El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia presentó el informe «Pobreza infantil en medio de la abundancia» y realizó un análisis de la situación en Uruguay con propuestas públicas. En Uruguay unos 150.000 niños viven por debajo de la línea de pobreza y se estima que el 78% de los hogares pobres con niños, niñas y adolescentes tienen entre uno o dos menores a cargo y la mitad de ellos tienen al menos un menor de cinco años. Según el informe de Unicef, el 85% de estas familias tienen ingresos laborales, la mayoría con bajas remuneraciones cercanas a los $ 13.700.
Situación en Uruguay
El Instituto Nacional de Estadística (INE) utiliza valores diferentes que separan Montevideo, el interior urbano y el interior rural para evaluar si un hogar alcanza o no el ingreso mínimo para no ser pobre. Para una familia de tres personas en Montevideo en 2023, el INE determinó que se necesitaban $ 50.872 mensuales para no ser considerada como pobre.
En los ingresos del hogar se incluyen —además de la remuneración laboral— transferencias en dinero, en especie (alimentación) y de otros hogares (pensiones).
En Uruguay unos 150.000 niños viven por debajo de la línea de pobreza y se estima que el 78% de los hogares pobres con niños, niñas y adolescentes tienen entre uno o dos menores a cargo y la mitad de ellos tienen al menos un menor de 5 años.
Según el informe de Unicef, el 85% de estas familias tienen ingresos laborales, la mayoría con bajas remuneraciones cercanas a los $ 13.700.
Por otra parte, la brecha de ingresos para salir de la pobreza varía, por lo que un 24% de los hogares pobres se ubican a menos de $ 5.000 de la línea de pobreza.
En ese sentido, se estima que para que todos los hogares con niños pobres de Uruguay salieran de la pobreza, se necesitarían US$ 355 millones (un 0,5% del Producto Interno Bruto).
Los últimos de la fila
Ranking UNICEF
Innocenti
Tasa más reciente
de pobreza infantil
(promedio 2019-2021)
Cambio en la tasa
de pobreza infantil
(2012-2014 a 2019-2021)
País % Ranking % Ranking
1 Eslovenia 10,0 2 -31,4 2
2 Polonia 14,1 8 -37,6 1
3 Letonia 16,3 16 -31,0 3
4 República de Corea 15,7 15 -29,0 5
5 Estonia 14,8 9 -23,4 6
6 Lituania 18,3 22 -30,6 4
7 República Checa 11,6 4 -14,5 16
8 Japón 14,8 9 -18,7 11
9 Irlanda 14,8 9 -18,5 12
10 Croacia 16,6 17 -21,8 10
11 Canadá 17,2 19 -22,7 7
12 Bélgica 14,9 12 -17,0 15
13 Portugal 19,3 25 -22,5 8
14 Finlandia 10,1 3 0,0 27
15 Dinamarca 9,9 1 3,5 31
16 Malta 19,8 26 -18,2 13
17 Países Bajos 13,5 7 0,7 28
18 Grecia 22,3 31 -17,2 14
19 Nueva Zelanda 21,1 29 -11,7 17
20 Noruega 12,0 5 10,1 36
21 Eslovaquia 18,9 23 -4,9 21
22 Suecia 18,0 20 -2,4 24
23 Islandia 12,4 6 11,0 39
24 Chipre 15,6 14 4,0 33
25 Alemania 15,5 13 5,0 34
26 Australia 17,1 18 1,7 30
27 Chile 21,6 30 -7,7 19
28 Rumania 29,0 37 -22,5 8
29 Austria 19,2 24 5,3 35
30 Suiza 18,0 20 10,3 37
31 Bulgaria 26,1 34 -8,3 18
32 Estados Unidos 26,2 35 -6,7 20
33 Francia 19,9 27 10,4 38
34 Italia 25,5 33 -0,8 26
35 Luxemburgo 24,5 32 3,7 32
36 España 28,0 36 -4,0 23
37 Uruguay 31,1 38 -4,1 22
38 Reino Unido 20,7 28 19,6 40
39 Turquía 33,8 39 1,5 29
40 Colombia 35,8 40 -2,1 2.
https://bibliotecaunicef.uy/opac_css/doc_num.php?explnum_id=320
Características de los hogares con niños pobres
El 34% de los niños, niñas y adolescentes pobres viven en hogares monoparentales y uno de los desafíos más importantes de estos casos es la inserción laboral ya que muchos de ellos no perciben pensión alimenticia.
