UNA DISCRIMINACIÓN LABORAL DISIMULADA
Edad límite: la exclusión oculta
Aunque el desempleo entre la población de 40 a 60 años es bajo, la reinserción laboral de estos trabajadores es cada vez más difícil. El tiempo de espera se alarga y las empresas, influenciadas por mitos, prefieren darle el cargo a alguien más joven. ¿Esta discriminación merece una ley?
Mariángel Solomita
domingo, 01 octubre 2017
El
orgullo, la rabia y la tristeza se cruzan en el rostro de Jorge cuando
muestra una foto de cómo era él un año atrás, cuando todavía tenía
trabajo como medio oficial metalúrgico. "Yo era este", dice y extiende
el celular, que lo muestra antes de adelgazar 20 kilos, antes de dejar
de ir al gimnasio, antes de vestirse con ropa prestada y de dormir, cada
noche, en un albergue. Ese Jorge se sacó una foto frente a un espejo,
posando, con mirada seductora. Este Jorge que hoy vino a contar su
historia, dice lo que sus ojos gritan: que el desempleo lo tiene "en un
estado de pos denigración". "Cada día yo veo la vida que pasa y que no
puedo tener". Así se siente tener 40 años, enviar de tres a cuatro
currículum a diario y no conseguir ni siquiera una entrevista.
Hay
otro hombre que escucha a Jorge. Lo que se ve en su rostro es una mezcla
de desesperación con impotencia. Richard parece un hombre a punto de
rendirse: hace dos años que busca trabajo. Tiene 52, es profesor de
inglés, analista de sistemas y fue, durante 10 años, empleado del Club
Neptuno. Trabajó desde que tenía 15 y asegura, con la angustia que deja
la incredulidad, que frente a esta situación él "no sabe cómo
manejarse". "Es como si tuvieras una barrera que jamás te esperaste que
podría existir y no sabés cómo salir, no sabés para dónde arrancar, no
sabés cuándo se va a terminar esto ni cómo vas a hacer para juntar los
10 años que te faltan para jubilarte".
Según
los especialistas, la discriminación por edad para conseguir un empleo
siempre ha sido un problema, pero mientras en países como Estados Unidos
y Reino Unido crearon leyes para combatirla, aquí permanece oculta.
Es
que el mayor problema del mercado laboral uruguayo es el desempleo
juvenil, que supera tres veces la tasa de desempleo media, pero si a una
persona le lleva un promedio de ocho semanas conseguir empleo, para los
mayores de 45 años suelen ser más de 12. Y eso si son afortunados.
Federico
Muttoni es director de la consultora Advice desde 2005 y también es un
trabajador que está a punto de cumplir 47. "Por eso entiendo lo que
sucede con este grupo", dice. "Si bien no hay una estadística, me animo a
decir que los mayores de 50 quedan excluidos del 80% de las ofertas". Y
agrega: "A priori", porque las empresas en general tienden a convocar
postulantes sin rango de edad pero cuando están haciendo su preselección
"se van inclinando por perfiles de candidatos de mediana edad y más
jóvenes".
Según
un estudio de Gallito.com, el 29% de los postulantes activos de su
plataforma integran la franja etaria de 40 a 60 años. La dificultad de
la reinserción laboral se puede entrever en la frecuencia de sus
postulaciones a los nuevos avisos: la mayoría busca y envía sus
candidaturas a diario. Sin embargo, entre las publicaciones que indican
el rango de edad, menos del 10% los contempla.
Los
datos que arrojó un análisis de la bolsa de trabajo Buscojobs son más
duros aún. Entre 2016 y 2017 solo el 24,75% de las ofertas aceptaron una
edad máxima de 50 años en adelante, pero únicamente el 0,36% solicitó
exclusivamente candidatos mayores de 40 años. Esto se traduce en 71
empleos ofrecidos: 71 puestos para los que compitieron cientos de
personas como Jorge y Richard.
Una tendencia emergente en todo el mundo es reinsertar en las plantillas laborales a trabajadores jubilados.
Cien días de angustia.
