La jueza penal de 27° turno, Silvia Urioste, procesó con prisión al coronel retirado Eduardo Ferro por la desaparición del militante comunista Óscar Tassino, ocurrida el 21 de julio de 1977.

Ferro llegó sobre las 13.30 al juzgado de la calle Uruguay, acompañado de los abogados del Centro Militar Graciela Figueredo y Emilio Mikolic, y declaró durante más de dos horas. Tras la declaración, el fiscal Ricardo Perciballe pidió el procesamiento con prisión por homicidio muy especialmente agravado, privación de libertad y abuso de autoridad contra detenidos, y la jueza dispuso su procesamiento por homicidio muy especialmente agravado, privación de libertad y violencia privada.

Según informaron a la diaria fuentes de la Fiscalía, durante la audiencia Ferro negó cualquier vinculación con la causa, dijo desconocer a los implicados y el lugar del secuestro.

La decisión judicial se basó en testimonios que ubican a Ferro tanto en el lugar del secuestro como en el centro de torturas La Tablada.

Por esta causa pesa un pedido de procesamiento contra el militar en situación de reforma Jorge Pajarito Silveira y está pendiente una junta médica para evaluar si las condiciones de salud de Ernesto Ramas le permiten declarar. Ambos fueron identificados por diferentes testigos en el lugar del secuestro.

En diálogo con la diaria, Javier Tassino, hermano de Óscar, valoró el fallo de la Justicia y particularmente el hecho de que se consideró el homicidio, pero también el secuestro. “No podía ser de otra manera, después de 40 años de lucha, entró caminando al juzgado, pasó por la vereda delante nuestro y ahora va a ir a la cárcel. Es lo justo”, agregó.

La causa se reactivó en la tarde del miércoles, cuando se conoció el fallo de la Suprema Corte de Justicia que rechazó el recurso de queja presentado por la defensa de Ferro, lo que habilitó la fijación de la audiencia para continuar con el proceso.

“La Corte ya se pronunció (por segunda vez) en un planteo similar, formulado con anterioridad por el propio Ferro”, señala la resolución de la SCJ, que agrega que la situación procesal de Ferro “no ha sido modificada desde su anterior solicitud de declaración de inconstitucionalidad”.

El sábado 27 de marzo, el militar fue conducido por Interpol desde el aeropuerto de Barajas (Madrid) hasta el juzgado de Montevideo, pero no fue procesado con prisión en esa audiencia porque se negó a declarar. El abogado del militar presentó por tercera vez un recurso de excepción de Constitucionalidad sobre la Ley que restableció la pretensión punitiva del Estado, lo que fue rechazado por la jueza, dado que ya contaba con dos rechazos anteriores por parte de la SCJ en la misma causa. Entonces, la defensa presentó el recurso de queja que fue aceptado por la jueza, pero advirtiendo que la audiencia no se suspendería por ese trámite. Ante eso, la defensa de Ferro pidió a su cliente que no declarara y la Fiscalía se abstuvo de pedir su procesamiento con prisión sin su declaración.

La jueza definió la prisión preventiva como medida cautelar, mientras esperaba el proceso, y Ferro fue trasladado hasta Domingo Arena, donde permaneció hasta el 15 de abril, cuando el Tribunal de Apelación en lo penal de 2º turno definió su liberación al considerar que el viejo código de proceso no habilita prisión sin procesamiento. Considerando sus antecedentes de fuga, el fiscal Perciballe pidió que se le impusiera una tobillera electrónica, pero el pedido fue rechazado.

La desaparición de Tassino

En la mañana del 19 de julio de 1977 tres hombres sin uniforme ingresaron armados a una casa en la que estaba viviendo Tassino, ubicada en Máximo Tajes y Capri. Los secuestradores, que dijeron ser miembros de las Fuerzas Conjuntas, trasladaron a Tassino en un Peugeot blanco al centro clandestino de detención y tortura La Tablada, donde murió bajo tortura dos días después, luego de recibir un fuerte golpe en la cabeza. Tenía 40 años.

Graciela Salomón, también víctima del terrorismo de Estado, llegó a escuchar la voz de Tassino en el primer piso de La Tablada y el momento en que recibió el golpe.

“Había una pileta al subir la escalera, yo ubico que es ahí lo que estaba pasando. Pregunto qué había pasado y el torturador me dice que me quede quieta. El torturador se había levantado, pero todo sucedía muy cerca, yo sentía que iba y venía en la puerta. Me dijo “viste, si vos no decís nada te va a pasar lo que le pasó a este, que aunque quiera ya no puede hablar más”, relató Salomón.

La causa judicial fue abierta por la cónyuge de Tassino, Disnara Flores, el 20 de mayo de 1985. La investigación de la Fiscalía de Crímenes Lesa Humanidad logró determinar que el operativo estuvo a cargo de integrantes del Órgano Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA). Los dueños de la casa en la que Tassino fue secuestrado llegaron a identificar a Ferro como uno de los militares participantes del operativo, que los amenazó para que abandonaran el país.

La fuga de Ferro

Para evitar declarar en la causa, Ferro se fugó a España en marzo de 2017 y fue encontrado en setiembre de ese año en Valencia. Sin embargo, la Justicia española le permitió esperar el proceso de extradición en libertad y Ferro volvió a fugarse, hasta que fue detenido el 27 de enero de 2021 en el Municipio de Peñíscola, luego de coordinar su entrega con el subdirector de Interpol, Walter Ostochi, tras constatar que no podía cobrar su jubilación.

Ferro también está siendo investigado por el secuestro de los militantes del Partido por la Victoria del Pueblo Universindo Rodríguez y Lilian Celiberti, y sus hijos Camilo y Francesca de siete y tres años, en noviembre de 1978 en su apartamento de Porto Alegre. Fue en el operativo “Zapatos rotos”, en el que también participaron los militares Glauco Yanone, José Bassani, Carlos Rossel y el jefe del Departamento de Ordem Política e Social, Pedro Seelig. La causa la lleva la jueza penal de 23º turno, Isaura Tórtora.

Otra causa por la que deberá responder es la que investiga torturas en el Batallón de Ingenieros 4 de Laguna del Sauce, entre 1975 y 1978, que lleva adelante el juzgado de 10º turno de Maldonado, a cargo del juez Ruben Etcheverry. El publicista Claudio Invernizzi reconoció a Ferro como uno de sus torturadores, cuando estaba recluido en esa unidad militar.

Este jueves el colectivo Memoria en Libertad, que agrupa a niños, niñas y adolescentes víctimas del terrorismo de Estado, realizó una intervención frente al Palacio de los Tribunales, en reclamo de Justicia. Durante la actividad, que fue convocada a raíz de la liberación de Ferro, se conoció el procesamiento del militar.

En la intervención se desplegaron dos alfombras a la entrada de la Suprema Corte de Justicia para representar las alfombras en que los niños fueron trasladados: “Cuando nos movían de un lugar a otro nos envolvían en alfombras, nos llevaban al auto, íbamos todo el viaje envueltos en alfombras, me acuerdo que nos movieron tres veces en el secuestro”, dijo a la diaria Camilo Casariego, quien fue secuestrado por Ferro cuando tenía siete años y permaneció en manos de las Fuerzas Armadas junto a su hermana de tres, durante 18 días.

“Por fin un poco de luz. Este es el mensaje que necesita la sociedad, uno no puede hacer cualquier cosa y pasar como si nada. Él mandaba audios exaltado y en ningún momento se arrepintió de los crímenes que cometió. Me deja más tranquilo”, expresó.