jueves, 23 de abril de 2009
El dulce encanto del rostro del Imperio
Norelys Morales Aguilera. Islamía
Tras la facundia de Barack Obama, que excesivamente arroba a muchos hasta que se hable de “Obamamanía”, la sonrisa inteligente, la apariencia informal o su inteligencia, más pronto de lo que podría suponerse ya podemos hablar de un dulce encanto para el rostro del Imperio. Pero, hay una inobjetable continuidad de la política de presión hacia Cuba.
Durante la enconada campaña presidencial que sustituiría al desgastado e impopular G. W. Bush para muchos fue sorpresiva la decisión de la Convención Demócrata de optar por Obama. Hoy sabemos que la estrategia era conformar hacia la política exterior la dupla Obama-Clinton.
No es casual. Acoplan perfectamente. Si seguimos las declaraciones de la jefa de la diplomacia norteamericana desde Asia, México, Haití y la Cumbre de Las Américas en Trinidad y Tobago. La sincronización y las “correcciones” son evidentes. Se ve en casi todos los temas.
En el caso Cuba, la señora Clinton lleva una progresión que da la impresión de un tomar el pulso hasta desembozar lo que la Administración pretende. En Haití, tal vez pensando que en la empobrecida nación podría tomarse alguna libertad, el presidente René Preval recordó la ayuda de su isla vecina.
La secretaria estadounidense de Estado declaró en el Palacio Nacional de la capital haitiana que para levantar el embargo contra Cuba es necesaria la democratización de ese país, lo que implica la liberación de los presos políticos.
En la misma reunión de Puerto Príncipe, el presidente haitiano, Preval, abogó por el fin del bloqueo y el inicio del diálogo entre Estados Unidos y Cuba, sin imponerse a esta última nación un cambio de orientación política.
En la Cumbre del Alba en Cumaná, Venezuela, el presidente Chávez consideró las declaraciones como una injerencia.
No podemos saber si fue desde el lujoso hotel de Puerto España o desde La Bestia, así denominado el costoso y fortificado vehículo tipo limosina del Presidente, pero algo debió suceder para que en el corto vuelo de Puerto Príncipe a Santo Domingo, la Clinton admitiese el fracaso de la política de Estados Unidos hacia Cuba.
Pero, ello no supone que no quieran retrotraer a la Isla a la condición de neocolonia festinadamente por sus habitantes, como han supuesto otras administraciones con los consiguientes fiascos.
Obama dijo en su discurso en la sesión inaugural del la V Cumbre de Las Américas, adelantándose al tópico que iba a venir: "No estoy interesado en hablar por hablar. Pero creo que podemos llevar la relación entre EEUU y Cuba en una nueva dirección".
En su alocución, Obama expresó su disposición, manifestada ya durante la campaña electoral, a que su Gobierno "aborde con el Gobierno cubano una amplia gama de asuntos, desde los derechos humanos y la reforma democrática a las drogas, la inmigración y asuntos económicos". Añadió que "EEUU busca un nuevo comienzo con Cuba".
Sin embargo, tal “nuevo comienzo” parte de la continuidad a la política de Estados Unidos respecto a la Isla. Las medidas que anunció no tocaron el bloqueo, solo corrigió las estupideces de Bush, y está intacta la Ley de Ajuste y la Helms-Burton, que la secretaria de Estado, conoce muy bien, por ser firmada por su esposo y ella ser una activa política, que conoce a mafiosos y congresistas que de cubanos solo tienen el nombre.
En República Dominicana la Clinton habló a nombre del dueto que conforma con el Presidente. “… nuestro mensaje es el mismo: Estados Unidos quiere un tener un diálogo con el hemisferio, somos vecinos, somos socios, tenemos afectos, obviamente tenemos divergencias con la dirigencia de otros países de América Latina, pero a eso le damos un enfoque práctico no ideológico... “
Como que del dicho al hecho va un trecho, en esto los políticos estadounidenses son expertos. ¿Enfoque práctico no ideológico? Nada tiene más cara de ideológico que especular sobre las medidas de Obama que no tocan el bloqueo,"han dado pie al inicio de un debate interno en Cuba" y sobre discrepancias en la dirección del Gobierno cubano.
Seguramente se siguen asesorando con el cuartel general de la gusanera en la Isla, léase la Oficina de Intereses de los EEUU en La Habana (SINA).
La secretaria de Estado ha acudido al Comité para explicar el nuevo rumbo de la política exterior del Gobierno de Obama, que se muestra decidido a mejorar la imagen de EE.UU. en el mundo. Al paso que van al menos con Cuba, darán algún traspié.
Clinton reiteró la postura del presidente Barack Obama de su disposición a un diálogo que incluya los derechos humanos y la libertad de los presos políticos, y que el Gobierno de La Habana "debe tomar medidas hacia la democratización".
"Vamos a proceder muy cuidadosamente en este proceso, porque sabemos lo que ha pasado antes", señaló la Secretaria de Estado, en un intento de responsabilizar a Cuba de la falta de iniciativa al diálogo bilateral.
Para los cubanos, desde sus líderes hasta cualquier hijo de vecino, la cautela respecto a los intereses del gobierno de Estados Unidos está garantizada, aún con el encanto de su Barack Obama y la dupla que conforma con la Clinton.
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