Una confesión en voz baja. Militares procesados reconocen, en su página web, su participación en la desaparición de uruguayos.
Detrás del operativo de "enchastre" sobre ciudadanos fallecidos, la página "envozalta.net" de los militares procesados se transforma en una prueba de cargo. Allí admiten su participación en los operativos represivos, aunque desvían las responsabilidades hacia los mandos militares y al ex dictador Gregorio Alvarez. En cinco artículos, Gavazzo termina por reconocer que actuó en las desapariciones de Adalberto Soba, María Claudia Gelman, Elena Quinteros y Alberto Mechoso, instancia en la que robó cinco millones de dólares.
ROGER RODRÍGUEZ
Una página web, colocada en Internet como ámbito de defensa del grupo de militares y policías procesados por
Los militares retirados José Nino Gavazzo, Ernesto Ramas, Jorge Silveira y Luis Maurente, los ex militares Ricardo Arab y Gilberto Vázquez, y los ex policías Ricardo Medina y José Sande rompen en Internet el "silencio austero" al que estaban comprometidos e intentan defenderse de una inminente condena.
Los ocho militares y policías que se encuentran encarcelados en una unidad militar fueron procesados por los delitos de "asociación para delinquir" y por la "privación de libertad" de Adalberto Soba, secuestrado en Argentina en 1976 y desaparecido en Uruguay con un grupo de compatriotas traídos ilegalmente. Ese traslado clandestino, conocido como el "segundo vuelo" de Orletti, es uno de los ejes de la indagación que el magistrado Luis Charles y la fiscal Mirtha Guianze continuarán realizando una vez finalizada la feria judicial, cuando a los militares detenidos se les podrían sumar nuevas tipificaciones.
Confesiones en voz baja
La página www.envozalta.net, cuya existencia fue revelada una semana atrás por el semanario Búsqueda, incluye en sus doce páginas principales diez artículos propios, escritos por el Coronel (r) José Nino Gavazzo y el Coronel (r) Luis Maurente, en los que reconocen su participación en las desapariciones.
El sitio web califica a los militares detenidos como "presos políticos" e incluye en su defensa al Coronel (r) Manuel Cordero, detenido en Porto Alegre, y al Coronel aviador Uruguay Araújo Umpiérrez y el soldado Ernesto Soca, detenidos en Uruguay, todos ellos solicitados en extradición por Argentina.
También se identifican con los coroneles Tomás Casella (retirado), Walter Radaeli y Wellington Sarli (ambos en actividad), extraditados a Chile por su participación en el secuestro y asesinato del bioquímico chileno Eugenio Berríos durante el gobierno de Luis Alberto Lacalle en 1992. Instalada en un sitio denunciado en Internet argentina por la participación de un pedófilo,
"Degradados" y dependientes
Un detalle no menor de la identificación de los llamados "presos políticos" es que al nombrarlos se le prepone el grado militar que ostentaban y la unidad a la que pertenecían en los tiempos en los que realizaron los delitos de secuestro, tortura, apropiación de menores, robo, extorsión, asesinato y desaparición. Los editores realizan un pormenorizado detalle de las misiones encomendadas al grupo represivo e indican, en cada caso, los "mandos" a los que estaban sometidos, a la vez que explicitan que los operativos realizados en Argentina eran coordinados con las fuerzas represivas de ese país.
En ese marco, destacan que los únicos OCOA (Organo Coordinador de Operaciones Antisubversivas) que en realidad funcionaron fueron los de
Se reconoce también la incidencia de la "guerra fría", el objetivo anticomunista, y el nexo con los servicios de inteligencia de Estados Unidos y países europeos. Incluso, se admite la coordinación del Plan Cóndor, que llamaban "ARPA-BRABO" por Argentina, Paraguay, Brasil y Bolivia.
La misión: tortura y muerte
Según se explica, durante la dictadura se dio una nueva misión a los agentes del Servicio de Información y Defensa (SID) y de
En contradicción con lo que han sostenido los mandos militares de las tres fuerzas,
Gavazzo también escribe
Recordado por su largo comunicado para
En
Gavazzo carga especialmente las tintas al referirse, casualmente, a Adalberto Soba (lo acusa de querer asesinarlo) y señala una conexión entre el dirigente del PVP, Hugo Cores, y el poeta argentino Juan Gelman, que podría leerse como una "excusa" del secuestro, traslado, asesinato y desaparición de su nuera, María Claudia García de Gelman, después que dio a luz en cautiverio.
El militar procesado también admite su intervención en la desaparición de la maestra Elena Quinteros y señala, con lujo de detalles, que en la casa del desaparecido Alberto Mechoso en la calle Miralla 2864, Villa Lugano, Provincia de Buenos Aires, habían sido ocultados cinco millones de dólares. Una parte de los que, precisamente, hoy se les acusa de haberse apropiado.
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