Es realmente indescriptible la creatividad que ha despertado el hecho de que no se haga la marcha. Por todos los barrios de Montevideo ves pancartas, pegatinas, carteles en las casas, pequeñas fotos de los desaparecidos en las columnas del alumbrado. Recién por ejemplo era emocionante ver a unas muchachas frente al Palacio Legislativo mostrando a los que pasábamos a pie o en ómnibus, fotos de desaparecidos. Y muy cercano a ellas, los canteros sembrados de margaritas y fotitos. Mismo en todos los barrios. Enormes carteles en algunos edificios. Una cantidad de actividades alternativas a la marcha, como por ejemplo marchitas barriales en conmemoración de alguien desaparecido del barrio, o concentración ante sitios tan significativos como el batallón 13 de Instrucciones
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