Economistas de izquierda críticos del gobierno fustigan la “desacreditación” de sus reclamos.
Duros y mediáticos cuestionamientos son los que recibe frecuentemente el Frente Amplio desde los partidos tradicionales, pero quizá más duras, aunque mucho menos conocidas, sean las opiniones que surgen desde la Red de Economistas de Izquierda del Uruguay (REDIU), que acusa al gobierno de haber vaciado “su mochila ideológica” para cargarla “con ideas del modelo capitalista”. Se quejan por la “encriptación” de sus críticas, desacreditándolas y negándose al debate. “Muchos compañeros que se dicen de izquierda [...] si los invitan a un evento en donde hay miembros de la red, no van”, lamentaron.
“Muchos que cantan fuerte los versos de la izquierda están a la derecha en la vida real”, entonaba la murga Falta y Resto en su espectáculo Anarquía, del Carnaval 2007, y esa acusación realizada bajo la protección del dios Momo parece hacerse eco en el nuevo libro de la REDIU, titulado La torta y las migajas. La publicación califica severamente la gestión del Frente Amplio, tanto la administración de Tabaré Vázquez como los primeros indicios mostrados por su sucesor, José Mujica.
La presentación del libro, que se llevó a cabo el martes en la Facultad de Bellas Artes, estuvo a cargo de dos miembros de la REDIU, Gustavo Melazzi y Antonio Elías, el prorrector de Extensión de la Universidad de la República, Humberto Tomassino, y el decano de la Facultad de Humanidades, Álvaro Rico. En conversación con la diaria, Elías sostuvo que con este trabajo buscan “el debate, la lucha de ideas” y destacó que “aporta información y una interpretación de la realidad para que el pueblo, los trabajadores, puedan discutir”.
Se trata de un libro “pequeño”, de 134 páginas, que pretende ser accesible y de fácil lectura. Consta de dos partes, una de las cuales contiene un enfoque colectivo a cargo de los integrantes de la red, y otra con visiones individuales con la mira puesta en la etapa actual de desarrollo del país y la región.
El economista fue más allá y aseguró que “hay muchos compañeros que se dicen de izquierda [...] que si los invitan a un evento donde hay miembros de la red, no van”. “Es como si contagiáramos, pero nosotros no contagiamos, debatimos ideas”, añadió. En el mismo sentido, Melazzi criticó “el rechazo al debate, el encriptamiento”, y fundamentalmente lamentó que “hoy se dice cualquier cosa con total liviandad y sin buscar fundamentos. Hay un enorme empobrecimiento de las ideas”. Pero los miembros de la REDIU no fueron los únicos que hicieron la misma interpretación. Tanto Tomassino como Rico vertieron conceptos similares cuando les tocó el turno de hablar. El primero subrayó que el libro es “una obra del conocimiento que representa un ataque al pensamiento único, a los discursos unificados y excluyentes de la economía”, y que por eso mismo “corre el riesgo de estar encriptado”. “Creo que antes el pensamiento de izquierda era más libre para decir lo que se pensaba”, sostuvo.
Por su parte, Rico compartió que se trata de un aporte “muy crítico de un gobierno de izquierda”, lo cual determina que “en un país de buenos modales y donde hay críticas que no dicen nada, está descolocado”.
El libro se centra en una idea clave, según explicó Elías: “El gobierno ‘progresista’ realizó una profundización del modelo capitalista”. Graficó que desde su creación, en 1971, el Frente Amplio recorrió “un largo camino de implosión ideológica” y que “cuando llegó al gobierno lo hizo con la mochila vacía”, la cual fue llenando “con ideas del modelo capitalista”.
Negó que la educación o la salud hayan sido áreas prioritarias, calificó como “políticas paliativas” a las desarrolladas por el Ministerio de Desarrollo Social y cuestionó que no haya “políticas de empleo ni políticas industriales”. A modo de resumen, definió que en los últimos cinco años Uruguay “consolidó su dependentismo. Es la legitimación del capitalismo y de que el mercado es el que toma las decisiones”.
