El presidente estadounidense Richard Nixon reconoció que intervino en
las elecciones uruguayas en 1971, para impedir el triunfo de la
izquierda; y que alentó el golpe de estado en Chile en 1973. Así lo
revelan el mismo Nixon y su estrecho colaborador Henry Kissinger en
documentos dados a conocer por los Archivos Nacionales de Estados
Unidos. Según la información divulgada, Nixon se jacta de haber
provocado fraude electoral en Uruguay, por intermedio de su aliado,
Brasil. Tras las elecciones nacionales de 1971, en Uruguay, ganadas por
el oficialista Partido Colorado, el candidato del opositor Partido
Nacional, Wilson Ferreira Aldunate, denunció un fraude electoral, pero
nunca pudo ser comprobado.
>>> Operación Treinta Horas
Operación “Treinta Horas” fue un plan para invadir militarmente Uruguay por parte del Ejército Brasileño —pocos años antes del golpe militar de junio de 1973 —, el cual fue preparado para ser ejecutado en diciembre de 1971, pero solo si el partido de izquierda Frente Amplio hubiese llegado a conseguir la victoria en las elecciones presidenciales uruguayas de ese año. Como esa agrupación política no obtuvo el triunfo, la acción militar jamás fue llevada a cabo, quedando solo en la fase de planificación.
A partir de la segunda mitad de la década del 60, los gobiernos del sur de Sudamérica comenzaron a colaborar entre sí para desarrollar juntos la coordinación represiva que derivó años más tarde en la creación del Plan Cóndor, coordinación de las dictaduras latinoamericanas del Cono Sur.123
En el año 1971 estaba en el poder de Brasil Emílio Garrastazu Médici, siendo el tercer gobierno militar que se sucedía consecutivamente en el país desde el Golpe de Estado del año 1964 que provocó el derrocamiento de João Goulart.4 Durante su presidencia, Médici enfrentó severamente a la oposición a su régimen, con represión política y combatiendo movimientos guerrilleros de izquierda mediante técnicas de espionaje y tortura.56
En consonancia con la política llevada a cabo por el gobierno de Estados Unidos —presidido por Richard Nixon— de establecer una lucha anticomunista continental,7 Brasil buscaba impedir que en los países de la región se pudieran establecer nuevas experiencias de gobiernos de izquierda que pudiesen obstaculizar sus intereses económicos o que estimulasen la denominada subversión terrorista. De allí que apoyase en cada país a los partidos políticos rivales a los partidos de izquierda o directamente que asistiese veladamente a golpes de estado que intentasen colocar a la cabeza gobiernos anticomunistas, afines a sus ideales y objetivos, por ejemplo, en el golpe de Estado de Hugo Banzer Suárez en Bolivia contra el general Juan José Torres, o los planes para el golpe contra el gobierno del presidente chileno Salvador Allende.89 En la Argentina presidía Alejandro Agustín Lanusse el tercer gobierno de la dictadura militar denominada Revolución Argentina.10
En Uruguay estaba concluyendo la presidencia de Jorge Pacheco Areco, a la cual había accedido por ser el vicepresidente del candidato colorado triunfante, el general retirado Óscar Diego Gestido, quien había fallecido en diciembre de 1967, pocos meses después de asumir su cargo. Pacheco, mediante las medidas prontas de seguridad, había logrado reprimir movimientos sociales y entablado una lucha antisubversiva contra las guerrillas del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros. Como constitucionalmente Pacheco no podía aspirar a una reelección, se conformó la Unión Nacional Reeleccionista promoviendo una reforma constitucional mediante un plebiscito —simultáneo con las elecciones del 28 de noviembre de 1971— para que jurídicamente se lo habilite, lo cual finalmente no se consiguió, postulándose paralelamente para presidente el entonces ministro de Ganadería y Agricultura, Juan María Bordaberry.
