viernes, 17 de enero de 2020

La vía desarmada

Salvador Allende





AL SOCIALISMO ES SUICIDA (AL MENOS EN A. LATINA)

Sirio Lopez Velazco

enero de 2020

En A. Latina la “vía armada” hacia el socialismo resultó en el siglo XX en la derrota militar de casi todas las guerrillas (con excepción de Cuba, y, en su momento, del FSLN en Nicaragua), al costo de muchas vidas jóvenes. La más conocida y recordada de esas derrotas es la que culmina con el asesinato del Che. Desde entonces otros movimientos guerrilleros fueron aceptando integrase a la legalidad capitalista y, de hecho, renunciaron a la lucha no desarmada por el socialismo, y a veces renunciaron al propio socialismo (aunque alguna vez puedan mencionarlo retóricamente en alguna declaración). La supuesta izquierda electoralista y los movimientos sindicales y sociales que siguen sus directrices, hace décadas que comparten ambas renuncias.

Al mismo tiempo se constata que la “vía desarmada” hacia el socialismo es suicida (al menos en A. Latina).

En la primera quincena de enero de 2020 (o sea a poco más de dos meses de haber sufrido el Golpe de Estado), Evo Morales declaró a la radio boliviana de los cocaleros que había cometido el “error garrafal” de no organizar Milicias Populares armadas (como lo hizo Venezuela), que habrían constituido el “Plan B” para defender su gobierno, cuando la Policía se sublevó y el Alto Mando Militar se plegó de hecho al Golpe, “aconsejándole” renunciar a la Presidencia.

Lo tragicómico es que esa declaración se da 46 años después del sangriento Golpe de Estado que se implementó en Chile con el bombardeo durante casi ocho horas, por aviones, tanques e infantería, del Palacio Presidencial, donde habría de suicidarse heroicamente Allende.

Allende había proclamado repetidas veces que su gobierno iniciaba la vía pacífica hacia el socialismo. Ahora bien, el Golpe que lo derribó costó la vida, el desaparecimiento, las torturas o el exilio de decenas de miles de chilen@s. Y al iniciar 2020 el pueblo chileno lucha para reconquistar algunos avances logrados en aquel gobierno, y para tener una vida mejor (que algunos sectores definen como socialista) tras la larga noche pinochestista-neoliberal. Quiere soberanía popular plurinacional efectiva (que empieza por una Asamblea Constituyente que elabore una nueva Carta Magna que sustituya a la legada por Pinochet), y una vida digna (con, entre otras, ocupaciones productivas que reporten dignos salarios y pensiones, estudio gratuito y de calidad, salud pública calificada, y vivienda decente al alcance de todos).

Para entender la amarga experiencia allendista y el título de estas brevísimas líneas, recomiendo ver en youtube el documental de algo menos de una hora de duración intitulado “La última decisión de Salvador Allende”, en el que varios protagonistas directos de los hechos hablan de los sucesos del día del Golpe de Estado del 11 de setiembre de 1973. De lo allí expresado destacamos, en especial, los siguientes puntos:

