Tabaré
Vázquez retornará a la Presidencia de la República el 1º de marzo con
una moderada presencia masónica en su círculo cálido
Escribe Sergio Israel
Temple, aplomo, discreción. Saber escuchar y valorar
los silencios. Mandar. Estas características del presidente Tabaré
Vázquez son también arquetípicas del buen “hermano masón”.
Cuando fue electo presidente de la República por primera
vez, en 2004, hacía ya tiempo que solo pagaba la cuota mensual y no
concurría a los “trabajos” semanales de su logia General Artigas, pero
Vázquez, en efecto, parece haber hecho suyas algunas de las
características más sobresalientes de los “hermanos” que buscan el
“perfeccionamiento filosófico” junto a “la acción esforzada y
responsable”.
Cuando en la década de 1980 comenzó su camino como
“aprendiz” —el primer grado de esta escuela iniciática a la que se
ingresa por invitación y luego de un proceso riguroso y pautado— ya era
un destacado profesor de medicina y trabajaba en la mutualista
Asociación Española, cuyo gerente era el fallecido “hermano masón” y ex
diputado colorado Oscar Magurno.
·Uno de la casa. Vázquez, como los demás
integrantes de la orden, había jurado sobre una Biblia, una escuadra y
un compás y declarado creer, si no en Dios, al menos en el “gran
arquitecto del universo”.
Años después, su llegada al Edificio Libertad —entonces sede
de la Presidencia—, como antes al cargo de Intendente de Montevideo,
fueron buenas noticias para la hermandad, aunque a decir verdad casi
ninguno de los grado 33 (máxima jerarquía dentro de una orden tan
vertical como un ejército; su número provendría de la edad de Cristo y
del número de vértebras del cuerpo humano) simpatizara con la izquierda,
algo que tampoco ocurre ahora, cuando el ex gerente bancario Noé dos
Santos, el director de Ancap y convencional colorado José Garchitorena,
y el escribano Jorge Caillabet son las máximas autoridades. Este
último, supremo gran comendador, es el grado 33 elegido por sus 33 pares
más destacados.
No obstante la distancia en el “mundo profano” (como los
masones llaman al resto de la sociedad), las razones para esta
satisfacción hay que buscarlas en el hecho de que habían pasado muchos
años desde que uno de los hermanos llegara a ocupar un cargo tan
importante, explica el politólogo y diputado colorado Fernando Amado en
el libro “La Masonería uruguaya. El fin de la discreción”.
Aunque algunos presidentes como José Batlle y Ordoñez y
Julio Sanguinetti tuvieron un entorno masónico, antes que Vázquez
Uruguay tuvo nueve jefes de Estado que integraron la orden: Manuel
Oribe, Juan Francisco Giró y Atanasio Aguirre (blancos), y Gabriel
Pereira, Francisco Vidal, Feliciano Viera, Gabriel Terra y Tomás Berreta
(colorados).
El 13 de julio de 2005, el entonces venerable gran maestro
Carlos Bolaña y su vice, Mario Risso, un empresario y un marino militar
respectivamente, pudieron recibir a Vázquez en el templo de Mario
Casinoni 1481 con honores y ritual.
El presidente Vázquez, que había sido electo por el Frente
Amplio, continuó así con la tradición de sus antecesores —Sanguinetti,
Luis Alberto Lacalle y Jorge Batlle— pero, a diferencia de estos, quien
llegaba como primer mandatario a dar una conferencia sobre laicidad era
uno de la casa.
En 2010, el presidente José Mujica rompió con la tradición:
recibió al venerable gran maestro de manera discreta en la Torre
Ejecutiva y prometió una visita al templo que hasta ahora no hizo.
· Eslabones de la cadena. Según la
investigación de Amado, durante el gobierno de Vázquez la Masonería
duplicó el número de sus integrantes. Entre 2005 y 2011 se crearon 21
nuevas logias (se llegó a 92 en todo el país), mientras que el número de
masones pasó de 3.100 a unos 6.000, lo que desató un debate interno
acerca de cuántos de los que ingresaban buscaban apenas ascender en sus
carreras, en lugar de superación personal y servicio a la sociedad.