El temor de Pacheco Areco, de los militares y de los sectores conservadores uruguayos, era que en la elección triunfase el militar retirado Líber Seregni, candidato por el Frente Amplio, una nueva agrupación que constituía el primer partido político de izquierda que en el país lograba acumular un caudal de votos significativo y que algunos pronósticos daban como posible vencedora, debido a los sondeos de opinión de Gallup y las multitudinarias manifestaciones frenteamplistas.11 Esta fuerza era una alternativa para los cada vez más amplios sectores de izquierda, la cual se erigía como cuña entre el tradicional bipartidismo del país, representado por los partidos Nacional y Colorado. De allí que se afirmó que en julio de ese año Pacheco Areco solicitó a Brasil secretamente apoyo militar,12 si bien el General del Ejército brasileño que lo dijo (Ruy de Paula Couto) alego posteriormente que había sido mal interpretado.7
Para los militares al frente del gobierno brasileño, la instalación de un gobierno de izquierda lindante con su frontera sur era calificado como una amenaza a la seguridad nacional. La participación de exiliados brasileños en la campaña del Frente Amplio les generaba sospechas de que luego utilizarían el Uruguay como base para generar revueltas en Brasil que depusieran al gobierno militar.13 Es que después del golpe de 1964, el exilio en Uruguay fue la alternativa que emprendieron muchos opositores políticos brasileños, entre los cuales se contaban militares, sindicalistas y políticos, incluyendo figuras destacadas como Leonel Brizola y el presidente depuesto João Goulart.7
Las elecciones uruguayas fueron vistas como una posible réplica del fenómeno que había ocurrido el año anterior en Chile, con el triunfo para presidente del candidato socialista Salvador Allende, que llevó al poder a la coalición de izquierda Unidad Popular. Para el gobierno militar de Brasil, la posibilidad del triunfo de Seregni sería una pieza más de la progresiva "comunización" del subcontinente, la cual debían intentar contener, aplicando el concepto de fronteras ideológicas como parte de la “Doctrina de Seguridad Nacional”.7
La operación sale a la luz
Si bien la información sobre la Operación Treinta Horas fue hecha pública mediante las denuncias efectuadas por el exiliado político brasileño Paulo R. Schilling en el semanario uruguayo Marcha, incluso meses antes de la fecha prevista para el inicio de las acciones,1415 solo décadas después se pudieron entrecruzar datos que confirmarían los sucesos. Sin embargo, el conocimiento detallado sobre este hecho de la historia latinoamericana todavía permanece incompleto, ya que aún se encuentran vedados a los historiadores el análisis de documentos relacionados con la dictadura brasileña de 1964, restricción aplicada por los gobiernos civiles de ese país, prorrogando por tiempo indefinido los archivos categorizados como ultrasecretos.7 De allí que, para subsanar estas limitaciones, la investigación histórica sobre el tema debió apelar a otras fuentes, entre las que se cuentan, los documentos de la gestión Nixon desclasificados del Departamento de Estado de los Estados Unidos7 y algunos de Itamaraty,16 (como la correspondencia reservada del entonces embajador brasileño en Uruguay, Luiz Bastián Pinto, a su canciller Mário Gibson Barbosa)12 las recopilaciones y e investigaciones de Enrique Serra Padrós17 y de Schilling18 y los relatos de los que estuvieron envueltos directa o indirectamente en ella,19 entre los cuales se encuentran los libros de memorias de militares brasileños,20 como el coronel Dickson Melges Grael,21 el brigadier Sérgio Luiz Burger22 y el teniente Marco Pollo Giordani,23 así como la confesión del general retirado brasileño Ruy de Paula Couto, efectuada en el programa de televisión “Historias” (conducido por el periodista José Mitchell) en el canal del Grupo RBS de Porto Alegre, Brasil, en una entrevista grabada en noviembre de 2006 y exhibida el 14 de en enero de 2007. Dicho general fue agregado militar en la embajada de Brasil en Montevideo entre 1967 y 1969 y además ocupó la jefatura del Estado Mayor del poderoso III Ejército, hoy llamado “Comando Militar del Sur”.12
El aporte del coronel Grael, quien calificó a la Operación 30 Horas como una aventura injustificada, es especialmente destacado, ya que era oficial del Estado Mayor del Cuartel General de la 2ª División de Caballería (subordinada al mando del 3º Ejército) y se encontraba desde 1969 en la región fronteriza con Uruguay. En un determinado momento, la operación salió de la fase de planificación y comenzaron a realizarse las etapas iniciales, encomendándole el reconocimiento del área de actuación y la disposición de las piezas en posición de movilización inmediata. Como Grael discrepó de la invasión, fue transferido a un plano secundario. Años más tarde supo que, de haberse producido la acción militar, se le habría adjudicado el mando de la Brigada de Caballería Mecanizada. En una ocasión realizó una visita a guarniciones de esa región fronteriza, en compañía de un representante del Estado Mayor del Ejército (el coronel Newton Álvarez Rodríguez) y del general Arthur Moreira, quien era el agregado militar de Estados Unidos, sospechando Grael que era parte del seguimiento ejercido por el Gobierno de Estados Unidos a los preparativos militares brasileños y al escenario en que se planeaba la operación.21
