sábado, 4 de enero de 2014

Que ha sido de los viejos anarquistas uruguayos


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Todavía viven y luchan

Son pocos y no tienen gran capacidad de movilización. Pero los anarquistas están ahí y piensan que la violencia sigue siendo el único camino para terminar con esta sociedad capitalista, aunque la mayoría hoy ya no la practica.
Laura Prieto nació en lo que se llamó Comunidad del Sur

Rafael Rey
Los grandes y extensos ventanales que rodean la casa, permiten que la luz natural -es un día de calor intenso, con el sol quemando con furia- entre como en estampida, avasallante. Adentro del amplísimo espacio central, en el que caben un aljibe, una mesa de ping-pong, una mecedora y varias sillas, el calor parece atenuado; la casa mantiene la frescura intacta.
En ese lugar, ubicado en un predio de unas cuantas hectáreas, en los límites de Montevideo, viven los integrantes de lo que alguna vez fue la Comunidad del Sur, una experiencia de vida impregnada de las ideas anarquistas, que un grupo de estudiantes de Bellas Artes -entre los que se encontraba el escultor Octavio Podestá- fundó en 1955.
Allí funciona también la Editorial Nordan, que publica clásicos del anarquismo, así como literatura infantil, psicología y antropología, entre otros tópicos.
Lo que para algunos puede ser una idea que roce lo fantástico, para Laura Prieto -partera, 56 años, pelo gris y una sonrisa siempre lista- la vida comunitaria ha sido (es) un estilo de vida; una forma, precisamente, de vivir. En su caso, la única. Laura Prieto nació en la comunidad y desde entonces -mudanzas y exilio mediante- ha vivido en forma comunitaria. O al menos lo ha intentado. "Ahora no somos una comunidad", se apura a aclarar. "Somos cuatro gatos locos", pero las ideas anarquistas y libertarias se mantienen. "Porque estás haciendo usufructo de un lugar que tiene toda una historia. No cualquiera puede venir", advierte. Para Prieto, lo fundamental es que exista la intención de vivir según esa ideas, "y la intención está", afirma.
Si bien había "una militancia muy grande" de los anarquistas, la Comunidad nunca se definió como tal, "porque no era `si sos anarquista podés entrar y si no sos anarquista, no podés`". La identificación era desde la práctica, dice. "La comunidad se definía como comunista, libertaria, revolucionaria", agrega Prieto. "Lo de comunista es que cada uno aporta lo que puede y recibe lo que necesita. Cada cual según su capacidad y cada cual según su necesidad", aclara.
Economía en común y decisiones tomadas en asamblea, sin jerarquías, "porque nadie puede decidir por vos lo que vas a hacer. El poder de la decisión está en cada uno", afirma. "Tu libertad no se termina con la libertad del otro, como lo define la sociedad burguesa, sino que mi libertad continúa en la del otro. Yo solo puedo ser libre si vos sos libre", explica.
Esta concepción comunitaria estaba presente incluso en la crianza de los niños. Prieto recuerda con felicidad su infancia, cuando sentía como padres a todos los integrantes de la comunidad. "La paternidad no se consideraba una cuestión de que vos pariste o vos tenés un hijo biológico. Padres somos todos", dice y recita una frase del filósofo anarquista Mijail Bakunin: "Los hijos no son propiedad de nadie, ni de sus padres ni de su sociedad. Solo pertenecen a su libertad futura".
La experiencia que tuvo como niña la hizo desear lo mismo para sus tres hijos, que crecieron en ese mismo ámbito. El más chico, de 24 años, vive todavía con ella. Hoy las ideas comunitarias se vuelven cada vez más difíciles de llevar a la práctica. "Ahora el sustento que cada uno tiene es su trabajo afuera", cuenta Prieto. "El sistema es muy fuerte, es muy difícil hacer algo contracultural", sostiene.

Contradicciones

No hace falta intentar una vida en comunidad para que se dificulte llevar a la práctica las ideas anarquistas. "Si uno pudiera ser totalmente consecuente con lo que uno piensa, estaría en una situación de beligerancia absoluta", dice Pablo Mejía, docente en un instituto privado, militante anarquista desde hace 20 años, fundador del periódico anarquista Barrikada e integrante de la Plenaria Memoria y Justicia.
"Lo que pasa es que no se trata de hacerlo solo, sino con gente, organizadamente. Es un viaje social. Un viaje con contradicciones tremendas, como todos, porque nacemos en el capitalismo y somos parte de esto, en el que uno trata de ser lo más molesto posible, lo menos adaptado posible. Esa es mi concepción del anarquismo", explica.
Mejía mamó las ideas libertarias desde muy joven, ya que su padre fue co-fundador de la Resistencia Obrero Estudiantil (ROE) y la Organización Popular Revolucionaria 33 Orientales (OPR-33), brazo armado de la Federación Anarquista Uruguaya (FAU). Las ocupaciones estudiantiles de 1996 fueron el punto de quiebre. "Alguna cosa leía, pero no es hasta el 96 que me involucro", recuerda.
Considera que el primer acto de resistencia como anarquista pasa por conocer su historia, la influencia que tuvo el anarquismo en el movimiento sindical uruguayo. Y dice que son muchas las manifestaciones sociales en las que están presentes las ideas libertarias. "Cuando veo 15.000 laburantes del Sunca salir a la calle en una actitud anti-patrón, yo ahí veo la clase", dice. Mejía entiende que hoy el anarquismo "en la práctica, se trata de ser parte del movimiento social y menos de pintar la A por ahí. Que estén las ideas metidas en lo social, en el sindicato donde estás, la organización social".
En la misma línea se expresa Gustavo Fernández. Es trabajador del Frigorífico Modelo, integra la Organización Socialista Libertaria y es uno de los responsables de la publicación Rojo y Negro. Fernández tiene sus buenas dos décadas de pensamiento libertario. Y también considera que hoy el anarquismo solo tiene sentido si está anclado en la gente. Pero no solo en la teoría, sino desde la acción.
"En las organizaciones sociales no difundimos mucho el anarquismo teóricamente. No andamos hablándole a los compañeros del debate entre Marx y Bakunin", dice Fernández.
Pero Fernández sostiene que la llegada de la izquierda al gobierno generó un "achatamiento" de la militancia en las organizaciones de izquierda, que dejaron la lucha y quedaron "a la expectativa de los logros del gobierno". Según su visión, la reapertura de los Consejos de Salarios fue fundamental para sumar trabajadores a los sindicatos, "pero todo ese cúmulo de afiliaciones no son aprovechadas para movilizarse, sino para la contención". El movimiento popular, sobre todo el Pit-Cnt, "son como un soporte social de la política progresista", asegura.
Respecto al gobierno, dice que "el paquete económico del neoliberalismo sigue en marcha", aunque reconoce que "hubo cambios en las políticas sociales" y que en ese aspecto hay que hacer "un paréntesis", porque el Frente Amplio (FA) hizo cosas "impensables" de hacer para un gobierno de derecha. Mejía, en tanto, dice que "las cosas fundamentales para que la sociedad cambiara no pasaron".
Los dos critican la represión policial (ver recuadro). Pero no desconocen que detrás de la llegada del FA al gobierno, está el esfuerzo de mucha gente. "Es una historia larga que tiene mucha sangre arriba y mucha lucha", dice Fernández. "Toda la bronca contra la clase dirigente, los patrones, el gobierno, Mujica, contra todos estos traidores, pero respeto con la gente, que le costó esto. Por eso también me rompe las bolas esa visión del anarquismo que le escupe la cara a la gente".

Histórico.

Juan Pilo integra la secretaría de organización de la Federación Anarquista Uruguaya (FAU), a la que llegó a fines de la década de 1960, a través de la ROE. La dictadura lo llevó al exilio y, tras ella, volvió a Uruguay a reorganizar la FAU, que había sufrido "un duro golpe, con muchos compañeros desaparecidos", entre ellos Elena Quinteros -quien continúa desaparecida- y Alberto Cecilio Mechoso, cuyos restos fueron hallados el año pasado en Buenos Aires.
Reivindica los más de 50 años de "actuación política" de la FAU y recuerda que ya desde el último cuarto del siglo XIX hay registros de militantes anarquistas. "Cuando algunos hablan de sindicalismo se olvidan que cuando nosotros formamos la organización ya había 100 años de movimiento libertario en Uruguay", afirma. Destaca que el propio José Batlle y Ordóñez "tenía gente en su entorno que era libertaria, que se identificaban como socialistas, pero no el socialismo de hoy, el de Tabaré Vázquez", dice.
"La autogestión es un concepto libertario; el mutualismo es un concepto libertario: hay cosas en la sociedad que están, aunque el movimiento no sea lo suficientemente fuerte como para impulsar eso por él mismo", agrega.
Para Pilo, frente a una sociedad donde manda el individualismo y el egoísmo, las ideas anarquistas proponen la "solidaridad, el apoyo mutuo, que son antagónicas". Pone el ejemplo de la Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda y Ayuda Mutua (Fucvam), a la que califica como "el punto cúlmine del apoyo mutuo en Uruguay, una de las propuestas anarquistas desde siempre".

Radicales

Aunque no están del todo de acuerdo con el accionar violento de sectores del anarquismo, sí consideran que la insurrección popular que terminará con la sociedad capitalista será necesariamente violenta. Pilo dice que es "difícil terminar con una sociedad basada en la violencia, si no es por la insurrección violenta". Esto, asegura, "no quiere decir que la utilices permanentemente para llegar".
Para Fernández, no hubo cambio en la historia que no haya sido promovido a partir de la violencia. "Soy de la idea de que las contradicciones antagónicas entre las clases sociales, se dirimen mediante la correlación de fuerzas. Y eso implica violencia, porque la burguesía no te va a entregar sus privilegios. En condiciones límite se da la confrontación", opina.
También Mejía considera que la historia lo ha demostrado así. "Porque los patrones, los burgueses, no van a decir de un día para el otro: `tenían razón muchachos, vamos a concederles los medios de producción`". Por ello, "el desenlace es violento". Para el docente, hoy ya es violenta la lucha, "aunque no tenga la forma de una revolución social". Y explica: "Es sumamente violenta la desigualdad, la injusticia. Es violento tener que cerrar los ojos frente a la injusticia o no tener los huevos para hacer nada. Y que todo esto se sostenga en definitiva por la fuerza, porque nadie está muy de acuerdo con vivir la mierda en que se vive".
Fernández dice, de todos modos, que respeta a los "compañeros" que hoy están en una línea violenta, pero no la comparte. Se refiere a los grupos anarquistas más radicales. "Es contraproducente; permite seguir estigmatizando al anarquismo como algo que no es. Nos aísla del sentir popular", agrega. Para Mejía, en tanto, estas situaciones dependen de las circunstancias. "Si hay una marcha como hay en todas partes del mundo, que la gente está en la calle y se da esa especie de fervor, esa bronca y se rompe un banco, un vidrio, es parte de una expresión; hay guachos que no se expresan, que viven metidos en una pantalla", afirma.
Dice que "desde el punto de vista del gesto, el tipo está en todo su derecho", aunque reconoce que "tampoco eso define nada: una vidriera más, una menos".
"Esto no quiere decir que rechacemos de plano la violencia", aclara Fernández, y recuerda que el anarquismo, a lo largo de la historia, "con las condiciones dadas, supo ser dinamizador de las insurrecciones populares".

