lunes, 6 de marzo de 2023

Las piedras permanentes de la Fosatti


Las piedras permanentes de la Fosatti son una bomba de tiempo que tarde o temprano va a estallar. Sálvese quien pueda. Es insostenible el cuarto piso. Se derrumbará la torre ejecutiva



En los audios difundidos por Legítima Defensa, la fiscal Fossati asegura: la investigación "no va a poder llegar a su fin porque las piedras son permanentes".

La fiscal Gabriela Fossati, responsable del caso del exjefe de la seguridad presidencia Alejandro Astesiano, denunció en los últimos días ante la Fiscalía General, por difamación e injurias, al presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, al director de Caras y Caretas, Alberto Grille, y a tres usuarios de redes sociales.

La denuncia contra el director de Caras y Caretas es por un editorial de Alberto Grille, quien la tildó de cobarde. La nota titulada "Entre la cobardía de una fiscal y la hipocresía del sistema judicial", transcribe un audio donde la fiscal afirma que, entre otras cosas, “no se puede investigar nada porque están nombrados todos los que pueden contribuir con la investigación”, “tendría que citar a declarar a todos los funcionarios de jerarquía del gobierno”, entre otras cosas. Y remata afirmando que “si a nadie le interesa, por qué va a interesarme a mi”.

Este viernes en el programa Legítima Defensa, se difundieron tres audios de la fiscal del caso Astesiano, Gabriela Fossati, que surgen de una conversación que mantuvo con un periodista, cuyo nombre no se mencionó.

En el primero de los audios difundidos, Fossati afirma: “Acá el tema es que surgen los nombres de todas las personas que están dirigiendo los organismos que me tienen que investigar, en realidad, quienes tienen que preocuparse por limpiar la situación o tendrían que estar preocupados por los resquicios evidentes que hay en sus instituciones, por lo único que se preocupan es por tratar de taparlo”.

En el segundo sostiene que alguien, cuya referencia no aparece en el audio, pero se desprende que se trataría del fiscal de Corte Juan Gómez, “da señales claras en cuanto a que me quiere clavar a mí con los malos resultados de una investigación que no va a poder llegar a su fin porque las piedras son permanentes, las filtraciones de información son de todos los ministerios, de Presidencia, de Fiscalía”.

En el último, la fiscal afirma que no está “para inmolarse a esta altura de la vida”. “Esto es una bomba de tiempo, y que quede claro que a nadie le interesa. A los que les interesa, les interesa por otros fines, no por la justicia, les interesa para sacar rédito político. A los otros no les interesa y, entonces, los que eventualmente cometieron errores, pero me tienen que auxiliar, lo que hacen es ensuciarme por atrás”.


 


Fossati ingresó en el terreno de la falsedad 

 Por Carlos Peláez 

 



Astessiano - Fossati: se enredó la piola  

Por más que el gobierno afirma que no pasó nada, aún no se sabe cuáles son los alcances de la corrupción y quiénes más están involucrados porque la causa Astesiano se cerró.

 

Una investigación que comenzó la fiscal Gabriela Fossati a principios del año pasado por la expedición de pasaportes falsificados giró abruptamente cuando descubrió que el jefe de la seguridad presidencial, Alejandro Astessiano, era partícipe de la banda de falsificadores. De ahí en adelante la piola se fue enredando de tal manera que en los últimos días el frenteamplista Gustavo Leal termina indagado y la fiscal denuncia por difamación e injurias a Fernando Pereira, presidente del FA; a Alberto Grille, director de Caras y Caretas y a tres ciudadanos por sus tuits.