Igualmente, falta aún por desclasificar importante información que permita asegurar el grado de conocimiento y rol que cada parte interviniente tenía de la operación, en especial probar que los gobiernos estadounidense, argentino, uruguayo y brasileño la apoyaban, ya que las pruebas que se tienen, para algunos,7 no permiten confirmarlo. La hipótesis planteada por Grael es que la operación estaba siendo desarrollada exclusivamente en el ámbito del 3º Ejército, sin el conocimiento oficial de la Marina y de la Aeronáutica. No queda claro si se hacía con la anuencia del presidente Médici o si le sería posteriormente presentada, una vez finalizada su elaboración.7
Según el general Ruy de Paul Couto, no se planificó combates entre los ejércitos brasileño y uruguayo, sino que había un entendimiento entre ambos para operar de manera conjunta.12
El plan
El comandante de la 3.ª Región Militar del Ejército Brasileño (la cual tiene sede en Porto Alegre, Estado del Río Grande del Sur), general Breno Borges Fortes, ya tenía sus tropas desplegadas junto a la frontera con Uruguay.11 El plan consistía en dar la orden de que cruzar el límite y, mediante una acción militar, invadir la república uruguaya en un ataque de tipo relámpago. Esta operación era conocida en los círculos militares brasileños, argentinos y en el Departamento de Estado de los Estados Unidos, con el nombre de “Treinta Horas”,7 título que precisamente se relacionaba al tiempo en que los estrategas brasileños estimaron adecuado para que su ejército lograse ocupar la totalidad del territorio uruguayo, anulando cualquier intento de resistencia,11 ateniéndose a que si la operación les demandase más tiempo, sobrevendrían fuertes reacciones internacionales, por lo que una acción rápida dejaría a la comunidad de naciones frente a la circunstancia de un hecho consumado y no con una situación aún abierta.7
La intervención militar fulminante finalmente hubiese concluido con el traspaso del poder a manos de un gobierno de facto civil no izquierdista (por ejemplo, manteniendo en el poder a Pacheco Areco) o directamente a un gobierno militar local, puesto que el núcleo de oficiales uruguayos que se aglutinaban en la logia “Tenientes de Artigas” estaban urdiendo un plan de golpe de Estado, para evitar que el Frente Amplio asuma el poder.11 Uruguay quedaría como una suerte de “protectorado”, una tutela de hermanos mayores, según palabras del general Hugo Bethlem.11 La operación habría contado con la anuencia o, cuanto menos, el conocimiento de Estados Unidos,122425 país que sin embargo guardaba ciertos reparos, ya que la misma podía provocar un conflicto con una potencia vecina, puesto que el presidente del gobierno militar argentino, el General Lanusse, se inclinaba por apoyar solo un autogolpe de Pacheco.7 Tanto Nixon como Lanusse se oponían a cualquier intento de anexión de Uruguay por Brasil,7 objetivo que era el buscado por Itamaraty según Schilling,18 pero que fue negado por Grael.21
Seregni afirmó que obtenían información del plan brasileño por parte de los soldados de ese país que cruzaban al lado uruguayo para visitar las boites de Rivera y de Santana do Livramento.7 Las tropas brasileñas quedaron acantonadas en la frontera uruguaya hasta el mismo día de los comicios.11 Como Seregni perdió las elecciones, la ejecución del plan no fue necesaria, aunque se postuló que igualmente Brasil logró imponer un candidato afín “amañando la elección”.26 Finalmente, fue elegido presidente Bordaberry, el candidato del Partido Colorado, gracias a la ley de lemas, ya que había obtenido menos votos que el candidato del Partido Nacional, Wilson Ferreira Aldunate.27
Posteriormente, en menos de dos años, los militares uruguayos concluirían el golpe de Estado el 27 de junio de 1973 e instaurarían un largo gobierno militar, iniciándolo con un autogolpe del propio Bordaberry.2829
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Nuevos documentos desclasificados revelan los amplios esfuerzos de la Administración Nixon para prevenir la victoria del Frente Amplio en las elecciones presidenciales de 1971. Los EEUU podrian haber actuado conjuntamente con los brasileños para influenciar los resultados. Hace seis semanas, un informe de la agencia de prensa AP escrito por Ron Kampeas, basado en un documento recientemente desclasificado de la coleccion Nixon en el Archivo Nacional de EEUU, revelo que durante una reunión con el entonces Primer Ministro británico Edward Heath, el presidente Nixon admitió que “Brasil ayudo a manipular las elecciones uruguayas”.El Proyecto de Documentación del Cono Sur del National Security Archive recolectó los 15 documentos que se exhiben a continuación en un esfuerzo por dar un contexto a los comentarios de Nixon. Los documentos muestran que los EEUU estaban profundamente preocupados que el ejemplo de Allende en Chile se repitiera en Uruguay. Las preocupaciones eran compartidas tanto por Brasil como por Argentina cuyas agencias de inteligencia militar llevaban a cabo consultas regularmente y habían anteriormente tenido un acuerdo para intervenir en los eventos políticos en Uruguay. La Embajada de EEUU recomendó actividades abiertas y encubiertas para contrarestar las revistas del Frente y cooperación entre Brasil y Argentina para apoyar operaciones de seguridad de Uruguay.
