LOS “VIEJITOS”, SHAKIRA, LA MAGIA DEL PODER Y LAS CADENAS…
La Chacra, 6 de diciembre de 2025 — Álvaro Jaume (siempre REDOMÓN!)
(I)
LOS “VIEJITOS”, SHAKIRA, LA MAGIA DEL PODER Y LAS CADENAS…
La Chacra, 6 de diciembre de 2025 — Álvaro Jaume (siempre REDOMÓN!)
(I)
Había pensado cerrar este 2025 en silencio. Me parecía suficiente la notable tarea que viene realizando el blog El Muerto, mordiéndole los talones a este cuarto gobierno del FA, denunciando paso a paso cada uno de sus “derrapes”. En todo caso, para no sumar críticas —que por reiteradas serían más ruido que aporte— con la esperanza de que la base frenteamplista que se siente realmente de IZQUIERDA sacase sus propias conclusiones, contrastando promesas con realizaciones: discursos por un lado, prácticas concretas por otro. Es tarea impostergable de cada uno de nosotros poner en jaque la credibilidad de los discursos políticos, para no ser manejados como marionetas.
Pero esta mañana, trabajando la tierra bajo el mormazo del sol, más que por fuera, algo por dentro comenzó a quemarme. Una suerte de incendio interior, de bronca incontenible ante cosas que uno se resiste a imaginar o aceptar. ¿La razón? El cierre de una semana marcada por dos acontecimientos que tienen la particularidad de sacudir esa modorra tan uruguayesca, que además —en épocas festivas— se acrecienta con la vorágine consumista y se satura con banalidades de todo tipo.
Uno de ellos: los megashows de la diva Shakira en su gira mundial Las mujeres ya no lloran. Y dos: la gestión del “amigazo” presidente Orsi, siempre tan sencillo y campechano, ante la SCJ —Suprema Corte de Justicia—. Suprema Corte de la Injusticia, diría el Tambero en la Plaza Libertad cuando nos procesaron por segunda vez. Gestión que, según Orsi, fue realizada para “asesorarse” (palabra textual) sobre el estado de los militares presos por delitos de lesa humanidad en la cárcel VIP de Domingo Arena.
Se trata de más de una veintena de asesinos, torturadores y violadores, verdaderos terroristas de Estado, que desde hace tiempo el propio Pepe Mujica y Lucía han rebautizado con el misericordioso apodo de “viejitos”. Sumándose la original conexión entre uno y otro hecho: el presidente concurrió en familia —como “debe ser”— al primero de los recitales de la “diosa”.
Y lo que parecía olvidarse, hizo su trabajo por dentro mío. En la Olla, el pasado miércoles, habíamos comentado algo de ambos hechos, pero lo cierto es que me fueron quemando por dentro… el “burnout”, diría el coreanito (BCH), enfermedad muy típica —según él— de este tecnocapitalismo posmoderno. Hasta que hoy reventó, y aquí me “hallo” (dirían los paisanos), haciendo catarsis escrita, preguntando —mil veces preguntándome—:
¿Qué nos está pasando, como sociedad, como civilización —no solo aquí en Uruguay sino a nivel planetario— que no paramos de RETROCEDER, Y RETROCEDER?
Ya no solo de abandonar o renunciar a las históricas utopías de un mundo sin explotados ni explotadores, un mundo de verdadera libertad y justicia social/ambiental, sino de despeñarnos cada vez más al claudicar los más básicos principios éticos y las más elementales actitudes de solidaridad humana.
¿Tendrá freno esta loca carrera por matar al ser humano, por maquinizarlo todo, por convertirnos en adictos tecnológicos que solo aspiraríamos a la individualidad pura y dura, a “ser UNO MISMO”, tal como lo promueve la canción del Cuarteto de Nos?
El primer paso para no rayarse (término bien canero) es intentar ENTENDER cómo funciona el sistema y las cabecitas que lo sostienen —que lo sostenemos desde un lugar u otro, desde lo que hacemos y vivimos.
(II)
Empecemos por Shakira, a quien “aman” —dicho así por mis propias nietas—, sobre todo mujeres, ya que ha sido muy inteligente su marketing utilizando el feminismo como bandera. Partamos de un dato significativo: en un país de poco más de 3,5 millones de habitantes, más de 100 mil personas asistieron a sus dos recitales en el Estadio. Entradas que, como mínimo, rondaban los 100 dólares (Tribunas Ámsterdam y Colombes, de pie y sin numerar: $3.450).