No todos los masones, sin embargo, fueron motivo de orgullo:
el ex comandante de la Armada, Juan Fernández Maggio, y otros tres
oficiales “hermanos” fueron condenados por fraude. Miguel Dalmao, un
oficial masón del Ejército ascendido a general por Vázquez, fue
condenado por coautoría en la muerte por torturas de una militante
comunista durante la dictadura. No solo se trató de un presidente masón
que ascendió a un “hermano”. El juez que condenó a Dalmao también es
masón, en un fallo confirmado por un Tribunal de Apelaciones. “Yo no la
maté” reiteró el general promovido por Vázquez, pero durante el juicio
se estableció que, aunque era apenas alférez (el grado más bajo de la
oficialidad), estaba a cargo ese día y le correspondió responsabilidad
funcional. El juez de primera instancia, Rolando Vomero, y el acusado no
eran los únicos masones involucrados en el juicio “profano”: también el
abogado defensor, Miguel Langón, es parte de la orden, así como el
médico que años atrás había certificado los hematomas en el cuerpo de la
militante fallecida, el luego intendente de Canelones, Marcos
Carámbula.
A pesar de esos serios tropiezos —que, por otra parte,
desmienten que los masones se protegen entre sí bajo cualquier
circunstancia— la Masonería siguió de moda durante el primer gobierno de
Vázquez.
Sin embargo, no habrá tantos “hermanos” en los primeros planos del gobierno que se instalará el 1º de marzo de 2015.
Dos de los tres comandantes de las Fuerzas Armadas, más el
coordinador de Inteligencia, José Bonilla, si no es relevado, lo son.
El nuevo comandante de la Armada, Leonardo Alonso, y el de
la Fuerza Aérea, Washington Martínez, que continúa en el cargo, integran
una logia masónica. Sin embargo, a pesar de que los dos últimos
comandantes del Ejército también fueron masones (Pedro Aguerre y el
actual Juan Villagrán), así como el jefe del Estado Mayor de la Defensa
(Esmade) saliente, Milton Ituarte, el nuevo jefe de la fuerza de tierra,
Guido Manini, que proviene de una familia con fuerte impronta riverista
y es profesor de historia militar, no solo no tiene carné de la,
Masonería sino que está cerca de los Tenientes de Artigas, una logia
militar que, en teoría, está en las antípodas.
Alonso y Martínez fueron edecanes de Vázquez durante su
primer gobierno (2005-2010), mientras que el entonces edecán de la
fuerza de tierra y ahora general Nelson Pintos, sin identificación
directa con ninguno de los dos “bandos” y nacido en una familia humilde
del Cerro, fue designado a partir de febrero al frente del Esmade.
Entre los ministros designados por Vázquez no hay masones,
pero sí en el círculo más estrecho de asesores: Álvaro Vázquez, uno de
sus hijos, y Juan Salgado, amigo personal y presidente de Cutcsa, son
masones. A su vez, Miguel Ángel Toma, designado como próximo secretario
de la Presidencia, es “sensible al pensamiento masónico”, según fuentes
de la orden.
Álvaro Vázquez, médico como su padre, recibió formación como
seminarista y es uno de los atípicos casos de un católico masón, algo
tolerado por la orden pero prohibido por la Iglesia desde 1738.
En junio de 2005, durante una tenida en la calle Cassinoni,
Álvaro Vázquez defendió en su logia Ariel una posición contraria al
aborto, mientras participaba como aprendiz. Luego de que el hecho fuera
informado por “El Observador”, se produjo una crisis a causa de la
ruptura de la discreción, y el “taller” (como también se les llama a las
logias) quedó dividido en dos: Ariel y Tel Ariel.
http://www.masoneriadeluruguay.org/index.php?option=com_content&view=article&id=134:conferencia-del-luis-eduardo-gonzalez&catid=59:actividades&Itemid=39
· Juan, el “vazquista”. Juan Salgado es un
empresario multifacético que se formó junto a Oscar Magurno. El
presidente de Cutcsa desde hace 18 años es el primer suplente del
presidente del club Peñarol, Juan Pedro Damiani, construyó un gran
centro comercial donde estaba la planta industrial de Cutcsa y preside
la Comisión Honoraria del estatal Patronato del Encarcelado y el
Liberado, entre otras actividades.
http://www.elobservador.com.uy/noticia/271079/juan-salgado-y-un-rol-clave--en-la-campana-del-favorito/
“Yo no tengo por qué decirlo. Creo que no es un tema para
conversar” respondió sobre su pertenencia a la Masonería, durante una
entrevista publicada en marzo pasado por la revista “Seisgrados”.