El presidente brasileño, Emílio Garrastazu Médici, visitó Washington entre el 7 y el 9 de diciembre, 1971, cuando aun no se había definido el resultado de las elecciones uruguayas. Garrastazu Médici sostuvo varias reuniones con el Presidente Nixon, el Asesor de Seguridad Nacional Henry Kissinger, el Secretario de Estado William Rogers y el que en breve seria Subjefe de la CIA, Vernon Walters. En varios de los memorandos sobre las conversaciones con el presidente brasileño, Richard Nixon menciona la ayuda de Brasil en influenciar las elecciones uruguayas. Henry Kissinger remarca el apoyo de Garrastazu Médici a la Doctrina Nixon en América Latina. Según esta doctrina, una nación como Brasil, jugaría el papel de potencia regional subsidiaria actuando por los intereses de los EEUU.
Las elecciones fueron llevadas a cabo el 28 de noviembre de 1971. Lideres del Frente Amplio hicieron denuncias en el sentido que los EEUU y Brasil estarían apoyando una ola de intimidación en contra de su campaña y sus candidatos. Luego de un controversial atraso de mas de dos meses, el 15 de febrero de 1972, el tribunal electoral anuncio la victoria de Juan Maria Bordaberry, del partido Colorado en el gobierno, con 41% del voto, solo unos pocos miles de votos por encima del 40% obtenido por el candidato del partido Blanco. Para alivio de la Embajada, el Frente Amplio terminó en un distante tercer lugar con 18% de los votos.
Contexto Histórico
Desde mediados de los años 60, Uruguay, conocido como la Suiza de América Latina, había visto su ejemplar tradición democrática y su alto estándar de vida decaer ante una economía en crisis, corrupción gubernamental y efervescencia social. Washington establecieró una oficina del programa de Seguridad Publica de la Agencia para el Desarrollo Internacional (AID) desde 1964, para proveer asistencia a las operaciones de contrainsurgencia de la policía. En 1969, en medio de una creciente crisis política y actividades de un poderoso movimiento guerrillero de los Tupamaros, los EEUU doblaron la asistencia en Seguridad Publica en equipo y entrenamiento policial.
La crisis escaló rápidamente hasta convertirse en conflicto en 1970. A medida que los nuevos oficiales entrenados en los EEUU ocupaban puestos clave en la policía, aumentaban las denuncias de torturas. A. J. Langguth en su bien documentado libro Hidden Terrors (Terrores Ocultos, Pantheon Books, 1978, p. 286) da cuenta de como policías más antiguos eran reemplazados “cuando la CIA y los asesores de la policía habían optado por métodos y hombres más duros.” También describe que mientras Dan Mitrione era jefe del programa de Seguridad Publica, los EEUU “…introdujeron un sistema de carné de identidad como el de Brasil... [y que] la tortura se convirtió en rutina en la jefatura de Montevideo.”
Entre mediados de 1970 y principios de 1971, los Tupamaros secuestraron a Dan Mitrione, un agrónomo norteamericano, a un diplomático brasileño y uno británico, pidiendo a cambio la liberación de 150 Tupamaros detenidos por la policía. Luego de negociaciones bilaterales con familiares y gobiernos extranjeros, la mayoría de las victimas fueron liberadas a salvo. Ante la política de no transigir con los secuestradores de parte de los gobiernos Uruguayo y de EEUU, los Tupamaros mataron a Mitrione y su cuerpo sin vida fue encontrado a principios de Agosto de 1970. La violencia entre la policía apoyada por los EEUU y los Tupamaros creció en una espiral.