En un país donde cerca del 19 % de la población vive bajo la línea de pobreza, es decir, casi 700 mil personas que diariamente la pelean para resolver lo más básico de sus vidas.
Cierto: en la Olla, cuando nuestro parlantecito de morondanga empieza a sonar —luego de la infaltable asamblea—, entre mates y tortas fritas, varias veces ha sonado la mentada diva. Solicitada por varias —contundentes— Olleras, y también por Olleros. Incluso hemos bailado al son de su música.
Pero mientras observaba desde la compu las imágenes del show, el imponente despliegue visual y sonoro, con la “diosa” esplendorosa como una reina Cleopatra posmoderna, pensaba en el humilde ranchito de costaneros ya casi podridos de nuestra querida Graciela. Histórica Ollera —¡ya llevamos casi seis años!— que al día de hoy SOBREVIVE con el guiso de los miércoles.
Y me preguntaba: ¿cuántos millones amasa Shakira?, ¿cuántos se gastaron en el montaje de sus megashows? Contrastes que se naturalizan.
Lo mismo que con Andresito, Ollero desde el primer día “plandémico”, que con su cochecito vestido de “bolso”, tricolor hasta la pasión, jamás se ha preguntado cuántos miles y miles de DÓLARES ganan sus ídolos futbolísticos.
¡Qué brillante el CAPITALISMO como sistema, que ha logrado que los esclavos, los “condenados de la tierra” —que los hay no solo en Toledo sino en todos los rincones de esta Patria QUE NO ES DE TODOS— idolatren a multimillonarios que se dan la gran vida!
O voten a políticos, conchetos o campechanos, que ganan ¡150 o 200 veces más que ellos!
Y atención: en la Olla de Toledo —no hace falta ir ni a Palestina ni a Burundi— hay gente que vive con un promedio de $100 AL DÍA, festejando cuando los tiene.
Este TURBOCAPITALISMO, enamorado de la IA, maestro en “psicopolítica” (Byung-Chul Han), produce esclavos que se sienten —que se auto-perciben— libres. Produce “AGENTES” (Mark Fisher) que no solo NO se cuestionan, sino que naturalizan la existencia de semejantes contrastes.
Preguntarse si no es un atentado a la dignidad humana organizar un megaevento prohibitivo para casi un tercio de la población parecería quedar fuera de nuestra “normalidad ideológica”. Menos aún si ese circo —ya no romano sino montevideano— es consagrado con la presencia del presidente de la República.
El operativo político de la semana, popularizando al “presi” con su asistencia al super show, no es improbable que esté concatenado con uno ideológico de mayor alcance: comenzar a recorrer —si no el camino de la reconciliación— sí el camino del PERDÓN a los protagonistas del terrorismo de Estado.
La misma sociedad que pasa de largo ante quien duerme en la calle, o ignora a quien no tiene ni $100 para el diario vivir, parece conmoverse por voces sensibles que sostienen que un país tan civilizado y democrático como el nuestro no puede dejar morir en la cárcel a unos pobres ancianos.
Si ya fue un GIGANTESCO RETROCESO que el FA —sí, el heroico FA— en su primer gobierno instalara en 2006 una cárcel VIP para estos milicos asesinos (suavizo: violadores de DDHH), AÚN MAYOR RETROCESO es insistir hoy con una campaña de sensibilización pública hacia ellos.
A partir de la noticia difundida por el semanario Búsqueda, reaparecieron los argumentos “humanitarios” a favor de la prisión domiciliaria. No solo de Zubía, sino de legisladores cabildantes, coalicionistas y de una prensa facha que volvió feliz al revisionismo.
Entonces vuelvo hacia adentro para no incendiarme del todo. Intento explicarme lo casi inexplicable. Rebelarme contra este espiral ascendente —este nunca acabar— ¡DE IR MARCHA ATRÁS!
Es verdad: cuando en 2007, organizados por Plenaria Memoria y Justicia, realizamos el primer escrache a la cárcel VIP de Domingo Arena, no fuimos multitudes. No hubo bronca social ni sublevación del pueblo frenteamplista ante tamaña traición a su ADN político.