Sedición y asonada

Gustavo Fernández y Pablo Mejía coinciden en que la política represiva del gobierno de izquierda "está liquidando guachos en los barrios pobres". Y recuerdan que con el Frente volvieron "figuras punitivas que se usaban en la dictadura, como la sedición y la asonada".

José Mjica y el anarquismo

El presidente José Mujica se ha definido como un "viejo anarquista", lo que no cae bien entre los integrantes del movimiento libertario. Juan Pilo, de la Federación Anarquista Uruguaya (FAU), dice que el presidente debe tener más respeto por las ideas de las personas. Considera que sería "un atrevimiento" definirse como "marxista libertario para atraer a determinados sectores". Y agrega: "Es una falta de respeto, porque es un movimiento que tiene muchos años". A Laura Prieto, en cambio, no la ofenden los dicho del presidente. Ella dice que Mujica "tiene cosas muy cuestionadoras" pero que, al decirse anarquista, "confunde y lo usa como algo hippie"; banaliza el concepto.
Para Pablo Mejía, por último, es grave que el presidente se defina anarquista: "Es un atrevido y qué suerte que vive en 2013, porque si viviera a principios de siglo, algún Roscigna, algún Di Giovanni le pondría un tiro en la cabeza. No se puede jugar con las ideas así nomás".

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Publicado el 6 de julio de 2013 por Colaboraciones

El concepto del Poder popular en el anarquismo

Origen
Desde hace algunos años se viene reivindicando el “poder popular” en diversos movimientos anarquistas latinoamericanos. Se trata de grupos generalmente vinculados a la corriente comunista libertaria (conocidos como plataformistas o especifistas) presente en numerosos países del mundo, y curiosamente ausente del anarquismo ibérico tradicional.
Se trata de un concepto “importado” del marxismo latinoamericano de los años 60 y 70 del siglo XX. En aquella época el marxismo en sus diversas facetas (guevarista, trotskista, leninista o hasta el socialismo de Allende) hablaba sobre la construcción de una base social tendente al socialismo. En esta construcción del socialismo se hablaba del poder popular. La Federación Anarquista Uruguaya (FAU) y otros grupos argentinos aceptaron el término y lo fueron integrando en su quehacer político.
La FAU logró sobrevivir a la dictadura uruguaya (1973-1985), y en los 80 fue prácticamente el único grupo anarquista del Continente americano [1]. En los 90, lentamente, comienza a resurgir en diversos países americanos el anarquismo, y para entonces la FAU ya tenía un cierto bagaje social y político, por lo que pudo influir en la formación política anarquista de varios grupos de diferentes países.
En los últimos años es cuando este desarrollo se ha acelerado generando grandes organizaciones libertarias como la Federación Comunista Libertaria (Santiago de Chile), el Frente de Estudiantes Libertarios (Chile y Argentina), la Coordinadora Anarquista Brasileña o la Federación Anarquista Revolucionaria de Venezuela [2]. Éstos grupos y muchos otros no anarquistas adoptan la posición de la FAU sobre el llamado poder popular.
Concepto
El poder popular consiste en un “empoderamiento” colectivo. Empoderamiento es una palabra inglesa que viene a significar toma de conciencia de un poder que todo individuo tiene. Es un poder basado en la lucha y en la dignidad. Se trata de una comunidad que se “empodera” cuando a resultas de una lucha determinada logra una concienciación. Esta concienciación genera una expectativa de nuevas luchas (ya que se piensa que también será posible la victoria). Cuando se unen varias luchas, con sus victorias o su ejemplo histórico, en un solo movimiento (o comunidad en movimiento) podemos hablar de una comunidad que ha generado poder popular.
El poder popular, hace que el “pueblo sea fuerte”. El concepto de un “pueblo fuerte” también está presente en el comunismo libertario latinoamericano, y a menudo ha sido adoptado por los movimientos de liberación nacional. Se trata de que un pueblo empoderado, se convierte en un pueblo, o una comunidad, difícil de doblegar por los poderes estatales o capitalistas. Un pueblo con poder popular es un pueblo respetado. Se habrá llegado a otra etapa de la lucha social, puesto que ya tendremos a la vista la futura sociedad socialista.
El pueblo puede empoderarse mediante las luchas sociales, pero también por su construcción de alternativas que surjan desde el pueblo mismo. En este caso los diferentes procesos de autogestión a pequeña escala contribuyen a la idea de que una autogestión a gran escala es posible (es decir, la socialización de los medios de producción: el socialismo). Cuando se combina una politización general en la sociedad, con una serie de victorias que hayan animado a la gente a intentar ir a más, con unos cuantos proyectos autogestionarios que muestren el camino, entonces este poder colectivo puede llegar a ser verdaderamente revolucionario y le disputará el poder a quienes lo ostentan.
También habría que decir que se trata de un proceso acumulativo. Es decir, que cada victoria estará contribuyendo a alcanzar el objetivo final. Cada lucha se convierte en una acumulación de experiencia, de formación política, de debates, de campañas, que redundará en beneficio del objetivo. Con las luchas se irá viendo claro qué fuerzas políticas contribuyen a empoderar al pueblo y cuáles lo entorpecen y desvían de sus metas.
Ejemplos ibéricos
Para comprender un poco mejor los conceptos de construcción del poder popular pondré un ejemplo que no se suele asociar con estos términos. La Revolución Asturiana de 1934, que fue un proceso de acumulación de fuerzas del proletariado asturiano. Fue un proceso de años, en el cual mediante las huelgas, los boicots, las expropiaciones, los mineros y obreros autóctonos y foráneos que fueron tomando conciencia hasta llegar al año 1934 en el que todas las contradicciones de clase vividas dieron lugar a la huelga general revolucionaria de Octubre.
Los proletarios asturianos habían pasado un año entero lleno de un agudo conflicto de clase en el que se vivieron numerosos enfrentamientos armados, huelgas parciales y pequeñas insurrecciones a escala local, que generaron un ambiente de resistencia generalizado. Se podía decir que la gente le había perdido el respeto a la autoridad, que la desafiaba abiertamente de forma diaria, y que en cuanto tenían la ocasión imponían el poder de la clase obrera, como en la huelga de Gijón (septiembre de 1934), saltándose las prohibiciones gubernamentales al diario Avance (un diario socialista asturiano que favorecía la idea de la revolución social) o haciendo motines en la prisiones que acababan con presos armados y grandes fugas. Todo esto en medio de un proceso de armamento generalizado de la clase obrera (sólo en aquel año se habla de que los obreros asturianos compraron unas 10.000 pistolas con su salario; sin hablar de los numerosos robos de armas en armerías o expropiaciones de dinamita en las minas). El proceso que llevó a la Revolución Asturiana es un potente ejemplo de cómo un pueblo entero construía un poder popular.
Lo que quizás nos cueste más comprender es que en Asturias este poder popular estaba apoyado por los diferentes actores políticos de la izquierda (anarquistas, cenetistas, socialistas, comunistas y marxistas de izquierda) cada uno a su manera, pero todos sumando. Es por ello de reseñar que muy probablemente participaron unas 30.000 personas de entre una población obrera de alrededor de 120.000, lo que indica la magnitud del movimiento. [3]
Papel de los anarquistas
Tradicionalmente ha habido el debate en el seno del movimiento libertario sobre cómo enfocar el proceso que llevará a la revolución social (o al comunismo libertario). Por un lado están los que defienden un movimiento libertario fuerte, numeroso y bien formado que “dirija” al pueblo a la revolución y que convoque insurrecciones y huelgas hasta conseguirlo. Por el otro lado también habría numerosos anarquistas que defienden un pueblo organizado de forma libertaria siendo conscientes de que la comunidad, por ser numerosa debe ser necesariamente plural, y por ello buscando contribuir al conjunto con los métodos propios de los anarquistas, pero dentro de ese pueblo en lucha. Para éste sector el papel de una organización anarquista sería el de aglutinar a los distintos militantes que participan en los movimientos sociales para dotarles de una coordinación, y de una coherencia política propia para sus objetivos.
En el anarquismo ibérico, sin embargo, ha predominado siempre el anarcosindicalismo como forma organizativa de la militancia libertaria. Las organizaciones sindicales han sido siempre vistas como el eje vertebrador de todo el anarquismo, siendo el resto de organizaciones libertarias como apoyo de (y muchas veces supeditadas a) las organizaciones sindicales de masas.
De alguna manera en muchas de las comunidades en lucha latinoamericanas se puede respirar algo de este poder popular (comunidades zapatistas, indígenas, del MST de Brasil, de Oaxaca, comunidades venezonalas, poblaciones chilenas, etc.). Cuando se está en una de estas comunidades se tiene la impresión de estar en un lugar totalmente distinto al nuestro, regido por otras reglas. No quiere decir que se trate de comunidades anarquistas, sino que son lugares en los que “el pueblo manda”. Aunque alguna comunidad de estas se parezca a la sociedad propuesta por el anarquismo, aún el movimiento libertario actual no ha logrado influir lo suficiente en los movimientos populares como para que haya comunidades en lucha inspiradas en el comunismo libertario. Es precisamente ahora cuando el anarquismo vuelve a la partida por un mundo nuevo.
Autor: Ali Bei, miembro de la Assemblea Llibertària del Bages
Publicado originalmente en catalán en ‘Pèsol negre’, número 60

