sábado, 17 de marzo de 2018

El caso de dos desaparecidos

En los islotes frente a Nueva Palmira


Presentan denuncia en Juzgado de Carmelo por desaparición forzada en 1980.

El blog de Gabriel Monteagudo

Aquella tarde de junio de 1980 el frio calaba los huesos, y no había calentador a queroseno que templara el ambiente del frío juzgado letrado de Carmelo sobre calle Lavalleja.
No había nadie, ni gente ni funcionarios a un lado y otro del largo mostrador de madera de roble. Era época de Feria judicial pero Esther Stabilito, siempre tenía costumbre de darse una vuelta. Es que si bien era una semana tranquila, los hurtos eran escasos en aquella ciudad que vivía en plena dictadura, pero que se movía subterráneamente porque en ese año habría plebiscito. No parecía,  pero Carmelo se movía y siempre podía surgir alguna cosa que mereciera la acción del juzgado y con él, la atención de la Actuaria.
Así que no se sorprendió cuando una mujer joven, de mirada desesperada, subió los escalones y golpeó la puerta del juzgado.
La dejó pasar y tal vez pensó que había acertado en abrirle la puerta porque la historia que le contó no era menor. Le dijo que su esposo había sido secuestrado por los militares y que lo mantenían detenido en un islote del Delta, frente a Nueva Palmira. Le contó del amigo argentino que los había encontrado y que sabía la ubicación exacta de donde lo tenían, a él y a otro compañero.
Le explicó que con ella se contactó un ciudadano argentino que fue el que los salvo del primer islote. El argentino le lleva y le muestra la prueba que es la capucha y las esposas que usaron con su esposo. Con estos datos, la esposa se dirige al juzgado letrado de Carmelo a hace la denuncia, con la esperanza de encontrar a alguien receptivo a su desesperación. Y tuvo suerte.
Esther era sensible al tema porque los casos de detenidos por la dictadura estaban cercanos en su familia.
Así que hizo algo que no era frecuente en aquellos años, pero que era coherente con su tarea de funcionaria: hizo un expediente donde, en los hechos, “blanqueó” la acción clandestina de los militares coordinados de prefectura argentina y uruguaya, que habían secuestrado a estas dos personas, uno de ellos el compañero de la mujer que tenía enfrente, al otro lado del mostrador.
Hoy, ese expediente forma parte de la investigación que realiza el Observatorio Luz Ibarburu, y de la denuncia que se sustancia, desde el pasado mes de junio, en el Juzgado de Carmelo.
Aquel papeleo que hizo Ester Stabilito de Battó, permitió que un mes después, los dos secuestrados aparecieran a salvo. La burocracia del papeleo judicial en plena dictadura, los salvó a ambos.
En diciembre accedimos a conocer detalles de aquellos hechos, a raíz de la denuncia que se sustancia por estos días en el Juzgado de Carmelo. Allí se cuenta que dos ciudadanos que trabajaban en Nueva Palmira, que  fueron secuestrados y torturados en un islote del Delta durante el año 1980, presentaron denuncia en el Juzgado Penal de Carmelo, y este lunes procedieron a contar su historia ante el Juez Letrado, Dr. José Héctor Vera Gatebled.
En efecto, el juzgado de Carmelo viene investigando una denuncia de dos ciudadanos que fueron detenidos durante la dictadura militar y mantenidos secuestrados en unos islotes del delta del Tigre, frente a las costas de Nueva Palmira. La denuncia fue presentada en el pasado mes de junio y en la jornada de lunes y jueves se realizaron las dos primeras audiencias.
Se trata de un militante del Partido Comunista y un amigo, que en el año 1980 fueron detenidos en Nueva Palmira, de apellido Cordero uno y Colazo el otro, los que fueron detenidos por fuerzas conjuntas de de prefectura uruguaya y argentina. Ambos fueron detenidos, esposados, encapuchados y llevados a un islote del delta, en la desembocadura del Río Paraná con el Río Uruguay y Río de la Plata.
Allí fueron rescatados por un argentino, y luego vueltos a secuestrar durante unos seis meses, según contó el abogado Dr. Leonardo Di Cesare “es un expediente que se inició en el mes de junio, es un expediente que surge a raíz de una investigación que viene realizando el Observatorio Luz Ibarburu, de testigos que surgieron sobre cuerpos aparecidos en las orillas de nueva Palmira” contó “nosotros nos contactamos con los testigos que iban a comparecer en este expediente y de la conversación surgió que estas dos personas que son el Sr. Cordero y el Sr. Colazo, aparecieron una serie de situaciones que correspondían ser denunciadas en al órbita judicial correspondiente” “ahí se presentara la denuncia y comienza el proceso esto es la ratificación de la denuncia de las víctimas y luego con comenzar a recolectar la prueba testimonial, prueba por oficio, y así sucesivamente”.
