Darle prensa a Marset
El programa de TV encuentra antes al narco mas buscado que Interpol.
El mensaje de Santo y Seña y Nacho Álvarez:
"No todos los delincuentes son malos, MARSET por ejemplo es un padre cariñoso y devoto católico que está siendo víctima de la corrupción política latinoamericana."
"No todo delincuente tiene q ser mala persona" dice como si nada la periodista Patricia Martin de Santo y Seña. Mientras te resalta lo bien que la trató Marset, lo presenta como un hombre de familia y gran padre. Cuál es el objetivo? Romantizar a un narco? Suavizar el escándalo de corrupción?
"Soy correcto primero que nada y profesional en lo que hago. El que vende no consume. No me gusta la joda, no me gusta usar drogas. Soy de familia, tranquilo, mi casa Mis cosas"
El narco Sebastián Marset, acusado -entre otros delitos graves- de mandar matar a fiscal paraguayo que lo investigaba por su accionar delictivo y de amenazar de muerte a la fiscal uruguaya Mónica Ferrero, es entrevistado en horario central en la TV mientras lo busca todo Interpol.
“Uruguay a mi punto de vista es el país menos corrupto en Sudamérica”,
dijo el Narcotraficante mas buscado de america, quien se pudo esconder gracias al gobierno uruguayo.
"Yo en el tema pasaporte no gasté un dólar, si me hubiera dicho hay que pagar tanto para que te den el pasaporte exprés, lo hubiera pagado pero tenía a mi abogado que me ayudaba y que me dijo el pasaporte te lo tienen que dar"
En un giro inesperado de esta interminable novela, el narcotraficante uruguayo Sebastián Marset ha anunciado que brindará declaraciones este domingo en el programa "Santo y Seña" del Canal 4, bajo la conducción del periodista Ignacio Álvarez. Este anuncio ha levantado una serie de interrogantes sobre las motivaciones detrás de esta elección y el impacto que podría tener en la opinión pública.
La incógnita principal recae en el contenido de las declaraciones que Marset ofrecerá en el programa televisivo. ¿Qué versión de los hechos presentará el narcotraficante, considerando las graves acusaciones en su contra en Paraguay y Bolivia? ¿Podrán sus palabras tener algún valor probatorio o serán simplemente estrategias para moldear la percepción pública?
Otro elemento destacado es la elección del periodista Ignacio Álvarez como entrevistador. ¿Por qué Marset optó por Álvarez, quien ha expresado públicamente su respaldo al Presidente Luis Lacalle Pou? Este factor añade complejidad a la situación, generando preguntas sobre la imparcialidad y objetividad en la entrevista.
Un detalle adicional que no pasa desapercibido es la conexión histórica del Canal 4 con la familia Romay. Resulta intrigante que Marset haya elegido este canal para su intervención, considerando que la exviceministra Carolina Ache, involucrada en el caso del pasaporte de Marset, está casada con Tomás Romay Bueno, integrante de la familia Romay, ligada históricamente a dicho canal de TV.
Aunque podríamos atribuir estos elementos a meras coincidencias, no podemos pasar por alto que el tema del pasaporte de Marset y los escándalos relacionados han afectado la imagen del Presidente Lacalle Pou. ¿Es esta elección de canal una casualidad o forma parte de una estrategia mediática más amplia para influir en la percepción pública y generar un impacto político?
Leandro Secinaro
Hay que felicitar al Canal 4 y en especial al programa en cuestión que realizó la nota, no por la nota en sí, sino porque la estrategia dio resultado en cuanto a Rating, tuvieron expectante a todo el mundo para ver la nota de Sebastián Marset.
Vimos la nota y la verdad que se hace un esfuerzo enorme y casi logrado por intentar limpiar la imagen de Sebastián Marset, pero es bastante llamativo incluso sabiendo que Marset causó estragos y es buscado de manera internacional.