Con Vázquez está relacionado desde hace años por varias
vías: además de integrar la Masonería, dirige la compañía transportista
que tiene el 65% del mercado en Montevideo, donde Vázquez fue
intendente, y también es directivo de la Asociación Española, la
mutualista donde el presidente electo trabajó hasta ahora como oncólogo.
Ambos construyeron una amistad que incluye a las familias, excursiones
de pesca y paseos al balneario La Paloma, en Rocha.
Durante la campaña electoral, Salgado se convirtió en una
persona con peso decisivo en el comando que funcionó en el primer piso
del hotel Four Points, que se obtuvo gracias a su gestión. El empresario
puso un micro y automóviles al servicio de la fórmula Vázquez-Sendic
para recorrer el país, ofreció variado apoyo logístico y hasta la
colaboración directa de varios de los principales gerentes de la
empresa.
El estrado desde el cual Vázquez habló en varios actos de la
campaña pertenece a Cutcsa; Salgado no solo aportó medios sino que
ayudó en la recolección de fondos y actuó como operador en algunos
contactos políticos bajo orden directa de Vázquez y por fuera de la
estructura del Frente Amplio, algo que creó tensiones al interior del
partido de gobierno, ya que reemplazó a la fuerza política.
Aunque aumentó la frecuencia en los últimos meses, las
apariciones de Salgado junto al ahora presidente electo no son nuevas.
En junio de 2012, por ejemplo, transportó a su amigo hasta Florida en
una camioneta 4X4 para el acto en el que la senadora socialista Mónica
Xavier asumió la Presidencia del Frente Amplio en reemplazo de Jorge
Brovetto.
El empresario advirtió que no aceptaría cargos, pero tampoco
lo descartó y se proclamó “vazquista”, por primera vez el 29 de
setiembre pasado, en declaraciones a El Observador TV.
“Simplemente le doy mi opinión. No siento que soy su asesor.
No estoy dentro del plano político ni de la arena política”, indicó
durante esa entrevista.
Toma, por su parte, es un abogado de origen colorado que
adhiere al pensamiento masónico. En ocasiones ha sido puente con
“hermanos” para resolver problemas. Se relacionó con Vázquez después de
que, en calidad de director del Departamento Jurídico del Ministerio de
Salud Pública, firmó un dictamen que descartó cualquier responsabilidad
del ahora presidente electo en la compra de un programa informático de
una empresa integrada por su hijo Ignacio. Vázquez, que cuando se
produjo la compra era director del Instituto de Oncología (Indo), luego
elogió la independencia técnica que observó en Toma, durante un proceso
que estuvo muy politizado. Durante el primer gobierno del Frente Amplio,
Toma fue director de la Oficina del Servicio Civil y también secretario
de la Presidencia, pero mantiene bajo perfil.
Otros connotados masones que se sumaron a Vázquez durante la
campaña electoral de este año son los ex dirigentes colorados Alberto
Scavarelli y Daniel Borrelli.
“Le puedo decir que yo soy masón. Y soy masón por
convencimiento desde hace muchos años; 25 años. No le puedo decir quién
otro es masón. Pero le puedo decir claramente que quien viene a la
masonería para acomodarse, para buscar un cargo, o para estar mejor en
su trabajo, está muy equivocado y así como entra tiene que salir. (...)
Soy un masón convencido y admiro la masonería. Me ha dado una filosofía
de vida que es lo más importante. Lo tengo de mi abuelo italiano que
llegó allá por el 1800 y pico. Él me fue dando determinados principios
de la Masonería. Allí puede encontrar —tal vez— el porqué de que yo esté
acá. Porque tengo libre pensamiento. No me ato a dogmas; la Masonería
me enseñó a tener libre pensamiento, si no, no sería un buen masón”,
dijo Borrelli acerca de su pertenencia a la hermandad (
Búsqueda Nº 1.779).