Desde el Pacto del Club Naval en adelante, podrían escribirse tomos enteros de los RETROCESOS del FA. Siempre en nombre del pragmatismo. Siempre con la cantinela de que “los tiempos han cambiado”.
Eso explica que Orsi, con su pose de canario bonachón, relativizara su reunión con la SCJ diciendo que “no se había preocupado, solo había consultado”. Si no dudara de su capacidad, pensaría que nos tomó el pelo. Pero ojo: ¡Orsi no es solo Orsi! Con matices, ¡SON TODOS!
Nadie patea el tablero. En conjunto, se sigue marchando HACIA ATRÁS. Y lo que ocurre políticamente, ocurre también socialmente.
En esto hay que reconocerle mucho al ya extinto Zygmunt Bauman, que con su análisis de la sociedad líquida y el mundo-consumo nos dio claves fundamentales para entender esta fase del capitalismo: tibieza cultural, individualismo y consumo como anestesia.
CIERRE — LA MAGIA DEL PODER Y LAS CADENAS
¿Por qué el título LA MAGIA DEL PODER? Porque el poder seduce, pero además domestica. Lo vivido esta semana lo demuestra con claridad. Lo sintetiza magistralmente Luce Fabbri:
“En Uruguay, como en todas partes, la izquierda se aproxima al poder perdiendo sus características originarias, adquiriendo los rasgos que en su nacimiento había combatido. Parece suficiente el olor del poder para corromperse.”
Grande Luce, incansable luchadora social.
Y por último, las CADENAS. ¿A qué apunto? En mi desesperación de “radical” necio —al menos de eso se me acusa— me sorprende cómo tantos militantes sociales o políticos, antes comprometidos, abandonan la lucha para resolver sus vidas privadas. O cómo mortales comunes acompañan luchas y luego se repliegan a su casa y su trabajo. Para felicidad de dirigentes y élites, que quedan con las manos libres.
Ante esto recordé la frase final del Manifiesto Comunista (1848):
“Los proletarios no tienen nada que perder, excepto sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo que ganar.”
Tiene sentido histórico, pero hoy también plantea dilemas. Existen cadenas subjetivas —psicológicas, emocionales— que frenan la rebeldía. Y existen objetos materiales que refuerzan el consumismo y el sentimiento propietarista.
Hoy, en tiempos de horizonte revolucionario escaso, donde parece que solo hay capitalismo y más capitalismo, la tarea política pasa por la concientización desde abajo, peleando palmo a palmo ideas, valores y un nuevo imaginario.
En ese largo camino forjaremos herramientas y experiencias que nos permitan gritar bien fuerte:
¡NITEP!
(¡Ni todo está perdido!)




“El problema central de nuestro tiempo es el problema de la democracia, en el sentido muy claro, rotundo, de que esta democracia no es una democracia, porque los ciudadanos no pueden hacer más que quitar un gobierno y poner otro en su lugar, no pueden realmente influir en lo que influye verdaderamente en sus vidas, que es el poder económico, las instituciones que determinan nuestras vidas como el FMI, el Banco Mundial, la Organización Mundial del Comercio y todo eso, que no son instituciones democráticas porque no las hemos votado, vivimos en una situación casi esquizofrénica. Tenemos una participación democrática en la vida del país, que consiste en votar, en quitar un gobierno y poner otro, y todo se queda ahí y lo que es absurdo es que el ciudadano no puede llegar a los auténticos centros de poder, porque los gobiernos se transformaron todos en comisarios políticos del poder económico. Si esto no encuentra una solución, si la democracia no tiene ningún instrumento para controlar el poder económico, sus abusos y sus crímenes, por qué tenemos que seguir llamando a esto una democracia, es una plutocracia, gobierno de los ricos y que tiene a su servicio todo, incluso a los gobiernos. Bush es un títere, no es más que un títere y la equivocación está –y todo se hace para que aceptemos esa falsa conclusión–, en pensar que el poder lo tiene el pueblo y que el fin del mundo está en manos del señor Bush. Pero no está, al señor Bush le dicen lo que tiene que hacer en cada momento y no es la Condolezza Rice, tampoco es el señor Cheney, es mucho más, mucho más arriba. Entonces, somos manipulados, somos engañados todos los días y seguimos como corderitos inocentes hablando de democracia como si fuera una realidad, en las instituciones sí, no tengo duda, están ahí, tribunal, parlamento, todo eso, pero tenemos que preguntarnos para qué sirve eso”.
