Tras la victoria electoral del domingo, Alexis Tsipras fue investido como Primer Ministro el lunes y su gabinete el martes.
Durante la jornada del miércoles se han sucedido ruedas de prensa de
los nuevos ministros anunciando las primeras medidas que tienen previsto
aprobar:
–
Subir el salario mínimo de 586 euros brutos a 751 euros brutos [nivel al que estaba antes de los recortes]
–
Restaurar la negociación colectiva con los sindicatos
–
Devolver sus puestos a 3.500 funcionarios despedidos ilegalmente
–
Re-contratar a las limpiadoras del Ministerio de Finanzas. [Con su acampada, este grupo de mujeres se había convertido en un símbolo de los recortes en Grecia]
–
Dar la nacionalidad griega a hijos de inmigrantes nacidos en Grecia.
–
Abolición del euro por receta
–
Abolición de la tasa por cada consulta médica [ahora entre 3 y 5 euros]
–
Restaurar acceso universal a la sanidad pública a los 3 millones de griegos que se habían quedado fuera del sistema sanitario y que ahora sólo tenían derecho al acceso a las urgencias.
–
Paralizar la privatización del Puerto del Pireo.
Estaba previsto que el Gobierno sacase al mercado el 67% de la propiedad
del puerto. El principal candidato para comprarlo era el grupo chino
COSCO, que ya opera bajo una concesión de 30 años las terminales de
carga II y III.
–
Paralizar la privatización de PPC, la Compañía Nacional de Energía. [Todavía en un 51% en manos del Estado].
–
Revisar todas las privatizaciones “para que no se haga ninguna que vaya en contra del interés general”.
Numerosas privatizaciones estaban previstas en Grecia: Puerto de
Tesalónica, operador ferroviario Trainose, operador infraestructura
ferroviaria ROSCO, etc…
Primera derrota del neoliberalismo europeo
Raúl Zibechi
ALAI AMLATINA, 30/01/2015.- El triunfo de Syriza coloca a la troika
ante el dilema de la intransigencia, que puede ser el primer paso
hacia la disgregación de la Unión, o el pragmatismo, que implica
bajarse del programa de ajuste neoliberal. Para la nueva izquierda
se abre un período luminoso pero, a la vez, lleno de obstáculos que
pueden socavar su prestigio como alternativa al sistema.
“Grecia deja atrás cinco años de austeridad catastrófica, deja atrás
el miedo y el autoritarismo, deja atrás cinco años de humillación y
sufrimiento”, dijo Alexis Tsipras en el acto de la victoria en la
noche del domingo, en la plaza Syntagma de Atenas, ante miles de
votantes de Syriza.
“Grecia tiene que pagar su deuda porque eso forma parte de las
reglas del juego en Europa”, declaró Bruno Coeuré, miembro del
directorio del Banco Central Europeo (bce) apenas conocer el
resultado. “No hay espacio para un juego unilateral en Europa”,
agregó, enseñando las uñas en nombre de la mayor institución
financiera europea.
Del mismo modo se pronunciaron los diferentes voceros de la troika,
como se llama al trío integrado por el bce, el fmi y la Comisión
Europea, que desde que comenzó la crisis griega vienen monitoreando
las sucesivas reformas que exigieron al país. Sólo el presidente
francés, François Hollande, esgrimió un tono más amable, al
comprometerse a mantener estrechos vínculos con el nuevo gobierno
griego “para promover el crecimiento y la estabilidad en la zona
euro” (Xinhua, 26 de enero de 2015).
Con las horas, se fue imponiendo un clima menos agresivo hacia la
nueva realidad griega. Es que el triunfo de Syriza fue arrollador.
Alcanzó el 36,5 por ciento y 149 diputados (99 más 50 de premio al
partido más votado), frente al 27,7 y 77 escaños de la derechista
Nueva Democracia, del exprimer ministro Georgios Samaras. El tercer
lugar lo ocupa el partió nazi Amanecer Dorado con 6 por ciento y 16
escaños. Deetrás el recién creado To Potami (El Rio) con 16 escaños,
los comunistas con 15, los socialistas que conocieron su mayor
debacle con 13 y los nacionalistas de derecha, Griegos
Independientes, con otros 13 escaños.
