jueves, 23 de junio de 2011

Aratirí: El mal rayo que nos va a partir (1)


Aratirí: el relámpago



Autor: William Yohai

23 de junio de 2011



Mucho se ha hablado recientemente sobre los aspectos (riesgos) ambientales que conlleva la gran minería a cielo abierto.

Y, como todo emprendimiento que reviste magnitudes enormes, hablamos de movilizar millones de toneladas de tierra, agua y rocas utilizando miles de toneladas de explosivos, la preocupación es comprensible.

Yo pienso que es posible, sin embargo que no deba ser ese el principal motivo de preocupación y oposición al proyecto.

Al mismo tiempo, no creo que sea el momento para centrarse en esa discusión. Solicito, si, con todo respeto, a quienes se están oponiendo a la instalación de esta empresa que lean con detenimiento este trabajo y evalúen la posibilidad de cambiar su manera de ver el asunto.

No podríamos comprender los aspectos económicos del proyecto si no explicamos, así sea brevemente el concepto de renta de la tierra, estrechamente asociado al de renta de los recursos naturales.

La economía clásica (8), Marx incluido, explicaba que la renta es una parte de la plusvalía generada en el proceso de producción (que es la única parte de la economía donde se crea valor nuevo) que determinadas empresas o personas se apropian por el hecho de ser propietarias de un recurso escaso en régimen de monopolio. En ese proceso de apropiación rentística no se genera valor nuevo alguno. Esa es la diferencia entre renta y ganancia o utilidad empresarial. Yendo directamente al caso del hierro; una empresa que compra mineral de hierro y lo procesa para producir, por ejemplo, varillas para la construcción, percibirá una ganancia que se manifiesta en la diferencia entre el costo del mineral (en el caso de Valentines la magnetita) y el precio de las varillas que vende. Esa diferencia debe cubrir todos los costos de producción, básicamente trabajo y energía utilizados. Y, por supuesto, generar un plus, que será la ganancia empresarial. Expresión ésta de la plusvalía generada por los trabajadores de la empresa y que es apropiada por el capitalista.

¿pero, que pasa con la empresa que extrae el mineral de hierro, después de separar éste de la “ganga” (residuo que queda al procesar la roca en la cual se encuentra el mineral)?

Si el recurso minero es muy abundante en el planeta, funcionará exactamente igual a la empresa productora de varillas para la construcción.

Empleará capital, habrá invertido en la prospección y en la maquinaria para extraer la roca del subsuelo y posteriormente separar la ganga del mineral, para poder vender éste. Y, durante muchos años la cosas funcionó, por lo menos en gran parte del mundo así. Pero, el recurso es finito, cosa que no era tan visible hace algunos años pero que, el crecimiento económico mundial, tanto fruto del mayor consumo de parte de la población mundial, cuanto del mismo crecimiento de ésta han puesto de manifiesto. En particular, el explosivo desarrollo industrial de China las últimas dos décadas ha llevado a que se haga evidente la finitud del recurso mineral de hierro. Es así que, a pesar de que se conoce desde hace décadas la existencia del mineral en el país, y particularmente en la zona de Valentines, nadie se había tomado el trabajo de llevar adelante la explotación del mismo. Este proceso de tendencia al agotamiento del recurso a nivel mundial se expresa en la evolución del precio del mineral en los últimos años: Entre noviembre de 2007 y la actualidad el precio creció más de un 400%, a una tasa del 100% anual(2).

Y, para graficar esto nada más claro que la distribución de utilidades en la industria: mientras la que procesa el mineral para fabricar acero en China trabaja con márgenes del orden del 3 al 4%(3), un margen coyunturalmente bajo, pero dentro del habitual en los sectores industriales de gran magnitud, una de las mineras más grandes, BHP, trabaja con un margen de más del 100%: las ganancias obtenidas a partir de la explotación de mineral de hierro equivalieron en 2010 a 6 millardos de dólares sobre unas ventas de 11 millardos antes de impuestos. Más exactamente, un margen bruto del 120%(4).

¿Dónde está el secreto?

BHP es titular del derecho a explotar grandes yacimientos de hierro, particularmente en Australia. Y obtiene, gracias a este derecho en forma monopólica sobre un bien escaso, una renta. Más precisamente una renta de los recursos naturales.

Evidentemente, esto lo tenían bien claro quienes hace ya muchos años redactaron el Código de Minería y establecieron que la explotación de los minerales clase I (hidrocarburos) solo podían ser explotados por el estado. Ya en esa época se sabía que los hidrocarburos generaban la llamada “renta petrolera”, y previendo ese hecho, los legisladores tuvieron el buen sentido de reservar al estado la explotación ante la eventual aparición de esos recursos en el territorio.