Acerca del autor

Colaboraciones


   .El Poder Popular como perspectiva estratégica de construcción de la Izquierda Libertaria

por M. Zeguel
Rebelión


(Primera Parte)
El poder popular es una estrategia política prefigurativa del socialismo que se constituye como la expresión concreta de la soberanía popular en un determinado contexto político-temporal y sociocultural. Emerge allí donde las sociedades latinoamericanas entran en crisis y permiten que la fuerza colectiva de las clases subalternas restituyan un espacio político y una posición en las relaciones de poder negadas en el ordenamiento político, económico y sociocultural hegemónico. Persigue, por tanto, la generación de cambios en las correlaciones de fuerzas entre el capital y el trabajo y la reconfiguración de los sistemas de dominio en una perspectiva socialista. El Poder Popular es el fin y el medio por donde se desarrolla la democracia socialista, la soberanía popular de las clases subalternas organizadas como sistema de dominio y como dirección política de la sociedad. El poder popular es la expresión de la soberanía popular que imputa las fuentes de legitimidad de una sociedad, sus prácticas e imaginarios de autoridad y mando, y sus modos de producirse material y simbólicamente desde el protagonismo directo de las clases subalternas. Pone en el centro de la polis las luchas que constituyen al demos, como una configuración entre el nomos, la politeia y la politikois en un determinado dominus. Está en latencia en los distintos espacios de articulación y politización que los movimientos sociales en América Latina generan a partir de sus tradiciones, valores y formas de luchas en las que se imputan las jerarquías sociales y los modos de relación y organización de la sociedad en su conjunto.
El tránsito de su potencia al acto es el curso de la politización, la racionalización y la estrategia. Como expresión política de la soberanía de las clases subalternas se constituye en un campo de articulación de los actores que se relacionan en distintas prácticas e imaginarios de disputa de los fundamentos del orden constituido. No sólo es la política de aquellos que viven de su trabajo y no a costa de la explotación del trabajo ajeno, (contradicción entre capital y trabajo, campo de la explotación), sino que la de todos aquellos a los que se les niega un espacio y lugar propio en la sociedad (contradicciones de la apropiación, campo de la opresión). Por eso es la política de un nosotros conformado por muchos y es la articulación de muchas articulaciones en una geopolítica específica.
Como articulación política de la alteridad, está en potencia en los distintas luchas y conflictos originados en los proceso de modernización llevados adelante por las sociedades Latinoamericanas, en las que producto de los procesos de División Social del Trabajo (DST), las relaciones sociales de complejizan, diferencian e integran en distintas formas institucionalizadas en las distintas formaciones económico-sociales. El poder popular se expresa en el proceso de modernización como una interrupción de los mecanismos y dispositivos institucionalizados de ordenamiento y modelamiento social, de producción de subjetividad y administración de los cuerpos individualizados y colectivos.
Por este motivo el Poder Popular está históricamente relacionado con la historia de las relaciones sociales, sus conflictos y luchas de clases, expresándose como acto en los procesos de politización de las clases subalternas. Su curso estratégico dependerá de los espacios y circunstancias de intervención. Ese complejo proceso de constitución de una voluntad consciente que emerge en un determinado contexto y que decanta en la generación de un proyecto alternativo de sociedad en disputa con el constituido: el marco estratégico de la construcción del Poder Popular (desafíos estratégicos).
La relación existente entre los problemas prácticos con los problemas políticos refiere al rasgo distintivo de la estrategia como ejercicio de proyección y de politización. La unidad entre lo táctico y lo estratégico refiere a esos dos procesos simultáneos que se van desarrollando en el curso de las luchas. Los desafíos estratégicos pasan necesariamente por el curso de la politización. Sólo en la lucha de clases una estrategia prueba su razón histórica y eficacia. Su valor práctico, por tanto, se juega en la táctica, pero su coherencia está en la estrategia. La política revolucionaria en una perspectiva socialista es audaz pero racional; por vacación es imaginativa, pero por oficio racional: es el arte de hacer posible lo imposible (Fidel Castro).