Además, el primer diputado electo por el Partido Colorado,
Guillermo Facello —también masón— visitó a Vázquez en su cuartel general
de la calle Ejido, antes del balotaje del 30 de noviembre pero después
de que el líder de ese partido, Pedro Bordaberry, anunciara el apoyo a
Lacalle Pou para esa instancia.
http://www.gofmu.org/es/principales/gran-oriente-de-la-franc-masoneria-del-uruguay.html
· Masones twitteros. Aunque son de los más
conservadores y cerrados del mundo, los masones uruguayos se han
modernizado en algunos aspectos. Por ejemplo, emplean un carné digital
para ingresar al templo.
La apertura llegó también al Partido Socialista (PS), porque
si bien el ex presidente de Chile, Salvador Allende, fue un caso
emblemático, los socialistas uruguayos perseguían a los masones en sus
filas.
http://gofmu.org/folleto_allende/folleto_homenaje_allende_web.pdf
El senador socialista Daniel Martínez integra, precisamente,
la logia Salvador Allende de la Gran Logia de la Masonería del Uruguay.
Aprendiz desde 2014 en la misma logia es el ex secretario
general del PS y ex presidente del sindicato bancario AEBU, Eduardo
Fernández, aunque mantiene la discreción.
Aunque no forma parte del círculo de Vázquez, quien renunció
al PS siendo presidente, Martínez es uno los candidatos del Frente
Amplio para suceder a la comunista Ana Olivera en la Intendencia de
Montevideo. Olivera y Salgado se enfrentaron, entre otros temas, por el
corredor Garzón, una discusión que terminó ganando el transportista, ya
que quedó evidenciado que los ingenieros de la Intendencia habían
realizado mal los cálculos geométricos.
A fines de la semana pasada, cuando fue proclamado
candidato, Martínez recibió un mensaje por la red social Twitter de otro
hermano, el diputado frenteamplista canario Horacio Yanes, quien,
rompiendo con la cultura y las normas de discreción, se puso “de pie y a
la orden” de Martínez utilizando un término clásico del lenguaje
masónico. Consultado por
Búsqueda, Martínez prefirió no hacer comentarios.
El fin de la discreción
La influencia de Tabaré Vázquez y la relación con la salud, la Justicia y los militares uruguayos
FELIPE LLAMBÍAS
"Como todo asunto secreto, la masonería despierta curiosidad en todo el
mundo. Pero en Uruguay, con una de las hermandades más grandes e
influyentes del globo, el atractivo es mayor."
la influencia de Tabaré Vázquez sobre estas logias y el boom masónico
que generó el expresidente. "Hay un antes y un después desde que tomó
estado público la condición de masón de Vázquez. Era novedoso que el
primer presidente de izquierda del país además fuera masón, en una
izquierda que se había alejado bastante de la institución porque la veía
como un lugar de conservación del statu quo. Sin querer puso a la
masonería de moda y pasaron de ser los malos de la película a ser los
hermanos de Tabaré".
-¿Cuándo entró Vázquez a la masonería?
-En 1987. Se inició, hizo todos los pasos y para ello participó de la
masonería semanalmente cuando ingresó, hasta alcanzar el grado 3, de
Maestro masón. Pero no ha sido un masón dedicado, militante. No le
interesó continuar creciendo en la escala, aunque nunca dejó de
participar en ocasiones especiales.
-¿Por qué ingresó?
- Es complicado de desentrañar. Gente muy cercana a Vázquez y altos
grados de la masonería coinciden en que fue llevado por un gran amigo
socialista que integra una logia en Florida. Empapado de los principios
masónicos de igualdad, libertad y fraternidad, y al ver referentes
socialistas que habían sido masones como Ernesto Guerrini, uno de los
fundadores del Frente Amplio, o Salvador Allende, ingresó. Luego, dentro
de la masonería cultivó otras amistades, como el caso de Óscar Magurno.
Además de la relación patrón-empleado que existía desde antes, luego
está esto más que los une.
-¿Por qué los masones eran los malos?
-Ha habido una prédica negativa y difamatoria desde la Iglesia Católica
hacia la masonería. La discreción especial que linda con el secreto hace
que la gente que no la integra elucubre cualquier tipo de fantasía
respecto a lo que se hace dentro de esos templos y también ese poder en
las sombras y la incidencia en el mundo civil. Otra razón para que
fueran vistos como los malos es haber podido sobrevivir a las dictaduras
militares. Eso estigmatizó a la institución como una que se acomodaba
para tratar de seguir más allá de las circunstancias políticas que se
vivieran, que algunas figuras muy cuestionadas integren la hermandad y
sin querer, o queriendo, no lo sé, se fue derechizando. La masonería en
general ha sido muy colorada y de muchos militares, más allá de que hay
de todos los pelos.