El año de las elecciones presidenciales encontró a la clase política Uruguaya en dispersión. Los tradicionales partidos Colorado y Blanco perdían prominentes miembros que se unían al Frente Amplio. Un memorando sobre las elecciones presidenciales en Uruguay del Departamento de Estado para el Asesor del Consejo de Seguridad Nacional Henry Kissinger describía a la sociedad Uruguaya de la época en estos términos: "El tema de oposición más importante es el sentimiento general de malestar y falta de dirección nacional. Hay una creciente desilusión, especialmente de parte de los jóvenes de clase media, causada por la falta de oportunidades. El fenómeno de los Tupamaros es en si mismo en gran parte una revolución de la clase media contra un sistema que se ve no ofrece ninguna esperanza de participación significativa."
En este contexto, los EEUU veían con profunda preocupación como poco después de su creación en Febrero de 1971, el Frente Amplio, una coalición de comunistas, socialistas, democrata crisrtianos y disidentes de los partidos mas grandes, rápidamente ganaba apoyo sustancial para las elecciones del 28 de Noviembre. Algunos estimados iniciales de las preferencias de los votantes ubicaban al Frente justo detrás de los Colorados y a la cabeza de los Blancos.
Los EEUU consideraban a Uruguay como un modelo para América Latina y temían que se repitiera la victoria de la Unidad Popular en Chile hacia pocos meses el año anterior. A mediados de 1971, el objetivo de Washington en Uruguay era "disminuir la amenaza de una victoria política por el Frente," que se veia como una una amenaza mayor que los Tupamaros.
Para entonces los EEUU estaban implicados en apoyar una ofensiva contrainsurgente en gran escala incluyendo la transformación de la inteligencia policial en una agencia de seguridad nacional, la Dirección Nacional de Información e Inteligencia (DNII). En septiembre de 1971, el gobierno Uruguayo lanzó operaciones contra subversivas, coordinadas por el DNII, de las fuerzas conjuntas (policiales y militares) contra los Tupamaros. Ex-policias han declarado que los escuadrones de la muerte eran coordinados desde el DNII.
En 1972, el recién electo presidente Bordaberry dio mano libre a los militares en la contrainsurgencia. Los militares aplastaron a los Tupamaros, reprimieron a estudiantes universitarios, sindicalistas así como a los opositores al gobierno. En 1973 los militares disolvieron el Congreso y mas tarde en 1976, depondrian a Bordaberry mismo cuando Uruguay seria conocido como un "Estado Prisión". La asistencia en seguridad de los EEUU continuo hasta 1977.
Los documentos
Son conocidas las operaciones encubiertas de la CIA para prevenir y luego deestabilizar al gobierno de Salvador Allende en Chile. No es hasta ahora sin embargo que las actividades de las agencias norteamericanas para minar al Frente Amplio han empezado a conocerse a medida que los documentos presidenciales, del Departamento de Estado y de Seguridad Publica de AID son desclasificados por medio del proceso regular a documentos históricos en el Archivo Nacional de EEUU.
Algunos de los documentos presentados aquí provienen de la sala de lectura del Departamento de Estado y de los "Record Groups" 59 y 286 del Archivo Nacional de EEUU. El Archivo de Seguridad Nacional revisó también los extractos de las cintas magnetofónicas del presidente Nixon (desclasificadas el año pasado) y los documentos desclasificados del Consejo de Seguridad Nacional de Nixon.
Note: The following documents are in PDF format.
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Documento 1 | |
Agosto 20, 1971: Telegrama secreto del Departamento de Estado | |
Source: Archivos Centrales del Departamento de Estado, Archivo Nacional |
El Departamento de Estado pide a las embajadas en Argentina y Brasil que hagan un estimado de cual seria la reacción de los gobiernos en esos países frente a una exitosa participación del Frente Amplio antes y durante las elecciones.