A dos escaños de la mayoría absoluta, Syriza acordó con Griegos
Independientes para que su líder, Alexis Tsipras, fuera ungido el
mismo lunes como nuevo primer ministro. Llama la atención que la
ultraderecha conserva sus votos pese a que la mayor parte de sus
dirigentes están en la cárcel, así como la debacle socialista,
incluyendo el monumental fracaso del ex primer ministro Yorgos
Papandreu que con su Movimiento de los Socialistas Demócratas no
consiguió el tres por ciento mínimo para ingresar al parlamento.
Cuesta arriba
“El problema de los planes de Syriza es que pueden no ser lo
suficientemente radicales”, puede leerse en la columna del Nobel de
Economía Paul Krugman (The New York Times, 26 de enero de 2015).
Semejante frase, escrita por un pensador liberal en el más
importante diario estadounidense, debería ser motivo de reflexión
para las autoridades europeas. Lo habitual sería que fuera
pronunciada por radicales de izquierda que, sin embargo, hoy se
muestran más bien pragmáticos y propensos a la negociación.
Según Krugman, para comprender el “terremoto político” griego hay
que remontarse al 2010 cuando la troika impuso a Grecia “una
combinación de austeridad y reforma”. El vendía al pueblo griego una
fantasía económica que se tradujo en recesión, desocupación del 28
por ciento, desempleo juvenil del 60 por ciento, recortes salvajes
de los servicios públicos y de los salarios. El país demorará años
en volver a los niveles sociales anteriores a la crisis. Con esta
política de austeridad, se esperaba reducir el gasto público y
ahorrar lo suficiente como para pagar las deudas. No funcionó. “El
gobierno griego está recaudando un porcentaje mucho más importante
del piben impuestos, pero el pibha caído tanto que la recaudación
tributaria se vino abajo”, escribe Krugman.
El resultado es que la deuda griega no dejó crecer, hasta alcanzar
un abrumador 175 por ciento del pib, cuando en 2009 era del 100 por
ciento. Una historia bien conocida por los latinoamericanos. Sigue
el Nobel: “Dos años después de que comenzara el programa griego, el
fmi buscó ejemplos históricos donde los programas de tipo griego,
habían tenido éxito. No se encontró ninguno”. Concluye que ese
programa no podía funcionar nunca y que ahora las soluciones de
Syriza pueden quedarse a medio camino.
Una pregunta se impone: ¿porqué la troika impuso un programa que
sabía que no iba a funcionar? La respuesta más probable es que nunca
buscó la recuperación de Grecia sino su subordinación política al
sistema financiero que la misma troika representa. El portal
estratégico francés
dedefensa.org lo dice sin vueltas: “La sociedad
griega ha sido sistemáticamente desestructurada y disuelta en nombre
de la austeridad, en beneficio de las fuerzas sistémicas y de los
entornos transnacionales, a la vez autores y beneficiarios de la
operación” (Dedefensa.org, 27 de enero de 2015). La barbarie
financiera que destruye naciones y personas, concluye el portal,
está criando movimientos antisistema.
El futuro inmediato es negro para el nuevo gobierno. Entre febrero y
julio se concentran vencimientos de deuda por más de 20.000 millones
de euros y, hasta el final del año, las amortizaciones avanzan hasta
30.200 millones, lo que coloca a Tsipras contra la pared: o mantiene
la austeridad del gasto público para poder pagar a los acreedores
(no sólo violando sus promesas electorales sino condenando a los
griegos a seguir pasando hambre) o declara la cesación de pagos.
El principal portavoz mediático del capital financiero, Financial
Times, apunta que Tsipras debe elegir entre ser “Hugo Chávez, el
líder populista venezolano y adversario regional de Estados Unidos”
o seguir el ejemplo de “Luiz Inácio Lula da Silva, el expresidente
brasileño que al llegar al poder gobernó más como reformista que
como izquierdista radical” (Financial Times, 26 de enero de 2015).
La demonización del gobierno de Syriza está servida.
Ucrania como telón de fondo
En su primera medida de gobierno Tsipras suprimió ocho ministerios.
El diputado y economista Yanis Dragasakis, asumió la vicepresidencia
económica del gobierno y será el encargado de negociar con la
troika. En su libro El Minotauro global sostiene que Estados Unidos
es el responsable de la crisis al haber creado un sistema financiero
que le permite vivir de los flujos de capital del resto de
economías. El economista Yanis Varufakis, que fue asesor del
gobierno del socialdemócrata Yorgos Papandreu, asumió la cartera de
Finanzas. La de Defensa fue la única que recayó a su aliado
nacionalista.
