martes, 29 de octubre de 2024

Vamo arriba y apretar los dientes

 

No se consiguió la cantidad de votos suficientes




 


 

Ni un solo segundo a la resignación.
Ayer nuestro pueblo se pronunció y es claro que el objetivo principal no pudo ser alcanzado.
No hay que negarlo, es un resultado que duele.
Sin embargo, la derrota electoral del plebiscito de la seguridad social, no es, a mi forma de ver, un fracaso político.
No lo es por varias razones y ninguna, aclaro, es un placebo para camuflar la realidad.
El proceso colectivo que se transitó deja un conjunto de enseñanzas que hay que saber rescatar, con tanta humildad política, como compromiso con el porvenir de la clase trabajadora, sus sueños y luchas.
Los procesos sociales nunca son rectilíneos.
Por lo general son todo lo contario.
Se comportan de modo zigzagueante y no pocas veces deben enfrentarse con repechos largos, empinados y llenos de obstáculos.
Ya llegará el tiempo colectivo de los balances y de la necesaria perspectiva.
Pero hay algo que es inocultable.
Casi un millón de votos, nacidos de la conciencia de clase y del amor que miles y miles de hombres y mujeres le dedicaron en todo el país al impulso de este plebiscito, nos dicen que todo valió la pena.
Casi 7 de cada 10 frenteamplistas votaron por el plebiscito.
Más de 110.000 votantes blancos y colorados apoyaron el plebiscito.
La gran mayoría de los votantes de los llamados partidos menores también lo hicieron.
Y más de 33.500 personas que solo lo hicieron por la papeleta blanca del SI.
Ningún partido de la coalición del gobierno votó tanto como la papeleta blanca.
Ningún sector de la principal fuerza política de este país voto tanto como la papeleta blanca por el SI.
Y esto, a pesar de una campaña de miedo feroz, tal vez nunca antes vista, contra la iniciativa del movimiento popular organizado.
Una campaña desplegada con el apoyo económico, político y mediático de los poderes fácticos nacionales e internacionales.
La ley jubilatoria del gobierno no tiene consensos sociales y está llamada a ser cambiada, mas temprano que tarde.
Hay veces que se gana perdiendo y otras que perdiendo no se deja de ganar.
No dejemos que nada ni nadie nos aparte de la unidad de la gente sencilla y de su proceso de concientización.
No dejemos que nada ni nadie nos robe la alegría de hacer cosas juntos al servicio de todos y todas.
No dejemos que nada ni nadie, nos robe los abrazos que nos dimos y los que llegarán. Los que seguro llegarán.
Cuando un pueblo toma conciencia de su destino, no hay adivino ni rey que le pueda marcar el camino que va a recorrer.
Esa es la tarea!
Por último, decirles que estas palabras no buscan ser otra cosa que una trinchera para defendernos y cuidarnos.
Defendernos de la resignación, de la ciega indignación y de los inclementes, que como cuervos desenfrenados van a ir a buscar tus ojos, para que nunca más puedas ver tu propia realidad.
La historia la escriben los pueblos y nadie más que los pueblos, y esa historia nunca se deja de escribir.
A todas y todos, gracias.
A seguir luchando y queriéndose, porque nada está perdido mientras haya lucha y esperanza.
Hasta que la dignidad se haga costumbre!
 
Sergio Sommaruga

 


El plebiscito sobre seguridad social en Uruguay, propuesto para eliminar el sistema de ahorro individual administrado por las AFAP y reducir la edad mínima de jubilación, no logró suficiente respaldo para su aprobación en las elecciones de octubre de 2024. Entre los factores que contribuyeron a su falta de éxito, destacan varios aspectos clave:

  1. Falta de Apoyo Político Amplio: Ninguno de los principales candidatos presidenciales respaldó la propuesta, y figuras destacadas de distintos partidos, incluidos algunos expresidentes, se manifestaron en contra. Esta falta de consenso político generó incertidumbre sobre la viabilidad y sostenibilidad de la reforma a largo plazo, desincentivando su aprobación entre los votantes (Montevideo Portal, Wikipedia).

  2. Incertidumbre Económica y Social: La propuesta del plebiscito, impulsada principalmente por la central sindical PIT-CNT y sectores del Frente Amplio, fue criticada por su impacto económico incierto. Diversos analistas y opositores señalaron posibles riesgos financieros, como una carga adicional para el sistema de seguridad social. Esto generó escepticismo sobre las consecuencias a largo plazo de la reforma en un contexto de desacuerdos sobre cómo abordar la sostenibilidad del sistema de pensiones (El País Uruguay) Sacó al cuco

  3. Retos en la Logística de Votación: A diferencia de otros procesos de voto, en un plebiscito en Uruguay solo se cuenta la papeleta del “sí”, lo que exige un esfuerzo proactivo de quienes desean su aprobación. La menor disposición a incluir esta papeleta adicional y el escepticismo general en el electorado llevaron a un nivel insuficiente de votos afirmativos (En Perspectiva).

Estos factores, junto con la caída en el apoyo en las encuestas durante los últimos meses de campaña, consolidaron el fracaso del plebiscito, evidenciando una falta de consenso sobre la dirección de las reformas en seguridad social.

 

 

 

 

 

 

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