1. El Embajador de los EEUU en Chile hasta 1970 (año en el que Allende ganó la elección presidencial), dice: a) que en la campaña de la elección presidencial chilena de 1964 el gobierno yanqui y la CIA recolectaron en Europa (incluyendo en el Vaticano y los reinos de Bélgica y Holanda), millones de dólares para oponerse a Allende y apoyar la candidatura de Frei, quien resultó vencedor, y, b) que cuando Allende triunfa en 1970, ese mismo Embajador participó en la Casa Blanca en una charla con el entonces Presidente Nixon y su Secretario de Estado, Henry Kissinger, en la cual el primero dijo que acabaría con el hijo de puta de Allende.
2. El Agregado Militar de la Embajada de EEUU en Santiago en 1970 dice que su Gobierno, inmediatamente después de la victoria de Allende, decidió impedir que éste asumiera la Presidencia, instrumentando un Golpe de Estado que sería suscitado por el secuestro del entonces Comandante en Jefe del Ejército, el General Schneider. Y aclara ese Agregado que se reunió con mandos militares chilenos para concretar ese plan, y que las armas para ese secuestro fueron introducidas en Chile en la valija diplomática yanqui. Esa acción terminó con el asesinato de Schneider, pero el Golpe no pudo acontecer en ese momento.
3. Allende pensaba anunciar el 10 de setiembre de 1973 un referendo sobre su política, con la promesa de renunciar si lo perdiera. Y Pinochet, ascendido a Comandante en Jefe del Ejército hacía poco más de dos semanas, lo convenció para que pospusiera ese anuncio hasta el 11 de setiembre.
4. Cuando el Golpe se concreta el 11 de setiembre de 1973, resisten en el Palacio presidencial (La Moneda) no más de treinta personas, encabezadas por Allende.
5. Uno de los defensores del Palacio dice que Allende no sólo fue traicionado por los militares, sino también por la izquierda, que no acudió a defender su gobierno. Otro de los defensores dice que Allende (quien casi hasta el fin logró comunicarse con el país a través de radio Magallanes) no quiso llamar a una movilización popular para evitar una masacre (que, como sabemos, a la postre ocurrió).
6. Durante los primeros tiroteos en Palacio uno de los defensores le pregunta a Allende por lo que hace o no hace Pinochet, y el Presidente le responde: “a esta hora el pobre Pinochet debe estar preso”; con todo el respeto que nos merece el coraje ejemplar demostrado por Allende, nos permitimos notar que esa respuesta revela una no menor ingenuidad que la demostrada por Evo Morales ante militares que fueron entrenados y adoctrinados por los EEUU.
7. Uno de los comunicados militares transmitidos por las radios mientras transcurre el Golpe dice que a los trabajadores les está prohibido abandonar sus puestos de trabajo, y que en caso de que lo hagan, serán atacados por las FFAA por vía terrestre y aérea. Y otro comunicado (no sé si interno o público) dice que por cada soldado que muera, cinco opositores al Golpe serían fusilados.
8. Uno de los Generales golpistas (Palacios, que comandó a los blindados que atacaron La Moneda) dice que esperaban una resistencia fuerte de los Cordones Industriales (las zonas fabriles de Santiago, donde habría trabajadores organizados y supuestamente armados), pero que esa resistencia no tuvo la amplitud que los golpistas temían. Hay que recordar que poco tiempo antes del Golpe, Allende, presionado por la derecha, había proclamado la Ley de Control de Armas, que permitió que la Policía y las FFAA desarmaran a esos trabajadores, mientras preparaban el Golpe. Y también dice Palacios, refiriéndose al Golpe, que “el soldado chileno no será alemán, pero sabe combatir” (sic!!!).

No hace falta recordar los miles de asesinados (algunos de los cuales flotaron en el río Mapocho, que atraviesa Santiago) o desaparecidos, y los otros miles que sufrieron los horrores de las torturas en los muchos campos de concentración (el primero de los cuales fue el Estadio Nacional), y los otro miles de exilados, en una pesadilla que comenzó el 11 de setiembre de 1973 y se prolongó por décadas (de hecho, en varios aspectos de la vida chilena, hasta hoy).

A la luz de la reciente experiencia boliviana y de la allendista, se espera que los pueblos de A. Latina sepan sacar sus conclusiones y eviten caer otra vez en callejones sin salida cuando pretendan caminar hacia el socialismo.

Para terminar estas brevísimas líneas hago constar que si en 2020 los bolivarianos logran mantenerse en el gobierno de Venezuela (que según Chávez desde 2005 se enrumbaba hacia el socialismo del siglo XXI, cosa que dudamos, por la no adopción en ese país de varias de las medidas básicas que caracterizan a cualquier proyecto de superación del capitalismo con horizonte socialista-ecomunitarista), ello sólo se debe a que, además de que han ganado todas las elecciones presidenciales realizadas desde 1998, Chávez creó la llamada “unión cívico-militar”, tras haber cambiado la doctrina militar de las FFAA y poner en sus altos mandos a cuadros que le eran fieles; y subrayo que parte no despreciable de esa reestructura militar también la constituyó la creación de las Milicias Populares (que, se dice, agrupan entre uno y dos millones de personas). Esos hechos muestran que la “vía popular no desarmada” no implica el ejercicio efectivo de la violencia contra el imperialismo y sus títeres locales, pero sí la existencia de una sólida capacidad armada latente, capaz de disuadir o neutralizar los Golpes proimperialistas (en la medida y por el tiempo en que eso sea posible, hasta que se consolide el socialismo ecomunitarista que los haga, al menos teóricamente, imposibles).