Documento 2 | |
Agosto 25, 1971: análisis y Papel Estratégico Preliminar secreto de la Embajada de EEUU - Uruguay | |
Source: Sala de lectura del Departamento de Estado |
En este análisis la Embajada de EEUU en Montevideo responde a las instrucciones dadas por el Consejo de Seguridad Nacional para diseñar una estrategia: “…para aumentar el respaldo a los partidos democráticos en Uruguay y tratar de disminuir la oportunidad del triunfo político del Frente Amplio.” El Grupo de Trabajo de la Embajada hace recomendaciones en cinco áreas: psicológica, de asistencia económica, política, laboral y de seguridad.Para la Embajada los Estados Unidos debe de “colaborar abierta o encubiertamente con los medios de prensa que compiten con los del Frente Amplio. Un grupo de periodistas profesionales bien versados en psicología podrían estudiar Marcha (una publicación del Frente Amplio) y cual es su atractivo para la intelectualidad uruguaya y podrían crear un producto de prensa que pudiera efectivamente combatir este nocivo semanario.”
En el área de seguridad “es especialmente deseable que algunos países vecinos como Argentina y Brasil colaboren efectivamente con las fuerzas de seguridad uruguayas y donde fuera posible alentarlos para tal colaboración.”
Dos secciones del análisis han sido borradas, una al comienzo bajo el subtítulo “Los intereses de EEUU” y una después del numeral 6 en el área de recomendaciones Políticas.
Documento 3 | |
Agosto 25, 1971: Servicio de Información de Difusión en el Extranjero de la CIA (Foreign Broadcast Information Service - FBIS), confidencial | |
Source: Proyecto de desclasificación de la CIA sobre Chile, Grupo I (1973-1978), Sitio Web del Departamento de Estado |
Este FBIS clasificado y titulado “Tendencias en la Propaganda Comunista”, subraya las declaraciones de Fidel Castro sobre una alianza entre los brasileños y los paraguayos, bajo la dirección de la CIA, que promovió el reciente golpe en Bolivia. Castro también denuncia que el golpe se propuso intimidar a los votantes de izquierda de Uruguay en las elecciones próximas.
Documento 4 | |
Agosto 27, 1971: Cable secreto del Embajador de EEUU Lodge en Argentina | |
Source: Archivos centrales del Departamento de Estado, Archivo Nacional |
La Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires responde a la inquisitoria del pasado agosto 20 del Departamento de Estado sobre la intervención de Brasil y Argentina en las elecciones uruguayas. El cable reporta que Brasil y Argentina han realizado múltiples consultas de inteligencia y están siguiendo de cerca los eventos en Uruguay. Argentina no tiene planes de intervención en las elecciones uruguayas, pero apoyarían un golpe para reinstalar al actual Presidente Pacheco si la izquierda “Frente Amplio” gana en noviembre. Argentina ha intentado reforzar el régimen de Pacheco con apoyo económico y en la lucha contra la insurgencia. Por ejemplo un equipo de interrogación de Argentina “fue enviado a Montevideo cuando el líder Tupamaro Raul Sendic fue capturado.” Para finalizar, Lodge le dice a Washington que Argentina estuvo involucrada en el reciente golpe en Bolivia.[Nota: El National Security Archive busco minuciosamente los documentos de Brasil y Uruguay en los "Record Groups 286 y 59" en el Archivo Nacional de EEUU y no encontramos la respuesta paralela de la Embajada norteamericana en Brazil, a la inquisitoria del Departamento de Estado].
Documento 5 | |
Octubre 26, 1971: Conversación del Presidente Nixon | |
Source: Conversación No. 601-36/602-1, Ayuda de búsqueda de las cintas magnetofónicas de Nixon, Archivo Nacional |
El presidente Nixon en la oficina oval habla sobre sus relaciones extranjeras y derechos humanos en varios países. Bajo el tema “Brasil”, Nixon habla sobre el presidente brasileño Emílio Garrastazu Médici, Uruguay y Chile. [Note: Fue imposible escuchar nada ineteligible a los investigadores del National Security Archives cuando se hizo correr la cinta 601-36/602-1]
Documento 6 | |
Noviembre 9, 1971: Telegrama de uso oficial limitado del Embajador de EEUU Charles Adair al Secretario de Estado | |
Source: Archivos Centrales del Departamento de Estado |
En este telegrama con copias a la Oficina de Seguridad publica de la AID y las embajadas de EEUU en Brasil y Argentina, el Embajador de EEUU informa que “el candidato presidencial del Frente Amplio, Liber Seregni, implico a asesores de EEUU y Brasil en los ataques contra si mismo y una caravana de autobuses del Frente Amplio.”