Los desafíos del desarrollo del Poder Popular, como eje estratégico de la construcción del socialismo, están dados por las dimensiones constitutivas de un proceso de politización en una perspectiva orgánica de poder como señalaba Gramsci. Sus elementos centrales son:
· la delimitación de un espacio de acción política en distintos niveles (el espacio local y el sectorial; el espacio nacional; el espacio regional y el internacional);
· la configuración de un modo de intervención político, generando vías de acción y fuentes de legitimidad (el problema de la acción política popular como ejercicio soberano);
· el establecimiento de una determinada manera de mancomunar la alteridad que constituye las clases subalternas y que permita la movilización para la prosecución de objetivos políticos (la generación de un bloque histórico). Pero también en un determinado modo de articular sus fuerzas de presión y movilización de tal modo que permitan la construcción de una “fuerza social revolucionaria” (problema de los sujetos centrales, las alianzas estratégicas y las de apoyo);
· los rasgos y características que adoptarán las herramientas e instrumentos que generarán los propios movimientos para la consecución de sus objetivos (la construcción de los complejos organizacionales);
· la generación de un proyecto contracultural, que generen una ética y una moral que permitan la rearticulación de la relación mando-obediencia bajo formas expresadas en las propias relaciones sociales de las clases subalternas, a partir de sus luchas y tradiciones (el problema de la dirección colectiva y la conciencia gubernamental);
· la referencia a un posicionamiento teórico analítico que permita que los problemas prácticos se eluciden por el análisis teórico y se vehiculicen como transformaciones políticas (la unidad epistemológica “teoría-praxis”) en un espacio público socialista, que permita el desarrollo de una conciencia gubernamental y el ejercicio de una política pedagógica;
· la generación sobre un trazado estratégico del modo de conducir la crisis y ruptura del orden hegemónico y la construcción del socialismo sobre la reorganización de las relaciones sociales y la generación de poder social (Tesis de cómo hacer la revolución), en pugna con el poder constituido y que se constituye como fundamento puesto en movimiento del orden a construir mediante la “institución política de la nueva sociedad”.
Las formas y articulaciones que adopten estas expresiones dependerán de las formaciones económico-sociales específicas configuradas en el largo proceso de la División Social del Trabajo, de las relaciones entre las clases y los sistemas de alianzas que configurarán determinadas coyunturas para el sostenimiento de los Sistemas de Dominación y sus respectivos sistemas políticos.
1.1. La experiencia histórica: Poder Popular, poder local y poder dual.
“La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla la cabeza de los vivos” (Karl Marx)
El Poder Popular como neologismo político surge en Chile en el contexto del agotamiento de la estrategia de desarrollo conducida desde el Estado y la crisis del Estado Capitalista de Compromiso (1938-1974) y designó el proceso de movilización de las clases subalternas en la construcción del socialismo. Pero esta experiencia histórica no agotó su significado en el contexto chileno. El poder popular se ha constituido en una referencia política transversal en américa latina a los distintos procesos de politización y movilización de los sectores populares. Estuvo presente en Argentina en los 70’ bajo la designación de “Poder Obrero y Popular” y durante la década del 2000, la Nueva Izquierda Argentina, ha desarrollado con fuerza el concepto de Poder Popular como un eje estratégico de construcción política. En Cuba designa desde los 70’ a los parlamentos populares. En Bolivia ha sido tomado como punto de referencia de la construcción de un “Poder Popular Constituyente” en el marco del Estado Plurinacional. En Venezuela –el caso más desarrollado- el proceso político de la Revolución Bolivariana lo toma como eje central de la construcción del Estado Popular, sobre el desarrollo de mecanismos de Poder Popular en los Gobiernos Comunales, complementados por una alianza “cívico-militar” conformada por la “Guardia Nacional Bolivariana” y las “Milicias Obreras Bolivarianas”.
Desde sus primeras formulaciones dio cuenta de modos y espacios de intervención distintos y en ‘tensión creativa’ con las formas institucionalizadas de acción política. En el caso chileno, estas diferencias quedaron expresadas en la formulación política del Poder Popular por parte de la Unidad Popular y las experiencias de movilización y politización llevada adelante por parte de las clases subalternas.
El poder popular en ese marco histórico refirió a los desafíos y dificultades de articulación de las experiencias de movilización y politización de las clases subalternas en la dirección política de la sociedad, en la defensa de sus posiciones de fuerza, apuntaladas por la institucionalidad y resguardadas por su iniciativa directa. Entre sus acierto y tendencias principales observamos la complejidad del proceso y la peculiaridad de la coyuntura que llevó a la Unidad Popular al ejecutivo, sobre la base del acumulado político-electoral y de movilización de las clases subalternas que, desde 1965 comenzaron un proceso de rearme y politización ascendente que retomó su curso histórico de independencia política y movilización de masas.
Las tensiones de estos procesos a simple vista pudieron ser presentado como una contradicción entre formas: entre el socialismo por arriba y otro por abajo. Sin embargo, tras esa lógica, queda en evidencia un problema político de mayor trascendencia: el problema del curso de la politización y de la articulación de las distintas expresiones políticas acorde a un trazado estratégico común, con capacidad de neutralizar adversarios, destruir las posiciones de fuerza del enemigo y avanzar en el cumplimiento del Proyecto Político propio.
La tensión entre el poder popular –por arriba- y la expresión del poder popular –por abajo- no expresa la generación de “una revolución por arriba” y “otra por abajo” sino un problema de articulación originado por la ausencia de un bloque de dirección orgánico, que necesariamente queda constituido por una heterogeneidad de actores e intereses políticos. Esta dificultad propia de la generación de un Bloque Histórico da cuenta de la característica del proceso de la UP que llegó al poder más por desaciertos en las clases dominante, que por aciertos del bloque socialista. Expresó una dificultad propia de la coyuntura y la incapacidad del bloque de dirección socialista, que a medida que las correlaciones de fuerzas fueron cambiando, las formas de mediación y articulación política tensándose y el proceso estancándose, se expresaron con mayor claridad en una trasformación de los repertorios de acción y de los cursos de la politización.
El proceso electoral que llevó a la unidad popular al gobierno fue el resultado de una imposición coyuntural producto de las fisuras en el bloque en el poder y el agotamiento de sus tácticas de contención implementadas desde la década de los 30’ por parte de los sectores oligárquicos, más que una decisión estratégica del conjunto de las fuerzas que constituyeron la UP. Como señala Hugo Zemelman, los procesos históricos los hacen las clases en circunstancias particulares que son el producto de la lucha anterior de las clases. Lo fundamental es saber evaluar la capacidad de una clase para forjar situaciones que trasciendan las circunstancias locales en forma que sea concordante con su proyecto histórico, a partir de las limitaciones que tales circunstancias locales plantean [i] .
Este rasgo peculiar de toda disputa coyuntural, dejó en evidencia la inexistencia de una relación orgánica del bloque de conducción socialista, que en una parálisis política entre dos tácticas que se fueron polarizando (“avanzar sin tranzar” y “consolidar para avanzar”), no pudo constituir ni una dirección única (para el caso del eje PS-PC) ni una dirección paralela con capacidad e incidencia de acción (eje MIR-PS-Almeyda-IC). La diferencia entre estas tácticas radicada en: 1) la amplitud de las alianzas sociales; 2) las fuentes de generación de la soberanía popular y por tanto de la legitimidad política del proceso; 3) las vías y herramientas más acordes a la consecución del proceso.
Este diferendo, a medida que el proceso se fue complejizando se expresó en un fuerte debate en torno a las modos de intervención, los espacios de acción, las formas de articulación que en sus prácticas e imaginarios expresaron una dificultad específica en el curso de la politización en designar lo novísimo: “Entre teorizar una práctica e intervenir la realidad” o “intervenir la realidad con una teorización ajena a una práctica específica”. Esta tensión o contradicción cognitiva del entendimiento es la que nuestros intelectuales señalan como la dialéctica del Poder Popular entre una forma por arriba y otra por abajo. Una dimensión política velada en un problema teórico; cuando por el contrario, los problemas prácticos devienen teóricos y desde esta herramienta, ampliamos el campo de la intervención y la experiencia.
En el gobierno de la Unidad Popular el poder popular fue concebido como la integración del movimiento popular desde sus organizaciones de masas representativas, a las funciones de gobierno, posibilitando la reorganización del Estado en la generación de un nuevo marco constitucional que permitiera la construcción del Estado Popular en transición al socialismo. En su dimensión económica se refirió a la transferencia de poder del capital monopólico transnacional, la oligarquía terrateniente y el imperialismo al aparato productivo en generación (la reforma agraria, la nacionalización de los recursos naturales y la generación de las tres áreas de la economía: el área de propiedad mixta, el área de propiedad privada y el área de propiedad social). Para la UP poder popular designaba a estas tres pilares inescindibles: 1) protagonismo e integración del pueblo en el gobierno; 2) transferencia de poder; 3) generación de un nuevo marco constitucional que estabilizase esta nueva posición de fuerza, en transición a la construcción del socialismo.
Pero todo proyecto histórico como un movimiento y relación basada en el protagonismo popular es mucho más que sus expresiones formales. Por eso a medida que el proceso de la U.P. fue estancándose, el poder popular se expresó en la iniciativa directa del pueblo en la defensa del gobierno, en el avance de su programa y en la construcción del socialismo. Su principal protagonista fueron las clases subalternas y se originó allí donde se tensó la matriz de relación clásica de la estructura social en el régimen político y se puso en marcha una política que diversificó los modos de intervención (ADM), amplió los espacios de acción (una fábrica, una comuna, una población, un fundo, el parlamento, el ejecutivo), complejizó los modos de articulación social (las alianzas entre sectores medios organizados, proletariado y pobres de las ciudad y el campo) en diversas herramientas (las asambleas comunales, los comandos comunales, las organizaciones poblacionales, las fundos Autogestionados, las fabricas recuperadas, los cordones industriales) y e instaló la problemática del poder como una necesidad a la orden del día.
En esa situación de peligro y apertura histórica –como diría Benjamin-, la discusión del poder popular puso los principales desafíos señalados en el centro de la acción política y evidenció la ausencia de una estrategia común articulada en un bloque de dirección orgánico. Ahí fue cuando la discusión del Poder Popular tomó como referencia de acción, al menos en el debate entre partidos e intelectuales, al Poder Local y al Poder Dual en desmedro de la generación de un curso estratégico propio. El Poder Popular no es el Poder Dual y menos el Poder Local, aunque puede contenerlos. Todo dependerá de las estrategias y los contextos de los sistemas de dominación.
Pensar el poder popular es pensar un territorio en el que se desenvuelven determinadas relaciones sociales; es pensar una territorialidad social donde emergen las historias de las luchas, tradiciones y las clases sociales desde una situación de presente, en apropiación de una tradición y en proyección hacia el futuro. Pero como expresión geopolítica también está cruzada por el límite de un espacio que demarca el contenido de la acción política. Pensar el Poder Popular desde el Estado es un error equivalente a pensarlo sin él: el Estado está delimitado por la idea de nación, pero la territorialidad social tiene espacios acotados a una fábrica, a un sector económico a una comuna articulados de manera compleja.
Esta problemática geográfica y espacial ha sido abordada por nuestra cultura de izquierda desde el problema del Poder Local (para el caso de la idea del desarrollo de un control territorial. El modelo de las zonas liberadas y el Poder Rojo que se desprende de la enseñanza de la revolución china) y el Poder Dual (para el señalamiento de la disputa geográfica de dos espacios de poder en contraposición y mutua negación en contextos de crisis orgánicas de los sistemas de dominio hegemónicos).
El error de nuestros intelectuales es tomar al Poder Popular como una experiencia pre-determinada y encontrar en la formulación clásica de la Dualidad de Poderes, en la concepción de partido de anillos concéntrico y en la comprensión del Estado como un instrumento los algoritmos de todo proceso revolucionario. Cuando por el contrario, los problemas tácticos surgen desde una situación de presente en la que los análisis de fuerzas, el curso histórico de los actores que intervienen en el campo de la política se cruzan con la situación particular de los sistemas de alianzas de clases que articulan los sistemas de hegemonía, los proyectos de sociedad que le dan contenido y los marcos institucionales que organizan los sistemas de dominación. Sólo desde esa situación específica de presente una estrategia juega su validez y traza la dinámica de la proyección de las acciones y las fuerzas; en el cruce entre los estructuras sociales y los sistemas de estratificación con la organización de los patrones de acumulación y los modos de regulación.
El problema de la dualidad de poderes remite al problema del poder y el problema de la resolución favorable de las contradicciones para los intereses de las clases subalternas en el curso de las coyunturas. Pero el problema del poder necesariamente remite al territorio social en el que se desenvuelven las relaciones entre los actores y sus formas de sujeción. Remite al problema del desarrollo de un proceso de construcción del socialismo exitoso. Camino que por naturaleza será heterodoxo y no dogmático, porque la acción social y sus contextos son indeterminados pero cognoscibles. Los marcos de la acción sólo son parámetros de control sujetos a la indeterminación propia de la acción. El sujeto está en sujeción con otros y con formas de relaciones con los otros. Las formas objetivadas no tienen realidad por sí misma, son relaciones sociales institucionalizadas y mediadas culturalmente por la lógica que organiza la totalidad social. La lógica de la relación constituye a la totalidad y se reproduce desde sus formas institucionalizadas. Conocer esa lógica sólo es una parte de la tarea histórica; la verdadera historia se escribe cuando la transformamos desde una situación presente en perspectiva futuro.
