Leonardo Loureiro, representante del sector productivo en el Consejo Nacional de Innovación, Ciencia y Tecnología (Conicyt) y expresidente de la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI), sostuvo que el gran desafío actual para Uruguay es «elevar el nivel educativo al máximo». Según Loureiro, «esto permitirá que los trabajadores uruguayos puedan desarrollar y fabricar robots destinados a la industria, en lugar de depender de su importación desde países como China, Japón o Suiza». Esta estrategia, agregó, «clave para evitar la precarización laboral», concluyó que el verdadero desafío radica en la capacitación. «No se trata sólo de dinero, sino también de contar con las personas adecuadas para hacer el trabajo. Si miramos a China, vemos cómo han explotado».
“Es fundamental desarrollar nuevas tecnologías y aprovechar la IA para mejorar las condiciones de trabajo”
El viernes 6 de diciembre culminó el Curso de Formación Superior de tercer nivel para militantes sindicales, organizado por el Instituto Cuesta Duarte, cuyo objetivo principal fue promover el fortalecimiento de la acción sindical, potenciar la negociación colectiva y fomentar la formación continua. El programa incluyó contenidos clave como el análisis de las nuevas formas de organización del trabajo, con énfasis en la incorporación de tecnologías como la inteligencia artificial, el impacto de las plataformas digitales, y las transformaciones en la configuración y dimensiones del ámbito laboral. Además, se abordaron las estrategias de comunicación en un contexto marcado por el uso de datos y redes sociales.
En este contexto, Leonardo Loureiro estuvo a cargo de uno de los paneles titulado “Desafíos y cambios de las empresas frente a las nuevas TIC’s”.
Loureiro destacó, en diálogo con el Portal del PIT-CNT, la importancia del curso organizado por el Instituto Cuesta Duarte para comprender tanto la situación actual como el impacto que pueden tener diversos temas, no sólo relacionados con la tecnología. En este caso, subrayó el papel específico de la inteligencia artificial, destacando el valor del instituto como un espacio clave para este análisis. “En particular, ya había tenido contacto con otros sindicatos, como la Asociación de Empleados Bancarios del Uruguay (AEBU), porque me preocupaba mucho el tema de la transformación digital, la ciberseguridad y otros aspectos relacionados. Por eso, valoro que se realicen este tipo de talleres, donde el enfoque se centra más en la investigación y el análisis desde perspectivas sociológicas y filosóficas, y no tanto en los aspectos técnicos o específicos de la tecnología que solemos trabajar”, explicó Loureiro.
“Es un desafío importante. No suelo hablar de soberanía, pero sí de autonomía cuando me refiero al nivel país. Mi postura es nacional, no sectorial ni enfocada en un colectivo específico”, señaló.
El experto explicó que ha participado como representante de Uruguay en organismos de la Organización de Estados Americanos (OEA), discutiendo la gobernanza de la inteligencia artificial. “Ahí surge un desafío clave: no es ideal usar la palabra ‘control’, pero podemos buscar un término más adecuado. ¿Cómo supervisar que esta tecnología evolucione sin frenar la innovación, pero también evitando efectos colaterales inesperados? Trabajar en esa línea ha sido lo que más me ha desafiado”, dijo.
“El año pasado se realizó un evento muy interesante organizado por la Comisión del Futuro, y me parece relevante mencionar que en el curso del Instituto Cuesta Duarte una de las disertantes fue la senadora del Frente Amplio, Silvia Nane. Esa comisión organizó un congreso mundial de parlamentarios en Montevideo, donde el tema central no fue la inteligencia artificial actual, sino la que está por venir: la inteligencia artificial general, que tendrá mayor autonomía que la tecnología actual”, expresó Loureiro.
En ese contexto, planteó interrogantes clave: “¿Cómo podemos posicionarnos como país y como parte del mundo para identificar qué debemos hacer, aprovechando los aspectos positivos de la inteligencia artificial mientras controlamos y minimizamos su impacto negativo? ¿Cómo logramos que convivan estas realidades, en las que por un lado enfrentamos desafíos extraordinarios como el impacto de la inteligencia artificial en el mundo del trabajo, y por otro lidiamos con una realidad global que está generando precarización laboral?”, reflexionó.
