domingo, 5 de diciembre de 2010

Se nos fue para siempre María Ester Gatti


María Ester Gatti, Madre emblemática,
Fundadora de la Asociación de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos.
María Ester Gatti nació en un caluroso enero del año 1918, acá en Montevideo, en la calle Guaná 2012.
Cursó sus estudios primarios en la Escuela de su barrio, Arenal Grande y Pablo de María.
Terminados sus años escolares, ingresó en la Universidad de las Mujeres y luego al Instituto Magisterial para recibirse de maestra con 17 años.

Transcurría el año 1935, cuando el país, soportaba ya, tres años de golpe de estado.
El 31 de marzo de 1933, el entonces Presidente Gabriel Terra, había dado un golpe de Estado, disolviendo las cámaras. Entre sus medidas autoritarias había implantado a los profesionales universitarios y empleados públicos una disposición de adhesión al régimen.

Muchos de los que se negaron, fueron detenidos o perdieron sus puestos públicos.
Además no se obtenían los cargos por concurso.
Por esta razón María Ester Gatti como maestra recibida, debió postergar su empleo público por 5 años más; no se adhirió al régimen.

Ante eso decidió, impartir sus conocimientos; haciendo prácticas en un colegio de la Villa del Cerro
Treinta y seis años de docencia en la Escuela Pública como maestra y 20 años en el colegio privado Pastorino, como profesora de geografía.

Fue toda su vida profesional a la cual amó profundamente.

.Se casó con Ramón Islas, en el año 1948. Luego de un tiempo, el barrio Colón fue su lugar de residencia por muchos años, generando, nuevos vínculos y actividades.
Corría el año 1953, cuando anuncia su embarazo; llegaría una niña al hogar y le pondrían de nombre María Emilia.
Su hija con 23 años desarrollaba la lucha estudiantil desde hacía tiempo y luego ante el golpe de estado tuvo que irse del país hacia la Argentina a refugiarse con su compañero y su hijita.

Fue en el año 1976, que ante los primeros jóvenes secuestrados en Argentina, María Ester Gatti

Emprendió la búsqueda incansable de su hija: María Emilia y de su yerno Jorge Zaffaroni y la hija de ambos Mariana de tan solo un año y medio que fueron secuestrados el 27 de setiembre, en el marco del operativo Cóndor.

Fue en ese año, que M. Ester Gatti, con la ayuda de las Abuelas de Plaza de Mayo, tomó empuje y se juntó con Violeta Malugani, Luz Ibarburu, e Irma Fernández
Siendo el inicio de lo que posteriormente sería, la Asociación de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, que peregrinaban tratando de obtener datos de sus hijos.

En el año 1979, este emprendimiento agrupó a todos/as los familiares, para transitar hasta nuestro días en ese largo y doloroso camino; saber la Verdad de sus seres queridos.

Ellas marcaron el camino de la lucha por los más de 200 Desaparecidos.

¡Sin duda hicieron historia!,

María Ester Gatti tuvo el coraje de ir sola a enfrentarse con el criminal Gavazzo para saber de su hija, y de la misma forma a los represores argentinos que habían participado en la desaparición de su hija y yerno, y la apropiación de su nieta.

Sus denuncias, ante los organismos internacionales y los jueces fueron constantes.

Eso, con otras causas contribuyó con sus declaraciones ante el juez Marquevich, a que el dictador general Jorge Rafael Videla fuese procesado en Argentina.

En otra instancia sucedió este pasaje que recordamos:


Estaba trabajando, y le avisan: "ahí anda Sanguinetti inaugurando una escuela y recorriendo Colón.
-Salgo un rato y vuelvo, le dijo a las monjas.
Llegó al acto y dijo con voz fuerte:- "¿Qué ha hecho el presidente Sanguinetti por la niña Mariana Zaffaroni"-

Por supuesto se abalanzaron sobre ella los custodias, y Sanguinetti, ante esa situación embarazosa, no hizo más que citarla para el día siguiente... cita a la cual no concurrió; dejando a María Ester con impotencia y dolor.

A su nieta Mariana Zaffaroni pudo recuperarla cuando cumplía 16 años, la joven.

También otro hecho significativo de su compromiso, fue el 22 de febrero de 1987 cuando se instala la Comisión Nacional pro Referéndum, presidida por María Esther Gatti de Islas, Elisa Dellepiane de Michelini y Matilde Rodríguez de Gutiérrez Ruiz. Por la Derogación de la Ley de Caducidad, y encabezando la campaña de recolección de firmas y luego del Voto Verde en el referéndum de 1989. Y también participó de la última convocatoria del plebiscito perdido por segunda vez.

Adiós Gatti!

Esta tristeza de su partida me toca en lo más directo y profundo por el vínculo que mantuve con ella, hasta su último adiós.
Por las mañanas cuando llegaba a su apartamento de la calle Paulier y 18 de Julio, nuestra jornada comenzaba con el ritual de la preparación del té, que gustaba tomar. Luego mientras le conversaba y ponía al tanto de las investigaciones y hechos políticos del momento, ella me trasmitía las sugerencias posibles para aumentar la lucha por los Derechos Humanos. Luego María Ester, hacía sus tareas cotidianas silbando algunos tangos o entonando alguna canción muy bien afinada por cierto.

Antes de irme a mis actividades me pedía jugar un ratito a las cartas (escoba de 15) que solía siempre ganarme.

