UN ASADITO PARA BUSH
En Uruguay, la apuesta de Tabaré Vázquez de aceptar la visita de Bush – muy contestada por las bases de los propios partidos de gobierno – resultó un fiasco. El marco bucólico de la estancia Anchorena, en Colonia, y el exquisito asado que prepararon los expertos, no propiciaron los esperados anuncios que significaran beneficios para las exportaciones de los productos tradicionales uruguayos: carnes y cueros. En las calles, como había ocurrido en Brasil, miles de personas expresaron su repudio a la visita de Bush, con epítetos como “criminal” y “asesino”, recordándole como responsable de la ocupación militar de Irak y Afganistán. El paso de Bush dejó en incómoda situación a veteranos dirigentes de la izquierda uruguaya, como el tupamaro "Pepe" Mujica, que intentó no distanciarse de la bronca de las bases barriales afirmando que si no fuera ministro, el también hubiera estado en las calles protestando. Con lo cual avaló a quienes reclaman que en el gobierno uruguayo se maneja un doble discurso: las palabras van por un lado y los hechos van por otro.
Gracias Volta
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