ResponderEliminarJosé Saramago en una entrevista realizada por Omar Valiño realizada en julio del 2005.
“Lo que está pasando ahora, lo que podemos llamar la crisis de la democracia, es el colapso de la confianza. La creencia de que los líderes no solo son corruptos o estúpidos, sino que son incapaces. Para actuar se necesita poder: ser capaz de hacer cosas; y se necesita política: la habilidad de decidir qué cosas tienen que hacerse. La cuestión es que ese matrimonio entre poder y política en manos del Estado-nación se ha terminado. El poder se ha globalizado pero las políticas son tan locales como antes. La política tiene las manos cortadas. La gente ya no cree en el sistema democrático porque no cumple sus promesas. Es lo que está poniendo de manifiesto, por ejemplo, la crisis de la migración. El fenómeno es global, pero actuamos en términos parroquianos. Las instituciones democráticas no fueron diseñadas para manejar situaciones de interdependencia. La crisis contemporánea de la democracia es una crisis de las instituciones democráticas”.
ResponderEliminarZygmunt Bauman en una entrevista realizada por el filósofo español Javier Gomá, y publicada por primera vez por el diario El Pais.
“Creo que actualmente estamos frente a un fenómeno nuevo que va más allá del desencanto y de la desconfianza recíproca entre los ciudadanos y el poder y tiene que ver con el planeta entero. Lo que está pasando es una transformación radical de las categorias con que estábamos acostumbrados a pensar la política. El nuevo orden del poder mundial se funda sobre un modelo de gobernabilidad que se define como democrático, pero que nada tiene que ver con lo que este término significaba en Atenas. Y que este modelo sea, del punto de vista del poder, más económico y funcional está probado por el hecho de que fue adoptado también por aquellos regímenes que hasta hace pocos años atrás eran dictaduras. Es más simple manipular a la opinión de las personas a través de los medios y de la televisión que tener que imponer en cada oportunidad las propias decisiones con la violencia. Las formas de la política conocidas por nosotros– el Estado nacional, la soberania, la participación democrática, los partidos políticos, el derecho internacional – ya llegaron al fin de su historia. Ellas continúan vivas como formas vacías, pero la política tiene hoy la forma de una “economia”, a saber, de un gobierno de las cosas y de los seres humanos. La tarea que nos espera consiste, por lo tanto, en pensar integralmente, desde el principio al fin, aquello que hasta ahora habíamos definido con la expresión, ya poco clara en si misma, “vida política”.”
ResponderEliminarGiorgio Agamben en una entrevista publicada el 11 de octubre de 2017.
Sobre el tiempo por venir | por Giorgio Agamben
ResponderEliminarLo que está sucediendo hoy a escala planetaria es sin duda el fin de un mundo. Pero no -como ocurre con quienes intentan gobernarlo según sus intereses- en el sentido de una transición hacia un mundo más adecuado a las nuevas necesidades de la sociedad humana. La era de las democracias burguesas está decayendo, con sus derechos, sus constituciones y sus parlamentos; pero, más allá del aspecto jurídico, que ciertamente no es irrelevante, lo que termina es en primer lugar, es el mundo que comenzó con la revolución industrial y creció hasta las dos -o tres- guerras mundiales y los totalitarismos -tiránicos o democráticos- que las acompañaron.
Si las potencias que gobiernan el mundo han considerado necesario recurrir a medidas y dispositivos tan extremos como la bioseguridad y el terror médico, que han establecido en todas partes y sin reservas, pero que ahora amenazan con salirse de control, es porque temían según ante toda evidencia de que no tenía otra opción para sobrevivir. Y si la gente aceptó sin ninguna garantía las medidas despóticas y las limitaciones sin precedentes a las que estaban sometidas, no fue sólo por miedo a la pandemia, sino presumiblemente porque, más o menos inconscientemente, sabían que el mundo en el que habían vivido hasta ahora, era demasiado injusto e inhumano. No hace falta decir que los gobiernos están preparando un mundo aún más inhumano, aún más injusto; pero en cualquier caso, en ambos lados se preveía de alguna manera que el mundo anterior –como ahora empezamos a llamarlo– no podría continuar. Ciertamente hay en esto, como en todo presentimiento oscuro, un elemento religioso. La salud ha sustituido a la salvación, la vida biológica ha sustituido a la vida eterna y la Iglesia, acostumbrada desde hace tiempo a comprometerse con las necesidades mundanas, ha consentido más o menos explícitamente en esta sustitución.
