios en los que se almacena el agua se filtra la luz solar, las toxinas se pueden reproducir.
Aubriot insistió en que “la gran apuesta es solucionar el problema de contaminación de origen” y no “aumentar las capacidades tecnológicas al infinito”, porque los tratamientos con carbón activado son muy caros y la eficacia “es relativa”. En el caso de la cuenca del río Santa Lucía, el docente hizo énfasis en la fiscalización y la aplicación de las medidas que se propusieron para su protección.




El agua envenenada de la República Oriental de la Impunidad

Marcelo Marchese

28.05.2015

Un estudiante de la Universidad de Comunicación llamado Christian Acosta, logró acceder a 35 estudios internos de OSE que revelan que el agua que corre por nuestras canillas posee toxinas peligrosas, pesticidas y gusanos, cosillas invisibles que sin embargo convierten esta agua en un líquido muy poco saludable (1).

El lector pensará que hablamos del agua de Maldonado, esa cosa turbia que determinó una derrota electoral hace dos semanas. ¡No! Hablamos del agua que usted y yo tomamos en Montevideo. Lamentablemente, aquello que denunciaban los dementes ecologistas, esos ecoterroristas, era radicalmente verdadero. Una vez más el loco estaba en lo cierto, y los cuerdos, los prudentes, la gente razonable, erraba en las tinieblas.
Pero el problema no es aquí solamente que nuestra cordura no fuera otra cosa que la máscara de la imbecilidad. Ese problema de suyo capital lo dejo para que el lector lo digiera como pueda. Ahora lo que urge, en tanto escribimos y leemos por entre los agujeros que alguien hizo en la máscara, es preguntarnos cómo envenenamos el agua. El lector ya lo sabe: vendemos cada vez más soja y eucaliptus y nuestro PBI aumenta y nuestra economía va, aparentemente, viento en popa. Pero así como le ocurrió a Fausto, pareciera que la manera de lograr estos objetivos traería aparejada, en contrapartida, un trato con el Diablo. Nuestro modelo agroexportador, como lo tenemos planteado, con estas franquicias y estos controles, envenena el aire, la tierra, el agua y de yapa, fumiga las escuelas. Podemos seguir tirando del carro, pues después de todo estos venenos matan muy lentamente, o podemos pensar alternativas. Ahora bien, para evaluar si nos conviene seguir de esta manera o hacer alguna otra cosa, primero que nada necesitamos información veraz y luego precisamos cierta capacidad de análisis para procesarla ¿Cómo nos hacemos de la información veraz? Afortunadamente hay muchas fuentes, entre otras, las oficinas del Estado. Se supone que hemos hecho un pacto por el cual mientras nosotros trabajamos y pagamos impuestos, otros sólo deben trabajar velando por nosotros. El Estado, como un gran pulpo, posee infinidad de tentáculos que absorben información para nuestro beneficio y, según el pacto que hicimos, salvo en casos de guerra o similares, debe brindar la información con que cuenta, la información que nosotros mismos aportamos, la información que permitimos que se genere, habida cuenta que le pagamos a una cantidad de técnicos para que nos informen.
¿Qué ha ocurrido en este caso? Hubo al menos 35 estudios que decían que el agua contenía elementos muy dudosos y, con el argumento, suponemos, de no generar alarma pública, guardaron esos informes en el fondo de una gaveta ¿Pero esta barbaridad ya había sucedido antes? Sí, cuando la UTE contrató a unos técnicos para que estudiaran el agua de un embalse del Río Negro. Ellos detectaron que el agua contenía elementos peligrosos, por lo que informaron a la población, con lo cual sufrieron un tirón de orejas de parte de quienes los contrataron, los de la UTE, que les dijeron: "¡Cuidadito! Nosotros les pagamos para que nos informen a NOSOTROS, no para que informen a la población". La misma dinámica se da cuando los de Uruguay Libre de Megaminería deben acudir a la Justicia para que ciertas oficinas del Estado brinden, en cuentagotas, la información que poseen. Sucede cuando secretamente se hacen acuerdos como los del TISA, aunque el Ministro niegue que aquí exista ningún secretismo, simplemente acontece, como dijera la cancillería, que "las negociaciones internacionales de ese tenor tienen un carácter reservado" (2). Sucede cuando un historiador rentado por el Estado, cuya función es editar documentos históricos, reconoce en plena comisión del Senado que si llegaran a sus manos documentos que alteren la estatura moral de los próceres de la Patria, no los daría a conocer. Sucede todo el tiempo y en todos los lugares ¿Por qué? Porque vivimos en el país de la impunidad. El historiador fue aplaudido en la comisión del Senado por su elocuente defensa de la Patria y el funcionario que ocultó información ha sido promovido a más altas funciones por su defensa del principio de solidaridad gubernamental, o peor aún, por su celo en la defensa del principio de la solidaridad partidaria. No sólo no se castiga al mal funcionario; se lo premia, se lo aclama y se lo asciende.
Pero aquí llegamos de nuevo al problema de nuestra cordura que no era otra cosa que la máscara de la imbecilidad, una imagen amarga, como suele ser amarga a veces la verdad. Los tres millones y medio que habitamos esta porción del mundo ¿sólo somos víctimas o al menos en parte somos responsables de estas canalladas? ¿La cultura de la impunidad es algo que sufrimos o es algo que sufrimos y a su vez reproducimos? ¿Qué le enseñamos a nuestros hijos? ¿Les enseñamos a defender sus puntos de vista en el liceo o les enseñamos a decir lo que les conviene, en aras de alcanzar una nota o un título transfigurados en el Non Plus Ultra? ¿Qué ha sucedido con aquella escuela que formaría ciudadanos? Sabemos perfectamente a dónde ha ido a parar esa escuela. Ha ido a parar al mismo lugar donde destinamos al estudiante que osó poner en tela de juicio las verdades que se le pretendían hacer tragar.
Este es el Uruguay que heredamos: un país con el agua contaminada, con jerarcas que niegan que el agua esté contaminada cuando saben perfectamente que mienten a cara de perro, y con una población que escucha boquiabierta estas revelaciones y mira temerosa hacia el costado mientras paga puntualmente los impuestos. Es la República Oriental de la Impunidad que hemos, tesoneramente, forjado a sangre, fuego y desidia ¿Cómo será el país que heredarán nuestros hijos? ¿Existe la posibilidad de escapar de este círculo vicioso y perverso? Un funcionario de OSE que arriesgando su empleo ha filtrado información, dijo que sí. Un estudiante de comunicación que ha dado a luz parte, y sólo parte, de estos documentos, dice que sí. Un fiscal llamado Enrique Viana, a riesgo de recibir un segundo balazo en la pierna, afirma que sí, y en tanto esto responden, a su vez nos preguntan qué haremos con la información brindada. Sería más cómodo que nos pregunten nada, pero aparentemente ellos fueron de esos malos estudiantes que todavía no aprendieron la lección. Por nuestro lado tendremos que decidir si seremos estudiantes obedientes o si comenzaremos a preguntarnos si en verdad vivimos en el mejor de los mundos posibles. Si caemos en la locura de formularnos esa pregunta, al mismo tiempo arrojaremos la máscara de la imbecilidad al gran basurero de la Historia. Sería un primer paso, y tras la máscara irían unos cuantos trastos que han querido presentarnos como si fueran tributarios de la naturaleza humana.