Ahora parece que es un “santo”, porque si lo escuchas hablar, no hizo nada y todo son noticias infundadas, se deslinda de todo, deslinda a su familia de sus andanzas y niega toda vinculación con el PCC, cuándo hasta la Justicia de Brasil reconoce que hay alianzas entre Marset y el PCC, en operativos han capturado a miembros del PCC vinculados a la organización de Marset, aunque este niegue alianza alguna…
Luego hacen que Marset muestre su “versión más humana”, cuando dice que no está de acuerdo con la legalización de ninguna droga porque eso hace que la droga llegue de manera más fácil a los niños, es increíble que un narcotraficante internacional venga a dar cátedra del tema, cómo si fuera alguien que lucha contra tráfico y es a la inversa.
Insiste en que los que han sido procesados por vinculaciones a él son inocentes, parece que no tuviera banda y trabajara solo, porque al final deslinda a todo el mundo, cosa imposible, porque todo narcotraficante internacional tiene una banda, tiene que tener logística, tiene que tener gente de confianza, tiene que tener insumos, no concuerda su relato, pero se nota que lo hacen tratar de dejar bien al gobierno uruguayo en todo momento, dice que Paraguay y Bolivia son corruptos, no habla de la corrupción uruguaya…
La primera parte de la entrevista deja en claro que intenta desesperadamente limpiar su imagen, dice que no pagó por el pasaporte, ni un solo dólar, incluso hasta le permitieron elegir canciones para pasar en la entrevista. La periodista diciendo que la llamaron de otros países para felicitarla y que se notaba miedo en políticos por lo que podría llegar a decir Marset, siempre la corrupción está en otro país, se nos hace mirar constantemente a Paraguay y Bolivia, la periodista dice que no sabe ni dónde está y que no nota que sea un narcotraficante acorralado… Es realmente de película, parece una novela turca.
“Él es amor y paz, no arregla las cosas con violencia, no quiere hacer eso”
Lo que me gustó es que el Ministro de Gobierno Boliviano le tiró una patada al programa, “nuestro gobierno no tranza con narcotraficantes”. El ministro Del Castillo, de quién Marset parece estar realmente ensañado, lo trata de burro, de ignorante, de miedoso y de hipócrita.
En el segundo bloque de la entrevista, Marset intenta por todos los medios lograr que su familia sea eximida de culpas por sus negocios, es parte del trato, por eso debe ser que la alerta roja de interpol de su mujer, se esfumó de la nada, esto está todo extremadamente digitado, al tiempo que se le hace la nota y que está tranzando la entrega suya y de su familia, desaparece esa alerta roja de interpol. Habla luego el abogado Moratorio, de manual, más de lo mismo, siempre se habla de la entrega y de garantías y quiere que no los extraditen de otro país y sean enjuiciados e investigados por la Justicia Uruguaya, todo parece indicar que quieren que la familia zafe.
Luego se nos avisa que el próximo domingo habrá otra parte de la entrevista, parece que hubieran hablado 4 horas para en definitiva no sacar nada concreto, simplemente su versión con preguntas que no fueron fuertes, no fueron al hueso, sino que las preguntas eran un ping pong donde Marset decía “eso no es así, eso son rumores, mi familia no tiene nada que ver”, una verdadera puesta en escena sin dejar nada al descubierto, no tiró un solo dato de hecho, no comprometió a ningún jerarca de ningún país, al final se anunció con bombos y platillos algo que terminó siendo “santificar” a un narcotraficante peligroso y romantizar su vida con canciones y videos de lujos y dinero, un muy lindo ejemplo para nuestros jóvenes…
Lo que me parece es que Marset de ser un narcotraficante peligroso, se ha vuelto un “botín electoral” porque su entrega está preparada para que acá queden todos como unos fenómenos y se olvide el tema del pasaporte, se olvide el tema del narcotráfico ligado al poder.