La tarea de la teoría es develar el contenido subjetivo que subyace a las formas cosificadas y colocar al centro los fines y lógicas que organizan las relaciones entre las clases sociales y sus luchas. La principal problemática que el núcleo de dirección más dinámico en la UP tuvo al momento de encarar la problemática del Poder Popular fue, en primer lugar, la ausencia de un debate estratégico sobre este problema y, en segundo, su codificación desde la aplicación formal de la dualidad de poderes, desconociendo los aspectos contingentes (coyunturales) de los tendenciales (lógica de una relación en un marco espacial e histórico).
El principal error que nuestros intelectuales reproducen hoy es precisamente la intención de re-escribir la historia no como tragedia, sino como comedia. De cosificar un curso estratégico sin atender a las transformaciones históricas de la lógica del capital, de la constitución de sus patrones de acumulación y de sus modos de regulación.
La mecánica formal de la Dualidad de Poderes supone que: a) la dualidad de poderes es un fenómeno peculiar de toda crisis social; b) su especificidad es la composición de clase de su base social; c) que requiere que la clase llamada a instaurar el nuevo orden social arrebate espacios y funciones de poder del Estado a la clase dominante; d) Puntualizando que es una situación de facto no basada en equilibrios formales de poder, sino que la acción directa e iniciativa de las clases; e) que por lo tanto su legitimidad no proviene de leyes, sino de la iniciativa directa del pueblo desde abajo; f) que surge cuando las clases sociales en pugna se apoyan en organizaciones estables e incompatibles entre sí; g) que arroja esta incompatibilidad a una guerra civil donde la dimensión territorial y geográfica asume una dimensión estratégica; h) disputa en la cual es resuelta por la derrota del enemigo y en el establecimiento de un nuevo y único poder social.
La aplicación de esta lógica se expresa como un esquema político al menos cuestionable y que, en la década de los 30’, opuso a la dirección del POUM español con las tesis de Trotsky sobre la dualidad de poderes. A grandes rasgos los elementos de este esquema serían: 1) para que exista una revolución triunfante debe haber una situación de crisis orgánica y de dualidad de poderes; 2) para que esa situación se dé es necesario acumular fuerza (entendida como organización y conciencia de clase) con autonomía en relación a la lógica del capital y espacios del capital; 3) para una vez desarrollado este acumulado, confrontar al bloque en el poder. La dualidad de poderes remitiría a la orientación del curso estratégico. Ese curso estaría basado en la lógica de la lucha de clases y las características del Estado. Para que el proletariado se erija como clase dominante requiere de una organización política de vanguardia que conduzca el proceso de manera exitosa.
En ese marco estratégico el Poder Popular será la expresión de dualidad de poderes, con un fuerte componente de Poder Local y la táctica, por tanto, aquellas iniciativas de masas que permitan acumular organización y politización desde la conflictividad social y el territorio con vista al enfrentamiento con el bloque en el poder. Sin embargo como táctica toma dos elementos como aspectos formales sin variaciones epocales, locales y sociales: la concepción de estado y la dinámica de las relaciones entre clases en un modelo de antagonismo puro. La lucha pasa a ser entendida sólo como enfrentamiento violento entre clases puras y el Estado sólo como una relación de opresión y captura (lo que no quiere decir que estos elementos no estén presentes en la táctica, sino que su utilidad tiene una dimensión propia por elucidar en cada contexto). Los medios y las herramientas pasan a constituirse como fines en sí mismo, sin una conexión con la experiencia de constitución de una voluntad nacional clasista y un bloque histórico, en el contexto específico de la formación de las clases sociales y los sistemas políticos.
Sobre esos supuestos se constituye una práctica teórica totalmente improductiva que cercena la capacidad política de las clases subalternas, se reproduce en la cultura partidaria de nuestro sector, des-historiza la estrategia y la erige como un problema de formas y mecánicas inscritas en el curso de todos los aparatos y todas las luchas. Sólo me remitiré a los siguientes elementos dada la contingencia que atraviesa hoy el movimiento libertario en su proceso de construcción como partido.
La especificidad de esta concepción radica sobre todo en el ejercicio de vanguardia y la forma partido. La herramienta que se piensa en ese proceso es el partido de vanguardia basado en una lógica de construcción concéntrica (desde el núcleo a la periferia) a partir de la unidad teórico-política del núcleo de dirección. En esta lógica el partido es considerado el espacio de elaboración política de las clases subalternas, lugar de la conciencia y educador. En este espacio la síntesis y la elaboración de política se constituyen como ejercicio de dirección y su modo de relación con el movimiento social es efectuado por la inserción de sus militantes mediante frentes sectoriales. El objetivo específico del grupo de vanguardia, sería “elevar a grupos cada vez más numerosos a su propio nivel de vanguardia”.
Lo problemático que subyace a esta concepción no es la función de la vanguardia ni la complejización de las articulaciones políticas, sino el rol predictivo que se le asigna a la teoría política y su desconexión con la experiencia histórica de las clases sociales. Lo peligroso de esta cosificación de un curso estratégico es su monolitización y la trasformación de la política como actividad práctica regida por una racionalidad estratégica, en una actividad cuyos fines son extraídas de fundamentos formales en sí mismos. En otras palabras, la constitución de la política en una cuestión de preceptos morales.
El principio de legalidad que subyace en ella es la medición de la eficacia política en la adecuación del desarrollo de la coyuntura a la lectura de un núcleo de dirección. Esto si bien este principio está presente en cualquier asociación agrupada en torno a un programa (partido), su diferencia radica en los efectos que tiene la aplicación de un esquema de análisis estratégico a la realidad, en este caso la aplicación forma de la dualidad de poderes. Y no porque la dualidad de poderes designe un trazado estratégico equivocado en sí, sino que se lo toma como una forma de organizar la acción política sin una necesaria vinculación con el espacio político en el que nos toca intervenir como libertarios.
Si la política se constituye en una forma y no una relación mediada por la lógica del capital, a la larga la astucia y la racionalidad propia del ejercicio de subordinación de fuerzas y voluntades de los enemigos, en contextos específicos determinados por la lucha de clases, va siendo sustituida por axiomas morales y voluntarismos políticos. La disputa estratégica se constituye en disputa de fines y valores sin referencias a la realidad concreta y se transforma a la política en teología. Crítica que hace cinco siglos Spinoza desmontó de manera precisa.La eficacia de la acción política deja de estar medida en su capacidad de transformar las correlaciones de fuerzas y el valor de las acciones comienza a ser ponderado en relación a un fin en sí mismo sin una localización en el presente. Se des-centra la política y re-centra un Theo-Logos (un discurso sobre lo trascendental). Un discurso sobre un saber formal específico (la política) que se establece como una mediación hacia un topos (lugar) social no inscrito en la realidad (un proyecto trascendentalita).
La disputa teórica se trasforma en exégesis de formas políticas, en ejercicios teóricos diletantes. Así la acción política no se mide por el ejercicio político de doblegar las voluntades; la práctica teórica no por alimentar la potencia de la acción política desde un presente en proyección hacia el futuro; la estrategia no como un trazado constituido a partir de la táctica concreta. Sino que todos estos elementos por la coherencia a una teoría política formal y al convencimiento moral de un pequeño núcleo de militantes.
Sobre estas apreciaciones es preciso tener en consideración que la política no sólo es relación sino que tiene un marco inscrito en el sistema de dominación: en el cruce entre clases sociales (sociedad), economía (mercado) y política (estado). Las formas operan como relaciones, pero la crítica a las relaciones sociales que subyacen en las formas no las sustituye, sólo las esclarecen en los fines que las constituyen. Las formas son institucionalizaciones de relaciones que constituyen la totalidad de manera compleja, de tal modo que lógica de la constitución de la forma es mediada por esa lógica y a la vez la reproduce de manera ampliada. De ahí la aparente objetividad y autonomía de una forma; y al mimos tiempo, la imposibilidad de concebir una estrategia que no sea totalizadora.
1.2. Excurso sobre Poder Popular, dualidad de poderes y Estado.
La aplicación de este esquematismo que acabamos de criticar se traslapa a la concepción del Estado y supone la posibilidad de instituir un espacio de acción de poder contra-el-estado y por-fuera-del-estado, lo que es un error teórico garrafal con consecuencias políticas de amplio alcance. No existe el afuera del Estado en sociedades en las que el modo de producción capitalista se ha generalizado, borrando su relación con otros modos de producción. La lógica del capital es la subsunción real que media la constitución de una totalidad orgánica y compleja; el capital es la sustancia en la que existe y se desarrolla el Estado. La lógica del capital media la constitución del Estado y el Estado mantiene la cohesión interna del modo de producción capitalista a través de los procesos de reproducción ampliada del capital y constitución de las relaciones entre las clases sociales. La forma estado no es un aparato con autonomía propia, sino que es una institucionalización de relaciones sociales en la historia de la lucha de clases y surgida como forma en los procesos históricos de División Social del Trabajo (DST), en lo que la imposición de la lógica del capital media como universal a los distintos proceso de coordinación (relación laboral), de integración y aseguramiento de la lógica de su reproducción ampliada.
El esquematismo que criticamos en la concepción de Estado que lo concibe sólo como aparato está presente en el curso estratégico de la dualidad de poderes y en las concepciones del Estado como una forma con ontología propia de otras alternativas políticas en otras matrices ideológicas (como la de los bakuninistas): 1) entre aquellos que lo definen según sus medios de acción: el Estado como la dominación legítima, caracterizada por el monopolio de la fuerza en un territorio y una población determinada”; 2) entre aquellos que lo comprenden bajo una concepción instrumentalista: el Estado como un conjunto de cosas (aparatos), con quiénes las clases mantienen una relación de exterioridad, por tanto, susceptible de utilización en la correlación de fuerzas entre capital y trabajo.
Sin embargo el Estado no es pura represión ni instrumentalidad, ni una mera forma derivada de la economía que cobra existencia ontológica. El estado es la forma objetivada de las relaciones sociales presentes en la DST que complementa la organización social del trabajo con la coordinación de normas y disposiciones para su reproducción y mantenimiento. Lo político es co-originario de lo económico y toda relación económica es una relación social.
La crítica a la dualidad de poderes como estrategia radica en que toma un momento determinado del desarrollo de la lógica del capital y del Estado y la erige como una forma de todo curso estratégico. La dualidad de poderes fue una estrategia válida para un momento específico de desarrollo de la lógica del capital, de la constitución de la estructura social y de la organización de un determinado estado totalmente ajeno a la realidad que vive Chile en el siglo XXI.
En el modo de producción capitalista la dimensión política de la forma-Estado está en las formas sociales que regulan las leyes tendenciales del capital y sus configuraciones en determinados patrones de acumulación, asegurando la integración del cuerpo colectivo mediante la exclusión del protagonismo popular en la representación política y asegurando la reproducción ampliado de las leyes tendenciales del capital. El capital en términos sencillos divide; el Estado coordina y reproduce la lógica de la división social.
La forma-estado es un cuchillo de doble filo para un proceso revolucionario que permite la construcción de fuerza pero que a la vez la cercena. Pensar un proceso revolucionario (relación) desde el Estado (forma) es tan inviable como pensarlo sin él: esa es la dialéctica y el desafío del Poder Popular como estrategia prefigurativa del socialismo a partir del ejercicio directo de la soberanía popular. Sobre todo porque en la coyuntura latinoamericana e internacional actual, democracia verdadera y capitalismo son términos excluyentes, compatibles sólo a condición de reducir la democracia a un ejercicio formal y procedimental. Por el contrario, la verdadera democracia, la de la soberanía popular, la del control y ejercicio del pueblo es la democracia socialista, basada en el protagonismo directo y en la movilización de masas.
Nuestra estrategia política es el Poder Popular como expresión de la soberanía de las clases subalternas. Nuestro principal desafío es la articulación y la construcción de una fuerza social revolucionaria que decante en la constitución de un bloque histórico socialista: un acumulado político-cultural que exprese la potencialidad de las clases subalternas en construir su dominación política, organizadas como clases dominantes y con todos los repertorios de acción para el mantenimiento por la fuerza de su Proyecto Político de superación del capitalismo: el socialismo, en base a un desarrollo económico endógeno y sustentable, democrático y antipatriarcal. No hay ninguna clase histórica que pase de la situación de subordinada a la dominadora súbitamente, de la noche a la mañana, aunque esta noche sea la de la revolución.
m. zeguel.
Desde la población Buzeta, Cerrillos.
Militante del Frente de Estudiantes Libertarios-Chile.
(17-12-2013)