Hasta el 25 de setiembre del año pasado muy pocas personas sabían que la fiscal Gabriela Fossati dirigía desde marzo una investigación sobre falsificación de pasaportes. Ella, su equipo y algunos jerarcas policiales sabían que el jefe de la seguridad presidencial, Alejandro Astesiano, estaba involucrado con la banda de falsificadores. El viernes 23 de setiembre la fiscal solicitó la detención de Astesiano. El designado para esa tarea fue el comisario general Claudio Correa, director general de Información e Inteligencia de la Policía. Pero hasta ahora no sabemos qué cosa falló en medio. Astesiano se encontraba ese viernes en Costa Rica acompañando al presidente de la República Luis Lacalle Pou, quien disfrutaba unas vacaciones junto a sus hijos. Ese viernes fue detenido el escribano Álvaro Fernández, presumiblemente el jefe de la banda de falsificadores. Alguien le avisó a Astesiano, no se sabe si fue la esposa de Fernández o el comisario Correa. El asunto es que el jefe de la seguridad presidencial tuvo tiempo para borrar la información que contenía su celular. Astesiano arribó el domingo 25 por la noche a Carrasco y tampoco lo detuvieron allí. El responsable esperó que tanto él como el presidente llegaran a la residencia de Suárez, donde procedió. A partir de ese momento todo se comenzó a desbarrancar. Porque enseguida se supo que Astesiano usó su despacho ubicado en el 4º piso de la Torre Ejecutiva para recibir delincuentes y otras actividades ilegales. A primera hora de la tarde del lunes 26 pocos vieron el rostro desencajado del presidente Luis Lacalle Pou, reconociendo que el responsable de su seguridad había sido detenido. No era la hora habitual de las conferencias de prensa. El presidente dijo que no sabía que Astesiano tenía anotaciones policiales “porque no figuraban en su legajo”. Y agregó que “si lo hubiera sabido no pondría en sus manos a mi familia”.

Sin embargo el martes 27 reconoció que varias personas le habían advertido sobre ese pasado de su funcionario. “No recuerdo si me lo dijo Larrañaga, pero sí otras personas”. Las anotaciones y antecedentes de Astesiano eran públicos desde agosto de 2020 cuando los publicó Caras y Caretas. Un año después los difundió el informativo de radio Sarandí. Por qué razón lo nombró y mantuvo a pesar de las advertencias es algo que el presidente debería explicar públicamente en algún momento. Porque lo conocía desde hacía algo más de 20 años, ya que incluso había cumplido tareas para sus padres. Las dificultades en la investigación surgieron inmediatamente cuando Fossati dijo públicamente que “apenas se había recuperado el 2% de la información contenida en el celular de Astesiano”. Pero casi enseguida el ministerio del Interior informó que se había recuperado el 100%. Que nadie sabe qué es ni a qué refiere, porque Astesiano usaba otros celulares. La fiscalía recibió el equivalente a 2 terabytes de información. Durante la interpelación realizada por el Senado al ministro del Interior Luis Alberto Heber, desbarrancó el prosecretario de Presidencia, Rodrigo Ferrés, responsable administrativo de la seguridad presidencial, quien les mintió a los senadores cuando afirmó que “Astesiano no era el jefe de la custodia presidencial, sino un mero integrante”. Ese mismo día el senador Alejandro Sánchez mostró documentos que desmentían a Ferrés. Pero además en su dictamen la fiscal Fossati lo señala como “jefe”. Desbarrancó Heber, quien también les mintió a los senadores cuando afirmó que “Astesiano no tenía acceso a las cámaras de videovigilancia del ministerio ni al Sistema de Gestión de Seguridad Pública”. Con énfasis dijo que “eso es imposible”. La fiscal Fossati lo desmintió con contundencia. La publicación de algunos de los chats, realizada por varios medios, no solo dos “con vinculación política” como dijo el presidente, dejaron en evidencia un clima de corrupción generalizada del que era parte Astesiano. No la única parte. Por lo pronto varios miembros de la plana mayor de la policía aparecían haciendo tareas ilegales para el jefe de seguridad, en asuntos que nada tenían que ver con su función. A través de los chats se supo de negociaciones varias de Astesiano con empresarios privados por licitaciones, algunas otorgadas. Pero lo peor fue el establecimiento de una red para perseguir opositores. La propia fiscal dice en su dictamen que “hasta el presidente le pedía informaciones a su jefe de seguridad”. O sea, Lacalle Pou sabía de los vínculos de su guardaespaldas y se permitió recurrir a él para reclamar informaciones sobre temas que no tenían que ver con su seguridad personal. Desde el principio la fiscal consideró que “el presidente había sido sorprendido en su buena fe”. Pero claro, ahí están los chats. Que desde el 4º piso de la Torre Ejecutiva se había instalado un clima de corrupción generalizada no hay dudas. Por más que el gobierno pretenda que no pasó nada. Cuáles son los alcances de esa corrupción y quiénes más están involucrados es algo que por ahora no sabremos porque la causa Astesiano se cerró con el acuerdo abreviado. Aunque la propia fiscal dijo que “las investigaciones continúan”. Pero el pasado miércoles en el programa “En la mira” dijo al periodista Gabriel Pereyra que “habían cruzado muchísimos nombres de figuras públicas nombradas en los chats y no habían encontrado nada”. Veremos cuando conozcamos todos los chats, incluso los que mantuvo con Lacalle que se mantienen en reserva. Todos sabemos que más temprano que tarde se van a conocer.