La presentación del libro, que se llevó a cabo el martes en la Facultad de Bellas Artes, estuvo a cargo de dos miembros de la REDIU, Gustavo Melazzi y Antonio Elías, el prorrector de Extensión de la Universidad de la República, Humberto Tomassino, y el decano de la Facultad de Humanidades, Álvaro Rico. En conversación con la diaria, Elías sostuvo que con este trabajo buscan “el debate, la lucha de ideas” y destacó que “aporta información y una interpretación de la realidad para que el pueblo, los trabajadores, puedan discutir”.
Se trata de un libro “pequeño”, de 134 páginas, que pretende ser accesible y de fácil lectura. Consta de dos partes, una de las cuales contiene un enfoque colectivo a cargo de los integrantes de la red, y otra con visiones individuales con la mira puesta en la etapa actual de desarrollo del país y la región.
Cero a la izquierda
En Bellas Artes, Melazzi y Elías se refirieron a la “encriptación” del discurso crítico proveniente de la REDIU y a la “negación determinante al debate”. Interpretaron que la forma de rechazar las críticas no es la prohibición sino “la desacreditación total”. Elías consideró que no se trata de un ninguneo desde el oficialismo sino de “temor”. “Si yo tengo las cosas claras y soy sólido, las puedo defender y debatir; ahora, cuando tengo puntos muy débiles lo que tengo que hacer es anular el debate y la voz que me marca que el rey está desnudo”, señaló.El economista fue más allá y aseguró que “hay muchos compañeros que se dicen de izquierda [...] que si los invitan a un evento donde hay miembros de la red, no van”. “Es como si contagiáramos, pero nosotros no contagiamos, debatimos ideas”, añadió. En el mismo sentido, Melazzi criticó “el rechazo al debate, el encriptamiento”, y fundamentalmente lamentó que “hoy se dice cualquier cosa con total liviandad y sin buscar fundamentos. Hay un enorme empobrecimiento de las ideas”. Pero los miembros de la REDIU no fueron los únicos que hicieron la misma interpretación. Tanto Tomassino como Rico vertieron conceptos similares cuando les tocó el turno de hablar. El primero subrayó que el libro es “una obra del conocimiento que representa un ataque al pensamiento único, a los discursos unificados y excluyentes de la economía”, y que por eso mismo “corre el riesgo de estar encriptado”. “Creo que antes el pensamiento de izquierda era más libre para decir lo que se pensaba”, sostuvo.
Por su parte, Rico compartió que se trata de un aporte “muy crítico de un gobierno de izquierda”, lo cual determina que “en un país de buenos modales y donde hay críticas que no dicen nada, está descolocado”.
Palos a diestra y siniestra
Muchas de las observaciones que se le hacen al gobierno en el libro coinciden con las que se le hacen desde los partidos tradicionales, pero con enfoques y valoraciones opuestas. Así, por ejemplo, en materia presupuestal, desde la oposición se le marca la “falta de prudencia” por lo que entiende que es un excesivo gasto público, mientras que la REDIU opina que la distribución presupuestal debió ser mayor y enfocada en los sectores más desfavorecidos como forma de garantizar un mejor “reparto de la torta”.El libro se centra en una idea clave, según explicó Elías: “El gobierno ‘progresista’ realizó una profundización del modelo capitalista”. Graficó que desde su creación, en 1971, el Frente Amplio recorrió “un largo camino de implosión ideológica” y que “cuando llegó al gobierno lo hizo con la mochila vacía”, la cual fue llenando “con ideas del modelo capitalista”.
