Graves problemas en Uruguay con el recientemente incorporado buque oceanográfico ROU 22 Oyarvide
Javier Bonilla, 19 de marzo de 2025
La adquisición del buque oceanográfico ROU 22 Oyarvide por parte de la Armada Uruguaya ha generado una serie de preocupaciones y críticas, tanto por la forma en que se llevó a cabo su incorporación como por el estado técnico en el que se encuentra el buque. Este caso ha puesto en evidencia problemas de gestión, planificación y transparencia en la administración de los recursos públicos destinados a la defensa y la investigación científica.
Antecedentes y adquisición del buque
El ROU 22 Oyarvide, anteriormente conocido como NOAAS Mount Mitchell, fue construido en 1970 y estuvo en servicio bajo la United States Coast and Geodetic Survey y posteriormente bajo la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de los Estados Unidos. Después de ser desafectado del servicio oficial en 2003, el buque pasó a manos de operadores privados, quienes lo utilizaron hasta 2022.
En julio de 2022, la Armada Uruguaya decidió desprogramar el anterior ROU 22 Oyarvide, un buque de similar antigüedad, argumentando falta de fondos para su mantenimiento. Sin embargo, la decisión de adquirir un buque prácticamente de la misma época y con un historial de uso extensivo ha sido cuestionada por expertos y por la opinión pública.
El buque fue adquirido durante la gestión del Almirante Jorge Wilson por un precio de 1.700.000 dólares, con un presupuesto adicional de dos millones de dólares destinados a trabajos de puesta a punto en Uruguay. Sin embargo, las inspecciones técnicas recientes han revelado graves problemas estructurales y de funcionamiento, lo que ha generado dudas sobre la viabilidad de la inversión.
Problemas técnicos detectados
Según una reciente inspección técnica realizada en el Dique de la Armada, el estado del buque es alarmante. Entre los principales problemas detectados se encuentran:
Sistema sanitario: De los 10 aseos con los que cuenta el buque, solo dos están en funcionamiento. Las cañerías están vencidas y presentan filtraciones.
Motores y generadores: Uno de los motores principales tiene pocas horas de vida útil restante, y solo se dispone de un generador funcional, lo que compromete la operatividad del buque.
Estructura y casco: Se han detectado graves problemas de corrosión en el casco y las chapas. Las soldaduras presentan discontinuidades pasantes, lo que implica filtraciones de agua y debilidad estructural. En particular, se han identificado problemas en el pañol de pintura, el pañol de electricidad y el pañol de suministros, donde las soldaduras y las uniones entre mamparos y cubiertas están en mal estado.
Corrosión y mantenimiento: La corrosión ha avanzado significativamente en varias áreas del buque, lo que sugiere que los trabajos de mantenimiento y renovación de chapas no fueron suficientes o no se extendieron a las áreas críticas.
Comparación con el anterior ROU 22 Oyarvide
El anterior ROU 22 Oyarvide, desprogramado en 2022, aún se encuentra en el Muelle de la Armada. Aunque se desconoce el grado de desmantelamiento al que fue sometido, algunos expertos sugieren que podría haber sido recuperable con una inversión relativamente modesta. El principal problema que llevó a su desprogramación fue la falta de 180.000 dólares para adquirir nuevos generadores. Este buque había estado inactivo desde 2015, ya que una inspección mayor programada para 2011 nunca se llevó a cabo.
Impacto en la investigación oceanográfica uruguaya
La situación del ROU 22 Oyarvide ha dejado a Uruguay sin buques oceanográficos operativos, lo que afecta gravemente la capacidad del país para realizar investigaciones científicas en aguas territoriales y en la plataforma continental. La oceanografía es fundamental para el estudio de los recursos marinos, la protección del medio ambiente y la planificación de actividades económicas como la pesca y la exploración de hidrocarburos.
Críticas y cuestionamientos
La adquisición del buque ha sido criticada por la falta de transparencia en el proceso de compra y por la aparente falta de una evaluación técnica exhaustiva antes de su incorporación. Además, se ha cuestionado la decisión de invertir en un buque de más de 50 años de antigüedad, con un historial de uso intensivo y problemas de mantenimiento, en lugar de optar por una solución más moderna o por la recuperación del buque anterior.
Conclusión
El caso del ROU 22 Oyarvide refleja problemas estructurales en la gestión de los recursos públicos destinados a la defensa y la investigación científica en Uruguay. La falta de planificación, la opacidad en las decisiones y la inversión en equipos obsoletos han dejado al país sin capacidad oceanográfica operativa, lo que tendrá repercusiones negativas en el corto y mediano plazo. Es imperativo que se realice una auditoría independiente para determinar las responsabilidades y se tomen medidas para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro.
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