En otras ocasiones me pedía acompañarla a los actos. Con su gran lucidez y memoria privilegiada que admiraba y se lo decía, entablamos un vínculo cada vez más estrecho, haciéndome partícipe de sus dudas o dolores o rabia, ante la negativa de los militares de no brindar la información y poder saber sobre el destino de su hija desaparecida.

Luego con sus 92 años ya no era posible que viviera sola. El Hogar San José la recibió con calidez y esmero. Allí fue el nuevo lugar de encuentro con ella. Con la compañera Beatriz, testigo del pasaje por Automotores Orletti donde fueron llevados María Emilia, Jorge y Mariana, vivimos todo este recorrido. Al inicio del año decidimos junto a Beatriz y Gustavo otro compañero de militancia de María Emilia, y su sobrina política realizarle un homenaje en vida. Sara, Zulma y Petela todas sumamos voluntades. El homenaje celebraba la inauguración de la tercera biblioteca de Maria Ester a lo largo de su vida, el cumpleaños de su nieta Mariana y el tributo a su larga lucha.

Ella nos dejó ese día estas palabras: “que Uruguay vuelva a ser “vanguardia en derechos humanos, No hay que perder jamás la esperanza y tampoco la decisión de luchar”



¡Hasta siempre querida Madre, compañera!
¡Gracias por sembrar  la dignidad en la lucha!
Por Verdad y Justicia.


MARTHA PASSEGGI.
       reportera-gráfica.
         Mi blog
http://capturavidas.blogspot.com/




Esta tarde será velada en Previsión, Barrios Amorin 1076, de 18 a 22 y mañana en el Paraninfo de la Universidad de 8 a 11 y 30. El entierro será en el Buceo.

LUNES 6 DE DICIEMBRE DE 2010

El adiós a María Esther

Por Raúl Olivera.

Hay seres humanos, como el Sabalero, que sorpresivamente mueren. Hay otros que se empiezan a ir de a poquito. Es cierto que la muerte es un ratito, pero en el caso de María Esther, ese instante entre la vida y la muerte, era previsible. Pero ni la sorpresa en las muertes no esperadas, ni la falta de ella en las previsibles, cambian mucho lo que sentimos ante la muerte. Ese sentimiento, a determinada altura de nuestra vida empieza a ser una larga y dolorosa lista de muertos que poco a poco son tantos que padecemos la sensación inquietante de ir quedándonos solos en el mundo.

María Esther, se empezó a ir de a poco, aunque lo disimuló muy bien. Seguramente ­y eso es una responsabilidad nuestra­, aún después de haberse ido, seguirá entre nosotros. Y para seguir entre nosotros contará, además del recuerdo que un ser humano de su calidad siempre deja entre los que la conocieron y trataron, con el hecho ­no menor­, de haber estado íntimamente ligada a capítulos trascendentales de la historia de nuestro país.

María Esther debió ostentar mucha entereza y dureza para enfrentar uno de los dramas más terribles que puede sufrir una madre-abuela. Atrás de esa dureza, había un ser portador de un gran amor. Amor que seguramente para ella fue un alivio, un sedante que la ayudó a enfrentar el horror al encuentro con el fin de sus días, sin saber la verdad sobre el destino de su hija desaparecida.

Al igual que Tota, que Luz, que Violeta y tantas madres de compañeros desaparecidos que poco a poco se fueron yendo, supo ocupar un lugar de lucha del que sus hijos seguramente se sentirían orgullosos. Lo hizo con coraje y entrega sin límites. La construcción de la historia de las luchas de estos tiempos de impunidad, sin lugar a dudas, la tendrá como una de sus protagonistas. Y la tarea aún inconclusa de terminar con la impunidad en nuestro país, será una tarea que en su memoria, le deberemos ofrendar más temprano que tarde.

Fue una mujer fuera de serie. Capaz de interpelar al criminal Gavazzo en los tiempos en que éste gozaba de impunidad. No descartó ningún recurso ni riesgo a la hora de tratar de recuperar a su nieta Mariana. En sus últimos días hasta se llegó a interrogar, si había hecho lo suficiente para saber el destino de su hija María Emilia.

María Esther decía que el olvido era el lado oscuro de la memoria. Seguramente desde ese convencimiento su vida fue una larga e inagotable lucha por alumbrar esos lados oscuros que nos deja aún hoy la impunidad en el Uruguay. Hoy que se apagó su vida, hagamos nuestra esta exhortación que como buena maestra se ocupó de recordarnos hace pocos meses: "No hay que perder jamás la esperanza y tampoco la decisión de luchar".

¡Hasta siempre María Esther!.
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1 comentario:

  1. MARIA ESTER ,VOS NO TE MORISTES ,SOLO TE FUISTES A ENCONTRARTE CON TU HIJA Y TU YERNO , ASI COMO MI VIEJA SE FUE A ENCONTRAR CON MI HERMANA Y CUÑADO .
    GRACIAS A LOS BUENOS HIJOS DE PUTA DE COMPAÑERITOS DEL EJECUTIVO LOS ASESINOS DE ELLOS SIGUEN VIVOS .ESPERO QUE MUCHOS COMPAÑEROS,CUANDO SE LE LLENEN BIEN LAS BOLAS, ALGUN DIA SE LOS ENCUENTREN EN LA CALLE Y VAMOS A VER QUE DICEN, O QUE HACEN......SI LE DAN TIEMPO....

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