[i] Esto lo señala Hugo Zemelman utilizando un argumento idéntico a la del francés André Gorz en Historia y Enajenación.


 

viernes, 3 de enero de 2014

Escándalo advertido:

Enviado por Jorge Zabalza


Bendita TV: "Piratización" de Pluna
Bendita TV 16/11/08 - Todo el tongo de la privatización de Pluna entre el gobierno del FRENTE AMPLIO y los ladrones de LEADGATE. La joda para del grupo para quedarse con aviones nuevos y borrarse de la asociación, todo financiado por el Estado Uruguayo.


Otro vuelo tormentoso

El Estado envuelto en su propia telaraña por indemnidad a Campiani
El gobierno ha quedado preso de su propia estrategia de negociación con el ex gerente general de Pluna sa, Matías Campiani –ahora preso por estafa–, y evalúa cómo sortear la barrera de la cláusula de indemnidad que firmó a beneficio del empresario, a fin de poder recuperar parte de los más de 300 millones de dólares que implicó el vaciamiento de la aerolínea. Las expectativas de un pronto resguardo, por ejemplo a través de un embargo, resultan prácticamente nulas en tanto ya ha sido rechazado por la justicia. Pero además el Estado ha quedado expuesto a cubrir con dinero de las arcas públicas los juicios de terceros contra Leadgate Investment al haberle concedido impunidad a esa empresa ante este tipo de reclamos.
Ahora que el Ministerio de Economía ha dado un paso al costado en el llamado affaire Pluna, y la responsabilidad de llegar a una solución del problema parece recaer con todo su peso sobre el ministro de Transporte, Enrique Pintado, es este jerarca quien debe afrontar y tratar de superar los errores cometidos cuando el gobierno negoció el alejamiento de Leadgate Investment –propiedad de Campiani, Sebastián Hirsch y Arturo Álvarez Demalde, ahora todos procesados– de la administración de la aerolínea.
Brecha intentó comunicarse el jueves 2 con Pintado, pero tenía su celular apagado y desde su secretaría de comunicación se respondió que el ministro se encontraba de licencia hasta el 15 de enero.
No obstante, algunas fuentes de gobierno consultadas estimaron como “muy dificultosas” las posibilidades de tener “éxito” en un juicio civil contra Campiani, al menos en el corto plazo. Y mostraron sus reservas en cuanto a que prospere un eventual embargo contra el empresario y sus socios: “Lo vamos a evaluar, pero no sabemos si podremos (concretar un embargo) debido al contrato de indemnidad”, sostuvo una de las fuentes.
El 15 de junio de 2012 Pintado y el entonces ministro de Economía, Fernando Lorenzo, firmaron junto con Campiani un memorándum de entendimiento “con la finalidad de establecer los mecanismos que permitan buscar caminos de solución para que Pluna pueda competir como empresa viable en la región”. Muy lejos de esa meta descrita en el documento, el caso Pluna ha derivado en encarcelamientos y pedidos de procesamiento –también para el presidente del Banco República, Fernando Calloia– en el ámbito de la justicia de crimen organizado. Y la recuperación del dinero perdido por el Estado encuentra grandes escollos en este mismo memorando, puesto que en el capítulo 4 se acordó una cláusula de impunidad para Campiani y sus socios, responsables del vaciamiento de la aerolínea.
El Estado y Pluna Ente Autónomo (pea) “declaran que nada tienen que reclamar” a Leadgate Investment Corp ni a la Sociedad Aeronáutica Oriental (sao) –empresa fundada en Uruguay a los efectos de cumplir con los requisitos que posibilitaran a la empresa funcionar como aerolínea de bandera, pero en sí propiedad del grupo Campiani– “y se obligan a no promover contra ellos reclamación de ninguna especie, ni directamente ni a través de Pluna, con causa en hechos o circunstancias en relación con Pluna, salvo la eventual responsabilidad civil derivada de ilícitos penales acreditados mediante sentencia penal ejecutoriada”, señala el documento.
Y añade que, “adicionalmente”, el Estado y pea “se comprometen a mantener indemnes” a sao y a Leadgate “de cualquier reclamación de Pluna, de cualquier organismo público y/o de terceros que tuviera su causa en hechos o circunstancias en relación con Pluna, salvo la eventual responsabilidad civil derivada de ilícitos penales acreditados mediante sentencia penal ejecutoriada”.
Hoy el Estado tiene la obligación de agotar sus recursos para ir contra Campiani en un litigio civil, pero se ha puesto a sí mismo las piedras en el camino con estas cláusulas. A favor de las eventuales acciones que debería adoptar en defensa del dinero público (que recién está evaluando), se encuentra la salvedad de que es posible un juicio civil en ocasión de haberse hallado responsabilidad penal en los indemnes.
El punto es que para ello se debe esperar a que exista una sentencia firme, es decir que Campiani, Hirsch y Álvarez Demalde sean condenados y que una vez revisada esta decisión sea ratificada por los órganos de alzada del Poder Judicial: tribunales y Suprema Corte de Justicia. Todo ello implica varios años por delante, tiempo en el que Campiani y sus socios pueden diseminar los bienes y fondos bancarios a su nombre por donde se les ocurra –familiares, amigos, empresas fantasmas con testaferros–, a fin de que nada se les pueda cobrar.
Previendo que estas jugarretas son moneda corriente en el mundo de los negocios, y más aun en el de los empresarios corruptos, en general los sistemas judiciales –el uruguayo incluido– han incorporado avances a favor de los demandantes para posibilitar la diligencia de embargos contra el demandado, como forma de resguardo eficaz ante maniobras de falsa insolvencia. Pero el mismo memorándum de entendimiento ha truncado esta posibilidad de embargo al no contemplarla de manera explícita en el documento. El resguardo para el Estado se ha ahogado con la firma de la declaración genérica de “no promover” contra Campiani y sus socios “reclamación de ninguna especie”. Así, al menos, ya lo entendió la justicia. En noviembre de 2012 la jueza de concurso Teresita Rodríguez Mascardi desestimó el pedido de embargo presentado contra Campiani, Hirsch y Álvarez Demalde por la Asociación Uruguaya de Peritos (Aupe), que actúa como síndico en la liquidación judicial de Pluna (debe administrar los bienes de la empresa durante el proceso concursal), como consecuencia de la impunidad que el Estado le había concedido a los socios de Leadgate.
La Aupe pretendía un embargo por 30 millones de dólares –monto negativo del último informe patrimonial de Pluna–, es decir la décima parte de lo que al menos debería reclamar ahora el Estado. Pero la magistrada lo negó al argumentar en su resolución que era imposible decretar el embargo ante la existencia de las cláusulas de indemnidad del memorando.
Las fuentes consultadas por Brecha sostienen que “si se tomara la decisión” de entablar juicio y pedir embargo, deberán hacer valer las decisiones penales –admitiendo que son provisorias– contra Campiani y sus socios, e incluso un informe del Tribunal de Cuentas que considera inválida la cláusula de indemnidad, para bregar por un cambio de postura de parte de la justicia, ahora en el ámbito civil.
“Con sinceridad, no sabemos si se puede accionar con éxito, las posibilidades son escasas”, declaró resignada una de las fuentes.
JUICIOS DE TERCEROS. Pero este no es el único problema por delante. Si los acreedores de Pluna no pueden cobrarse todo lo que le reclaman a la empresa, accionarán contra el Estado, y –resolución judicial mediante, pero con muchas posibilidades de ser aceptada, según la jurisprudencia– será éste el que deba responder para resarcir a los demandantes. Y esto porque en el memorándum de entendimiento –ratificado por el Poder Ejecutivo– el Estado le concede indemnidad a Campiani y sus socios por “cualquier reclamación”, incluso por las que provengan “de terceros”.
Es cierto que para el Tribunal de Cuentas la resolución del Poder Ejecutivo no es válida, al considerarla “insuficiente desde el punto de vista jurídico”, en tanto “el Ejecutivo carece de facultades para exonerar de responsabilidad civil a un tercero, sin norma legal habilitante”.
“Nuestro ordenamiento jurídico constitucional determina que es la ley el único instrumento idóneo para limitar derechos, entre los cuales se encuentra el derecho a reclamar daños y perjuicios, a su vez esa ley debe estar fundada en razones de interés general” de acuerdo a la Constitución de la República, sostuvo el organismo en su resolución de marzo de 2013. Y remarcó que “el compromiso de indemnidad suscrito implica disponer en forma actual y futura del patrimonio estatal, lo que requiere la sanción de una ley en sentido orgánico formal, con iniciativa, además, del Poder Ejecutivo, lo que hace devenir ilegítimo cualquier acto jurídico jerárquicamente inferior a la ley, que disponga un gasto sin previsión legal de los recursos para afrontarlo”.
Pero también es cierto que el Poder Ejecutivo no dio marcha atrás luego de escuchar al Tribunal de Cuentas, y en los tiempos que se avecinan deberá explicar a la justicia por qué lo desoyó, y luego –eventualmente en un futuro juicio civil– el Estado se valdrá de esa resolución para tratar de salvar parte de los cientos de millones de dólares que se esfumaron con Campiani y sus socios, y que ya son amortizados por la sociedad.



La oscura comedia de Pluna


Foto Alejandro Arigón
Bien está lo que bien acaba: hace exactamente siete años, el 4 de enero de 2007, la oscura comedia de Shakespeare, con su trama errática y confusa, parecía haber inspirado al entonces ministro de Economía, Danilo Astori, para impulsar la privatización de Pluna. 
Como se sabe, la aventura no acabó bien, pese a los pronósticos del ministro. Aquel 4 de enero Astori anunciaba la privatización en estos términos: “Quiero decirles que el Ministerio de Economía ha venido trabajando permanentemente en este proceso, y quiero destacar cuatro características sobre las que me parece conviene poner énfasis. En primer lugar la profesionalidad con la que se ha manejado el desarrollo del proceso. El hecho de hacerlo profesionalmente es muy importante, porque asegura la búsqueda y el hallazgo de un buen resultado, a la luz del objetivo que estamos percibiendo. Cuando estas cosas no se hacen de esta manera, generalmente terminan mal, terminan con problemas que surgen, a veces con previsión, a veces imprevistamente, y frustran una experiencia de este tipo. En este caso está sucediendo todo lo contrario: profesionales de primera línea están participando en el desarrollo de esta búsqueda y seguramente este es un proceso que va a culminar con buenos resultados para el país”.
Las palabras del ministro hacían inequívocas referencias a la anterior privatización de Pluna, impulsada por el presidente Luis Alberto Lacalle, aparentemente sin profesionalidad. Como se sabe, en este caso la profesionalidad no aseguró el éxito, de modo que su anuncio como algo inevitable refleja cierta soberbia. El desenlace, siete años después, cuestiona en principio aquella profesionalidad, aunque es más exacto decir que el fracaso ocurrió pese a la profesionalidad de los técnicos que intervinieron. El recurso de las comparaciones es relativo y en todo caso los fracasos se explican, siempre, y antes que nada, por causas internas.
Esos elementos son los que, desde el principio, permanecieron ocultos, inconfesos, y son, precisamente, aquellos que hubieran aconsejado un triunfalismo más prudente. De hecho están presentes en las palabras de Astori al anunciar por primera vez la operación de privatización y sus bondades: “Y finalmente el volumen de la inversión, un volumen importantísimo para, no sólo la compañía Pluna, de modo de asegurar la solidez de sus operaciones en su futuro, sino también para la propia economía uruguaya en su conjunto; una inversión de 177 millones de dólares en dos años, tenga el destino que tenga, es para Uruguay una inversión muy importante; en este caso una garantía de la fortaleza con la que operará la compañía en el futuro”. Preguntado sobre la forma en que se concretaría la inversión, Astori explicó: “Hay una suscripción de capital inmediata de 15 millones, luego otros 10 aportados mediante líneas de créditos ya comprometidas, y el resto –o sea 152 millones– es un financiamiento que está fuera de balance para permitir la incorporación de las 20 aeronaves de las que hablábamos hoy”.
Lo que el ministro no quiso explicar fue que ese “financiamiento fuera de balance” por 152 millones de dólares no era una inversión directa –como había informado el ministro de Transporte Víctor Rossi–, no era una capitalización, no era un aporte para la “fortaleza” de Pluna “y de la economía en su conjunto”, sino una garantía soberana del Estado uruguayo para que los nuevos propietarios pudieran negociar la compra de los aviones. El ministro Astori omitió deliberadamente mencionar esa garantía que –hoy se sabe– fue la piedra angular de la negociación desde el comienzo, porque de haberlo hecho el negocio hubiera sido automáticamente cuestionado, no sólo por la oposición política sino por los eventuales interesados para quienes la gestión de Pluna hubiera sido muy atractiva con la garantía del Estado sustituyendo el grueso de la inversión.
La ficción de aquella inversión por 177 millones de dólares se mantenía el 12 de febrero de 2007 cuando, con la presencia del presidente Tabaré Vázquez, Astori firmó el acuerdo de “due diligence” que concretaría la operación. En la ocasión hizo malabarismos de cifras: el gobierno aportaba el 7 por ciento del capital de la nueva empresa pero se alzaba con el 25 por ciento de las acciones. ¿Cuánto valía aquella garantía por el 100 por ciento de la compra de aviones, que se seguía manteniendo oculta? Astori habló de las salvaguardas y los poderes de la comisión fiscal que otorgaban un control excepcional, Pues bien, las 20 aeronaves –que, según Astori, “van a lograr una transformación total de Pluna, no sólo jerarquizándola como línea fundamental en la región, sino además propulsándola como línea fundamental para constituir puerta de entrada y de salida de pasajeros originados y destinados en Europa y en Estados Unidos”– fueron apenas siete, y por ellas el Estado debió asumir una deuda de 137 millones de dólares con el Scotiabank, es decir, con el principal accionista del cuarto banco en importancia en Uruguay, el Nuevo Banco Comercial. La jerarquización, en los hechos, comenzó por la eliminación de los vuelos a España; y los controles terminaron, como se sabe, en el vaciamiento que condujo al procesamiento con prisión de los principales ejecutivos de Leadgate.
Alguien podría escribir una comedia sobre la historia –la historieta– iniciada en 2007: “Termina mal todo lo que comienza mal”. Una historieta que tiene tres principales responsables: el ministro Astori, que ensayó una especie muy particular de profesionalismo; el ministro Rossi, que puso la cara sin cortar ni pinchar; y el presidente Vázquez, que otorgó expresamente el respaldo político. Resulta sugestivo que la versión de las palabras de Astori del 4 de enero de 2007 en la página web de la Presidencia contenga algunas diferencias significativas con el audio reproducido hace algunos días en los programas periodísticos de radio Sarandí. En la versión oral Astori aparece mucho más enfático en anunciar el éxito del proceso como derivación inevitable de lo bien que se había iniciado; pero también hacía referencias expresas al respaldo que la iniciativa tenía del propio presidente Vázquez. La transcripción escrita omite esas referencias; y, por otro lado, el archivo de audio de esa jornada no está, como sí lo está el archivo de las palabras de Astori del 12 de febrero.
Siete años después, el ahora vicepresidente Astori ensaya una explicación de lo ocurrido: “Las opciones eran: dejar caer por completo a Pluna; que el Estado se hiciera cargo (no nos pareció correcto, porque ya se había gastado mucho dinero); y la tercera, buscar un socio”. Aun ahora, con los resultados a la vista y las resoluciones penales, Astori mantiene una mirada inocente sobre Leadgate y Matías Campiani: “Pusimos todo el empeño en buscar un socio que pudiera llegar a un resultado positivo; la experiencia fracasó. Analizamos todas las posibilidades, Leadgate fue la única que puso 2 millones para comprar el pliego y la única que puso 15 millones de dólares” de capitalización.
Explica de una manera muy peculiar el desastroso desenlace: “La caída a mi juicio fue por tres razones: el desequilibrio entre las (pocas) frecuencias y la flota; la relación entre capital propio y financiamiento, la firma se endeudó exageradamente; el precio del combustible, que era el más alto de toda la región, mucho más alto que el de sus competidores”.
Y elude empeñosamente comprometer su responsabilidad. ¿Se siente responsable?, le preguntan. “Después de haber visto los resultados, la verdad es que la experiencia terminó en fracaso. Fue una experiencia que se hizo con la mayor buena fe por parte de todos, con la mejor intención de parte de todos, y que salió mal.”
“Salió mal” es una pobre explicación para el costo de la aventura (una pérdida de cerca de 300 millones de dólares). Es insuficiente para todos los puntos que continúan oscuros: el otorgamiento de la garantía; la elección de Leadgate a partir de la opinión de un broker; la compra de aviones canadienses (que no son usados en la región); el descarte de un negocio con Brasil, más barato y bajo el paraguas de la integración regional; el endeudamiento con un banco que decidió instalarse en plaza; la incomprensible incapacidad de los representantes estatales para enfrentar y oponerse a los negocios y negociados que terminaron en quiebra y vaciamiento.
La buena fe y la mejor intención rechazan insinuaciones de corrupción, y seguramente es correcto, aceptable. Pero no diluyen las responsabilidades políticas de decisiones que no han sido justificadas y que no se explican por ingenuidad o ineptitud.