Entre las primeras medidas, todas destinadas a aliviar la situación
de los más pobres, figura el aumento del salario mínimo (de 684 a
751 euros), un proyecto de ley para retornar a la negociación
colectiva de los salarios y otro “para que los contribuyentes
reciban mejores términos para devolver sus deudas”, que no deben
superar el 30 por ciento de sus ingresos (El Economista, 27 de enero
de 2015). Además se prevé que unos 300.000 hogares que viven por
debajo del umbral de la pobreza reciban electricidad gratuita,
muchos de los cuales han sido desconectados por impagos. Medidas
apenas socialdemócratas que en el clima actual son tildadas como
“radicales”.
Pero el tema central es la negociación de la deuda. El gobierno
parece dispuesto a pagar y seguir en la zona euro, pero depende de
la flexibilidad de los acreedores. El 60 por ciento de la deuda
griega, 315.000 millones de euros, es con la Eurozona. Pero más de
la mitad de esa cifra es deuda con Alemania, Francia e Italia. Habrá
negociación. El punto son los plazos y las posibles quitas. Ni unos
ni otros parecen beneficiarse de una cesación de pagos.
Sin embargo, el panorama regional es bien complejo. Días antes de
las elecciones Brunello Rosa, director para Europa de Roubini Global
Economics, destacó la relación que existe entre la caída del
petróleo, su impacto en la economía rusa, el conflicto con Ucrania y
la posible compra de bonos soberanos por parte del bce. El director
del centro de análisis del economista Nouriel Roubini (ex asesor del
fmi y del Tesoro estadounidense) destacó que “las repercusiones
geopolíticas de una salida de Grecia del euro, podrá tener
consecuencias imposibles de manejar”. Se refería a que si Grecia es
expulsada de la zona euro, o la abandona, “Rusia podría salir al
rescate de Grecia”, como sucedió con Islandia en 2008, “cuando su
colapso financiero se mitigó gracias a la intervención rusa” (El
Economista, 20 de enero de 2015).
La advertencia parece dirigida a la troika. Le está diciendo que no
se olvide que Grecia tiene alternativas y que la intransigencia
puede empujarla hacia Rusia. Pero la advertencia no tendría sentido
fuera de un contexto en el que Europa (empujada por la Casa Blanca)
ha hecho una frenética opción anti-rusa. Una Europa que ampara un
gobierno lleno de neonazis como el de Kiev, surgido de un golpe de
Estado pergeñado por Estados Unidos y bendecido por Berlín (véase la
crónica “La guerra larvada de Ucrania”)*.
Sobre el tema, el reputado periodista Robert Parry, quien descubrió
el Irangate, sostiene que The New York Times forma parte de la
conspiración para confrontar Europa y Rusia al desinformar
gravemente a sus lectores. El periódico omite “la extraordinaria
intervención de Estados Unidos en los asuntos políticos de Ucrania”
de la mano de neconservadores como la Fundación Nacional para la
Democracia y la secretaria para Asuntos Europeos, Victoria Nuland,
seguido “con el golpe de Estado respaldado por Estados Unidos el 22
de febrero de 2014, que derrocó al presidente electo Viktor
Yanukovich y puso uno de los líderes elegidos de Nuland, Arseniy
Yatsenyuk, como primer ministro” (Consortiumnews, 24 de enero de
2015).
Para el Times todo comienza con la “anexión” de Crimea, pasando por
alto el referéndum abrumador por la unión con Rusia y obviando que
“las tropas rusas estaban ya en Crimea como parte de un acuerdo con
Ucrania para el mantenimiento de la base naval rusa en Sebastopol”.
Se pregunta si Rusia podía permanecer pasiva ante la posibilidad de
que armas nucleares en manos de ultraderechistas se instalen a
kilómetros de su frontera. El problema, para Estados Unidos y para
el mundo, es que si el Times piensa como el ultraconservador senador
John McCain, queda poco margen para otra política que no sea la
confrontación abierta.
¿Hacia la desintegración europea?