Documento 7 | |
Noviembre 13, 1971: Memorando secreto del Departamento de Estado para el Asesor de Seguridad Nacional Henry Kissinger | |
Source: Materiales del Consejo de Seguridad de Nixon, Viajes VIP, Archivo Nacional |
El presidente brasileño visitará Washington entre el 7 y 9 de diciembre. Garrastazu Médici propone una agenda detallada con 25 puntos, los cuales 8 incluyen “Preguntas Interamericanas”, particularmente sobre Uruguay. Como respuesta, los EEUU propone reducir la agenda a 9 puntos. El punto 8 se lee “Problemas hemisféricos: a) Cuba, Chile, y Uruguay”.
Documento 8 | |
Noviembre 27, 1971: Memorando secreto del Departamento de Estado para el Asesor de Seguridad Nacional Henry Kissinger | |
Source: Archivos Centrales del Departamento de Estado, Archivo Nacional |
Un memorando informativo del Departamento de Estado explica que en recientes encuestas los candidatos de los Partidos Colorado y Blanco probablemente ganarán las elecciones. Sin embargo, hay preocupación pues según estimaciones cerca del 25% apoya al candidato del Frente Amplio, y hay todavía un alto grado de incertidumbre de aproximadamente el 25% de votantes, que no expresan preferencia o se muestran indecisos. A su vez el candidato del Frente, que también compite en las elecciones municipales, puede ganar en Montevideo, la capital. El memorando al final subraya la posible intervención de Argentina y Brasil y como, en el interés de Estados Unidos, está promover la estabilidad en Uruguay aunque sea para preservar las buenas relaciones entre los dos poderes regionales.
Documento 9 | |
Aproximadamente a principios de diciembre de 1971: Memorando secreto de Henry Kissinger al Presidente Nixon | |
Source: Materiales del Consejo de Seguridad de Nixon, Viajes VIP, Archivo Nacional |
Se espera que el Presidente Nixon se encuentre dos veces con el Presidente brasileño Emílio Garrastazu Médici - durante una hora y media el 7 de diciembre y durante 45 minutos el 9 de diciembre. Kissinger le dice a Nixon que “Médici apoya las ideas de la Doctrina Nixon… usted querrá estar de acuerdo sobre la importancia de las consultas…particularmente en los asuntos del hemisferio, sabiendo que Brasil puede jugar un rol particular en el hemisferio para ampliar nuestros mutuos intereses.” El Asesor de Seguridad Nacional también remarca que el Presidente Brasileño “…probablemente expresará su preocupación por la desviación a la izquierda en el hemisferio y le dé su evaluación sobre la situación en Uruguay, Argentina, Chile y Bolivia.”
Documento 10 | |
Diciembre 7, 1971: Telegrama confidencial del Embajador de EEUU Charles Adair al Secretario de Estado | |
Source: Archivos Centrales del Departamento de Estado, Archivo Nacional |
El Embajador de EEUU en Montevideo da cuenta de las ultimas denuncias que ligan a los EEUU con ataques en contra del Frente Amplio. El Embajador comenta que “La prensa izquierdista ha tratado reiteradamente en el pasado de atribuir responsabilidad a la Embajada de EEUU por ataques en contra del 'Frente Amplio y de apoyar a uno u otro de los partidos tradicionales y a las 'fuerzas represivas' (policía). Este ultimo cargo y otros que seguramente le seguirán son evidentemente esfuerzos de culparnos por su derrota en las elecciones.”
Documento 11 | |
Diciembre 7, 1971, 6:51 pm: Conversación entre el Presidente Richard Nixon y el Secretario de Estado William Rogers | |
Source: Cintas magnetofónicas de Nixon, Conversación 16-36, Archivo Nacional |
El Presidente y el Secretario de Estado intercambian opiniones sobre el Presidente brasileño:Rogers: “Si, pienso que este asunto de Médici es una buena idea. Pase un tiempo agradable con el hoy al almuerzo y él..."
Nixon: “Es un tipo increíble, cierto?”
Rogers: “Es... Dios mío, me alegra que este de nuestro lado.”
Nixon: “Duro y, eh, tu sabes... [risas]... sabes, me gustaría que presidiera sobre el continente entero.”
Rogers: “A mí también. Debemos ayudar a Bolivia. Él está preocupado por ello. Debemos asegurarnos que..."