Un asesino disfrutando

Un asesino disfrutando

fotos de Roger Rodriguez

Mujica no los quiere presos
Subrayado 09/11/2011 El presidente tuvo un intercambio de ideas con militantes de izquierda. Dijo que no es "verdugo de ancianos" y que si tuviera potestad no los tendría en prisión.




Un testimonio de como asesinaron a Zelmar Michelini y Gutíerrez Ruiz 


Haydeé

Haydeé Trías había dado su testimonio por primera vez el 13 de noviembre de 1985 ante el Instituto de Estudios Legales y Sociales (Ielsur) y su declaración escrita fue presentada ante la Comisión Investigadora por el entonces diputado frenteamplista Yamandú Fau, hoy adherente de la candidatura de Pedro Bordaberry, hijo del dictador. Según se refleja en las actas del 7 de abril de 1986 ­cuya síntesis publicó LA REPUBLICA en su edición de ayer­, Trías dijo que a fines de mayo de 1976 su amiga Juliana De Sarro le pidió ayuda y la citó al apartamento de su “compañero” Pedro Mato, a quien encontró con un arma en la mano, desequilibrado, nervioso y en tratamiento médico porque había asesinado al senador Zelmar Michelini. Trías sostuvo y ratificó que Mato le dijo que le habían dado dinero para ejecutarlo, que con ese dinero pagó cuentas y le compró una casa a su madre, que viajó a Buenos Aires con el oficial Manuel Cordero y que tenía en su casa un cuadro con dos armas de fuego con la leyenda “en honor al mérito” fechada con el día de la muerte de Michelini. Según el testimonio de Haydeé Trías, esa noche Mato variaba su estado anímico entre la angustia y la “fanfarronería”. Trías sostuvo que Mato afirmó que había ido adonde Michelini estaba detenido en Buenos Aires, que lo eligieron porque eran conocidos, que le dijo que iba a liberarlo, que lo sacaron a un auto y que allí lo remató.


Martes 24 de marzo de 2009
 Juliana De Sarro, la “amiga” que en 1986 contradijo la denuncia de la enfermera Haydeé Trías ante la Comisión Investigadora parlamentaria sobre el asesinato de Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz, es hoy la esposa del teniente coronel retirado Pedro Antonio Mato Nerbondo, la persona a quien se acusaba por el homicidio. El dato fue confirmado ayer por el propio Pedro Mato en el Juzgado penal de 11º Turno, a cargo del juez Roberto Timbal, cuando fue interrogado por la fiscal Mirtha Guianze sobre su relación con Juliana De Sarro. Mato admitió que en aquellos años había tenido una relación amorosa con quien ahora es su esposa.
El desmentido de Juliana De Sarro ante la Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados provocó dudas sobre la credibilidad de lo declarado por una “nerviosa” Trías, quien llegó entonces a ser tildada de “psiquiátrica” por legisladores oficialistas. Trías había dado su testimonio ante el Parlamento pese a recibir diariamente amenazas de muerte. La actual relación de Juliana De Sarro y el denunciado Pedro Mato abre ahora una nueva perspectiva de lo ocurrido en aquella Comisión Parlamentaria cuyas actas números 34 y 35 fueron filtradas al diario “El País” en una violación del secreto legislativo que determinó la clausura de la investigadora de la Cámara baja.


Sabotaje 
Ver documento:
  http://www.lr21.com.uy/politica/357373-haydee-triasmato-me-dijo-yo-lo-remate-y-era-mi-mejor-amigo

 Días después Juliana De Sarro fue convocada por la Comisión Investigadora, pero negó los dichos de su amiga Haydeé Trías. Las actas secretas del Parlamento con esas contradicciones fueron publicadas por “El Duende de la Trastienda” de “El País”. En el Parlamento se planteó una cuestión de fueros y la investigadora fue clausurada. En su libro “Sabotaje a la verdad” (Planeta, 2006), la periodista Florencia Melgar investiga el trasfondo de aquella filtración periodística que constituyó una evidente maniobra de descalificación contra la denunciante Haydeé Trías y, particularmente, contra la investigadora parlamentaria. En su trabajo, Melgar entrevistó a funcionarios del legislativo, reconstruyó el trayecto de las actas y hasta entrevistó al ex presidente Julio María Sanguinetti. El diputado ­ya colorado­ Yamandú Fau le dijo que conocía el nombre del responsable de la filtración, pero advirtió que se lo reservaría para publicarlo en sus memorias políticas. Haydeé Trías sufrió dos atentados, según reveló la revista “Posdata” en 1996. En Agraciada y San Martín fue atropellada por una camioneta con las luces apagadas. Pudo divisar una inscripción del Batallón de Ingenieros Nº 2. En otra ocasión la encapucharon y la golpearon. Debió ser internada en el CTI de la Mutualista Israelita. El oficial (r) Pedro Mato negó ayer ante la Justicia su participación en los asesinatos de los ex legisladores Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz y de los ex militantes del MLN-T Rosario Barredo y William Whitelaw, perpetrado en Buenos Aires el 20 de mayo de 1976.

“El Burro”

Pedro Mato nació el 24 de setiembre de 1941. Pertenece al arma de Infantería. Revistó en Infantería Nº 3, el Servicio de Información y Defensa (SID), los OCOA de las divisiones de Ejército I y IV, la Escuela de Seguridad Nacional (Esedena), Caballería Nº 5 (Paso de los Toros) y el Estado Mayor del Ejército. Egresado en 1974 de la estadounidense Escuela de las Américas (donde con el grado de capitán realizó el curso de “O-7″ de especialización en contrainsurgencia), al pasar a retiro en 1984 Pedro Mato se radicó en Rivera, ciudad donde había nacido en el hogar de un funcionario municipal y una maestra que llegó a directora de escuela.
En 1996 Mato estaba empleado en la Zona Franca de Rivera y salió en una nota del Canal 2 local. Fue entrevistado por la revista “Posdata” y negó las denuncias de Trías. Dijo que en la fecha realizaba cursos en el Estado Mayor y afirmó que se entrevistaría con el entonces comandante en jefe del Ejército, general Raúl Mermot.
“Aun en el caso de que lo que se dice fuera cierto, se trataría de un delito cometido en el exterior. No hay nada, apenas una persona que dice que lo dijeron. No hay pruebas… A mí me habían advertido, en aquella época del bulín de Garibaldi, que esa mujer se iba a vengar de mí, pero no supuse que de esta manera”, confirmó entonces a “Posdata”.

El testimonio de Haydeé Trías

Por Edison Lanza
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"Por el año 1972, 1973 conocí a una chica (JDS) que estaba en el Consejo del Niño, por ese entonces yo estudiaba en la Escuela Universitaria de Enfermería y recién me había divorciado. Esa chica tenía entre 12 y 13 años, estaba embarazada y su madre -vecina mía- no la quería. Entonces yo la recogí, pero antes de cumplir 14 años se casó con un militar", comenzó relatando Trías.
"Su esposo trabajaba con Cordero y ahí lo conoció, fue ahí que se enamoró de Cordero. Luego de mi divorcio, reinicié mi vida -explica-, me recibo en la Escuela de Enfermería y me mudo a las inmediaciones del Palacio Legislativo. JDS se divorcia y se casa con un civil; sin embargo era visitada por Cordero y Mattos fundamentalmente, y (también) por otros militares.".
Cuenta Trías que en la casa de JDS empieza a "conocer militares. Allí ellos decían que pertenecían a un movimiento contra la subversión y empezaron a dar detalles de las misiones en el exterior, de Orletti, incluso de misiones a México".