Es posible que Roubini tuviera algo de esto en mente cuando alertó
sobre la posible alianza de Grecia con Rusia. Recordemos que su fama
se debe Roubini a sus acertadas previsiones sobre la crisis
económica de 2008, desencadenada por la crisis de las hipotecas
subprime. Es un ferviente anti-ruso y anti Putin, pero su temor es
que la brecha entre la Unión Europea y su país “se está volviendo
aún más polarizada” (Time, 13 de junio de 2015).
Un think tank del sistema como el que dirige Roubini, muestra cierta
preocupación por la tendencia de la superpotencia a actuar en
solitario mediante una amplia gama de mecanismos, que van “desde
aviones no tripulados hasta un estilo de gobierno económico que
incluye la amenaza de congelación de los activos de las naciones
problemáticas (como Rusia o Irán), una estrategia que apoda la
militarización de las finanzas”.
A nadie escapa que la Unión Europea, y el euro, están atravesando su
peor momento al punto que pueden estllar. Aquí no valen las
declaraciones, siempre engañosas, sino los hechos duros y puros.
Alemania está repatriando sus reservas de oro. En 2014 fueron 120
toneladas, de ellas 35 fueron retiradas del Banco de Francia en
París y 85 toneladas de la Reserva Federal de Nueva York. Para 2020,
Alemania tiene la intención de tener la mitad de sus reservas de oro
en sus bóvedas, frente a sólo un tercio en la actualidad.
No es el único país europeo que está repatriando masivamente sus
reservas. Según varios economistas, ese comportamiento obedece a
desconfianza: “El almacenamiento de oro dentro del país puede ser
cierto tipo de seguro en caso del retorno a las monedas nacionales
en Europa. El hecho de que numerosos países quieran tener un seguro
de este tipo significa que estos Estados consideran que hay una
posibilidad real del colapso de la eurozona” (Russia Today, 20 de
enero de 2015).
Desde que Estados Unidos desató la crisis en Ucrania, la eurozona va
de mal en peor. En su resistencia a dar paso a un mundo multipolar,
“Occidente en vez de salvarse, parece haber decidido salvar los
mecanismos y los actores de su crisis omni-dimensional: los mercados
financieros, los bancos, el dólar, la Otan, el unilateralismo, el
democratismo ultraliberal”, sostiene el Laboratorio Europeo de
Anticipación Política (Geab 91, 15 de enero de 2015). El tránsito
hacia un mundo más equilibrado está bloqueado por la parálisis
europea, agudizada con la crisis de Ucrania.
Sin embargo, el tránsito hacia ese mundo es inevitable, toda vez que
Asia ya es el centro económico del mundo. Lo que está en juego es
cómo quedará parada Europa, si consolidará su alianza con Rusia, y
con China a través de la Ruta de la Seda o si, apuesta a seguir los
dictados del sistema financiero centrado en la City de Londres y en
Wall Street, en lo que el Geab considera “un suicidio colectivo que
los europeos bien saben lo que significa”.
En una Europa empantanada, el triunfo de Syriza puede ser decisivo.
Es la primera derrota del capital financiero. Abre una ventana de
oportunidades para forzar un cambio de rumbo, una bifurcación capaz
de convertir a Europa en una región más autónoma; capaz de elegir,
sin chantajes, sus alianzas necesariamente diversas, sin someterse a
ninguna potencia. Un camino que inevitablemente pasa por la
democratización de las decisiones, algo que horroriza al capital
financiero, devenido en principal obstáculo para la soberanía de los
pueblos europeos.
- Raúl Zibechi, periodista uruguayo, escribe en Brecha y La
Jornada. Integrante del Consejo de ALAI.
Nota:
*
https://www.diagonalperiodico.net/global/25407-la-guerra-larvada-ucrania.html
Programa de SYRIZA
1. Realizar una auditoría sobre la deuda pública. Renegociar su devolución y suspender
los pagos hasta que se haya recuperado la economía y vuelva el crecimiento y el empleo.
2. Exigir a la UE un cambio en el papel del BCE para que financie directamente a los
Estados y a los programas de inversión pública.
3. Subir el impuesto de la renta al 75% para todos los ingresos por encima del medio
millón de euros anuales.
4. Cambiar la ley electoral para que la representación parlamentaria sea
verdaderamente proporcional.
5. Subir el impuesto de sociedades para las grandes empresas al menos hasta la media
europea.
6. Adoptar un impuesto a las transacciones financieras y también un impuesto especial
para los productos de lujo.
