lunes, 8 de octubre de 2007

Colón no descubrió nada.


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12 DE OCTUBRE: ALGUNAS CERTEZAS por Gonzalo Abella



Los pueblos del mundo se conocían mutuamente desde la más remota antigüedad.







En las leyendas de los pueblos originarios americanos aparecen personajes mitológicos de cabellos rubios y piel como la leche; en algunos casos se hace mención a largas barbas. Ibarra Grasso, investigador argentino, ha reproducido mapas chinos del año mil donde aparece América, y analiza en el tercer viaje de Simbad el Marino (relato milenario, integrante de " Las mil y una noches") demostrando que se trata de un viaje a nuestro continente. Huellas de viajes muy antiguos por el estrecho de Behring y desde las islas de la Polinesia siempre fueron interpretados como una migración única y sin retroceso de grandes poblaciones humanas; hoy se reconsidera esta interpretación arbitraria y absurda. Grandes migraciones e intrépidos viajeros fueron y vinieron en todos los tiempos. La Invasión saqueadora y genocida que se inicia en 1492 con Colón es la continuación de las invasiones a Palestina, las llamadas "Cruzadas" que con el pretexto de rescatar el Santo Sepulcro de los infieles llevó el saqueo y la muerte contra culturas muy antiguas. No se puede acusar a la "cultura europea" de avasallar a la "cultura americana" desde 1492. Los verdugos y genocidas que llegaron con Colón eran enviados por los mismos reyes verdugos y genocidas que primero habían perseguido a los pueblos europeos y lo mejor de su cultura. Las hogueras de la Inquisición quemaron a hombres y mujeres europeos antes de instalarse en América española. Judíos, árabes, rebeldes, nacionalistas y librepensadores fueron perseguidos, asesinados o expulsados de Castilla, de León y de todas las tierras sometidas a estos reinos. Por lo anterior, se reafirma una vez más que las culturas nunca se hacen la guerra; sólo se hacen el amor. Los opresores hacen la guerra a todas las culturas populares. Lo que más preocupa a los opresores es la diversidad cultural de los oprimidos porque dificulta el control policial sobre ellos. La imposición del Catolicismo Oficial no fue una decisión desde la fe sino desde la necesidad de unificar las prácticas rituales y facilitar por ello la detección del esclavo o del súbdito que actúa diferente. La primera fase de la invasión, el Adelantazgo, fue la más genocida. Después la curva genocida descendió y se elevó nuevamente en el siglo XIX, pero esa nueva oleada de asesinatos sistemáticos contra pueblos originarios ya fue perpetrada por los nuevos "estados independientes". Los "estados independientes" nacidos en el siglo XIX no fueron una buena noticia para las mayorías multiculturales. El genocidio recrudeció desde México a la Tierra del Fuego, tomando como modelo el sistema norteamericano de exterminio. Estos estados latinoamericanos nunca fueron "nacionales" porque ni delimitan las fronteras entre las antiguas naciones ni agrupan a los inmigrantes (ni a los afroamericanos) por sus correspondientes lugares de procedencia geográfica o étnica. Los estados "territoriales" fueron los causantes del segundo genocidio (el tercero es con monocultivos, agrotóxicos y Banco Mundial -WTO) La Conquista española fue extractiva; Inglaterra en cambio incorpora una nueva forma de colonialismo imponiendo sus manufacturas a sangre y fuego. Los estados territoriales del siglo XIX fueron serviles ante Inglaterra y Francia con excepción del Paraguay que por ello fue finalmente destrozado en 1870. La separación de una provincia rioplatense para fabricar un estado pequeño y controlable (Uruguay) fue una maniobra inglesa. La introducción masiva de esclavos africanos cambió irreversiblemente nuestra identidad de la misma forma que los inmigrantes; pero la raíz indígena perdura aún en aquellos pueblos latinoamericanos donde no es directamente observable. La historia posterior de América Latina tiene como hito importante las guerras de la independencia que no fueron, sin embargo, una batalla decisiva. Los pobres siguieron excluidos, los pueblos originarios perseguidos y los afroamericanos siguieron discriminados, mientras los nuevos estados de fronteras arbitrarias y absurdas mantenían el latifundio y la dependencia neocolonial. La religiosidad popular incorporó el cristianismo y en su seno lucharon y luchan una concepción liberadora y una concepción opresora, manipulada esta última desde las metrópolis imperiales, el poder local y las cúpulas eclesiales La historia de América Latina es la resistencia de los pueblos originarios, que ya lleva 515 años y se mantiene en la defensa del territorio, sus derechos culturales y políticos y el medio ambiente; es también la resistencia de 300 años de los afroamericanos en alianza con pueblos originarios; es además la tradición de los humildes inmigrantes y su rebeldía también tricentenaria, es el aporte de europeos libertarios y es el aporte de la última oleada de inmigrantes pobres, en las primeras décadas del siglo XX, que nos trajeron las ideas del anarquismo y el marxismo para repensarlas desde aquí. O bien el siglo XXI hace la síntesis de todas nuestras tradiciones libertarias o no sobreviviremos. La destrucción ambiental de los invasores de hoy (entre ellos Botnia) es terrible. Desde que el siniestro Colón llegó por estas tierras, nos sobra legado multicultural heroico y enamorado de la tierra para emprender la liberación definitiva.

Gonzalo Abella

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