Ana
se dio cuenta de que no sería contratada para cubrir alguno de los 100
puestos disponibles en el hotel porque el chico que la entrevistó jamás
la miró a los ojos. "A pesar de que hice una fila de cuatro horas bajo
la lluvia, aunque tengo cursos y experiencia en hotelería, de que soy
vendedora desde hace 23 años, de que hablo portugués y de que vivo solo a
dos cuadras del lugar, no me dio ni la chance".
Durante
100 días revisó cada uno de los llamados en las plataformas online que
gestionan el reclutamiento de recursos humanos para empresas: Buscojobs,
Gallito.com, ManpowerGroup, CompuTrabajo y la última novedad:
Accióntrabajo. También comenzó a seguir a los más de 10 grupos de
Facebook que se dedican a reunir toda la oferta en un mismo lugar. Entre
ellos, Trabajo (buscando-ofreciendo) Uruguay tiene más de 104.000
seguidores. Aunque a primera vista la oferta parece abrumadora, cuando
la edad comienza a ser un filtro, se achica.
Durante
100 días Ana envió 450 currículum y la llamaron para menos de 10
entrevistas. En ninguna quedó. En una de ellas, en un call center, el
reclutador le sugirió que a su edad era mejor "quedarse en casa cobrando
el seguro de desempleo" porque "el sueldo percibido sería el mismo". En
una tienda de ropa, de donde ella era clienta, no quisieron aceptarle
la postulación. "¿Es por la edad?", preguntó. "Sí. Quieren solo hasta 30
años", le respondió la vendedora bajando la mirada.
—Un
día no soporté más y llamé al Ministerio de Trabajo. Llamé llorando y se
ve que le di lástima a la telefonista porque me pasó con la secretaria
del ministro.
—¿Y qué le dijiste?
—Le
dije que este era un día más sin trabajo. Que era un día más esperando a
que alguien me llamara y nada. Le pregunté qué pasaba con nosotros, que
si nadie se iba a ocupar, que no podemos ser descartados por haber
cumplido 50.
Por
recomendación de la secretaria, Ana agendó una entrevista en un Centro
Público de Empleo. Asistió y la ayudaron a mejorar el currículum. En un
mercado laboral cada vez más desafiante, cada vez más competitivo, cada
vez más digital, en el que el 99% de las postulaciones se hacen mediante
aplicaciones y, pronto, serán filtradas por inteligencia artificial,
los expertos dicen que el currículum determina el 50% de las
posibilidades de llegar a una entrevista.
"Esto
puede sonar un poco duro, pero creo que puede ayudar: si uno es un
producto, el currículum es el packaging", dice Muttoni. "Así como uno va
a la tienda y se siente atraído por un producto que quiere probar, lo
mismo pasa con un candidato: debe saber venderse", opina.
Para
encontrar trabajo, el principal consejo es similar al que se le da a un
amigo que quiere ennoviarse: "Hay que ser proactivo".
Entonces Ana siguió los pasos.
Quitó "soltera y sin hijos".
Quitó la edad, pero sí escribió la fecha de nacimiento.
Acortó su historia laboral.
En
Smart Talent Day, un encuentro de consultoras que organizó Uruguay XXI,
le dijeron que la foto "es esencial". La que luce en su carta de
presentación, la tiene sonriendo, de medio perfil, con el pelo suelto.
Parece feliz. "También estudié en YouTube todos los test psicolaborales.
Sé exactamente cómo dibujar cada cosa que me pidan", asegura. Aun así,
la devolución de sus postulaciones en las plataformas sigue muda.
"Yo
me pregunto a dónde van a parar los currículums que mando. Hasta el día
de hoy entro en una de estas bolsas de trabajo y dice que mi currículum
ha sido visto por 57 empresas, que 36 lo están evaluando y que tengo 0
procesos de selección en los que soy finalista", cuenta.
Hace
poco más de un mes, para comprobar si la pesadilla de la discriminación
por edad era una intuición o una realidad, abrió la página de Facebook
No a la discriminación laboral por edad 40 a 60. El sitio tiene más de
20.000 visualizaciones, 767 seguidores y la puntuación más alta: es una
comunidad con funcionamiento cinco estrellas.