7. Prohibir los derivados financieros especulativos, como los swaps y los CDS.
8. Abolir los privilegios fiscales de los que disfruta la iglesia y los armadores de barcos.
9. Combatir el secreto bancario y la evasión de capitales al extranjero.
10. Rebajar drásticamente el gasto militar.
11. Subir el salario mínimo hasta su nivel previo a las recortes (751 euros brutos
mensuales).
12. Utilizar los edificios del Gobierno, la banca y la iglesia para alojar a las personas sin
hogar.
13. Poner en marcha comedores en los colegios públicos para ofrecer desayuno y
almuerzo gratuito a los niños.
14. Ofrecer sanidad pública gratuita para las personas desempleadas, sin hogar o sin
ingresos suficientes.
15. Ayudas de hasta el 30% de sus ingresos para las familias que no pueden afrontar sus
hipotecas.
16. Subir las prestaciones de desempleo para los parados. Aumentar la protección social
para las familias monoparentales, los ancianos, los discapacitados y los hogares sin
ingresos.
17. Rebajas fiscales para los productos de primera necesidad.
18. Nacionalización de los bancos.
19. Nacionalizar las antiguas empresas públicas de sectores estratégicos para el
crecimiento del país (ferrocarriles, aeropuertos, correos, agua…).
20. Apostar por las energías renovables y por la protección del medio ambiente.
21. Igualdad salarial para hombres y mujeres.
22. Limitar el encadenamiento de contratos temporales y apostar por los contratos
indefinidos.
23. Ampliar la protección laboral y salarial de los trabajadores a tiempo parcial.
24. Recuperar los convenios colectivos.
25. Aumentar las inspecciones de trabajo y los requisitos laborales para empresas que
accedan a concursos públicos.
26. Reformar la constitución para garantizar la separación iglesia-Estado y la
protección del derecho a la educación, la salud y la protección del medio ambiente.
27. Someter a referéndum vinculante los tratados europeos y otros acuerdos de
importancia.
28. Abolición de todos los privilegios de los parlamentarios. Eliminar la especial
protección legal de los ministros y permitir a los tribunales ordinarios procesar a los
miembros del gobierno.
29. Desmilitarizar la guardia costera y disolver las fuerzas especiales antidisturbios.
Prohibir la presencia de policías encubiertos o con armas de fuego en las
manifestaciones y mítines. Cambiar los planes de estudio de los policías para poner
énfasis en los temas sociales, como la inmigración, las drogas o la exclusión social.
30. Garantizar los derechos humanos en los centros de detención de inmigrantes.
31. Facilitar a los inmigrantes la reagrupación familiar. Permitir que los inmigrantes,
incluso los indocumentados, tengan acceso pleno a la sanidad y la educación.
32. Despenalizar el consumo de drogas, combatiendo solo el tráfico. Aumentar los
fondos para los centros de desintoxicación.
33. Regular el derecho a la objeción de conciencia en el servicio militar.
34. Aumentar los fondos para la sanidad pública hasta los niveles del resto de la UE (la
media europea es del 6% del PIB y Grecia gasta el 3%).
35. Eliminar el copago en los servicios sanitarios.
36. Nacionalizar los hospitales privatizados. Eliminar toda participación privada en el
sistema público de salud.
37. Retirada de las tropas griegas de Afganistán y los balcanes: ningún soldado fuera de
las fronteras de Grecia.
38. Romper los acuerdos de cooperación militar con Israel. Apoyar la creación de un
estado Palestino dentro de las fronteras de 1967.
39. Negociar un acuerdo estable con Turquía.
40. Cerrar todas las bases extranjeras en Grecia y salir de la OTAN.
En dos días el gobierno de Syrisa hizo lo que no hizo el Frente Amplio a lo largo de 10 años en Uruguay
Se puede!
El ministro de Reconstrucción Productiva,
Medio Ambiente y Energía de Grecia, Panayiotis Lafazanis, anunció hoy
que el Gobierno paralizará “inmediatamente” todo proceso de
privatización de las eléctricas. Lafazanis hizo este anuncio minutos
antes de entrar en el primer Consejo de Ministros presidido por el nuevo
primer ministro, Alexis Tsipras. “Vamos a tratar de hacer la corriente
más barata para impulsar la competitividad y ayudar a las familias”,
añadió Lafazanis.
