El coronel (r) Walter Forischi |
Sr. Director:
El abajo firmante, se dirige a Ud. solicitando publicación de la presente.
Motivan esta petición dos cartas firmadas en publicaciones anteriores por el tristemente célebre Cnel ® Forischi y otra en respuesta a su primera misiva hecha por el Compañero Juan Ángel Urruzola.
Siempre creí que para denunciar a estos personajes, no debíamos “salir a la cancha” -para hablar en términos futbolísticos-, de a uno.
Creo además que no debemos volver al “torturómetro”.
Cuando nuestro testimonio sirve al colectivo, ayuda a reconstruir la memoria, se basa en la solicitud de que se haga justicia, trata de romper el cerco de impunidad, contribuye a la sociedad para el “Nunca más”, suma, fortalece a los directamente afectados, dignifica y honra haber compartido momentos de tanto dolor y sacrificio con compañeros como Juan Ángel.
Como este Juan y todas las Juanas que pasaron por las aberraciones a las que fuimos sometidos por estos “señores” que dicen dignificar al Ejército Nacional.
Hechas estas puntualizaciones es que decidí entonces aportar elementos a cuanto Urruzola dice y por mi parte doy fé en cuanto a su veracidad.
Fuí detenido por miembros del 6º de Caballería el día 3 de setiembre de 1972 en una finca ubicada en el Cerro de Montevideo.
El comunicado de mi detención es el Nº 508 de la Oficina de Prensa de las Fuerzas Conjuntas aparecido en la prensa el 19 de setiembre de 1972.
Desde el momento de la detención fui encapuchado y golpeado durante el traslado y, llegado al cuartel ubicado en la calle Domingo Arenas, comenzaron a torturarme por otros medios y mecanismos como ocurría “normalmente” con cualquier ciudadano.
Puedo afirmar y denuncio que:
- fui conducido a ver violar a una Compañera (me reservo sus datos filiatorios), entre otros por el entonces Teniente Forischi. Durante mi presencia, colgado, mientras me “interrogaban”, violaban a la compañera alternándose, el Alférez “Toby” Alvárez y el entonces Capitán Vázquez hoy detenido en el mismo sitio en que estuviera ubicado el 6º de Caballería. Obviamente la compañera quedó afectada estando aún hoy bajo terapia.
- durante las sesiones de tortura, cuando perdía la sensibilidad era tirado al piso, me mojaban aplicándome picana de manera sorpresiva para ver si tenía reacción.
Si la pérdida era de modo prolongado era conducido a una "enfermería" y reconstruído por médicos para que pudieran seguir “las sesiones”. En una de esas ocasiones, encapuchado, desnudo y esposado, pero con el oído agudizado, creí reconocer la voz del “doctor”. Solicité me fuera retirada la capucha y examinada la cabeza que sentía destrozada. Luego de algunos cabildeos los “oficiales” accedieron retirándose (para no ser por mí reconocidos) y al quitarme la capucha la cara del “médico” se transformó pues se trataba de mi vecino Jaime “Israel” Luxemburg. Vivía entonces junto a sus padres en la calle J.A. Cabrera entre Reissigner y Enrique Clay (hoy Dr. Schinca) a escasos 60 metros de mi casa paterna en J.A. Cabrera 4174.
-En el 6º de Caballería, efectuaban estas prácticas, entre otros, además de Forischi, el Comandante Goldaracena, los capitanes Vázquez (hoy detenido) y Grajales; los Tenientes Orlando, Cooper (que apareció en Suecia y por haber sido reconocido, se fue a Inglaterra), los Alférez Flores,"Toby" Álvarez y su hermano gemelo (sobrinos del "Goyo" Alvarez) y, en la tropa, particularmente por conducir al equipo de karatekas el entonces Cabo Ruiz.
Como voluntarios acudían, entre otros, un oficial de reserva de apellido Rodríguez.
Según palabras de Goldaracena, en Uruguay, “todos intervenían para que no sucediera lo del ejército brasileño que quedó dividido entre sucios y limpios”.
Estando aislado en un vagón frigorífico con otro compañero, una noche fui transferido a otro sitio dentro del mismo cuartel “para conversar de igual a igual” con el entonces Coronel Queirolo. Entre otras cuestiones me planteó que “con nosotros” -se refería al MLN (Tupamaros)- “ya habían terminado” y “que ahora le llegaba el turno a todos los comunistas” incluyendo a los que “habían hecho causa común con ellos” refiriéndose explícitamente a los Senadores Enrique Erro y Zelmar Michelini.
Cabe destacar que estando allí detenido, me mantuvieron incomunicado con el exterior; nunca fui conducido a un juzgado ni tuve visita alguna; de abogados y/o familiares.