Nixon: “A propósito, la cuestión uruguaya, parece que él ayudó un poco allí…”
Documento 12 | |
Diciembre 7, 1971: Memorando secreto para Henry Kissinger | |
Source: Materiales del Consejo de Seguridad de Nixon, Viajes VIP, Archivo Nacional |
En preparación de una reunion entre Kissinger y Garrastazu Médici en la tarde del 8 de diciembre, un asistente del NSC, Arnold, Nachmanoff, informa que “Médici se encuentra extremadamente complacido de su encuentro con el Presidente.” Luego clarifica que “ la conversación se centró mayormente en las relaciones entre Brasil y los militares brasileños y los problemas del hemisferio”, particularmente Cuba, Chile y Uruguay. Las notas tomadas por el General Vernon Walters son mencionadas pero no incluidas en el memorando. El presidente Nixon trajo a Vernon Walters, Agregado de Defensa en Francia, para que le apoyara en las conversaciones directas con Garrastazu Médici. En conversaciones grabadas anteriormente, Nixon explica que quiere a Walters allí no solo por sus habilidades con el portugués, sino por su profundo conocimiento de Brasil (1). El memorando formal de la conversación (memcon) está clasificado. El National Security Archive ha pedido la desclasificación de éste y otros memorandos de las reuniones presidenciales.
Documento 13 | |
Diciembre 9, 1971: Conversación en cinta magnetofónica entre Richard Nixon, Emílio Garrastazu Médici y Vernon Walters en la oficina Oval del a Casa Blanca | |
Source: Conversación No. 633-6, Ayuda de búsqueda de las cintas magnetofónicas de Nixon, Archivo Nacional |
Ambos registros de esta conversación (un memcon y la cinta magnetofónica) están actualmente clasificados. El National Security Archive ha hecho peticiones de desclasificación por ambos.
Documento 14 | |
Diciembre 10, 1971: Memorando secreto para Henry Kissinger sobre su conversación con el Presidente Brasileño el 8 de Diciembre | |
Source: Materiales del Consejo de Seguridad de Nixon, Viajes VIP, Archivo Nacional |
El Dr. Kissinger dijo a Garrastazu Médici que “en áreas de interés mutuo como la situación en Uruguay y Bolivia, la mutua cooperación y el acercamiento paralelo puede ayudar mucho en nuestros objetivos comunes.” Además, el Asesor de Seguridad Nacional de Nixon “comentó que como Brasil juega un fuerte rol de liderazgo, se podría encontrar a sí mismo en una posición similar a la de Estados Unidos - respetado y admirado, pero no querido.”
Documento 15 | |
Diciembre 20, 1971: Memcon secreto de Henry Kissinger sobre una reunión entre el presidente de EEUU y el primer ministro británico Edward Heath | |
Source: Materiales del Consejo de Seguridad de Nixon, Viajes VIP, Archivo Nacional |
Los dos líderes se reunen en Bermuda y discuten un numerosos temas de política y geopolítica internacional. El presidente Nixon menciona a Uruguay de paso. Nixon está preocupado respecto que Gran Bretaña se retire del Caribe y esto pueda afectar económicamente a la región, así como que los gobiernos comiencen a moverse hacia la izquierda. Nixon solicita a Heath que no se retire y se pregunta si los Estados Unidos podrían ocupar este vacío. Luego el Primer Ministro preguntó sobre la situación en Cuba. "El hombre, Castro, es un radical", el Presidente contestó “muy radical incluso para Allende y los peruanos. Nuestra posición es respaldada por Brasil, que es después de todo la llave del futuro. Los brasileños ayudaron a manipular las elecciones uruguayas... Hay fuerzas que están actuando las cuales nosotros no desalentamos….”
Notes1. Vernon Walters y Emílio Garrastazu Médici se conocían por largo tiempo. Garrastazu Médici encabezaba la escuela militar de las Águilas Negras durante el golpe que depuso a Joao Goulart en 1964 y luego seria nombrado agregado militar en Washington (64-65). En 1967, fue nombrado director del equivalente brasileño a la CIA, el “Serviço Nacional de Informaçoes (SNI)” y en 1969 fue seleccionado como presidente por una junta militar. Walters fue agregado militar de EEUU en Brasil entre 1962 y 1967, y seria nombrado Subdirector de la CIA el 2 de marzo de 1972, menos de tres meses después de servir de asistente en las reuniones entre Nixon y Garrastazu Médici en Washington.
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