Desbarrancó Fossati

La fiscal Gabriela Fossati es una profesional con larga trayectoria en la magistratura. Entre 1993 y 2000 se desempeñó como juez de Paz en Maldonado y a partir de ese año pasó a Fiscalía también en este departamento. Su carrera no estuvo exenta de problemas e incluso de sanciones. Pero en líneas generales se la considera inteligente, formada, sólida en sus dictámenes. Por qué razón se desequilibró con el caso Astesiano es algo desconocido. Al principio estaba molesta con las filtraciones, con que muchos de los funcionarios que debía indagar eran quienes, o jefes de quienes debían colaborar con ella en la investigación. También estaba molesta con algunos periodistas. Hizo pública su molestia con el fiscal de Corte, Juan Gómez, a quien acusó de incumplir el compromiso de trasladarla de Flagrancia a Delitos Económicos. Luego comenzó a hacer públicas sus críticas a través de Twitter. Anunció a fines de noviembre que solicitaría ser exonerada de continuar con esta investigación. Hasta llegar a los dos últimos sucesos: la indagatoria a Gustavo Leal y la denuncia por difamación e injurias contra Fernando Pereira, Alberto Grille y tres tuiteros. Resulta bien curioso que Fossati diga que Astesiano es una persona con derechos humanos a proteger pero a renglón seguido viole los derechos humanos de Leal al indagarlo sin decirle los motivos. Más curioso es que el único político indagado y el único denunciado por difamación sean de la oposición, cuando todos los protagonistas de la trama son del oficialismo. Con respecto a la denuncia por difamación e injurias es algo a lo que tiene derecho. Aunque ella misma reconoció al periodista Gabriel Pereyra que “esperaba que la decisión la tomara Juan Gómez como superior, para defender a una trabajadora agraviada”. Pero eso no ocurrió. Es más, Gómez dijo que “él no era censor de nadie”. No hay antecedentes en el país de que un fiscal lleve a juicio a un dirigente político y a un periodista por presuntos delitos de difamación e injurias. En varias fuentes Caras y Caretas confirmó que la denuncia cayó muy mal en el ámbito de Fiscalía. Es conocido que Fossati no solo no pertenece a la Asociación de Fiscales, sino que también ha tenido duros enfrentamientos con algunos de sus colegas y en particular con el exfiscal de Corte, Jorge Díaz, y con Juan Gómez actualmente en ese cargo. Los debates han revelado las discrepancias que Fossati tiene con la implementación y aplicación del Nuevo Código del Proceso Penal. Pero como todo en la vida, a veces la discusión se tornó personal.