Sebastián Marset apuntó a “lavar la imagen” del narcotraficante
La periodista Patricia Martín casi no hizo repreguntas al narcotraficante Sebastián Marset durante lo poco que se vio de la entrevista
Tres analistas de la comunicación, dos bolivianos y uno uruguayo, coincidieron en alertar que la entrevista a Sebastián Marset realizada por el programa Santo y Seña del Canal 4 de Uruguay tuvo la intención de “lavarle la cara” a un peligroso narcotraficante mostrándolo como un “narco bueno” que solo reclama la protección de su familia mientras él continúa con sus “negocios profesionales” relacionados con el tráfico de cocaína.
El periodista Andrés Gómez Vela, el analista de comunicación Max Torres y el analista uruguayo del crimen organizado Nicolás Centurión destacaron que la supuesta entrevista tuvo una clara connotación de “romantizar” a un delincuente confeso y que Marset utilizó al medio y a la periodista para obtener beneficios políticos y judiciales en Uruguay.
Gómez Vela destacó que toda entrevista periodística apunta siempre a buscar la verdad y en este caso no se buscó la verdad sino resaltar la imagen del narcotraficante seguramente con otros fines.
“Una entrevista periodística tiene un fin: buscar la verdad. Un trabajo periodístico debe contribuir a los valores democráticos de una sociedad. La entrevista a Sebastián Marset no cumple ninguna de las dos categorías”, afirmó.
“La entrevista no reveló ninguna verdad, no hemos conocido algo que pueda realmente servir a la sociedad”, sentenció.
“Me da la impresión que el narcotraficante Sebastián Marset utilizó al medio de comunicación para configurar una imagen favorable a sí mismo”, señaló.
“La entrevista apuntó a mostrar el poder fáctico que tiene Marset, la influencia y la capacidad logística para movilizar personas y recursos para sus propios intereses”, remarcó.
“Todo se hizo muy bien condicionado, muy bien armado, lo que muestra que tiene asesores de comunicación política. Hasta el momento, deja la sensación de que usa a los medios para sus intereses”, afirmó Gómez Vela.
Por su parte, Max Torres alertó que “Detrás de la entrevista hemos descubierto un show mediático y un negocio enorme del programa con la entrevista a Sebastián Marset. Dos horas con 40 minutos de publicidad, eso demuestra que fue un gran negocio”, señaló Torres.
“No hubo una entrevista realmente en el caso de Marset, fue un diálogo muy condicionado que apuntó a lavar su imagen y mostrarlo como el narco bueno”, sentenció el experto en discursos mediáticos en televisión.
“Hay cierto lavado de la cara del narcotraficante, mostrar el lado bueno del narco”, precisó.
“Hay cuatro lavados de imagen en la entrevista con Marset:
1. el narco que se presenta con un sentimiento familiar, un narco tierno; 2. el narco que quiere negociar la liberación de delitos de su familia; 3. lavado de imagen de la gestión de Eduardo Del Castillo. El ministro le pidió a Unitel que le proporcionen la entrevista y Unitel pasó solo partes de la entrevista; y, 4. hubo un lavado de dinero legal con un gran negocio de publicidad”, precisó el analista.
“Marset dio frases muy cortas, no fue una entrevista completa”
“Cualquier periodista se hubiera arriesgado a entrevistar a Marset”
“El narco se presentó, dio su versión y no hubo grandes revelaciones”
“Yo sospecho que hubo un condicionamiento de parte del narcotraficante”
“¿Marset vio el video ante de la emisión y ordenó su edición?”, se preguntó Torres.
Desde Montevideo, Nicolás Centurión, remarcó:
“En Uruguay se vio que la entrevista fue para lavar la cara del narcotraficante Sebastián Marset. Se observa el enfoque de la entrevista y cómo se lo presentó a Marset”, alertó
“Fue una presentación cinematográfica de Marset donde se romantizó al narcotraficante con su música y sus pedidos”, explicó.