En estos días, mientras la prensa sirve de caja de resonancia a reconocidos torturadores y se habla del libro basura de Leonardo Haberkorn, no hablan de los miles de torturados a lo largo del período del terrorismo de Estado que pasaron por los cuarteles y sitios clandestinos de tortura y de los cuales un porcentaje mínimo serían tupamaros y el resto miembros de toda la sociedad; de los militares torturadores del 6º de Caballería solo uno está preso.
Convencido de que la impunidad es la que hace daño al desarrollo de una sociedad madura, las demandas de memoria y justicia son las herramientas curativas para reconstruírla.
Queda a su disposición y le saluda atte.
Asdrúbal Pereira Cabrera
C.I. 3.513.909.-0
º
LAS TORTURAS y
DESAPARICIONES
en el 6to de
CABALLERÍA
Adjunto carta de Juan Ángel Urruzola publicada en Búsqueda del 2/6 en contestación a una anterior del Cnel. Forischi
La "valiente" acción del Cnel. Forischi fue acompañada institucionalmente por su regimiento y avalada por las autoridades de la época
Además de los delitos de lesa humanidad cometidos en la década del 70 en el 6to de Caballería se señala la desaparición de Luis González en ese mismo establecimiento
Luis González sigue desaparecido y ese delito de desaparición forzosa se sigue cometiendo
El Cnel. Forischi reivindica toda la actuación del ejercito en estos 200 años y desarrolla los concepto de la "doctrina de seguridad nacional" Define la situación actual como " etapa de injusto e inmerecido desprestigio que le impone el gobierno actual"
Este Cnel., oculta el papel del Ejército en los atentados a la Constitución y a las instituciones democráticas republicanas durante la usurpación del gobierno
Los últimos sucesos les dan una sensación de impunidad total a todos los delincuentes que se ampararon en el Estado para sus prácticas terroristas
Nuestro gobierno ha dado sobradas muestras de que no intenta desprestigiar al Ejército...
El Ejercito esta desprestigiado por haber atentado a la Constitución y dar un Golpe de Estado, por practicar ,la tortura ,el homicidio político y las desapariciones de personas y por imponer por la fuerza una política económica entreguista.
Es el no reconocimiento de estos hechos y la ocultación continua de información lo que contribuye a mantener incambiada esta situación
Hay una responsabilidad legal y política muy grande de los jerarcas y de todos los funcionarios que avalan con su firma la afirmación de que "no disponen de los datos solicitados por el Sr Juez"...Esto es mas grave cuando algunos datos son de existencia notoria
LEWIS ROSTAN
El Ejército
2 de junio de 2011
Qué sorpresa tuve con la carta publicada en vuestra edición del miércoles 25.5.2011, firmada por el coronel Walter Forischi.
Una carta que pretende historiar la vida del Ejército uruguayo pero salteándose a la torera —al decir de mi madre— una parte de la historia en la que fue protagonista esencial: en 1972 el coronel que escribe ejercía en el 6º de Caballería y fue quien me detuvo el 21 de junio, en el inicio de un crudo invierno.
Tuve allí tres meses de capucha, torturas, plantones, electricidad, simulacros de fusilamiento, submarino (forma eufemística de nombrar la forma en que se mete de cabeza a un detenido encapuchado en un bidón de doscientos litros de agua con vómitos, orina, y el etcétera imaginable).
En realidad el submarino lo hacían tanto en piletones para los caballos o en estanques, o en lo que fuera, y si cortaban el agua al cuartel, también una bolsa de nailon bastaba, solo que en ese caso le llamaban “submarino seco”.
Esta síntesis de los métodos de interrogatorio que este oficial y sus compañeros practicaban en el 6º de Caballería podría ampliarse con, por ejemplo, lo que hacían cada vez que algo le sucedía a un militar en el país: se torturaba a todos los detenidos, y no para saber algo, sino “pa que aprendan”.
Durante ese período estuve más de un mes desaparecido para mi familia y cuando finalmente decidieron incluirme en una lista de detenidos y mis padres pudieron enviarme ropa, a cambio recibieron mi muda, con un mes y pico de uso, ensangrentada por los castigos recibidos.
Se imaginarán el impacto. Yo tenía 19 años.
Eso llevó a mi padre a informar a Zelmar Michelini de la situación, y Zelmar denunció las torturas que yo sufría en el Parlamento.
Esa misma noche o a la siguiente, los valientes torturadores del 6º de Caballería, en una de sus sesiones me gritaron:
“¿Así que sos amigo de Zelmar?... ese anda hablando de que nosotros te torturamos” y dale golpe o patada o lo que fuese.
Para la triste historia de este país y aunque pasaron unos cuantos años, hay algo que me quedó grabado para siempre: “A tu amigo decile que es boleta, tarde o temprano se la vamos a dar”…
Esto sucedió a finales de julio o agosto de 1972… sí, bastante antes del golpe de Estado del año 1973
¿Será que no se acuerda de nada el actual coronel Walter Forischi?
¿No se acuerda de sus amigos y colegas torturadores del 6º de Caballería?