En
el muro se pueden leer decenas de casos como el de Jorge, Richard y Ana.
También hay anécdotas peores. Hay una mujer que denuncia haber sido
despedida de una fábrica de elaboración de empanadas luego de que un
gerente le pidiera la cédula y comprobara su edad. "Mi sueño es no ver
nunca más un límite de edad en un aviso. Yo me puse una bandera con este
tema, porque si a los 50 no tenés trabajo, no tenés nada", sentencia
Ana.
Secreto a voces.
Eduardo
Pereyra, el director nacional de Empleo, contesta el teléfono de
regreso desde La Coronilla, donde esa mañana, durante un Consejo de
Ministros, un hombre desempleado de 48 años le preguntó al presidente
por qué, "si este era un gobierno de inclusión", no podía postularse a
un trabajo público teniendo más de 45: se refería a un llamado de OSE
para contratar a 248 peones. El hombre se quebró. Tabaré Vázquez
respondió que debido a que las personas tienen una mayor expectativa de
vida "este es un tema del que habría que estudiar como se está
planteando en otras partes del mundo".
Pereyra
recuerda este episodio y asegura que "el límite de edad para los
llamados públicos fue discutido por el gobierno en el período pasado y
se concluyó que se establecería un máximo únicamente cuando la actividad
así lo requiriera". También reconoce que tienen "estudiado el problema
de la demora en la reinserción laboral para las personas mayores de 50, y
que por eso se han tomado medidas". Las primeras acciones se
concretaron en 2008, cuando se estableció por ley que el Seguro de
Desempleo duplicara su cobertura para los desempleados mayores de 50
años: en lugar de seis meses, podrán cobrar el dinero a lo largo de un
año. También se flexibilizaron las condiciones de acceso a la jubilación
a través del subsidio especial por inactividad compensada, que
beneficia a aquellos que llevan más de un año desocupados, tienen 58
años de edad, 28 años de servicio y no reciben otro ingreso.
Un
mes atrás, para revertir el desempleo juvenil y de los mayores de 45,
con el foco puesto en aquellas personas con una menor calificación para
competir con el público que se postula a través de consultoras, el
Ministerio de Trabajo y Seguridad Social lanzó la plataforma Vía
Trabajo. Funciona como una agencia de colocación en la que pueden
registrarse candidatos a partir de los 15 años de edad y empresas que
quieran acceder a un reclutamiento gratuito de postulantes. Hasta el
momento se inscribieron 1.500 firmas y 120.000 candidatos.
Pereyra
explica que esta herramienta está coordinada con los 27 Centros
Públicos de Empleo (CEPE) que hay en todo el país —que a su vez trabajan
con el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop)— y
con el programa "Objetivo Empleo", que ofrece un subsidio a empresas
que contraten trabajadores juveniles o mayores que no hayan terminado
sus estudios secundarios y lleven un año desocupados.
Pablo
Balea, director de los cinco CEPE gestionados por la Intendencia de
Montevideo, dice que en agosto se agendaron para entrevistarse 478
personas, y que las que asistieron recibieron orientación laboral —desde
ayuda para armar el currículum hasta capacitación en Inefop— y son
tenidos en cuenta para la intermediación laboral. "La parte más difícil
es la contratación y es cierto que el grupo que supera los 45 es el que
la tiene más difícil, porque las empresas que nos contactan suelen
preferir a los jóvenes".
Consultado
acerca de si este es un tema que está sobre la mesa y si ameritaría una
ley específica, el director de Empleo dice: "No queremos ser
insensibles a este planteo, pero lo que es cierto es que la evidencia no
va por ahí. La evidencia no dice que este sea el problema más grande de
desempleo que tiene el país".
Los
números le dan la razón: la tasa de desempleo para esta población es
del 3,3%. Otra forma de verlo es que los mayores de 25 años tienen
una tasa de empleo que duplica la de los menores, donde la falta de
trabajo afecta al 24%.
Sin bajar los brazos.