Como ejemplo mencionó que 87% del IRPF lo pagan los trabajadores y sólo 13% recae sobre el capital, y que los inversores que llegan al país “no pagan impuestos”. “Mucha gente mira para un costado y dice ‘acá no pasa nada’, pero sí pasa. El proyecto económico de la izquierda era otro”, sostuvo. Afirmó que las políticas no redundaron en beneficios para los trabajadores, porque si bien se recuperó el salario real a niveles de 2000, en términos relativos, al comparar con el PIB, “estamos muy lejos”. Elías también se refirió al proyecto de asociaciones público-privadas, recordando que “no es un planteo ‘progresista’, es un planteo del Banco Mundial, es un planteo del capital”.
En otro orden, Melazzi arremetió contra el doble discurso que a su entender hay en el oficialismo, que “ahora festeja que las calificadoras de riesgo [...] nos pongan buena nota”. Sostuvo que el crecimiento del país ha sido excepcional, sobre la base de los precios internacionales y el arribo de capitales extranjeros. “El éxito no es tal, porque toda América Latina pasa por lo mismo [...] la locomotora está fuera del país”, remarcó. Debido a ello se registró un “enriquecimiento escandaloso de los terratenientes” que entre 2003 y 2009 aumentaron su riqueza en tierras en 30.790 millones de dólares (sin incluir rentas ni ganancias de explotación). “El segundo escándalo es cuánto pagaron de impuestos: el 1,2% de esa cifra, y además el impuesto al patrimonio va a ser progresivamente eliminado”, agregó.Negó que la educación o la salud hayan sido áreas prioritarias, calificó como “políticas paliativas” a las desarrolladas por el Ministerio de Desarrollo Social y cuestionó que no haya “políticas de empleo ni políticas industriales”. A modo de resumen, definió que en los últimos cinco años Uruguay “consolidó su dependentismo. Es la legitimación del capitalismo y de que el mercado es el que toma las decisiones”.
http://ladiaria.com/articulo/2010/12/le-pegan-de-zurda/
Elementos a tener en cuenta para evaluar la distribución del ingreso en el período 2005-2009.
Joaquín Etchevers. Montevideo, 16 de julio de 2010.
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Autor: William Yohai
Para todos los que estamos metidos en el tema económico la aparición de la "ultima" serie de datos del Banco Central del Uruguay (1) sobre cuentas nacionales es algo así como una final de campeonato para los futboleros.
Así que, cuando hace algunos días salió la información sobre todo el 2009, cazamos la lanza, nos pusimos la armadura y nos subimos a Rocinante.
Esta es una primera reflexión.
Para los no iniciados en estos asuntos, aclaramos que la inversión bruta fija no tiene nada que ver con la compra de activos.
O sea, que si una empresa construye una casa, la compra del terreno no será computada como inversión a efectos de las cuentas nacionales. Si lo será, en cambio, la construcción en si, tanto en lo que tiene que ver con materiales como con la mano de obra empleada.
Por tanto, tampoco son inversiones las 5 o 6 millones de hectáreas que han adquirido los extranjeros y algunos nacionales en estos años. La construcción de BOTNIA, ahora UPM, si se contabiliza como inversión, y de hecho explica una parte sustantiva del aumento que la misma experimenta, como veremos, en los años en que se llevó a cabo.
1)La inversión bruta fija (IBF), como parte del PBI, que promedia casi 16% en el trienio 1997-1999, alcanza aproximadamente 19% .
En el trienio 2007-2009. Tomamos estos años porque corresponden a picos del ciclo económico, asumiendo que los años a partir de 2009 no verán tasas de crecimiento de la economía parecidos a las de 2004-2008, que son las más altas desde los nueve años entre 1945 y 1954.
Pero hay un dato que relativiza fuertemente ese crecimiento de la inversión:
en el año 2005 el BCU, lleva adelante un cambio de la metodología de cálculo de las Cuentas Nacionales.
Es así que la tasa de inversión en 2005 presenta una diferencia, entre la metodología "vieja" y la nueva, de 2,65%, lo que explica buena parte de ese crecimiento.