-¿Sigue siendo colorada?
-Está cambiando. Después del cimbronazo de Tabaré Vázquez, mucha gente
que sentía que aquello era un refugio del statu quo y un lugar que no
coincidía con su pensamiento rompió el hechizo negativo y hoy en ese
boom masónico hay muchos ingresos de gente que vota de todo.
http://www.elobservador.com.uy/noticia/292347/primer-diputado-de-bordaberry-se-reune-con-vazquez/
-¿Qué profesiones están más ligadas a la institución?
-Es notorio que dentro de las Fuerzas Armadas (FFAA) históricamente ha
habido una presencia de masones importantes y por tanto es más fácil que
un militar invite a otro para ingresar. Y la medicina no escapa, sobre
todo algunas instituciones como La Española. Los médicos masones le
llaman jocosamente "la casa de atrás", por la sede de Cassinoni. El otro
punto fuerte es el de los jueces. De la política diría que en el pasado
sí, era una cantera muy atractiva, pero ahora no tanto.
-¿Existe interés por tener aliados y mantener un círculo de poder?
-Ese es el gran debate de la masonería hoy. Por un lado está el auge. Es
gratificante para ellos sentir que los templos están llenos y que hay
más interés por ingresar. Son más potentes porque pasaron de 3.100 a
6.000 hermanos. Hay un estado de ánimo muy optimista por eso. Pero hay
una contracara. ¿Por qué ingresan? ¿Cuál es su causa para integrar la
hermandad? Hay quienes se interesaron para utilizarlo como vehículo de
acomodo, de forma de trepar en el poder o de pertenecer a un grupo donde
uno puede ir a hacer lobby. Hay gente que entró por razones románticas y
otros que lo hicieron para descubrir esa película que todos nos hacemos
con lo que es oculto.
-De los 3.000 que entraron en los últimos seis años, ¿qué grupo de los que mencionó prima?
-Lamentablemente, ha habido mucha gente que ha percibido esa visión, que
a mi juicio es exagerada y algo fantasiosa, de que la masonería puede
ser un vehículo para ascender en su profesión o conseguir beneficios.
Ese es uno de los grandes problemas con los que tendrán que lidiar.
Estoy convencido de que no es eso, pero en determinados hechos la
presencia de masones ha sido muy importante y en ciertos casos, algunos
han distorsionado la fraternidad y utilizado como una pantalla para la
ayuda mutua. Desvirtuaron la esencia de la masonería. Acá hay una
realidad en la que me incluyo: el uruguayo es un tanto hipócrita, tiene
varios cánceres como la viveza criolla o el doble discurso. La gauchada
ajena es condenable, pero "si es para mí no". Eso influyó para que
muchos piensen equivocadamente que ingresar es una especie de seguro.
-¿Vázquez distorsionó esto al poner masones en cargos de poder en su gobierno?
-Vázquez fue culpable de lo bueno y lo malo. Así como se desexorcizó la
masonería para el ciudadano común, notoriamente apeló a colocar en
puestos clave de las cúpulas militares a quienes también eran masones.
¿Por qué? Mi interpretación es que Vázquez llegó al gobierno desde una
fuerza política enemistada desde su nacimiento con los militares. Ese
desencuentro histórico del Frente Amplio con las FFAA hizo que
necesitara una llegada lo más amortiguadora posible. En el primer año
mantuvo a quienes estaban en su puesto y nombró a quienes eran los
primeros en orden de antigüedad. Pero ya en el segundo año tomó
decisiones diferentes y se da el hecho inédito de que los tres
comandantes en Jefe, Enrique Bonelli (Fuerza Aérea), Juan Fernández
Magio (Armada) y Carlos Díaz (Ejército) eran masones. Lo mismo pasa con
los ascensos a General. Ya que no tenía afinidad político-partidaria y
ya que no tenía un relacionamiento fluido, apeló a la única cercanía que
podía tener para lugares tan delicados en la trama del poder.