En ese sentido, el informe estima que la tasa de actividad es similar entre las personas en situación de pobreza y las que no: el 68% de las personas pobres tienen o buscan un empleo comparado con el 66% de los que no son pobres.
Por otra parte, el informe también destacó el nivel de educación de los hogares. El precario acceso a la educación no solo genera mayor informalidad laboral y dificultades para acceder al mercado, sino que resulta en una mayor desvinculación por parte de los menores. El 79% de las personas entre 20 y 22 años no finalizaron la educación media superior.
Más de la mitad de los hogares pobres declaró haber tenido ingresos insuficientes para cubrir necesidades alimentarias y un 15,6% de los hogares pobres sostuvo que se quedaron sin alimentos o pasaron al menos un día sin comer.
Otro de los puntos destacados por el informe son las carencias en las condiciones de vivienda. Un 24% vive en hogares con hacinamiento, lo que significa que viven más de dos personas por habitación. Además, un 20% de los niños viven sin calefón o calentador y un 6% sin refrigerador.
El 18% de los niños pobres viven en asentamientos irregulares, sin embargo, en Montevideo la cifra alcanza el 30%.
En el entorno de 150.000 niños y adolescentes viven bajo la línea de pobreza en Uruguay. Entre los 0 y los 6 años, los porcentajes de pobreza duplican los de la población general y ese dato alarmante ha llevado a que, al menos en lo discursivo, la necesidad de priorizar políticas sociales en la primera infancia sea un punto de consenso político.
Esta semana, Unicef llevó a cabo en Uruguay el seminario internacional Inversión en Infancia: Imprescindible para el Desarrollo. La directora global de Políticas Sociales y Protección Social de la organización, la peruana Natalia Winder Rossi, participó de la actividad en la que se presentaron documentos con evidencia sobre los mecanismos más efectivos para abatir la pobreza infantil.
Uno de los estudios de Unicef concluyó, al estudiar 84 países, que el dinero invertido fue “demasiado poco, demasiado tarde”. El demasiado tarde, alude a la “brecha” de gasto público que existe entre los 0 y los 6 años de vida.
Uruguay tiene una buena posición regional en niveles de pobreza infantil, pero al compararse con otros países del mundo de niveles similares de ingreso la situación se revierte. Esto se refleja en otro estudio que presentó Winder Rossi.
“En este momento, hay una oportunidad muy importante para el Estado uruguayo de poder ampliar la ambición: se puede realmente eliminar o reducir de manera significativa la pobreza infantil”, dijo a Búsqueda.
Al referirse a las herramientas de una política eficiente, señaló que las transferencias son una “plataforma clave” y hay evidencia de que ampliar su cobertura y sus montos da resultados, incluso a corto plazo.
En esa línea, otro estudio de Unicef sobre Uruguay muestra que las transferencias económicas a los hogares pobres —que en promedio rondan los $ 6.500 mensuales por hogar— permiten que unos 39.000 niños y adolescentes queden por encima de la línea de la pobreza. Si el monto se duplicara, serían 48.000 niños y adolescentes más los que lo lograrían.
Los resultados que se pueden alcanzar, sin embargo, no son sostenibles si no se comprende que las transferencias no deben ser una política de emergencia sino una de desarrollo social, y si no son parte de un sistema que abarque educación, salud, cuidados y vivienda.
Lo que sigue es una síntesis de la entrevista que Winder Rossi mantuvo con Búsqueda.
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