Lo mismo sucede en el caso de UPM-BOTNIA, solo que en este caso se trata de renta de la tierra, en sustancia exactamente lo mismo. Resulta útil, cuando mencionamos el tema, recordar que también esta empresa obtiene ganancias extraordinarias. En el año 2007, cuando aún no había comenzado a operar escribimos junto a nuestro compañero en REDIU Gustavo Melazzi (5) un trabajo previendo, en base a la información disponible las ganancias de la empresa. Y nos quedamos más bien cortos. Estimamos que las mismas iban a rondar los 300 millones de dólares anuales. Hoy se puede afirmar con escaso margen para el error que las mismas son superiores a 500 millones. O sea, la empresa en 3 años de operaciones ha recuperado ampliamente el capital invertido. Caso que solo se puede explicar por la apropiación masiva de renta del suelo, aumentada por la completa desgravación impositiva con que se beneficia.

EL PROYECTO VALENTINES

No resulta aventurado preveer que los beneficios, como ya explicamos provenientes en lo esencial del factor renta de los recursos naturales, serán parecidos a los que obtiene BHP de sus minas de mineral de hierro. Y estamos hablando, sobre facturación bruta, a precios actuales, de más de 3000 millones de dólares, de ganacias no inferiores a 1500 millones de dólares. La empresa titular, Zamin ferrous ya puso en venta hasta el 49% del capital accionario, por una cifra no divulgada, para financiar las obras y además realizar una sustantiva ganancia, anticipo de las que espera obtener a lo largo de los años con la explotación de la mina(6).

Es en este estado que aparece públicamente la propuesta del diputado Cardoso del partido nacional de reservar para el estado la explotación de Valentines. Se trataría de incorporar al mineral de hierro a los “clase I” del Código de Minería.

Estoy de acuerdo.

Con una salvedad: que la explotación la realice directamente el estado, si es necesario, creando una empresa pública a tal fin

No nos cabe duda que una política en ese sentido es no solo posible sino imprescindible.

Un argumento en contra sería que el país no posee el conocimiento necesario para tal desarrollo. Pero ya existen antecedentes al respecto.

¿Qué experticia podía existir en el país cuando se comenzaron a construir las represas que constituyen nuestro sistema de generación hidroeléctrica? ¿o la refinería de La Teja? O las centrales térmicas.

El conocimiento se adquiere y desarrolla en el acto de la creación productiva. Y, por supuesto, al principio es necesario comprarlo donde existe.

La escala inicial del emprendimiento debería estudiarse cuidadosamente, no necesariamente se debería encarar un megaproyecto como el que nos presenta Zamin.

Y si acaso la limitante fuese económica y no financiera (escala p.e en enriquecedora y fundición), además de que estratégicamente podríamos asumir el hierro más caro al importado, tampoco sería imposible un acuerdo de complementación con Argentina, similar a la del gas natural licuado, instalando parte de la cadena aquí y parte allá, con acceso a los dos mercados y al MERCOSUR en general, en tanto así los costos resulten adecuados. Ni qué decir que los transportes serían ferroviarios y fluviales, sin mayores riesgos para ecosistemas sensibles. .

Cuando surge este tipo de propuestas aparece inmediatamente el argumento “no tenemos recursos financieros”.

Argumento falso si los hay:



Tomando en cuenta que las empresas de intermediación financiera brindan servicios de depositos a clientes residentes del sector privado por aproximadamente 14.300 (5) millones de dólares, que los fondos de ahorro previsional acumulan activos por otros U$S 6.700 millones, y que los valores de oferta pública que son propiedad de clientes residentes (6) ascienden a aproximadamente U$S 2.700 millones, se observa que el total de activos financieros que representan ahorro de la población se sitúa aproximadamente en U$S 23.700 millones.


Así nos informa el “reporte de estabilidad financiera” del BCU correspondiente a 2010. Y en esta cuenta no figuran activos que son propiedad de entidades estatales, como 1500 millones de dólares del BROU y 5000 millones del BCU, colocados, presumiblemente en bonos del tesoro de EEUU.

¿Donde está entonces la ausencia de dinero para inversiones?

Se trata de decidir a cual interés se sirve; si a los del sistema financiero internacional o si a los del desarrollo nacional.

Existe una teoría desarrollada por los ideólogos de aquel, según la cual hay que tener una masa enorme de “reservas líquidas” para prevenir eventuales fugas de capital. Pero claro, toda esta teoría descansa a su vez sobre el basamento de que el estado es garante no declarado, pero garante al fin, de los depósitos existentes en los bancos privados. Para que dicho sustento exista es imprescindible mantener el libre flujo de capitales, implantado en el país en su forma más acabada durante la dictadura.

Tenemos, pues, el dinero. Falta la experticia; el conocimiento especializado. Y ésta se compra con aquel.

Un comentario aparte merece la cláusula que “reserva” el 15% de la producción del proyecto Valentines para ser vendido dentro del país.