Del autor de la nota

Por razones de honestidad intelectual debo hacer algunas precisiones

1) Conozco a la fiscal Gabriela Fossati desde hace por lo menos 23 años ya que tuvo una larga trayectoria en Maldonado, primero como juez de paz y luego como fiscal. Siempre la tuve en alta estima.

2) No me consta su pertenencia partidaria si la tiene. Jamás la oí referirse al tema.

3) No somos amigos, en el sentido textual del término, como maliciosamente se ha deslizado por parte de personas malintencionadas. Sí tuvimos hasta hace poco un trato cordial y amable como corresponde a la tarea de ambos y como tengo con muchísimos funcionarios y magistrados.

A principios de febrero escribí una nota criticando sus comentarios posteriores a la declaración en Fiscalía de la señora Lorena Ponce de León. La doctora Fossati se molestó, me bloqueó y se cortó el diálogo.

4) Conozco la grabación que ha mencionado el director de Caras y Caretas, Alberto Grille, y la reproducción que hizo es textual. Coincido con que lo que allí se dice es gravísimo.

5) Desde que la conozco, la doctora Fossati ha mostrado su preocupación por la existencia de actos de corrupción en el ámbito público. Incluso ha participado en seminarios realizados sobre el tema en el exterior.

Lamento profundamente que teniendo ahora la posibilidad de investigar una de las tramas de corrupción más complejas de los últimos tiempos haya decidido cerrar el caso con el argumento de que “Astesiano no es un monstruo ni la persona que hay que seleccionar como un ejemplo de lo que está peor en Uruguay".

Tal vez no sea un monstruo, pero sin duda es una rémora de un pasado que nadie quiere que regrese. Probablemente hay cosas peores en este país, como el hambre y la pobreza. Pero llevarse puesta a la plana mayor de la policía, obligar a mentir a un ministro y a su jefe administrativo, vincular al presidente, hacer negocios para sí y para otros desde la Torre Ejecutiva, son actos de corrupción que imperiosamente deben ser aclarados y juzgados.


 Tras el pedido de certificación médica por 15 días de la fiscal del caso Astesiano, el fiscal de Corte señala que deben “analizar detenidamente” las medidas a tomar, por una cuestión de “ausencia de recursos” y porque la Fiscalía “debe seguir funcionando”

 

Gabriela Fossati, fiscal a cargo del caso del exjefe de custodia presidencial Alejandro Astesiano, pidió certificación médica por 15 días, según informó el responsable de comunicación de la Fiscalía General de la Nación, Javier Benech. La fiscal tomó esa decisión luego de que el programa Legítima defensa divulgara audios suyos en los que sostiene que la investigación de este caso “no va a poder llegar a su fin porque las piedras son permanentes” y que “todas las personas que están dirigiendo los organismos” por “lo único que se preocupan es por tratar de tapar”. Benech aclaró que desconoce los motivos de la certificación, ya que las cuestiones vinculadas a la salud son reservadas.

Según informó el periodista Gabriel Pereyra en su cuenta de Twitter, Fossati también envió una carta al fiscal de Corte, Juan Gómez, en la que explica que los audios divulgados fueron fruto de una conversación privada que mantuvo con el periodista Carlos Peláez, que no era su intención que tomaran estado público y que algunos de los asuntos mencionados se fueron solucionando con el tiempo. No obstante, le pidió que la releve del caso Astesiano. Fossati ya había manifestado en otra ocasión, en noviembre de 2022, su voluntad de apartarse de este caso. “Lo mejor parece ser que yo no lo siga”, dijo en aquella oportunidad.

