miércoles, 25 de abril de 2007

Negó todo y no está arrepentido de nada

EL TERRORISTA DE ESTADO MANUEL CORDERO  El entonces capitán Manuel Cordero secuestró al joven matrimonio. La mujer sobrevivió en Punta de Rieles; su esposo nunca apareció.

DECLARÓ ANTE LA JUSTICIA BRASILEÑA Y NEGÓ HABER PARTICIPADO DEL PLAN CÓNDOR


Roger Rodríguez (La República)

Dijo que sólo fue "analista de información" y que hoy Uruguay está gobernado por "terroristas". Se presentó vestido de blanco y en sandalias. Estaba esposado y custodiado por cinco policías armados. Se dejó la barba. Negó toda relación con los asesinatos de Michelini y Gutiérrez Ruiz.

Tampoco admitió haber operado en el centro de torturas Automotores Orletti. Afirmó que había sido indultado por Menem, que Sara Méndez era una terrorista y que era víctima de una venganza. La defensa presentará un escrito y en diez días el expediente irá a Brasilia donde el Supremo Tribunal Federal decidirá sobre su extradición.

El coronel Juan Manuel Cordero compareció ayer ante el juzgado de la 2ª Vara en lo Criminal de Porto Alegre, ante el cual negó haber participado en la represión de uruguayos en Argentina en el marco del Plan Cóndor y pidió ser llevado a la cárcel de Santana do Livramento para poder ver a su familia.

El militar retirado, requerido por la Justicia Federal argentina por crímenes de lesa humanidad sólo reconoció haber sido un "analista de información" de la inteligencia militar uruguaya y negó toda participación en los asesinatos de Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz y otras víctimas del Plan Cóndor.

Cordero dijo desconocer la existencia del Plan Cóndor hasta el año 2001 cuando fue requerido por primera vez por la Justicia Federal argentina y argumentó que el gobierno de Carlos Menem lo indultó junto a otros militares, aunque evitó decir que ese decreto fue luego declarado inconstitucional.

Las declaraciones de Cordero serán complementadas ahora por un escrito que la defensa deberá presentar en un plazo máximo de diez días y el expediente será derivado entonces a Brasilia, donde el ministro Marco Aurelio de Mello, del Supremo Tribunal Federal, estudiará el caso para emitir su fallo.

DE BLANCO, SANDALIAS Y ESPOSAS

Juan Manuel Cordero ingresó al tribunal judicial ubicado en el Parque Armonía en el centro de Porto Alegre a las 17.10 horas de ayer. Llegó vestido con camisa y pantalón blancos y calzando sandalias. Se había dejado la barba e iba esposado al frente y escoltado por cinco policías federales armados, según narró a LA REPUBLICA el activista Jair Krishke (Movimiento Justicia y Derechos Humanos de Porto Alegre), presente en la audiencia.

El interrogatorio del juez subrogante duró hasta las 18.03 horas, tiempo durante el cual Cordero permaneció esposado. Solo se le liberó momentáneamente de las esposas para que pudiera firmar su declaración junto al abogado de oficio por el que se hizo representar en la instancia.

Las primeras preguntas del juez refirieron a su vinculación con el asesinato de Michelini y Gutiérrez Ruiz en el que Cordero negó toda participación. Lo mismo dijo ante las demás acusaciones, incluso cuando se le interrogó sobre su presencia en el centro clandestino de torturas Automotores Orletti de Argentina.

El militar solo admitió haber sido un "analista de información" y afirmó que no actuó en ningún operativo. Dijo que sólo trabajó siete meses en el tema y que jamás tuvo a ningún otro militar bajo su cargo, como modo de negar toda eventual condena en su condición de mando durante la dictadura.

URUGUAY GOBERNADO POR TERRORISTAS

El coronel Cordero sostuvo que durante su función como "analista de información" en los años setenta investigó dos secuestros realizados por un grupo guerrillero en Argentina, uno a un gerente de Pepsi Cola que se vio frustrado y otro a un "francés" de apellido Hart, que compraba lana.

Cordero indicó que en esos operativos los terroristas hicieron diez millones de dólares que iban a utilizar en atentados en Punta del Este. El militar no dio más datos sobre lo ocurrido con ese grupo de uruguayos en Orletti, su traslado ilegal a Uruguay, su desaparición y el destino dado al dinero recuperado.

Cuando se le preguntó sobre el secuestro de Simón Riquelo, dijo que su madre, Sara Méndez, era una terrorista y que el hijo vivía en Buenos Aires. Declaró que como investigó el caso del dinero de los secuestros es que ahora se quieren vengar de él acusándolo de todos esos crímenes.

Cordero dijo que viajó a Brasil en 2004 porque su casa era "escrachada", apedreada y baleada y resultaba evidente que el Frente Amplio ganaría las elecciones para instalar un gobierno "dirigido por terroristas". No hizo alusión a su fuga del país cuando era enjuiciado por un delito de "desacato con ofensa".

MONTEVIDEO/URUGUAY/25.04.07/COMCOSUR AL DÍA

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