Este es el típico engañapichangas para tontos que se incluye en estos contratos. Como explicamos en detalle al principio, de lo que se trata es de discutir la apropiación de la renta de recursos naturales implícita en la extracción del mineral. Una vez producido éste, su precio FOB (puesto en el barco) ya incluyó dicha renta. En realidad, la única diferencia entre utilizar este mineral y utilizar uno producido, por ejemplo en Brasil (que es, junto a Australia y la India uno de los tres mayores exportadores) es el flete. Con los precios que tiene hoy el mineral, el costo del flete desde alguno de los puertos de Brasil es insignificante. Tan insignificante como el argumento del 15% que utilizan los defensores oficiales del proyecto(7).

Lo que estamos discutiendo, y lo repetimos una vez más porque es el meollo del asunto; es la apropiación de una cuantiosa renta que el gobierno de turno está a punto de regalar (literalmente) a un grupo empresarial extranjero.

Estamos hablando, si el país se apropiara de dicha renta, de un monto superior al pago anual actual de intereses de la deuda pública, que suma 1200 millones de dólares. O, para usar otro parámetro de comparación a 12 planes de emergencia. O a 20 veces el tan traído y llevado propuesto impuesto al sector agropecuario.

Descartamos que las autorizaciones ambientales van a estar. La empresa necesita presentar un plan de mitigación y remediación de la destrucción que dejan los gigantescos pozos necesarios para la explotación. Y, dadas las enormes sumas en juego, ello no es nada difícil.

Además de que, más allá de las declaraciones del tipo “está todo abierto”, da la impresión de que a alto nivel oficial la decisión está tomada. Sino no se explicaría la media sanción que tiene el proyecto de modificación del código minero ni que la empresa haya puesto en venta, a nivel internacional parte de sus acciones.

El país está, otra vez, en una encrucijada política y económica.

De sus actuales autoridades, incluyendo entre las mismas a los miembros del parlamento depende que se concrete o no uno de los mayores (sino el mayor), despojos de la historia nacional.

Ojalá el título de este trabajo no sea premonitorio, en todo caso, Sres gobernantes: están ustedes notificados.





1- Según algunos, Aratirí significa “rayo” en guaraní.

2- http://www.indexmundi.com/commodities/?commodity=iron-ore&months=60

3- http://europe.chinadaily.com.cn/business/2010-12/21/content_11734906.htm

4- No End In Sight for Rising Iron Ore Prices (PKX, BHP, RIO, VALE) - 24/7 Wall St.http://247wallst.com/2011/01/21/no-end-is-sight-for-rising-iron-ore-prices-pkx-bhp-rio-vale/#ixzz1PrFkPeB8

5- http://www.rediu.org/Documentos/doc_melazzi/CuantoganaraBotnia.GM.031107.htm
6- http://www.bloomberg.com/news/2011-06-17/zamin-in-talks-with-potential-buyers-for-stake-in-3-billion-ore-project.html
7- Refiriéndose al tema el matutino La Diaria en su edición de hoy citaba al diputado Gonzalo De Toro: “Por el momento, el diputado emepepista destacó que la modificación al Código Minero, en discusión en el Senado, reserva 15% de la producción del mineral para uso del Estado. "Ahí se pueden abrir caminos de otro tipo de industrialización. Está todo abierto, definiciones no hay", valoró”.

8- Por ejemplo Adam Smith, en su “La riqueza de las naciones” dice: “In the price of corn, for example, one part pays the rent of the landlord, another pays the wages or maintenance of the labourers and labouring cattle employed in producing it, and the third pays the profit of the farmer. These three parts seem either immediately or ultimately to make up the whole price of corn”.
Traduciendo: En el precio del maíz, por ejemplo, una parte lo forma la renta del terrateniente, otra los salarios o mantenimiento de los trabajadores y el ganado de labor empleados en producirlo y la tercera paga la ganancia del granjero. Estas tres partes parecen inmediatamente o al final constituir el precio del maíz.

Más arriba Smith explica que la renta aparece recién con la propiedad privada de la tierra. En nuestro caso, con la concesión a Zamin ferrous de los derechos mineros sobre Valentines.


Aratirí por por Ricardo Meerhoff,







.

1 comentario:

  1. yo estaría de acuerdo con que el Estado uruguayo explotara la minería, o mejor dicho, lo hubiera estado ahce años. Hoy, con lo que sabemos sobre lo que le hace a la tierra, agua, a la salud de la gente, No quiero minería, ni puerto, y sobre todo no quiero petróleo y gas natural. No quiero que usen el facking en Uruguay y nos dejen sin agua potable. -Que hace Ancap?Como buscan gas las empresas contratadas o permitidas por Ancap? Usan el fracking? Ya estamos perdiendo nuestra agua potable? es urgente averiguarlo.

    ResponderEliminar

No ponga reclame, será borrado