El audio completo de Fossati: “Esto es una bomba de tiempo”

En el audio de Fossati, al que accedió la diaria, la fiscal dijo que el caso Astesiano lo armó “a puro trabajo”, le llegó “sin quererlo” y, como es “responsable”, lo trabajó “yendo hacia el fondo”; no obstante, le dijo al periodista: “Tú te imaginarás: acá el tema es que surgen los nombres de todas las personas que están dirigiendo los organismos que me tienen que investigar. En realidad, quienes tienen que preocuparse por limpiar la situación o tendrían que estar preocupados por los resquicios evidentes que hay en sus instituciones, [por] lo único que se preocupan es por tratar de taparlo”. La fiscal agregó que “del otro lado” están los que quieren “sangre” pero “por un interés político”.

Luego Fossati dijo que el fiscal de Corte “increíblemente da señales claras” en cuanto a que la quiere “clavar” a ella con “los malos resultados de una investigación que no va a poder llegar a su fin porque las piedras son permanentes, las filtraciones de información son de todos los ministerios, de Presidencia y de Fiscalía”. Además, la fiscal negó que este caso sea “un trampolín” para su carrera, dado que tiene “31 años de magistrada” y está “al final”. 

“Al mismo tiempo, me quieren atar a mí con la investigación, cuando ponen piedras; lo que están pretendiendo es que precisamente la investigación fracase, y que haya un nombre, una cara responsable, que sea yo. Entonces, la verdad, acá la Justicia no le importa a nadie, a ninguno de los dos lados. Unos quieren tapar todo; fijate que quienes están mencionados siguen siendo los que dirigen a quienes me tienen que auxiliar”, sostuvo.

Además Fossati señaló que hay jerarcas del gobierno que dicen cosas “que claramente no son”, por ejemplo cuando Francisco Bustillo, ministro de Relaciones Exteriores, dijo que “no hay ningún funcionario involucrado”, pero, para la fiscal, “queda claro que se está investigando porque hay elementos”, y “está claro que es un horror lo que pasaba en la Dirección Nacional de Identificación Civil”.

“Juan Gómez dice que me dio todas las condiciones para dedicación exclusiva, y es mentira, yo estoy en una Fiscalía de Flagrancia, que no le corresponde estar en este caso. Tuve que dejar de lado todos mis casos para atender yo, estoy haciendo las tareas administrativas para que salga adelante, y cada cosa que yo voy avanzando, las mismas personas que me tienen que ser los auxiliares lo filtran para que se enchastre. Entonces, yo ya no estoy para inmolarme a esta altura de la vida, y lo mejor es que la cosa quede clara, que esto es una bomba de tiempo, y que quede claro que a nadie le interesa”, sostuvo.

Gómez: “No se ha ensuciado nada”

En diálogo con la diaria, el fiscal Gómez señaló que en realidad no recibió ninguna carta de Fossati, sino que la “puede haber mandado a la Secretaría de la Fiscalía de Corte”, pero “obviamente” él no maneja la secretaría, ya que “bastante” trabajo tiene. De todas maneras, Gómez confirmó que Fossati pidió licencia médica por 15 días, pero él no lo hizo público “por respeto a cualquier persona que esté certificada”. “Y [Fossati] me mandó los famosos audios, pero -quizás por respeto a mí mismo- no tengo ningún comentario para hacer”, acotó Gómez.

Ante las dos semanas de licencia que Fossati tiene por delante, Gómez dijo que ahora deberán “analizar detenidamente” los pasos a seguir, pero “no por nada muy especial” sino por una cuestión de “ausencia de recursos”, porque la Fiscalía “debe seguir funcionando, como corresponde”. “La certificación es hasta el 19 de marzo, así que de alguna forma hay que prever quién ayudará o quién subrogará esa fiscalía”, subrayó.

Sobre los dichos de Fossati, sobre que la investigación del caso Astesiano no puede llegar a su fin “porque las piedras son permanentes”, Gómez dijo que no puede opinar porque no conoce la situación, pero subrayó que se trata de “una percepción que tiene alguien que está trabajando en un tema y que obviamente lo conoce”. Además, destacó que a Fossati le manifestó que de Fiscalía “no se ha filtrado nada” y que él no lo “permitiría de ninguna forma”.