(1) http://sdr.liccom.edu.uy/2015/05/24/informes-de-ose-de-finales-de-2013-revelan-presencia-de-cianobacterias-en-el-agua-potable-de-montevideo/
(2) http://www.elpais.com.uy/informacion/canciller-nin-novoa-tisa-no.html



5 comentarios:

  1. !!

    G 7 Alemania

    https://twitter.com/hashtag/stopg7elmau?src=hash&vertical=default&f=tweets
    https://www.youtube.com/watch?v=b6prOmYbCgU


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  2. no quiero creer sea verdad estos 'informes sobre OSE ' Si fuese cierto es un asesinato , no tiene nombre....¿que han ganado....vale la pena ocultar...?

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  3. Hola hoy en 2016 las aguas pitables de montevideo contienen gusanos transparentes.la ose dice desconicer el tema en fasebook se esta difundiendo fotos y videos pruebas rotundas de dicho problema que aun los medios no an informado.existe un video en youtube sobre el tema se llana OSE que es esto difundido el 31 de diciembre del 2015.por fabor indaguen sobre el tema gracias

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  4. Hola hoy en 2016 las aguas pitables de montevideo contienen gusanos transparentes.la ose dice desconicer el tema en fasebook se esta difundiendo fotos y videos pruebas rotundas de dicho problema que aun los medios no an informado.existe un video en youtube sobre el tema se llana OSE que es esto difundido el 31 de diciembre del 2015.por fabor indaguen sobre el tema gracias

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  5. Hoy en febrero 2019 todos en Montevideo tenemos miedo de gusanos en el agua es lamentable q ya nada se aclare todo se tapa y este país pretende ayudar a extranjeros y a nosotros q nos parta un rayo total uruguay es un país q como no es d las grandes potencias ya todo está perdido aquí nuestro país está en manos de cualquiera y nadie en el mundo mira por URUGUAY

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