Ayer, la comisión de la Cámara de Diputados que investiga el espionaje en democracia recibió por casi dos horas al capitán retirado Héctor Erosa, quien no sólo confirmó que se realizaron esas actividades sino que también hizo una contundente denuncia con nombre y apellido.
Según un documento al que accedió la diaria, el ex militar aseguró que entre 1990 y 1996, en el Batallón de Ingenieros de Combate Nº 2 de Florida, que en aquel momento estaba a cargo de Eduardo Ferro –quien fue detenido en España en 2017–, se utilizaron “todos los medios, materiales y económicos”, de esa unidad operativa “para realizar una operación de inteligencia, espionaje, seguimientos, escuchas, invasión de propiedad privada de personalidades políticas, civiles y militares de la época”. Además, señaló que en ese batallón se realizaron “entrenamientos armados a grupos de personas externas a la unidad militar”, pero con armas y munición de esta, “así como también con armas provenientes de la Compañía de Inteligencia y de otras procedencias”.
Erosa sostuvo que luego de denunciar estos hechos en la Justicia Militar comenzó a ser objeto de una “persecución” durante siete años de carrera, que finalizó con un pase a retiro obligatorio, “por una supuesta enfermedad” que según aseguró nunca contrajo ni padece. Agregó que en 1996, debido a que estaba en peligro su “integridad física”, comunicó a la prensa la situación en que se hallaba, razón por la cual él y su familia sufrieron “amenazas de muerte en varias oportunidades”. Erosa también afirmó que durante el mando de Ferro se manejaron en el batallón “fuertes sumas de dinero, así como vales de nafta que eran cambiados por dinero en efectivo en estaciones de servicio de ANCAP del interior y de la capital”. Por último, indicó que en 1996, durante el segundo gobierno de Julio María Sanguinetti, fue recibido en dos oportunidades por el entonces ministro de Defensa Nacional, el nacionalista Raúl Iturria, a quien le informó de los hechos denunciados.
Tras declarar ante la comisión y en una rueda de prensa, Erosa dijo que llegó a recibir órdenes “muy delicadas” de Ferro, entre ellas “tomar medidas con un capitán que él declaraba que era comunista”, y “matarlo” en un operativo como si fuera “un accidente”. Erosa aclaró que obviamente se negó a seguir esa orden y que ninguna otra persona obedeció a Ferro en ese caso, porque “nadie haría una cosa de esas adentro del Ejército”.
También en diálogo con periodistas, el diputado frenteamplista Gerardo Núñez, presidente de la comisión investigadora, destacó el aporte de Erosa y subrayó que cuando Iturria fue convocado por la comisión “negó haber tenido conocimiento de la existencia de espionaje”. “O sea que hoy, además de confirmar el espionaje militar en democracia, también confirmamos que autoridades políticas del momento estaban en conocimiento de estas acciones”, concluyó Núñez, y agregó que estudiarán la posibilidad de volver a citar a Iturria, ya que “hay elementos de contradicción muy importantes que tendrán que aclararse”.