Uno de los puntos cardinales del programa
de Gobierno de Tsipras consiste en medidas de urgencia para mejorar la
situación de los más pobres, entre las que figura ofrecer electricidad
gratuita a 300.000 hogares.
Otra de las medidas esperadas es la
subida del salario mínimo. El nuevo ministro de Trabajo, Panos
Skurletis, confirmó que está previsto restaurar el salario mínimo en 751
euros brutos, frente a los 586 que regían en la actualidad. Skurletis
también afirmó que se restablecerá las negociaciones entre sindicatos y
la patronal.
No obstante, recalcó que todas estas
medidas se adoptarán siguiendo rigurosamente el procedimiento
parlamentario, en alusión a que el Gobierno anterior gobernaba mediante
decretos o introduciendo leyes por el procedimiento de urgencia, sin
apenas dar tiempo al debate.
En todo caso el ministro de Trabajo,
Panos Skourletis, ya anunció antes de prometer el cargo cuatro medidas
de aplicación inmediata: la retirada de la actual norma sobre contratos,
la derogación de la ley que permite los despidos colectivos, la
restauración del salario mínimo en 751 euros y de los convenios
colectivos.
También el viceministro de marina,
Teodoros Dritsas, anunció que la privatización en marcha del puerto de
El Pireo quedaba paralizada desde ese momento.
Otras medidas que se espera sean
aplicadas cuanto antes son las relacionadas con la lucha contra la
“catástrofe humanitaria”, destinando para ello 1.200 millones de euros y
la aprobación de una ley que permitirá que unos 300.000 hogares que
viven por debajo del umbral de la pobreza reciban electricidad gratuita.
Igualmente se quiere poner al denominada plan de movilidad y los
procesos de evaluación de los funcionarios públicos, lo que permitirá la
readmisión de muchos de ellos cuyos puestos de trabajo habían sido
eliminados.
También se prevé la reapertura de la
Radio Televisión de Grecia (ERT), cuyo cierre tuvo lugar el 11 de junio
de 2013 y fue ejecutado en pocas horas por el gobierno conservador de
Antonis Samarás con el fin de recibir ayuda económica de los acreedores a
cambio del despido fulminante de 2.600 trabajadores. Según uno de los
trabajadores, que a día de hoy continúan emitiendo programación de radio
y televisión a través de internet, el plan previsto por el ejecutivo es
contratar a toda la antigua plantilla más la que forma parte de la
actual cadena estatal (Nerit), y que comiencen las emisiones en un plazo
de 40 días.
El gobierno de coalición también acordó
la formación de una comisión de investigación en el Parlamento para
analizar las circunstancias que obligaron a Grecia a firmar su primer
plan de rescate en 2010, incluido como aumentó la deuda de forma
exponencial.
Syriza denuncia a Samarás: “Han eliminado los discos duros y se han llevado hasta los muebles”
“Los cajones estaban vacíos, faltaban
muebles y por no haber no había ni jabón en los cuartos de baño; lo han
vaciado todo”, denuncian fuentes de Syriza en declaraciones a Expansion.com.
Y lo que es peor, en la oficina de Tsipras en el Parlamento de Atenas
no es que faltase información en los ordenadores, es que faltaban los
discos duros: “Ya no existían, los han eliminado”.
“Mañana nos esperamos lo mismo en los
ministerios”, aseguran las mismas fuentes. “La tarea [económica] que
tenemos por delante es titánica no sólo por lo difícil que es, sino por
las trabas que nos han puesto y nos van a poner”.
Ya lo avisó el pasado jueves el flamante
primer ministro, Alexis Tsipras. En un multitudinario mitin en Atenas,
aseguró que el Ejecutivo de Nueva Democracia estaba destruyendo ya
documentación, para zancadillear al por entonces previsible ganador,
Syriza.
Syriza se queja, además, de que ni
Samarás ni ningún representante del Gobierno saliente haya recibido a
Tsipras en la residencia oficial, aunque confía en que el traspaso de
carteras ministeriales no suceda lo mismo.