-¿No está justificando algo que si fueran parientes en otros ámbitos se reprueba?
-No es fácil para mí hacer aseveraciones en este sentido porque puede
interpretarse que estoy haciendo política con el tema. Tengo la alegría
que quienes leen mis libros destacan el intento de lograr un grado de
objetividad muy importante. De alguna manera, nombrar a militares por su
condición de masones no fue ético. Como se empezó a decir dentro de las
FFAA cuando Vázquez era presidente, parecía que había que ser masón
para aspirar a un cargo, cuando en realidad para ser el primero en
cualquier profesión lo importante es que se sea un buen profesional. Es
poco transparente y no contribuye a que en las FFAA estén los mejores.
Debo decirlo, porque me consta, que algunos de los que fueron
designados, además son excelentes profesionales.
-¿Hubo una remasonización de las FFAA tras esos hechos?
-Increíblemente sucedió eso. Hubo una gran preocupación desde la
masonería e incluso desde las FFAA. Muchos se enojaron y otros
decidieron ingresar. Una gran cantidad de esos 3.000 nuevos masones son
militares. Eso genera al final el resultado inverso, porque habrá tantos
integrantes de la masonería que eso no va a ser un diferencial.
-¿Los nuevos masones se han beneficiado, con dinero o poder?
-Creo que no y quienes ingresaron con esa expectativa probablemente
hayan abandonado o la abandonen, salvo que los haya conquistado el lado
romántico y principista. Que haya quienes la utilizan mal es una cosa,
pero la verdadera esencia es tratar de perfeccionarse como personas.
-¿Qué tan grande es la masonería uruguaya?
-Es enorme. Antes del boom masónico ya era, proporcionalmente, muy fuerte. Es la más numerosa y discreta del mundo.
-¿Cuánto paga un masón por pertenecer?
-Hay logias de tres tipos: las austeras, donde la mensualidad puede ser
entre 300 y 400 pesos; las medianas, donde puede estar en el orden de
los mil pesos; y después hay algunas, sobre todo la logia Fe que
concentra gran poder empresarial, donde la mensualidad está en el
entorno de los 150 dólares.
-¿A mayor cuota, mayor poder?
-A mayor cuota, más selectividad respecto al núcleo social y económico
del que proviene. Pero hay logias austeras integradas por connotados
políticos o destacados miembros de la sociedad.
-¿Hay masones pobres?
-No. Para ingresar a la masonería uno tiene que pagar. Por eso los
masones no tienen prurito en decir que la masonería es selectiva y no es
para cualquiera. Esa es una discusión que tienen que darse, porque si
es un camino iniciático para hombres que tengan solo como condición ser
libres, de buenas costumbres y que profesen los mismos ideales,
importaría poco de dónde vienen y en dónde están. Pero la realidad hace
casi una misión imposible que a un masón se le pase por la cabeza
invitar a un ciudadano que no está cerca de determinados círculos.
Chediak y una "Justicia paralela"
En la masonería existe una "Justicia paralela" a la ordinaria, afirma
Fernando Amado, autor de La masonería uruguaya. Un Tribunal Masónico
debe resolver los diferendos entre los integrantes y, ante todo, tratar
de que se pueda resolver internamente y no llevarlo al mundo real. El
ministro y expresidente de la Suprema Corte Jorge Chediak, que además
preside el Tribunal Masónico, denunció ante la Justicia un robo dentro
de una logia. "Chediak podía hacer caso omiso al tema y no nombrarlo en
la Justicia porque ya se había purgado a ese mal masón, pero la
Constitución de la República mandata y nos obliga a los funcionarios
públicos a denunciar cualquier delito del que tengamos conocimiento",
señala. Una circular interna le aclaró luego a los integrantes la
situación de Chediak y en el cuarto punto dijo: "La Gran Maestría
entiende que antes de proceder a formular una denuncia penal debe
siempre sopesarse el impacto en la opinión pública y especialmente las
consecuencias que el impacto en la opinión pública puede acarrear en los
hermanos denunciantes y en todos los que intervienen en el proceso
disciplinario masónico". Amado lo interpreta como un tirón de orejas a
Chediak. "Como ciudadano apegado al estado de derecho esto me hace
ruido".
Uruguay y el Nuevo Orden Mundial (Dr. Gustavo Salle)