Están
los casos extremos, como el de Sergio, de 53 años, que perdió su
trabajo de vendedor y supervisor cuando refrescos Mío cerró sus puertas
en 2014 y desde entonces no consigue entrevistas para puestos que le
interesen. Y están los casos como el de Alberto, de 47, electricista,
que luego de meses de búsqueda en su rubro finalmente aceptó una oferta
por parte de un conocido. Está subocupado, haciendo tareas de
mantenimiento para las que está sobre-calificado y cobrando un salario
40% más bajo del que solía tener.
Es
que estos cincuentones se topan con ofertas para ocupar puestos y cobrar
sueldos que pocos quieren, porque por lo general no superan los $
25.000. Son llamados para guardias de seguridad, choferes, cuidado de
enfermos, call centers, gastronomía o limpieza. Es difícil y raro tener
más de 45, poca capacitación y escapar de estos cargos.
La
psicóloga Geraldine Delfino, senior manager en la consultora PwC, lo
explica así: "Es la historia de los que estuvieron toda una vida
trabajando en una misma empresa y pensaban que se iban a jubilar ahí, no
siguieron capacitándose y y ahora, cuando salen a buscar empleo, se
encuentran con una competencia dura, con jóvenes que están mucho más
preparados que ellos".
Fernando
Aldabalde, gerente comercial de la plataforma ManpowerGroup, dice que
es común que luego de un período de búsqueda "muchas de estas personas
se autoexcluyan del proceso porque ya tienen la expectativa de que no
van a ser contratados". Según un estudio que realizó esta compañía, el
34% de los candidatos cree que la discriminación por edad es uno de los
mayores desafíos de su carrera. Una certeza que supera la preocupación
de "falta de conocimientos técnicos", que irónicamente es uno de los
principales mitos que suelen tener las empresas a la hora de descartar a
un trabajador mayor.
Pero
no todo está perdido. "Yo diría que el hecho de que esta discriminación
se esté haciendo más visible está generando una consciencia de las
ventajas de incluir trabajadores mayores en las plantillas", dice
Muttoni. "Frente a la gran rotación que demuestran los jóvenes, que cada
tres años cambian de empleo, las empresas comienzan a revalorar la
lealtad, responsabilidad y compromiso de los más adultos", agrega.
A
los que superan los 60 años, están jubilados y son tentados a volver al
mercado, se los llama "trabajadores búmeran": ellos también podría ser
parte del futuro. Algunos prefieren ahorrarse la frustración de no ser
insertados en el mercado y abren sus propios negocios. En nuestro país,
la red de emprendedores Xeniors concretó la creación de 32 empresas en
cuatro años. "Somos referentes en la región. Nos están llamando de
Argentina, Brasil y Chile para copiar nuestro modelo", dice Gabriel
Rozman, su presidente.
Unas
horas antes del cierre de esta nota, Ana envía un mensaje de texto:
consiguió trabajo. "¿Sabés lo que hice? Después de ver el llamado,
busqué datos de la empresa, encontré un contacto del dueño y le mandé a
él, directamente, mi currículum. Eso le gustó ¡Al fin pude entrevistarme
con una persona y no con una máquina! El lunes empiezo".
Eliminar el sexo, la foto y la edad de los llamados.
En
Estados Unidos y en Reino Unido las reglas son claras: para combatir la
discriminación está prohibido solicitar la foto en el currículum,
también fijar un límite de edad y los empleadores tampoco pueden incluir
un número determinado de años de experiencia como requisito para un
puesto de trabajo.
En
nuestro país, a raíz de la Ley de Igualdad de Género, desde 2013 la
publicación y plataforma Gallito.com dejó de categorizar los avisos
laborales entre femenino y masculino y sensibilizó a sus anunciantes de
empleo a la hora de indicar otras variables como la edad. Por eso, solo
el 14% de los avisos publicados llevan la edad en la descripción. Sin
embargo, los especialistas aseguran que la discriminación surge cuando
el empleador realiza la selección.