Ambas personas fueron víctimas del accionar conjunto de fuerzas represoras de Prefectura argentina y uruguaya, lo cual no es una novedad, aunque sí lo es la ubicación de islotes del Delta, frente a Nueva Palmira, como lugares de detención de militantes políticos y ciudadanos secuestrados por ambas dictaduras.
Esto se complementa con los testimonios del “Ruda” Véliz, quién contó como fue testigo del intercambio de prisioneros en las costas de Punta Gorda, donde hoy se encuentran las playas de El Faro.
El tiempo demuestra que pasaron muchos más prisioneros por esos lugares y que era un lugar de intercambio entre las prefecturas de ambos países.
Secuestro y tortura en los islotes.
El abogado De Césare contó que “ellos sufrieron además del trato des humano que fue una constante de la época, tuvieron una particularidad en su caso. Ellos fueron trasladados a unos islotes que se encontraban en la desembocadura del Paraná en jurisdicción argentina, fueron dejados allí una semana sin comida ni bebida, esposados y encapuchados” cuenta “en un islote enfrente se encontraban unos obreros trabajando y pudieron alimentarse y un argentino los rescató , los llevó para su casa, pero fueron localizados por las fuerzas represivas y fueron capturados nuevamente, y llevados a un islote más lejos. Ahí estuvieron entre cuatro y seis meses, obviamente ahí con custodia y el trato fue distinto, se los torturaba psicológica y físicamente, lo que era constante”. Esto fue en los islotes frente a Nueva Palmira pero jurisdicción argentina, señaló.
Consultado si eran militantes políticos explicó “uno de ellos si, era militante del Partido Comunista, pero el otro no” señaló.
Ambos trabajadores contaron lo que le pasó a raíz de una investigación que viene haciendo el Observatorio Luz Ibarburu, sobre el hallazgo en aquel año, de un cuerpo que apareció en la costa cercana a Nueva Palmira y que llamó la atención porque estaba vestido con botas y campera de cuero.
A raíz de esta investigación, surgieron los nombre de estos dos ciudadanos que por segunda vez este jueves, revivieron lo ocurrido en aquel año, para asentarlo en el acta de la justicia.
Justicia que tarda pero que se impone sobre el tiempo y la impunidad.
La trama del Delta
Según el libro El Lugar Perfecto, del periodista Fabián Magnotta, el Delta del Tigre fue utilizado por la dictadura argentina para tirar los cuerpos de los detenidos en los denominados vuelos de la muerte que en su momento describió el ex marino Adolfo Scilingo.
“Al sur de Entre Ríos, donde el Paraná y el Uruguay se encuentran y confunden en un delta de cientos de kilómetros cuadrados, con grandes cursos de agua, con esteros, bañados, montes y humedales, fue el lugar perfecto donde la dictadura intentó esconder sus crímenes” escribe Magnotta en su libro.
Allí señala que según los registros oficiales hay identificados unas dieciocho mil personas detenidas desaparecidas que nunca volvieron a ser vistas “si tenemos en cuenta los números, fueron más de cuatrocientos por mes… entre diez y quince personas por dia… ¿Cómo hicieron para deshacerse de los cuerpos?” se pregunta. A más de tres décadas solo se han logrado identificar entre doscientos y trescientos cuerpos ¿y el resto dónde está?.
Magnotta desarrolla la teoría y confirma con relatos y testimonios, que se hacían vuelos hacia la zona del Delta, ese lugar pantanoso y de difícil acceso, donde es casi imposible encontrar los cuerpos que arrojaban los aviones.
Un aporte más, que suma en esta búsqueda incansable e incompleta todavía, por conocer la verdad.



La constatación —en un expediente que se tramita en Carmelo, Colonia,— de la presencia del represor Jorge Trócoli en acciones de intercambio de prisioneros en la zona de Nueva Palmira y las islas del Delta del Tigre corrobora la coordinación e intercambio de prisioneros durante la dictadura cívico-militar. Además, aporta un elemento más a la causa que se tramita en Roma por el Plan Cóndor.
Según informó el corresponsal de RNU Gabriel Monteagudo en Puntos de vista, esta causa tendrá un nuevo capítulo el próximo mes de abril, con la apelación que llevarán adelante los representantes legales de las víctimas del Plan Cóndor en la región.
Escuchar el informe:
http://radiouruguay.uy/wp-content/uploads/2018/03/puntos-180315-colonia.mp3?_=1










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