No nos arrepentimos de este mundo que se acaba, no tenemos nostalgia de la idea de lo humano y lo divino que las implacables olas del tiempo van borrando como una cara de arena en la orilla de la historia. Pero con igual determinación rechazamos la vida desnuda, silenciosa y sin rostro, y la religión de la salud que nos proponen los gobiernos. No esperamos un nuevo dios ni un nuevo hombre, sino que buscamos aquí y ahora, entre las ruinas que nos rodean, una forma de vida más humilde, más sencilla, que no sea un espejismo, porque de ella tenemos memoria y experiencia, incluso si, dentro y fuera de nosotros, los poderes adversos lo rechazan cada vez hasta el olvido.
Artículo del filósofo italiano Giorgio Agamben, publicado originalmente el 23 de noviembre del 2019 en su columna «Una voce». Traducción realizada por José Daniel Figuera.
“Los cambios que está atravesando Rusia están lejos de ser un proceso aislado; son un elemento integral de la reestructuración global, son un elemento integral de la redistribución global del poder. Al historiador francés Fernand Braudel le gustaba mucho la frase: “Las cartas de la historia se echan muy pocas veces, y las cartas de triunfo tienen la costumbre de quedarse en las mismas manos”. Por supuesto, ahora somos testigos de ese nuevo reparto de las cartas de la historia. En el siglo XX, las cartas de la historia se repartieron entre 1914 y 1934, y esto determinó todo el siglo XX. El mundo que está surgiendo ante nuestros ojos será mucho menos democrático, menos igualitario y más explotador que cualquier cosa a la que estábamos acostumbrados entre 1945 y 1991”.
ResponderEliminarFuente: Andrei Fursov: La revisión de los mapas de la Historia. Se trata de la supervivencia de Rusia y de los rusos. 19 de octubre de 2023.
“Tanto la derecha como la izquierda sirven al Estado Profundo Internacional (IDS). El IDS es el centro del sistema globalista. La única manera de destruirlo es establecer un Anticentro o, en otras palabras, un Centro Radical alternativo, ni de derecha ni de izquierda”.
ResponderEliminarAlexandr Duguin
“Hoy se elimina todo lo que no reporta un provecho inmediato, es decir, económico. Se renuncia a la formación integral a cambio de la formación profesional. Renunciar a la filosofía significa renunciar a pensar. La filosofía es un pensamiento meditativo, que se distingue del pensamiento calculador. Hoy el pensamiento se asimila cada vez más al cálculo. El pensamiento calculador da continuidad a lo igual. La palabra alemana para meditar, sinnen, "darle vueltas a algo", significa originalmente "viajar". Por tanto, en un sentido enfático pensar es dar vueltas, viajar. Es estar en camino hacia otro lugar. El pensamiento meditativo y filosófico es el único capaz de engendrar algo totalmente distinto. Hoy vivimos en un infierno neoliberal de lo igual. Para este infierno de lo igual resulta un peligro el pensar, la filosofía, porque interrumpe lo igual a favor de lo totalmente distinto, es más, a favor de una forma de vida totalmente distinta. Por eso es precisamente en el infierno de lo igual donde habría que introducir la filosofía como asignatura obligatoria, en lugar de eliminarla. De lo contrario sólo prosigue lo igual. La revolución empieza con el pensamiento. La filosofía es la comadrona de la revolución”.
ResponderEliminarByung Chul Han, en una entrevista realizada a raiz de de la publicación de su libro "Buen Entretenimiento" publicada por el diario El Mundo.