La educación al máximo nivel
“Siempre he promovido un enfoque laboral basado en el conocimiento, más que en lo mecánico, manual o físico. Creo que ahí hay una gran oportunidad”, expresó Loureiro.
En tal sentido, el especialista se declaró defensor del Plan Ceibal, destacando su iniciativa de implementar laboratorios en todo el país con tecnologías como impresoras 3D, robots y procesos de robotización. “Prefiero que los robots sean fabricados por los trabajadores de Uruguay y no que dependamos de importarlos desde China, Japón o Suiza, lo que podría derivar en una precarización laboral. El gran desafío que enfrentamos como país es encontrar la manera de elevar nuestro nivel educativo al máximo”,
Loureiro destacó el trabajo de la UTEC, señalando que “es sorprendente ver cómo están investigando nuevas tecnologías aplicadas a mejorar las condiciones de trabajo”. Subrayó que este tipo de avances requiere una formación intensiva.
“Tenemos un desfasaje: la fuerza laboral actual no está completamente capacitada para enfrentar estas nuevas realidades. Por eso, es fundamental realizar actividades como las que hemos llevado a cabo, patrocinadas por el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (INEFOP). INEFOP debe asumir un rol clave en la transformación del aprendizaje de muchos trabajadores actuales, además de anticipar las necesidades de los trabajadores del futuro”, enfatizó.
Asimismo, Loureiro mencionó que, en su rol como representante de la CUTI, en su momento implementó un programa en conjunto con INEFOP, cuyo enfoque principal fue la reconversión laboral. Destacó los resultados positivos de dicho programa en el cual muchas personas que antes trabajaban en sectores tradicionales, como el comercio, lograron reconvertirse y hoy desempeñan funciones en el sector tecnológico. “Es sorprendente ver cómo muchas personas terminaron cursos y ahora trabajan en tecnología, habiendo sido, antes, dependientes en actividades relacionadas con ventas”.
El programa, conocido como BIT, fue acompañado de una serie de estudios orientados a los aspectos tecnológicos, más allá de los económicos y laborales, similar a los realizados por el Instituto Cuesta Duarte. Uno de los estudios más destacados, señaló Loureiro, analizó el impacto del sector de las Tecnologías de la Información (TI) en la economía uruguaya. “Hoy, una persona que trabaja en el sector tecnológico gana tres veces más que cualquier otro sector económico”, afirmó.
En ese marco, apuntó que el futuro está en áreas como la biotecnología y la tecnología de la información, y en aprovechar la inteligencia artificial en otros sectores. “Con el Instituto Cuesta Duarte hemos visto cómo la inteligencia artificial puede generar mejores condiciones y permitirnos hacer cosas que antes no podíamos”, explicó.
El especialista también reflexionó sobre los retos que enfrentan los profesionales de la tecnología de la información ante el avance de la inteligencia artificial, que está cada vez más capacitada para realizar tareas estructuradas, como la programación. “Hoy, la inteligencia artificial puede programar más eficientemente que una persona, lo que nos plantea un desafío interno en el sector”, señaló.
También puso en evidencia cómo la inteligencia artificial puede ofrecer soluciones económicas significativas, mencionando, por ejemplo, el costo de modernizar sistemas antiguos de reservas de pasajes. “Migrar estos sistemas a tecnologías nuevas puede costar hasta 700 millones de dólares, una cifra que el negocio no puede cubrir. Pero con inteligencia artificial, esa inversión se reduce al 10%, lo que hace viable la modernización”, explicó.
Loureiro concluyó que el verdadero desafío radica en la capacitación. “No se trata sólo de dinero, sino también de contar con las personas adecuadas para hacer el trabajo. Si miramos a China, vemos cómo han explotado su potencial gracias a la capacitación masiva de su población. Ahí está el verdadero desafío”, sentenció.
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