“Desde la Fiscalía no se ha filtrado nada, no se ha ensuciado nada y no se ha impedido que la fiscal cumpliera con su responsabilidad de llevar adelante una investigación. Hasta ahí es cuanto tengo para manifestar”, finalizó.

Peláez: “En ningún momento me pidió reserva”

Por su parte, el periodista Carlos Peláez explicó a la diaria el contexto del audio de la fiscal. Dijo que el sábado 19 de noviembre en Radio Sarandí informaron que Fossati le había pedido a Gómez que la apartara de la causa; por lo tanto, Peláez le escribió un mensaje de Whatsapp preguntándole si era cierto, y Fossati le contestó con “dos audios seguidos”, y uno de ellos fue el que se difundió. “En ningún momento me pidió reserva ni off the record ni nada por el estilo. Yo he hablado muchas veces con ella por otros casos, y siempre me decía 'esto es para ti' o 'después te digo cuándo se puede publicar'. Me conoce hace 25 años, por lo menos. Así que no es cierto. Yo no la grabé, obviamente; ella me mandó el audio”, indicó.

El periodista dijo que en noviembre, luego de que la fiscal le mandara el audio, debatieron con la dirección de la revista Caras y Caretas -donde trabaja- “sobre la conveniencia o no de darlo a conocer”. Subrayó que lo que expresa la fiscal en el audio “es de extrema gravedad institucional” y de “alto interés público”. Finalmente, en la revista coincidieron con que en noviembre no era el momento indicado para hacerlo público, “para no afectar la causa”, por lo tanto, decidieron publicarlos luego de que la investigación llegara a su fin.

Además, Peláez aseguró que después de que la fiscal le mandó el audio, él le dijo que a raíz de su testimonio le quedaba la sensación de que “estamos en un Estado mafioso” y eso había que escribirlo, a lo que Fossati le contestó: “Y escríbanlo”. “Ella sabe perfectamente cómo fue. Claro, ahora me odia, pero es su problema, yo no fui el que habló, sino ella. Yo le pregunté si era cierto lo de Sarandí”, insistió.

Por último, Alberto Grille, director de Caras y Caretas, también dijo a la diaria que Fossati no pidió “ningún tipo de reserva”, así que nunca consideraron que el audio fuera algo reservado; independientemente de que “también se podría discutir si ante un audio de ese calibre alguien tiene derecho a no decirlo”.

A su vez, sobre la denuncia por difamación e injurias que Fossati presentó contra Grille, por varias columnas de opinión en la revista, el periodista señaló que por ahora no le llegó ninguna notificación. “Mientras no me notifiquen y no sea citado, tenemos para estar contentos todos los periodistas y los medios, por la libertad de prensa y de opinión. Podemos estar tranquilos, no tenemos miedo”, finalizó.

 

 

 

 

2 comentarios:

  1. ¿Qué tal si empezamos con Gómez? Que haya llegado una carta de Fossati dirigida a él, tal vez a Secretaría, y que no le comunicasen nada, no es creíble, a no ser que esté pitado allí, en su propio despacho. Y si así fuese, que salga a hacer declaraciones sin averiguar previamente que pasó, sería algo tan cínico como las declaraciones de Lacalle de que no sabía nada de los antecedentes de Astesiano; si no sabés primero averiguá y después abrí la boca, elemental Watson. Una única cosa más. Fossati dice que revisó antecedentes de casos de corrupción en la esfera pública y que no encontró nada con el nuevo código, y solamente penas mucho más leves con el código viejo. a) ¿Y eso cómo se llama sino conducta generalizada de encubrimiento mutuo? b) Pero aun así con semejante entorno ¿no es este caso un poquitititito especial, como para "sentar precedente"? Si este año es el centenario de Mario Benedetti, leer "El país de la cola de paja"

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