EMPRESAS
Algunas prueban con "trabajadores búmeran"
De a
poco las empresas comienzan a incorporar trabajadores mayores de 60
años, varios de ellos ya jubilados, para realizar tareas de
asesoramiento, consultorías o capacitaciones de empleados más jóvenes.
De acuerdo a un estudio que realizó ManpowerGroup, "varias empresas se
están orientando a reclutar trabajadores búmeran en busca de un mayor
compromiso y estabilidad en su plantilla" debido a que la generación
millenial (18 a 34 años) suele tener una fuerte rotación laboral,
durando un promedio de tres años en cada puesto.
El
mismo estudio asegura que "será inevitable el crecimiento de la fuerza
laboral de personas de más de 50 años y que para el 2022 serán el 35,4%
de la nómina".
En
Uruguay, un grupo de asesores tomaron consciencia y fundaron Xeniors, un
sistema de apoyo, orientación y capacitación para la búsqueda de empleo
para mayores de 50 años con espíritu emprendedor. La iniciativa cuenta
con un plantel de mentores expertos, con amplia experiencia empresarial,
que capacitan y realizan el seguimiento de los adultos mayores en
sus proyectos de reinserción laboral, muchas veces empresas propias.
Por
otro lado, la cadena de farmacias Farmashop dio un paso adelante y en
2014 lanzó el programa de empleo Mamás, tías y abuelas. "Fue un plan que
se hizo identificando que hay un cierto margen de la población en busca
de trabajo, que tiene por arriba de los 35 y que a nosotros podría
aportarnos muchísimo por su experiencia", dice Celina Bondoni, analista
de capital humano de la firma, y detalla: "Está enfocado en las madres
que en su momento se dedicaron a la crianza o las que cortaron su
actividad laboral pero sí tenían una experiencia que podría
aprovecharse".
Las
empleadas contratadas hasta ahora tienen entre 30 y 55 años y
representan el 14% de la plantilla. ¿Cómo se realiza el reclutamiento?
"En nuestra web tenemos un llamado abierto una o dos veces por año y la
gente se postula allí". Unas 330 lo hicieron en la última convocatoria.
Recursos humanos se contacta con las candidatas, "priorizando a aquellas
que cuentan con alguna experiencia en atención al público, aunque no es
excluyente". Además, "tomamos en cuenta si tienen más de un año de
desocupación" para darles la oportunidad. "La primera ventaja de estas
contrataciones es que se trata de personas que estaban fuera del mercado
y están muy motivadas con volver y aprovechan al máximo la
capacitación", dice Bondoni.
¿Qué mitos perjudican el empleo de los mayores?
Según
Federico Muttoni, director de Advice, el principal mito que influye en
las empresas para preferir a un trabajador menor a 45 años es que "les
cuesta adaptarse a este mundo que está cambiando a gran velocidad".
Muchos creen que las personas entre 50 y 60 años "están acostumbradas a
trabajar de una forma más tradicional y ahora que ha cambiado les cuesta
adaptarse a esta nueva cultura."
También,
que no tendrán el mismo ritmo y nivel de energía que los jóvenes. "Nos
sucedió de proponer un plan de contratación de personas mayores y que
las empresas nos dijeran que no porque los más jóvenes prefieren no
trabajar con ellos", cuenta Gabriel Rozman, de Xeniors.
El
retiro cercano también juega en contra. Por un lado existe la creencia
de que estos trabajadores piensan más en el retiro que en su rendimiento
a futuro pero, además, "si la empresa busca a alguien para
desarrollar, crecer y hacer carrera, capaz que ven que una persona de 50
no es la ideal para esa posición", explica Geraldine Delfino, de PwC.
Que
son más caros es otro de los mitos. "Se supone que porque han venido
ascendiendo en su carrera van a estar determinados para trabajos de
mayor jerarquía y con una mayor remuneración. Por lo general, una
respuesta habitual para ellos es que están sobre- calificados para una
actividad".
Que
producen menos, asociado al mito del ritmo y de la agilidad y también a
que no poseen una capacitación aggiornada en cuanto a cultura
tecnológica y dominio de idiomas.
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