Según Centurión, “la entrevista forma parte de una estrategia de la defensa de Marset”
“Buscan generar un puente con el Gobierno uruguayo y establecer que es una buena persona”, afirmó.
En este sentido, “la defensa no recibió respuesta satisfactoria de interpol ni de la justicia y la entrevista buscaba revertir esta situación”.
“Hay muchos movimientos y él está buscando que no haya prisión preventiva para su esposa ni sus familiares”, destacó el analista uruguayo.
Banalizando los actos de un narco: Marset y el gobierno ¿coinciden?
Luvis Ho Pareja
En la entrevista realizada en el programa Santo y seña de Canal 4 de Montevideo el
pasado domingo al narcotraficante uruguayo Sebastián Marset, para que contara «su verdad», extrañamiento su relato coincide casi 100% con los argumentos dados por el gobierno de Luis Lacalle.
Lo que constituye sin duda un problema ético es evitar que la entrevista y el contexto de su presentación contribuyan, en alguna medida, a una glorificación o legitimación frívola de Marset, sin mantener claramente a la vista los hechos por los que se lo acusa. Lo que no se debe hacer en periodismo”, la entrevista a Marset recibe críticas en Bolivia – eju.tv
Marcelo Pereira, director de ladiaria, señala que una periodista aislada en un lugar desconocido, y rodeada por gente armada a las órdenes de alguien requerido por delitos gravísimos, carece de algunas garantías elementales para hacer su trabajo y es poco probable que haya logrado revelaciones contra la voluntad del entrevistado, en cuya trayectoria y vinculaciones hay demasiadas áreas oscuras de las que seguramente no le interesa hablar.
Llegamos así a temas que no son periodísticos ni se miden en términos de rating. Aún menos legítimo, razonable y prudente que considerar veraz a Sebastián Marset es convertirlo en una propuesta de entretenimiento. Quienes nos dedicamos al periodismo no somos policías, fiscales ni jueces, pero sí somos, antes que periodistas, ciudadanas y ciudadanos, y esto implica responsabilidades, añade.
Bien asesorado en lo comunicacional, Marset eligió erigirse como un héroe, como alguien que se anima a decirle de frente algunas cosas al poder. Pero héte aquí que es un narcotraficante, acusado de asesinato, pero no es un héroe. ¿Por qué una persona buscada por narcotráfico puede dar declaraciones a una periodista? ¿Para comunicar dónde está? Obvio que no. Seguramente para demostrar su poder fáctico.
La periodista boliviana Mery Vaca criticó a los periodistas del programa: «Si eres periodista ¿aceptarías que un narco te lleve a una mansión, te use como canal de negociación con las autoridades de su país y que además elija las canciones con las que musicalizarás el programa? ¿Por qué no se le preguntó quién le avisó para huir de Bolivia?».
Fiscal paraguayo antinarcóticos Marcelo Pecci, asesinado
Obviamente, romantizar a los narcos y hacerlos ver cómo santos, es lo peor que puede hacer el periodismo. Marset es un peligroso delincuente, con vinculaciones con altos funcionarios de los gobiernos no sólo de Uruguay, sino también de Paraguay y Bolivia -al menos-. No es una víctima de los gobiernos, ni una buena persona perseguida por los gobiernos por su lucha por los más desposeídos.
Sus vínculos con el poder -o su influencia sobre él poder- ya quedó por demás demostrado, enchastrando, también, a la cúpula del fútbol de su país y de Sudamérica.
El narco uruguayo, de 32 años, tiene una orden de captura internacional por tráfico ilícito de drogas, asociación criminal y lavado de dinero. Lo busca Interpol Paraguay, lo persigue la policía de Bolivia, en Colombia se lo acusa de estar detrás del homicidio del fiscal paraguayo Marcelo Pecci ocurrido en Cartagena en 2022. “El negocio que elegí no es muy bueno, hay mucha traición”, afirmó en la entrevista.