Evo Morales, durante una entrevista en Buenos Aires, el 24 de diciembre.

Evo Morales retiró su propuesta de crear “milicias populares” 

16 de enero de 2020


Las declaraciones habían generado el rechazo de Bolivia y de la oposición argentina.

El ex presidente boliviano Evo Morales dio a conocer este jueves un comunicado en el que da marcha atrás con su propuesta de crear “milicias populares”.
Desde que renunció a la presidencia, presionado por protestas y por el pedido de los jefes de la Policía y las Fuerzas Armadas, Morales ha llevado adelante un proceso de autocrítica junto con el Movimiento al Socialismo (MAS) que lidera. En ese marco, Morales ha dicho que el MAS debería haber tenido un “plan B” previendo una situación de intento de golpe de Estado y de pérdida de respaldo de las fuerzas de seguridad. En ese contexto, esta semana Morales dijo, en una entrevista con la radio Kawsachun Coca del Chapare, que si volviera a Bolivia formaría “milicias armadas del pueblo”, aunque después aclaró, en declaraciones a la agencia de noticias Reuters, que las armas no serían de fuego sino hondas, palos y otros elementos a los que han recurrido habitualmente los grupos de autodefensa en Bolivia, principalmente de la comunidad indígena.
Las declaraciones de Morales habían generado polémica tanto en Bolivia como en Argentina, donde reside como asilado a espera de que se le otorgue el estatus de refugiado. El partido opositor argentino Unión Cívica Radical (UCR) se preguntó en un comunicado si su país podía seguir “refugiando” a Morales tras sus pronunciamientos. Cuando el ex presidente boliviano llegó a Argentina, un día después de la asunción de Alberto Fernández, el canciller Felipe Solá dijo públicamente que se le había solicitado que no hiciera declaraciones políticas sobre la situación de Bolivia, algo que posteriormente no ratificó ni rectificó. Morales no habría cumplido esta condición, recordó la UCR: “Morales hizo todo lo contrario. Visitó la Quinta de Olivos, concedió todo tipo de reportajes a diferentes medios de comunicación y participó en actos políticos”. Posteriormente, seis diputados de la UCR presentaron un proyecto de resolución para pedirle al Ejecutivo que niegue a Morales la condición de refugiado a raíz de sus declaraciones.
Desde Bolivia, el gobierno de facto liderado por Jeanine Áñez se pronunció por medio de un comunicado de su cancillería dirigido a Solá. Allí la titular de la cartera, Karen Longaric, pide a Argentina que no permita que Morales “realice llamados a la violencia, odio, discriminación o subversión” que “sobrepasan” la libertad de expresión, indicó la agencia de noticias Efe. Además, le pidió que Argentina repudiara el llamado de Morales a formar milicias populares.

Marcha atrás

Morales retiró su propuesta ayer: “Hace unos días se hicieron públicas unas palabras mías sobre la conformación de milicias. Me retracto de ellas. Mi convicción más profunda siempre ha sido la defensa de la vida y de la paz”, indicó en un texto difundido en Twitter.


“No quiero que nada de lo que diga sea usado como un pretexto para perseguir y reprimir a mis hermanas y hermanos”, agregó. Según el portal de noticias argentino Infobae, dos funcionarios del gobierno argentino le habían pedido a Morales que moderara sus declaraciones porque ponía en una situación “incómoda” a Fernández. Consultado sobre si existió esa conversación, el portavoz de la cancillería argentina se negó a hacer declaraciones.
La canciller boliviana dijo que su par argentino no le respondió, pero dio por sentado que ese diálogo sí se produjo. “En los hechos ha habido una respuesta indirecta en las advertencias del gobierno del señor Fernández hacia don Evo Morales previniendo y advirtiéndole que [...] no debe hacer ese tipo de amenazas que rayan en lo delictivo”, dijo. Longaric agregó que la marcha atrás de Morales es “irrelevante”, porque el ex mandatario ya “ha hecho conocer todas las intenciones que tiene”.
Por su parte, la UCR celebró la retractación de Morales y evalúa retirar el proyecto que presentó el miércoles y sus dirigentes dijeron que si no reincide en declaraciones de ese tipo no insistirá con el proyecto de ley que pide que no se le otorgue el estatus de refugiado.











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