“Es bueno reflexionar con especial cautela, precisamente hoy que la exigencia de la verdad parece haber sido borrada del mundo, sobre el particular estatus de las cosas que, aun no siendo de este mundo, nos importan verdaderamente y orientan nuestro pensamiento y nuestra acción en este mundo. Como sugiere Jesi, sería de hecho un imperdonable error confundir las cosas que no-existen con las que existen, fingir que simplemente existen. Su diferencia emerge con claridad en la distinción entre revuelta y revolución, que Jesi intenta puntualmente definir. La revolución es la meta que se proponen aquellos que creen solo en las cosas de este mundo y por lo tanto se ocupan de las circunstancias y los tiempos de su posible realización en el tiempo histórico según las relaciones de causa y efecto. La revuelta implica, en cambio, una suspensión del tiempo histórico, el compromiso intransigente en una acción cuyas consecuencias no se saben ni se pueden prever, pero que, por ello, no desciende a pactos y compromisos con el enemigo. Mientras aquellos que no ven más allá de este mundo se ocupan solo de las relaciones de fuerza en las que se encuentran y están dispuestos a dejar de lado sin escrúpulos sus convicciones, los hombres de la revuelta son los hombres del no-existe, que han suspendido de una vez por todas el tiempo histórico y pueden por ello actuar en él incondicionalmente. Precisamente porque las cosas que no-existen no representan para ellos un futuro por realizar, sino una exigencia presente de la cual están obligados en cada instante a dar testimonio, tanto más inexorablemente su acción actuará sobre el acontecer histórico, rompiéndolo y aniquilándolo”.
ResponderEliminarTexto del filósofo italiano Giorgio Agamben, publicado el 3 de Junio del 2024, en su columna de la editorial Quodlibet, bajo el título "Sulle cose che ci-non-sono". Traducción: Bloghemia.
“Un acto de obediencia a un principio es necesariamente un acto de desobediencia a su contra parte, y viceversa. Antígona constituye el ejemplo clásico de esta dicotomía. Si obedece a las leyes inhumanas del Estado, Antígona debe desobedecer necesariamente las leyes de la humanidad. Si obedece a estas últimas, debe desobedecer a las primeras. Todos los mártires de la fe religiosa, de la libertad y de la ciencia han tenido que desobedecer a quienes deseaban amordazarlos, para obedecer a su propia conciencia, a las leyes de la humanidad y la razón. Si un hombre solo puede obedecer y no desobedecer, es un esclavo; si solo puede desobedecer y no obedecer, es un rebelde (no un revolucionario); actúa por cólera, despecho, resentimiento, pero no en nombre de una convicción o de un principio”.
ResponderEliminarTexto de Erich Fromm, publicado bajo el título "La desobediencia como problema psicológico y moral"
“Así, Nathan Rothschild financió la obra emblemática de Karl Marx —’El capital’— una estrategia de estos millonarios, que propició la Primera Guerra Mundial, el derrocamiento de los zares y la instauración del comunismo. La Segunda Guerra Mundial fue planificada, a conciencia, para destruir el nazismo y dar relevancia al sionismo político y crear el Estado de Israel. A su vez, Rockefeller a través de sus empresas financió a Hitler. Conclusión: [Los líderes del Nuevo Orden Mundial] financian a los dos bandos, juegan con el mundo como si se tratara de un Monopoly gigante, pero con personas de carne y hueso. Pero, ¡ojo!, más arriba, fuera de lo humano, están los otros”.
ResponderEliminarSalvador Freixedo, ufólogo y sacerdote jesuita, en una reflexión sobre la elección presidencial en Francia de 2017
“Hasta ahora, ninguna revolución fue razonada; por ese poderoso motivo, ninguna completó una victoria.
ResponderEliminarLa gran revolución intelectual que libera a los espíritus, trae como lógica consecuencia la emancipación en relación con otros individuos. Es correcto afirmar que evolución y revolución son dos actos sucesivos del mismo fenómeno. Primero ocurre la evolución y luego la revolución, que a su vez genera nuevas evoluciones, causa eterna de otras revoluciones. Si la revolución es siempre muy posterior a la evolución, se debe a la resistencia que ofrece el ambiente. Las transformaciones son contrariadas por la resistencia de este y el fenómeno novedoso solo puede producirse empleando una resistencia mas violenta aun”.
Pierre Joseph Proudhon
“Las revoluciones no siempre causan adelantos, del mismo modo que no siempre las evoluciones llevan a un principio de justicia.