No habrá matrimonio gay en Grecia
El sábado pasado, víspera de los comicios griegos, el semanario francésLe Point
publicaba un reportaje que daba cuenta del progresivo acercamiento
táctico de Alexis Tsioras, ateo confeso, flamante primer ministro y
líder de Syriza, hacia la Iglesia Ortodoxa. Por ejemplo, Tsipras visitó
el Monte Athos el pasado mes de agosto, y que el Arzobispo Ieronimos,
Pariarca de la Iglesis Ortodoxa Griega asistió al sepelio del padre de
Tsipras. Más recientemente, Tsipras celebró la Epifanía por el
arzobispo.
Preguntado hace unos días sobre si pensaba legalizar o no elmatrimonio
entre personas del mismo sexo, Tsipras echó balones fuera. «Es una
cuestión compleja, vamos a estudiarla, pero no forma parte de nuestro
programa electoral».
Pues bien, a raíz de su pacto de gobierno
con la formación conservadora Griegos Independientes, se puede decir
que la perspectiva de una legalización del matrimonio gay se
aleja definitivamente en Grecia; al menos mientras dure el pacto entre
Tsipras y el líder de Griegos Independientes, Panos Kammenos, que aboga
abiertamente por un mayor papel de la Iglesia Ortodoxa –a la que
pertenece el 90% de los griegos– en el sistema educativo y en la vida
familiar.
Grecia se niega a apoyar la amenaza de la Unión Europea de sanciones contra Rusia
El partido Syriza, ganador de las
recientes elecciones legislativas de Grecia, ha mostrado su rechazo al
llamamiento de la Unión Europea para reforzar las sanciones contra
Rusia.
Según el diario
‘Financial Times’,
un portavoz del nuevo gobierno de coalición formado por la
izquierdista Syriza y el partido conservador Giegos Independientes
(Anel) dijo que las nuevas autoridades del país no han aprobado la
reciente declaración formal de líderes de la Unión Europea con
acusaciones a Rusia por el caso de Ucrania y amenazas para endurecer las
sanciones.
El secretario de prensa de Syriza Kostas
Isychos señaló que las restricciónes de Occidente contra Rusia responden
a una “bulimia neocolonial”.
La negativa de las nuevas autoridades
griegas a apoyar estas iniciativas de la Unión Europea en el futuro
también puede significar el rechazo a renovar las sanciones contra Moscú
ya adoptadas. En marzo de 2015 se discutirá el posible endurecimiento
de las sanciones, medida que requiere la aprobación de todos los Estados
miembro de la Unión Europea.
La llegada al poder en Grecia de Syriza
puede impulsar el desacuerdo ante la postura antirrusa en Bruselas,
subraya la publicación.
El primer diplomático extranjero que se
reunió con el nuevo primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, fue
Andréi Maslov, embajador de Rusia en Atenas. Las partes coincidieron en
la necesidad de fortalecer las relaciones entre Grecia y Rusia en
diversos campos, incluso más allá de las relaciones bilaterales, con el
fin de contribuir a la paz y la estabilidad en la región.
Durante el encuentro, el diplomático le ha entregado una carta de felicitación remitida por el presidente ruso, Vladimir Putin.
En este sentido, cabe señalar que en los últimos días se ha barajado la
posibilidad de que Rusia preste su apoyo a Grecia en caso de que,
finalmente, abandone el euro.
Grecia asegura que la postura ‘unánime’ de la UE sobre Rusia no tiene en cuenta su voz
El Gobierno griego ha afirmado en un
comunicado que en la reciente declaración de la Unión Europea sobre
Rusia, supuestamente ‘unánime’, no se tuvo en cuenta la voz de Grecia.
El nuevo Gobierno griego se ha
distanciado de la última declaración de la Unión Europea sobre la
posibilidad de nuevas sanciones contra Rusia, afirmando que dicha
“declaración se publicó sin el procedimiento prescrito de obtención del
consentimiento de los Estados miembros y particularmente sin asegurarse
el consentimiento de Grecia”, informa
Eurobserver.
“En este contexto, se subraya que Grecia
no aprueba esta declaración”, añade el comunicado griego. Asimismo, se
precisa que el nuevo primer ministro, Alexis Tsiptas, expresó su
“descontento” en una conversación telefónica con la alta representante
de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad,
Federica Mogherini.
En la declaración de la Unión Europea se
aseguraba que los 28 líderes están de acuerdo en que Rusia es
responsable del ataque de misiles contra la ciudad ucraniana de Mariúpol
que mató a 30 personas. Como consecuencia, se amenazaba con el
endurecimiento de las sanciones contra Rusia.
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