Arde la interna

Frente Amplio votando en bloque

Por Alfredo Gracía

de Voces Semanario, el jueves, 09 de diciembre de 2010 a las 14:59

“El Frente va a necesitar cambios institucionales y organizativos. Por ahora la vamos llevando; no tengo claro para donde tiene que cambiar, pero me parece que nos debemos una puesta a punto. Ha pasado mucho tiempo con la misma estructura. ¿No precisará cambios? ¿Nuestro reglamento no precisará cambios? Yo que sé.”
                                                                           PEPE Coloquios, pagina 165. 


Discusiones por doquier. Parlamentarios que discrepan y no votan. Partidos que cuestionan al gobierno. Pasajes al Tribunal de Ética y pedidos de desafiliación.  Desafuero de dirigentes. Sindicatos enfrentados al presidente. Actos de desagravio y de apoyo. Recolección de firmas para retorno del compañero renunciante. Redes que apoyan criticando. En el Frente hay de todo como en botica.


Pasaron siete meses y  cinco días del revolcón del 9 mayo y se reúne el Plenario Nacional del Frente Amplio para discutir que hacer. La mano viene medio lenta, y todo da la impresión que se va a seguir pateando la pelota para adelante. De reestructura ni se habla, no sea cosa que a algún loco se le ocurra impulsarla.
La interna frentista esta caliente.  El congreso del Partido Comunista (auto proclamado partido de la clase obrera) puso leña al fuego con sus criticas a la conducción económica y al erigirse como el ultimo salvaguarda del programa frentista, aparentemente ignorado por los otros.
El Partido Socialista en pleno festejo de sus cien años, se amarga por la renuncia de Gonzalo Fernández al Frente y se babea con las guiñadas que le hace Tabaré proclamándose socialista inorgánico.
El MPP en vísperas de congreso, plantea tantas posiciones como tendencias tiene y apoya o critica según sea el que habla.
Propone elección a padrón abierto para elegir al presidente y vice del FA, ¡chocolate por la noticia!; nunca se le había ocurrido a nadie antes, pero a la iniciativa de hacer lo mismo en la interna de su movimiento como se hizo otrora, le bajaron el hacha. Participación, ¿qué?
El resto de los grupos hace lo que puede y no es mucho, pero intentan sobrevivir. Se hacen reuniones por el interior con dirigentes de varios grupos, pero todavía no se le vio la hilacha a esos encuentros.
El gran problema es que la gran masa frentista está al margen.
Y esta situación provoca desanimo, decepción, desinterés y en el mejor de los casos bronca. Porque la rabia se puede convertir en energía para cambiar pero el desgano lleva siempre a la pasividad.

COALICION Y MOVIMIENTO

Se ha hablado hasta el hartazgo de la doble condición del Frente y que es una experiencia única en el mundo y que ello ha sido fundamental en su permanencia de casi cuatro décadas. Esta bien, todos lo sabemos pero algo no esta funcionando bien.
La coalición es una lista interminable de grupos y grupitos que en realidad carecen muchos de ellos de representatividad. Y para peor en los últimos tiempos, unos cuantos tuvieron la genial idea de crear más grupos, porque no se sentían representados en los existentes.
De diferencias ideológicas ni hablamos, no existen.  Pero la izquierda nacional adolece desde hace tiempo del “síndrome del kiosco propio”.  Nunca tan bien aplicado el dicho: “Prefiero ser cabeza de ratón que cola de leon”.  Así vamos.
El movimiento por su parte ya no es lo que era, sufre de anemia militante. Se mantienen como testimonio de glorias pasadas los comités de base, llenos de veteranos que muchas veces van a las reuniones como a un ritual, y que poco y nada de inserción tienen en sus barrios.
Organismos caducos que se usan  por los partidos de “cuadros” para obtener, lugares en la estructura, ya sea como delegados de las bases en el plenario o como delegados de los comités en el congreso.
Es muy común decir que las bases están sobre representadas en la dirección y se reclama más lugar para las organizaciones.
El viejo dilema de la tensión entre el movimiento y la coalición.
Lo que no se percatan los que plantean esto es que los comités de base ya no son las bases del Frente Amplio, sino más bien un instrumento partidario de algunos grupos.
Seamos claros, tampoco son las Redes los únicos representantes de las nuevas bases frentistas, por más convocatoria que tengan.
Hoy el Frente es tan pero tan amplio, que ninguna de estas estructuras lo abarca en su totalidad, aunque alguna tenga más legitimidad que otras.
Si somos sinceros, todos sabemos que los partidos, todos los partidos de izquierda, tienen muy poca militancia orgánica, y que unos cuantos miles alcanzan y sobran para contar a todos los miembros partidarios sumados.

LEVANTAR LA MIRA

Frente a esta situación, surgen las dudas de cómo encarar el futuro.
Para empezar, lo que me parece clarísimo es que no está en riesgo la unidad del Frente, en nuestra historia de cuarenta años los enfrentamientos políticos e ideológicos han sido fuertes y muy duros. Y la experiencia demostró que es cierto: “el que se va, la queda”, y prueba de ello es todos los díscolos que volvieron.
Así que esas predicciones académicas de que peligra la unidad por tal o cual tema, carecen de evidencia empírica en la vida real, y tienen un cierto tufillo a chantaje político.
Es hora de sentarse a discutir en serio el rol de la herramienta, y hacia dónde apunta. Se vuelve imprescindible un debate ideológico profundo y hay que caracterizar la nueva etapa que estamos viviendo.  Los esquemas de antes caducaron y la realidad
nos golpea constantemente con sus cambios. ¿Qué sociedad tenemos y a qué sociedad vamos? De nada sirve erigirse en
guardián impoluto de la doctrina si la gente está en otra y no nos da pelota.  Esas seudo divisiones entre progresismo y socialismo, que nos pone en el papel de que somos los que la tenemos clara, frente a los bobalicones que aun no se dan cuenta, aporta muy poco a la construcción de un modelo de izquierda nacional.
¿O acaso los vamos a usar como cretinos útiles en esta etapa y luego serán descartados?  Todavía hay compañeros que no sintonizan muy bien con esa palabrita llamada democracia.
Los temas son muchos, el debate pendiente es inmenso, se precisan nuevas cabezas que vengan con su aporte.
Pero nos parece que la tarea  de la hora es mantener la fraternidad interna sin rehuirle por ello a la lucha ideológica. Nadie es dueño de la verdad, las soluciones se construyen colectivamente y los
acuerdos y divergencias cortan transversalmente a todas las organizaciones partidarias y bases frenteamplistas.
Quizás la división mayor que existe hoy en nuestro Frente es entre la izquierda dogmática y la izquierda libertaria.