ResponderEliminarTodos los movimientos importantes, sin excepción, fueron obra de la masa movilizada por su instinto o por algunos interesados. Por ello, las ventajas obtenidas solo fueron a parar a las manos de sus dirigentes. La psicología social indica que se necesita vivir prevenido tanto del gobierno establecido como del que pretenda establecerse”.
Pierre Joseph Proudhon
“Tales son en sus principios elementales que concibe a priori el entendimiento humano y están destinados a servir de materiales para todas las futuras construcciones políticas. Pero, aunque esos cuatro tipos (monarquía, comunismo, democracia, anarquía) aunque sugeridos a la vez por la naturaleza de las cosas y el sentimiento de la libertad y del derecho, no son para realizarlos en sí mismos ni con todo el rigor de sus leyes. Son concepciones ideales y formulas abstractas que no pueden pasar a realidad, aunque por ellas se constituyan empírica e intuitivamente todos los gobiernos de hecho. La realidad es compleja por su propia naturaleza: lo simple no sale de la esfera de lo ideal ni llega a lo concreto. Poseemos en esas formulas antitéticas los elementos de una constitución regular, de la futura constitución del genero humano; pero será necesario que pasen siglos y se desenvuelva ante nuestros ojos toda una serie de revoluciones antes que del cerebro que ha de concebirla, es decir, del cerebro de la humanidad, se desprenda la formula definitiva”.
ResponderEliminarPierre Joseph Proudhon
“Pero creo que también Marx estaba aún demasiado atado al concepto de continuo del progreso, que su idea misma del socialismo no representa aún, o no representa ya, aquella negación determinada del capitalismo que tenía que representar. O sea, el concepto de final de la utopía implica la necesidad de discutir al menos una nueva definición del socialismo, discusión precisamente enmarcada en la pregunta de si la teoría marxiana del socialismo no representa un estadio hoy ya superado del desarrollo de las fuerzas productivas. Creo que esto se manifiesta del modo más claro en aquella célebre distinción entre el reino de la libertad y el reino de la necesidad. El que el reino de la libertad no se pueda pensar ni pueda subsistir sino más allá del reino de la necesidad implica que éste es realmente siempre un reino de la necesidad, también en el sentido del trabajo alienado. Eso significa, como dice Marx, que todo lo que en este reino puede ocurrir es que el trabajo se racionalice todo lo posible, se reduzca todo lo posible, pero sin dejar de ser trabajo en el reino de la necesidad, aplicado al reino de la necesidad, y, por lo tanto, trabajo no-libre. Creo que una de las nuevas posibilidades, representativa de la diferencia cualitativa entre la sociedad libre y la nolibre, consiste en hallar el reino de la libertad en el reino de la necesidad, en el trabajo y no más allá del trabajo. Si desean ustedes una formulación provocativa de esta idea especulativa, yo diría que hemos de considerar al menos la idea de un camino al socialismo que vaya de la ciencia a la utopía, y no, como aún creyó Engels, de la utopía a la ciencia”.
ResponderEliminarTexto del filósofo, crítico social y teórico político germano-estadounidense, Herbert Marcuse, titulado "El final de la Utopia, publicado en el libro del mismo nombre en el año 1968, por la Editorial Ariel S.A.
“Marx critica la ideología capitalista para mostrar que este estado del mercado (la sociedad burguesa) es contingente. No existe un orden necesario transhistórico. Todas las ideologías afirman que lo que es debe ser. La crítica de la ideología consiste siempre en hacer aparecer como contingente lo que se creía necesario. Pero los críticos de la ideología nunca han llegado a negar la necesidad física. Es necesario cuestionar esta idea de necesidad interna a la historia, a la sociedad, pero también a la propia naturaleza”.