¿No se acuerda del capitán Alexis Grajales, del teniente Orlando, de Rodríguez, de Arocena, del teniente Flores, del cabo Ruiz, de Vázquez (quien sigue en el 6º de Caballería actualmente, pero preso, ya que el 6º de Caballería es hoy la cárcel para militares de Domingo Arena)?
¿No se acuerda del teniente coronel Goldaracena, jefe de la unidad?,
que paseaba por las noches con sus perros por las barracas donde nosotros estábamos tirados, encapuchados, mojados, sucios, y él, calmo como propietario de una gran estancia recorriendo sus dominios, pasaba con sus botas brillantes, lo único que yo lograba ver bajo el borde de la capucha....
Ese jefe de cuartel decidió desconocer un fallo cuando la Justicia le ordenó liberar a cuatro médicos que eran torturados en esa unidad.
En el 6º de Caballería dejaron a algunos detenidos prácticamente como vegetales, violaron compañeras, a mí me torturaron delante de mi compañera, me hicieron firmar la libertad para luego llevarme a los bañados de Carrasco y “ejecutarme”… me pusieron una pistola sobre la cabeza y dispararon.
Después de eso el teniente Flores me dijo que él no me iba a interrogar más, que se había convencido de que yo no sabía nada, pero al regresar al 6º el alférez “Tobi” Álvarez me dio una paliza, estando yo atado y encapuchado, para sacarse la bronca... dijo.
¿Por qué será que cuando hablan del Ejército Nacional lo ponen así, con mayúscula y negrita, pero se olvidan de ciertos actos de servicio?
En el 6° desaparecieron a Luis Eduardo González, ¿dónde está?
¿Forischi no recuerda dónde lo enterraron?
A propósito de Dalmao:
hay quien ha dicho que era un alférez, que no tocaba pito, pero en el 6º varios alféreces torturaron, como el alférez “Tobi” Álvarez, sobrino del Goyo, otro de los que se ensañaban (hace un par de años apareció en un informativo con cara de “yo no fuí”, diciendo que no tenía nada que ver con nada…) pero había muchos…
Hubo hasta un oficial de reserva que trabajaba en lo civil durante la semana y el fin de semana calzaba las botas y la camperita verde y se venía al 6º a torturar.
No me lo contaron...lo contaba él.
Podría mencionar otros ilustres cuarteles de colegas de Forischi, como los del 9º de Caballería, donde me ingresaron un período, en los calabozos donde estaban los detenidos recientes.
Allí estaban los compañeros del PCR totalmente destruidos por las salvajes torturas vividas en el interior del país (en la Base Santa Bernardina), allí en el calabozo vecino al mío escuché las violaciones a jóvenes que eran detenidas, e incluso una noche salieron “a levantar una puta para violarla”, como me lo comentaron los soldados al día siguiente…
Yo estuve solamente un año detenido y después de una última sesión de torturas en Inteligencia de la calle Maldonado por miembros del Ejército, salí directo del calabozo a un avión que me llevó a España.
Un año después nos encontramos con Zelmar en el Tribunal Russell II, y junto a otros compañeros relatamos las “prácticas profesionales” de nuestros militares. Zelmar desnudó el mecanismo utilizado para montar un sistema de dominación y sometimiento como el que las Fuerzas Armadas uruguayas comenzaban a instrumentar, y mostró cómo la tortura y el terror eran piedras angulares del mismo.
De eso hablaba Zelmar en 1974 en el Tribunal Russell cuando decía :
“Nuestra obligación en este Tribunal Russell que tanto prestigio tiene a nivel internacional (…) es bregar para encontrar —y aquí es necesario la inteligencia y la imaginación— el método y la posibilidad de (…) decirles a los militares uruguayos, brasileros o chilenos, a los hombres que sintiéndose fuertes violan los acuerdos internacionales y el derecho, castigan, torturan, maltratan y matan, que hay posibilidad de una condena con efectiva sanción de tal manera —concluía Michelini— que la ley y el derecho internacional no sean letra muerta y que el hombre puede sentirse defendido (…).”
Cuando una sociedad se construye basándose en la impunidad, un torturador bien puede terminar escribiendo sobre historia en Búsqueda, como lo hizo el coronel Forischi:
El festejo del Bicentenario, escribió, “debió ser diferente, debió ser una oportunidad de exaltación patriótica pura y exclusivamente del Ejército Nacional, donde los medios de prensa priorizaran con orgullo la efemérides, estimulando en la población el verdadero sentimiento que debe aflorar en los buenos Orientales: el respeto y la ponderación del Ejército Nacional en su Bicentenario”.
Si no fuera para llorar, daría para reírse
Juan Ángel Urruzola
CI 1.326.330-6
(subrayado, negritas de posta)
URRUZOLA-ROSTAN - postaporteñ@ nº 564 -
Y CUANDO LO METEN PRESO AL FORICHI,,,PA QUE APRENDA Y SE PUDRA EN LA CANA....
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