En suma: a pesar de la coyuntura de tasas de interés internacionales más favorable y los precios de commodities agropecuarios históricamente altos, y sobre todo, sostenidos, no se observa un aumento cualitativamente significativo de la inversión en el último gobierno nacional.
Como dato fáctico de interés, de (2) extrajimos el promedio de tasa de interés devengado por el bono a 30 años de los EEUU en diciembre de 1997 y 1998, que fue de 5,5%. Para los años que van de 2005 a 2009, mes de diciembre, dicho promedio fue de 4,23%.
Tomamos la tasa de interés del Bono del Tesoro de EEUU como un indicativo de las tasas reinantes en los mercados de capitales mundiales. Partimos de la base que existe una relación directa entre tasas de interés e inversión.
Cuanto mayores son éstas, más atractivo es para los capitalistas colocar su dinero en instrumentos de deuda que no implican riesgo de pérdida del capital, como son, por ejemplo los bonos de EEUU.
2)En el cuadro que no pudimos incluir se observa también la parte que ocupó la inversión pública en la inversión total del país.
Una política económica esencialmente distinta hubiera estado, entre otros indicadores, señalada por un cambio en dicho parámetro. Observamos de los datos que la tasa de inversión pública, que a diferencia de lo sucedido con la total en relación al PBI no cambia sustantivamente entre "los dos" 2005, se mantiene prácticamente invariada alrededor del 20%.
Muestra, sin embargo una tendencia creciente en los años críticos 2000 al 2003, cuando alcanza 26%, cae después y se acelera en 2009, año de crisis internacional y, no podemos dejar de señalarlo, también año electoral. En 2009 alcanza un registro alto de 27% de la inversión total.
3)Dada la importancia que en el discurso oficial se le otorga al sector agropecuario, no podíamos dejar de analizar que parte de la inversión total del país le corresponde al mismo.
Es bastante común escuchar largas disquisiciones acerca de los cambios explosivos que dicho sector ha llevado adelante en estos años. Y también de la importancia que los mismos conllevan para el conjunto de la economía del país.
Sin embargo, si observamos los datos fríos de la serie de 13 años aquí presentada, otro es el panorama. En efecto, dicha cifra no sobrepasa, salvo en dos de los años del período, 2002 y 2003, en los cuales la inversión total, tanto como parte del PBI, cuanto el PBI mismo se hunden literalmente, fruto de la crisis extrema que sacudió a nuestro país, el 4%.
Y, más curioso aún, mientras los precios del principal activo, del sector, la tierra, aumentaban a tasas extraordinarias, a partir del año 2005, observamos una tendencia a la caída de dicha tasa.
La misma, en el quinquenio 2005-2009 promedia un 3%. O sea, en el sector agropecuario se invierte el 3% de la inversión total del país. En el año 2009 el guarismo cae al 1,8%.
Este dato, de por sí, destruye la fundamentación económica neoliberal para mantener bajas tasas de imposición sobre la tierra; argumento que afirma que, para que los terratenientes inviertan es necesario que los precios de la tierra sean altos, de tal forma que la inversión sea una parte menor del capital que representa el activo tierra.
Reiteramos: el argumento clave que se opone desde que el pensamiento neoliberal domina totalmente la academia y la difusión de la teoría y el análisis económico en el país a ponerle impuestos altos a la tierra, es precisamente, que dichos impuestos hacen bajar el precio de venta de ésta; y que, consecuentemente, los terratenientes prefieren comprar "el campo del vecino" antes que invertir en el propio.
Estos datos demuestran consecuentemente la falsedad de dicha argumentación.
Aclaramos que esta fundamentación es de recibo, tanto por parte de los economistas agrarios de la derecha más rancia, cuanto del contador Danilo Astori y, por omisión, de las actuales autoridades de gobierno.
Bibliografía:
(1) www.bcu.gub.uy Información económica/cuentas nacionales; elaboración propia a partir de los datos..
(2) www.yahoo.com/finance/ 30 years treasury yields graph
postaporteñ@
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