Nuestro país sigue sumergido en una profunda crisis económica y social, que condena a grandes sectores de nuestro pueblo a la pobreza y a la indigencia
Luego de que el Instituto Cuesta Duarte (ICD) cuestionara la metodología
que utilizó el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) para
afirmar que aumentó el salario real de 40,5% de los trabajadores del
sector privado, el ministro de la cartera, Pablo Mieres, dijo que el
estudio «no tiene ninguna trampa». Explicó que la Unidad de Estadísticas
del ministerio, que fue la que hizo el cálculo, tomó como punto de
partida el 1º de julio de 2020 y comparó con el 1º de enero de 2023. «El
1º de julio de 2020 es cuando se firmaron los acuerdos del período
puente» y fue el año en que «comenzó la caída de salario real por la
pandemia».
M24 21 de Febrero de 2023
Al cabo de tres años de gobierno de la ´coalición multicolor´ “el PBI está más de 3% por encima de lo que estaba en 2019 y todo indica que va a seguir creciendo en los próximos dos años, mientras que el salario y la masa salarial están por debajo”, señaló el economista Bruno Giometti, del Instituto Cuesta Duarte del PIT-CNT, en Nada Que Perder de M24.
Estos datos surgen de un informe elaborado por el Instituto de formación e investigación de la central sindical uruguaya que Giometti resumió al aire.
Explicó acerca de 2022 que “si tomamos el promedio de los 12 meses del año y lo comparamos con el promedio de los 12 meses del año anterior para dar cuenta de la evolución del salario real en el transcurso de todo el año, (…) nos da una variación de -0,6%; por eso afirmamos que es el tercer año consecutivo de caída del salario real promedio”; después cuantificó: “Si uno acumula todas las diferencias mes a mes en relación a lo que hubiera sido el salario si se hubiera ido ajustando por el Índice de Precios del Consumo (indicador de inflación) de todos los meses, en esos 36 meses es un salario lo que se perdió” en promedio para cada trabajador en el país.
“O sea, un trabajador que gana 40.000 pesos -por poner una cifra simplemente-, a lo largo de estos tres años, si uno acumula todas las pérdidas que fue teniendo mes a mes, suma aproximadamente 40.000 pesos”, es decir el monto efectivo que percibe por un mes de trabajo.
Además, recordó el economista, “siempre que hay un proceso de pérdida de salario real y posterior recuperación, en el medio se acumulan pérdidas; siempre es negativo perder aunque después se recupere porque en el medio esa pérdida no se recupera estrictamente, nadie te devuelve ese dinero que perdiste o ese poder de compra que fuiste perdiendo en el medio”, apuntó.
No obstante, subrayó que “para nosotros (en el Cuesta Duarte) lo más sustantivo de la discusión es comparar la evolución del salario y de la masa salarial con la evolución del Producto Bruto Interno (PBI) de la economía”.
Y en esa relación clave, “en el último año y medio, desde mediados de 2021 hasta ahora, la economía está desarrollando una recuperación en su actividad” cuya magnitud ensancha “una brecha que implica un traspaso de recursos o de riqueza desde los trabajadores hacia el Capital, los dos grandes factores en que se distribuye la riqueza en términos agregados”.
En esa dirección, y más allá de algunos “sectores que no han perdido” salario real y de otros “que han perdido más, en términos de la foto grande, Salario/Capital, el PBI está más de 3% por encima de lo que estaba en 2019 y todo indica que va a seguir creciendo en los próximos dos años, mientras que el salario y la masa salarial están por debajo”, graficó el entrevistado.
“Otra forma de decirlo es: en el 2020, que fue el del impacto económico de la pandemia más concentrado, se socializaron las pérdidas, o sea cayó la economía, cayó el salario, cayó el empleo; y a partir de la recuperación ésta no se distribuyó, sobre todo hacia los trabajadores asalariados, y eso termina impactando sobre las jubilaciones y todo lo que se mueve en el entorno del mercado interno, que no se benefició de esa recuperación”.
Sólo Mieres es capaz de hacer ese tipo de informaciones. Un lacayito y un lacallito. Basta recorrer las calles o viajar en ómnibus para palpar la pobreza en la que se vive, sin perspectivas ninguna de trabajo. Países bananeros se decía, hoy lo somos. Nuestra muchachada sacrificada a los intereses de las grandes multinacionales. Por un lado riquezas extremas de los grandes propietarios de tierras y los ricachones de siempre; por otro lado pobreza también extrema y sin perspectivas, porque en el Uruguay no hay trabajo. El modelo de desarrollo industrial del batllismo ya no existe, hoy imperan las zonas francas, la Upm, Katoen Natie, etc. etc. Ojalá, en estas condiciones, que fuera carnaval todo el año, para al menos poder gritar fuerte esta realidad de nuestro pueblo.
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