“Para terminar con el narcotráfico, tienen que terminar primero con los policías corruptos, los políticos corruptos. Y hay muchos”, sostuvo el narcotraficante en la entrevista. Los uruguayos, paraguayos y bolivianos bien que lo saben.
Futbolista en Bolivia
La prensa hegemónica ha ayudado a tratar de mostrar a Marset como un héroe, haciéndose eco del afán de altas autoridades uruguayas en ocultarles al Parlamento, al sistema judicial y a la ciudadanía que, cuando se le otorgó el pasaporte a Marset, sabían quién era y por qué delitos se lo estaba investigando. Por eso la ola de renuncias de dos ministros (el Canciller y el ministro del Interior) y un asesor de la presidencia.
Dar pie a que se consideren equivalentes la evidencia y la versión del acusado no es menor. Todo indica que Marset es un narcotraficante en gran escala, un gran corruptor de funcionarios y un asesino, y lo que no es legítimo, razonable ni prudente es asociar la palabra “verdad” con lo que diga.
Por ejemplo, Marset afirmó en la entrevista que no le costó ni un dólar obtener el pasaporte uruguayo cuya expedición y entrega (junto con una nota de la cancillería uruguaya, que no se sabe si le costó algún dólar) lo ayudaron a ser liberado en Emiratos Árabes Unidos y abandonar ese país con destino desconocido.
Incautaron 10 toneladas de cocaína en Hamburgo: los contenedores salieron desde Paraguay y pasaron por el puerto de Montevideo
La decisión de realizar la entrevista quizá no implique una cuestión de principios (generales o periodísticos), pero deja en claro cosas sobre el tipo de país en que nos podemos convertir, señala el matutino ladiaria. En lo periodístico, habría que ver con qué nivel de información previa y preparación se llevó a cabo la entrevista, porque de esto habrá dependido que Marset pudiera manejarse con comodidad o se viera
obligado a confrontarse con datos y argumentos sólidos.
“¿¡El narco da entrevista para hablar bien del gobierno y el gobierno ni siquiera se pregunta dónde la grabó!?”, criticó el diputado opositor Nicolás Viera. El precandidato presidencial por el Partido Nacional (PN) y aún secretario de la presidencia Álvaro Delgado salió al cruce de las críticas de los parlamentarios del centroizquierdista Frente Amplio.
La diputada Bettiana Díaz criticó que Delgado pida sensatez cuando “en la Torre Ejecutiva se juntaron jerarcas del gobierno a ver cómo le iban a mentir al Parlamento y al país”
Bustillos y Heber, los ministros que cayeron por el escándalo Marset
“Sensato sería no haberle emitido un pasaporte a un ‘narco pesado y peligroso’ en 24 horas. Más sensato sería no mentirle al Parlamento. Lamentable es destruir un documento público con los chats entre dos gobernantes. Pero lo más lamentable es que no puedan explicar todo esto de manera honrada”, apuntó el senador Alejandro «Pacha» Sánchez.
El diputado Charles Carrera, por su parte, hizo alusión a la crisis política desatada luego de la difusión de los audios entre el excanciller Francisco Bustillo y la exvicecanciller Carolina Ache. “Los uruguayos pensamos que ya no había secretario de Presidencia porque estuvo bastante callado cuando renunciaron dos ministros, un subsecretario y un asesor en comunicación. Y un día apareció, pero no para hacer autocrítica por la crisis del escándalo Marset: no es el más indicado para hablar de sensatez», sentenció.
Colofón: El narcotraficante Sebastián Marset sigue libre, dirigiendo su vasta red de tráfico de drogas. La televisión uruguaya le permitió su show, quizás en un intento de lavar su imagen, donde el prófugo coincidió con los argumento exculpatorios de un gobierno corrupto.
*Periodista uruguayo, analista asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)