ResponderEliminarQuentin Meillassoux
“La situación laboral actual no se puede describir con ayuda de la teoría marxista de la alienación. La alienación del trabajo significa que el trabajador se relaciona con el producto de su trabajo como si este fuera un objeto extraño. El trabajador no se reconoce ni en su producto ni en su actividad. Tanto más se empobrece el trabajador cuanta mayor riqueza produce. Sus productos le son arrebatados. La actividad del trabajador es causa de su desrealización: «Hasta tal punto la realización del trabajo resulta ser una desrealización que el trabajador es desrealizado hasta que muere de hambre». Cuanto más se agota, tanto más cae bajo el dominio del otro en cuanto su explotador. Esta relación de dominio que conduce a la alienación y a la desrealización, Marx la compara con la religión:
ResponderEliminar“Cuanto más confía el hombre en Dios tanto menos se guarda para sí mismo. El trabajador consagra su vida al objeto, pero entonces resulta que su vida ya no le pertenece a él, sino al objeto. Cuanto mayor sea esta actividad, tanta menos razón de ser tendrá el trabajador. Lo que es producto de su trabajo, él mismo no lo es. Es decir, cuanto mayor sea el producto, tanto menos será él”
A causa de la alienación en la situación laboral no es posible que el trabajador se realice. Su trabajo es una continua desrealización de sí mismo”.
Texto del filósofo surcoreano Byung-Chul Han, publicado por primera vez en su libro "La expulsión de los distinto"
“Vivimos en una época posmarxista. En el régimen neoliberal la explotación ya no se produce como alienación y desrealización de sí mismo, sino como libertad, como autorrealización y autooptimización. Aquí ya no existe el otro como explotador que me fuerza a trabajar y me aliena de mí mismo. Más bien, yo me exploto a mí mismo voluntariamente creyendo que me estoy realizando. Esta es la pérfida lógica del neoliberalismo. Así es también la primera fase de euforia del proceso de burnout o «síndrome del trabajador quemado». Me lanzo eufórico a trabajar, hasta que al final me derrumbo. Me mato a realizarme. Me mato a optimizarme. Tras el espejismo de la libertad se esconde el dominio neoliberal. El dominio se consuma en el momento en que coincide con la libertad. Esta sensación de libertad resulta fatídica en la medida en que vuelve imposible toda resistencia, toda revolución. ¿Contra qué debería dirigirse la revolución? Al fin y al cabo, no existen otros de quienes provenga una represión. La perogrullada de Jenny Holzer, «protégeme de lo que quiero», expresa de manera certera este cambio de paradigma”.
ResponderEliminarTexto del filósofo surcoreano Byung-Chul Han, publicado por primera vez en su libro "La expulsión de los distinto".
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ResponderEliminar“En este tema, todo el mundo ha utilizado el término «aparato ideológico», ¿verdad? No sabía que Gramsci utilizaba el término «aparato hegemónico». Como sea, es la misma palabra. Excepto que el Estado desaparece. Yo sostengo que el Estado existe dentro de ellos, porque es lo más importante de todo: son aparatos ideológicos de Estado. Y depende naturalmente de la definición que des del Estado, ¿entiendes? Hay que dar otra definición del Estado y no atenerse a la definición clásica que Marx dio de él. Porque Marx no entendía nada del Estado. Sí, entendió que el Estado era un instrumento a la disposición de la clase dominante. Esto es correcto, pero no entendía nada sobre el funcionamiento del Estado o, digamos, sobre el espacio del Estado”.
ResponderEliminarLouis Althusser en una entrevista en italiano para un programa de televisión titulado «Louis Althusser. La crisis del marxismo». La entrevista tuvo lugar en una terraza de Roma con vistas a la cúpula de la iglesia de San Pedro del Vaticano, en abril de 1980 y fue conducida por Renato Parascandolo y Piero Dorfles. Traducción a cargo de Artilleria Inmanente.
“La manera como se presentan las cosas no es la manera como son; y si las cosas fueran como se presentan la ciencia entera sobraría”.
ResponderEliminarTexto escrito por Karl Marx entre 1860 y 1862, se editó póstumamente, a modo de apéndice en Teorías de las plusvalías, bajo el título "Concepción apologética de la productividad de todas las profesiones".
“Lo que en este mundo llamamos el mal, tanto el moral como el natural, es el gran principio que nos convierte en criaturas sociales, la base firme, la vida y el puntal de todas las industrias y ocupaciones, sin excepción; aquí reside el verdadero origen de todas las artes y ciencias y, a partir del momento en que el mal cesara, la sociedad decaería necesariamente, si es que no perece completamente”.
ResponderEliminarTexto escrito por Karl Marx entre 1860 y 1862, se editó póstumamente, a modo de apéndice en Teorías de las plusvalías, bajo el título "Concepción apologética de la productividad de todas las profesiones".