miércoles, 17 de diciembre de 2025

La magia del poder y las cadenas


 LOS “VIEJITOS”, SHAKIRA, LA MAGIA DEL PODER Y LAS CADENAS…


La Chacra, 6 de diciembre de 2025 — Álvaro Jaume (siempre REDOMÓN!)


(I)


LOS “VIEJITOS”, SHAKIRA, LA MAGIA DEL PODER Y LAS CADENAS…

La Chacra, 6 de diciembre de 2025 — Álvaro Jaume (siempre REDOMÓN!)

(I)

Había pensado cerrar este 2025 en silencio. Me parecía suficiente la notable tarea que viene realizando el blog El Muerto, mordiéndole los talones a este cuarto gobierno del FA, denunciando paso a paso cada uno de sus “derrapes”. En todo caso, para no sumar críticas —que por reiteradas serían más ruido que aporte— con la esperanza de que la base frenteamplista que se siente realmente de IZQUIERDA sacase sus propias conclusiones, contrastando promesas con realizaciones: discursos por un lado, prácticas concretas por otro. Es tarea impostergable de cada uno de nosotros poner en jaque la credibilidad de los discursos políticos, para no ser manejados como marionetas.

Pero esta mañana, trabajando la tierra bajo el mormazo del sol, más que por fuera, algo por dentro comenzó a quemarme. Una suerte de incendio interior, de bronca incontenible ante cosas que uno se resiste a imaginar o aceptar. ¿La razón? El cierre de una semana marcada por dos acontecimientos que tienen la particularidad de sacudir esa modorra tan uruguayesca, que además —en épocas festivas— se acrecienta con la vorágine consumista y se satura con banalidades de todo tipo.


Uno de ellos: los megashows de la diva Shakira en su gira mundial denominada Las mujeres ya no lloran.  Y dos: la gestión del “amigazo” presidente Orsi, siempre tan sencillo y campechano, ante la SCJ — Suprema Corte de Justicia —, diría el Tambero en la Plaza Libertad cuando nos procesaron por segunda vez. Gestión, según Orsi, realizada para “asesorarse” (esa fue su palabra textual) sobre el estado de los militares presos por delitos de lesa humanidad en la cárcel VIP de Domingo Arena.

Estos son más de una veintena de asesinos, torturadores, violadores, verdaderos terroristas de Estado, que ya desde tiempos pasados el propio Pepe Mujica y Lucía han rebautizado con el misericordioso apodo de “viejitos”. Sumándose la original conexión entre uno y otro, ya que el presidente en familia (como “debe ser”) concurrió al primero de los recitales de la “diosa”.

Y lo que parecía olvidarse, hizo su trabajo por dentro mío. En la Olla, el pasado miércoles, habíamos comentado algo de ambos hechos; pero lo cierto es que me fueron quemando por dentro… el “burnout”, diría el coreanito (BCH), enfermedad muy típica, según él, de este tecnocapitalismo posmoderno. Hasta que hoy reventó, y aquí me “hallo” (dirían los paisanos) haciendo catarsis escrita, preguntando —mil veces preguntándome—:

¿Qué nos está pasando como sociedad, como civilización —no solo aquí en Uruguay sino a nivel planetario— que no paramos de RETROCEDER, Y RETROCEDER?

Ya no de abandonar o renunciar a las históricas utopías de un mundo sin explotados ni explotadores, un mundo de verdadera libertad y justicia social/ambiental, sino de despeñarnos cada vez más al claudicar/abandonar los más básicos principios éticos y las más elementales actitudes de solidaridad humana…

¿Tendrá freno esta loca carrera por matar al ser humano, por maquinizarlo todo, por convertirnos en adictos tecnológicos que solo aspiraríamos a la individualidad pura y dura —a “ser UNO MISMO”— tal como lo promueve la canción del Cuarteto de Nos?

El primer paso para no rayarse (término bien canero) es intentar entender cómo funciona el sistema y las cabecitas que lo sustentan —que lo sustentamos desde un lugar u otro, ¡desde lo que hacemos y vivimos!

(II)

Empecemos por Shakira, que la “aman” (dicho así por mis propias nietas), sobre todo mujeres, ya que ha sido muy inteligente su marketing utilizando el feminismo como bandera, partiendo de un dato muy significativo: en un país cuya población ronda los 3,5 millones, Shakira agotó dos shows históricos en el Estadio Centenario con miles de entradas vendidas. El Colombiano

Mientras tanto, las estadísticas oficiales muestran que una parte significativa de la población uruguaya sigue enfrentando situaciones de privación y vulnerabilidad que no siempre se reflejan en los titulares de los diarios. documents1.worldbank.org Aquí nacen los contrastes que se naturalizan.