Walter Caimí
Al arribar nuevamente a La Habana, Cuba, percibí el
primer cambio desde mi última
estadía en la Isla año 2012. Seis años después, el funcionario de migraciones era
visible. En efecto, antes una “casilla” encerraba al funcionario y no se le veía el rostro
hasta que uno entraba en ese habitáculo. Desde la manga del avión se percibe, se
olfatea un aire diferente. Esta vez sí veía claramente a los funcionarios de migraciones
pues ya no estaban encerrados, sino claramente visibles como en nuestro aeropuerto
de Carrasco. Ese fue el primer síntoma de cambio.
El segundo cambio fue en el parqueo de automóviles ni bien uno traspasa el edificio
del aeropuerto; en efecto, taxis de color amarillo, autos y camionetas con ese color
que los identifica en gran parte del globo terráqueo. Tras 24 horas de mi estancia, el
tercer hecho notorio, es la renovación vehicular; puedo asegurar que un sesenta por
ciento de renovación de su flota automotriz se renovó; hasta autos marca Mercedes
Benz vi. Transcurren los días y caminé por calles que me condujeron a La Habana Vieja
acompañados de dos colegas colombianos y constaté –lo intuí a mi arribo- que hay una
clara política de recuperar edificios, hay un trabajo de re ciclación y mantenimiento de
los mismo; un solo ejemplo el Capitolio en claro contraste con lo visto en el año 2012;
cuarto cambio visual. Hasta aquí, hechos que mis ojos constataron. Ahora viene lo
político, lo social, el menudeo del día a día.
Analizar este capítulo requiere de un prolijo repaso, rápido, pero no por ser rápido
significa descuidado, todo lo contrario. Cuba mantiene un bloqueo que data de más de
60 años; así lo denuncia sus calles por medio de cartelería que le hace sentir y saber al
visitante …¡hey mire que aún estamos bloqueados!
En este contexto, a mi arribo se hacía una consulta popular en todo el país acerca de
las reformas que la Constitución debiera tener; consulta que se prolongó hasta el 15 de
Noviembre estando allí. En Febrero de 2019, los cubanos aprobaran o no estas
reformas.
Para ello entrevisté por más dos horas de labor a la Dra. Martha Prieto Valdés, de la
Universidad de La Habana, Facultad de Derecho, la misma es Profesora Titular en
Teoría General del Derecho y Derecho Constitucional.
Constitución, Estado, individuo y sociedad. Cuba 2019. Todo tiene un comienzo, así se
plasma la nueva era cubana; sin Fidel Castro, sin el Che. Sesenta años no pasaron en
vano. Y para reflexión de esta nueva normativa constitucional que refrendarán los
cubanos en febrero, repito, no olvidemos que la Provincia de Guantánamo está en
manos de Estados Unidos. Que un extranjero –mi caso- se maneja con el valor peso del
CUC (peso cubano convertible) allí no corre por la derecha el dólar, sí la moneda Euro.
Que han pasado generaciones y generaciones bajo el yugo del bloqueo que impone los
Estados Unidos. Cuando se avizoró abrir una puerta, al menos entornarla con Barack
Obama restableciendo relaciones diplomáticas formales, un nuevo traspié tira al cesto
lo hecho por un negro (de exprofeso lo escribo, con respeto al ex presidente, su ADN lo
indica así) llamado Obama, el presidente actual del país del Norte, Donal Trump tira
por tierra lo anterior. Palabra más, palabra menos, recuerdo al lector lo que dijo en
Junio de 2017:
La "cancelación" de la política de Barack Obama hacia Cuba y se mostró dispuesto a
negociar "un acuerdo mejor" con la isla, pero solo si hay avances "concretos" para la
celebración de "elecciones libres" y la liberación de "prisioneros políticos".
"No levantaremos las sanciones a Cuba hasta que todos los prisioneros políticos sean
libres, todos los partidos políticos estén legalizados y se programen elecciones libres y
supervisadas internacionalmente", dijo Trump durante un discurso en Miami (Florida).
Pues bien, Cuba está allí, en etapa de transición. Admitiendo incluso, corrupción en
algunos estadios de gobierno y población civil. Dato no menor. Así me lo manifestaron.
Hay una conciencia que la Revolución debe estar sustentada, afianzada, con cambios
constitucionales sin perder el eje que motivó alcanzar la revolución. Parece un juego
de palabras, pero no, es ponerse al día con los tiempos que hoy vivimos tecnología
mediante. Este pensamiento prima en jóvenes y no tan jóvenes, obvio resulta decir
que obstáculos hacia el interior de una generación que transita por su última etapa de
vida.
Tuve la oportunidad de compartir con una decena de jóvenes en los cursos que
imparte el Instituto de Investigaciones Periodísticas José Martí que dirige Ariel Terrero.
Sus cabezas (refiero a la materia gris), su corazón están en la Isla y critican con respeto
sin desvalorizar lo anterior, es decir mantienen el equilibrio de tiempos pasados
acompasándolo con el presente. Educación, salud, el individuo y sociedad, son
columna vertebral de esta Cuba 2018 y que afianzará en el año próximo.
Describir acá los cambios que se introducirían en la nueva Constitución sería tedioso;
solo tomaré algunos retos.
Derechos individuales: Vida, libertad, justicia, desarrollo integral. Libre
desenvolvimiento de la personalidad. Libertad de expresión. Intimidad personal y
familiar, imagen, dignidad y honor. Libre entrada, salida y permanencia en territorio
nacional. A conocer contenido de registros. A la información veraz. Uso, disfrute y
disposición de la propiedad.
Derechos sociales, económicos y culturales: A una vivienda digna. A vivir en un medio
ambiente sano y equilibrado. Al agua y a la alimentación. A consumir bienes y servicios
de calidad, y a acceder a información adecuada y veraz, trato equitativo y digno. A
participar en la vida cultural y artística.
Derechos políticos: A la iniciativa popular constituyente. A proponer y nominar
candidatos. A pronunciarse sobre la rendiciones de cuentas. A revocar el mandato de
los electos.
Garantías: Protección de la paternidad. Matrimonio entres 2 personas. Punible la
violencia intrafamiliar. Obligación del Estado, las familias y la sociedad de proteger a
niños y adolescentes, adulto mayor y discapacitados. Prohibición del trabajo infantil.
Jurisdiccionales: debido proceso, habeas corpus, presunción de inocencia, derecho a
reclamar ante los tribunales, la restitución de derechos y a obtener reparación o
indemnización; acceso a la justicia en caso de confiscación administrativa.
Deberes: Servir y defender la Patria. Cumplir la Constitución, y leyes. Contribuir a los
gastos públicos. A prestar el servicio militar y social. Respetar los derechos ajenos y no
abusar de los propios. Protección de la salud e higiene ambiental. Guardar debido
respeto a autoridades. Proteger los bienes y recursos que la sociedad pone en manos
del pueblo. <proteger recursos naturales, el patrimonio histórico y cultural, y medio
ambiente. Respetar normas de convivencia social y principio de solidaridad humana.
Deber de trabajar y al voto.
Estos son algunos de los cambios que promueven los cubanos. En este contexto
histórico que vivirán en Febrero al refrendar (o no) los cambios en la nueva
Constitución, merecen el valor y respeto de un extranjero. Nuestro prócer José Artigas
fue muy sabio y tomo de él la frase “mi derecho termina donde comienza el tuyo”.
Esta es Cuba hoy 2018. El año próximo será la misma Cuba pero con cambios que
convalidará la ciudadanía.
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