La noche clave

"Lo recuerdo perfectamente, era una noche del veintipico de mayo (de 1976).Ella (JDS) me llama al Hospital de Clínicas y me dice que me tome un taxi y vaya porque estaba con (capitán Pedro) Mattos que tenía una crisis de nervios y me dio una dirección a unas 10 cuadras del Clínicas", comienza explicando Trías. "Entonces fui y lo encontré a él, pálido, blanco, desencajado. Con un revólver en la mano, me decía que estaba jugando a la ruleta rusa y que se quería matar. Yo misma lo tranquilicé".

"Ahí (Mattos) me dijo que habían viajado a Buenos Aires con Cordero y que había matado a Michelini. Ella (JDS), entonces, empezó a darme los detalles y él no sólo que consentía, sino que justificaba lo que había hecho: que él no quería hacerlo, que lo había hecho por necesidad, que a la madre la habían desalojado de la casa y que con eso le compró una casita y un lavadero. Ella lo justificó a él (Mattos) diciendo que no tenía nada que ver y que cumplía órdenes superiores".
"Yo por esto tuve problemas pero lo dejo claro: lo que me dijeron fue que Cordero y Mattos cumplían órdenes y que, llegado el momento, Mattos fue el ejecutor", aclara. 

Dolorosos detalles

"Yo después me enteré que los mandaban a los dos (Mattos y Manuel Cordero) para tenerlos enganchados, o sea, uno iba a matar a Gutiérrez Ruiz y el otro a Michelini. Pero cuando Mattos y JDS me lo contaron aquella noche, especificaron que cuando llegaron Gutiérrez Ruiz ya estaba muerto y que le dieron un balazo sólo a Michelini". "Según ese testimonio que recibí, cuando fueron a buscarlos a Orletti, Gutiérrez Ruiz llevaba horas de muerto. También me dijeron que (en Orletti) los habían torturado, que les habían sacado las uñas, que los habían quemado con cigarrillos, que tenían la cara quemada, que tenían no sé qué en los pies y que tenían golpes en la cabeza", especifica Trías.
"Mattos luego me comentó que en el asiento de atrás llevaron a Michelini sobre la ventanilla derecha y que todavía alentaba (por estar con vida), y sobre la izquierda -en el medio de los dos iba Mattos- el cuerpo de Gutiérrez Ruiz, ya sin vida, y que en la valija llevaban los cadáveres del matrimonio Whitelaw", afirma Trías.
"Fue ahí que Mattos me dijo que lo remató, que le pegó un balazo en la cabeza -incluso me dijo en la sien izquierda-. Cuando yo dije eso en la comisión investigadora se armó un lío bárbaro -exclama Trías-. Me hicieron salir de sala y luego me hicieron entrar, y los legisladores me indicaron que mi testimonio valía si Michelini tenía una bala en el cráneo como yo indicaba. Luego se constató que era como yo indicaba".
"Cuando hablé en el apartamento me llamó la atención: una especie de escudo de armas, con dos carabinas cruzadas y en fondo de terciopelo rojo, con la inscripción Pedro Mattos "en honor al mérito" y con la fecha de la muerte de Michelini".
"Esa noche, luego de la conversación, el whisky y un diazepán que le proporcioné, Mattos se tranquilizó. En principio pensé que era una crisis nerviosa y me fui para mi casa sin poder creer que había matado a un senador. Pero al otro día, o dos días después, veo un titular en los diarios y me quise morir. Todo coincidía, entonces me pelé para Buenos Aires, pensé: cuando recuerde que me contó todo me mata". "Estuve años en Buenos Aires y luego regresé -explica-, acá estaba todo tranquilo, empecé a verme de nuevo con JDS".
"Después de los años 80 nos dejamos de ver asiduamente con JDS -prosigue-. En abril de 1985 ella (JDS) reaparece y me viene a decir: 'Prometeme que no vas a decir nada, prometeme, a Manucho (por Cordero) lo van a matar".
"A partir de la visita de ella me empezaron a pasar cosas extrañas. Cientos de llamadas de amenazas, horribles (N. R: da varios ejemplos) (...) y luego los atentados".
"Una noche, salgo de una guardia, siento que me agarran de atrás, me ponen una capucha y me dan golpes, golpes y golpes, no llegué a perder el conocimiento, vi las botas y recuerdo una frase: "'No te ensañes que ya está muerta". Me patearon para la calle, estaba lloviendo y me dejaron tirada en avenida Italia. Un médico que entraba a trabajar vio ese monton de trapos con sangre que era yo y me llevaron para el CTI, ya para ese momento, había entrado en coma grado 4 y luego, ya a salvo pero con fracturas- hundimiento de tórax-, etcétera, me trasladaron al Flitro".
"Entonces, decido irme de nuevo del país. Recién recuperada, comienzo a hacer los trámites para irme a Buenos Aires y una tarde voy a cruzar con luz verde en Agraciada y San Martín y veo una camioneta del Batallón de Ingeniería N 2 -no tengo dudas-".
Hace una inflexión y sigue con el relato: "Bueno cuando veo la luz verde empiezo a cruzar, el que conducía pone el pie en el acelerador y me levanta en el aire, caigo boca arriba y comencé a sentir una sensación de frío mortal. Me llevaron en unas tablas, creo que en un taxi, a Traumatología, y de nuevo al Filtro".
"De nuevo recuperada, claro que con muletas, me fui a Buenos Aires y allí hablé con gente de una comisión de derechos humanos, conté todo. Entonces me pusieron en contacto con Efraín Olivera de Serpaj".


Investigación y decepción.

Al poco tiempo de haber declarado Trías indica que le llega la citación de la Comisión Investigadora del secuestro y asesinato de Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz. "El día señalado llega una camioneta de la Cámara de Diputados y pocos minutos después llegaron unos tipos, karatecas creo, y adelante de mi hija se dijeron "qué hiciste, llegaste tarde estúpido".
De ahí en adelante iba con custodias y en un auto del Departamento de Operaciones Especiales (DOE), Marchesano se hizo cargo de todo".
Luego revela: "Por un acuerdo para mi protección realizado entre Hugo Villar, director del Clínicas, y Julio María Sanguinetti, fui -como en una especie de pase en comisión provisorio- dedicada todos los días a la comisión (investigadora), y se me seguía pagando el sueldo", dice.
"Algunos políticos me ofrecieron muchos beneficios, para que declarara mal o de forma contradictoria, cosa que no acepté", matiza Trías. "Fue un momento muy duro, con muletas, durmiendo en el mismo Palacio, siempre con custodia". 


El final

"Un día yo estaba almorzando en el Palacio y yo vi a un asistente de la comisión cómo llamaba a alguien y le decía: 'Vení que las tengo1 (por las actas). De la propia comisión se mató la investigación", alega. "Después que salieron publicadas en El País -las actas-, la investigación terminó. Ni que hablar que a mí los políticos me defraudaron, pero aunque sea un atrevimiento, también me pregunto si los familiares de los desaparecidos no pudieron hacer más. No sé, tal vez sea injusta, pero yo quedé para siempre amargada".

jueves, 2 de enero de 2014

El peso de la antipolítica uruguaya

El año de la dignidad

Encuesta Nacional Factum de  27 diciembre 2013.
Si las elecciones fueran hoy: el voto NBA 6%
El golpe de Pluna

Este golpe es más golpe para el Frente Liber Seregni que lidera Astori (Lorenzo y Calloia pertenecen a ese sector) que para las demás fuerzas frenteamplistas. Pero, y esto lo asume casi todo aquel dirigente de la izquierda con el que se hable en reserva, el caso salpica al Frente Amplio en su conjunto. Y, por supuesto, al ex presidente y candidato presidencial Tabaré Vázquez quien en su momento hizo buenas migas con el jefe de Leadgate y siempre defendió las soluciones que la izquierda le buscó a la situación de la aerolinea uruguaya que ya es historia.

Antecedentes en Italia 

“Boom de Grillo. Italia ingobernable”. Con estas cinco palabras la prensa italiana resumió hoy el impacto arrollador de Beppe Grillo, el comediante líder del movimiento de protesta Cinco Estrellas, que se ha convertido en figura política clave tras las últimas elecciones generales de su país.
Grillo obtuvo un cuarto de los votos totales y ya afirmó que no formará gobierno con ninguna de las grandes coaliciones: la de centro-izquierda de Pier Luigi Bersani y la de centro-derecha de Silvio Berlusconi.
“Nosotros somos el obstáculo. Con nosotros no podrán (hacer la coalición). Podrán continuar siete, ocho meses, hacer un desastre, pero intentaremos tenerlo bajo control”, afirmó el cómico en su blog.
El movimiento de Grillo logró un 25,55% de votos al Congreso de los Diputados, lo que equivale a 108 curules. La coalición de Bersani obtuvo un 29.54%, por delante de la de Berlusconi, con el 29.18%.

Antecedentes en Chile
El uso presidencial de la antipolítica



La protesta uruguaya hoy y la respuesta con balas de goma.
No es solamente por Pluna (diciembre en Ciudad del Plata)


Esa cosa antipolítica: podría generar podría generar una situación similar en Uruguay? "El  pueblo uruguayo es votador, segundo: el voto es obligatorio. En las encuestas desde mayo por primera vez se registran lo que se dice el voto en blanco, voto anulado o algo que no es una forma de voto, voto a ninguno es extraordinariamente alto: llegó al 13%, ahora está en el 6% y esto está manifestando un malestar,  o desilusión,  o enojo que se traducirá en una conducta refractaria como puede ser votar en blanco o voto anulado, o al final un voto bajo protesta.
Al final lo menos malo de todo esto esa es la incógnita que hay"




Los gráficos de "Saracho"


HACIA UNA GENERACION LOBOTOMIZADA

por Hugo Bruschi

Resulta seguramente difícil de entender, para quienes jamás traspasaron las fronteras, como nos ven y en que contexto nos identifican otros paises, sobretodo los europeos. Fútbol y Tupamaros nos pusieron en la agenda mundial. Aunque mucha gente aún nos confundía con Paraguay dada la similitud de las palabras, otros ya sabían que fuimos campeones de fútbol en 1950. Luego los Tupamaros dieron que hablar y sus acciones limpias y espectaculares, despertaron las simpatías de mucha gente. Ya a partir de entonces, contábamos con algunos referentes, que ayudaban a ubicarnos en el mapa. Años más tarde, irrumpe en la escena nacional un hombre de características especiales, que lo distinguen del resto de los presidentes. Sus formas de vida fueron el ingrediente pintoresco de medios de comunicación, que hacían cola para observar el fenómeno de cerca. Un hombre que además de vivir en forma austera, poseía dotes de filósofo. Y no era poca cosa..... Nadie jamás se preguntó quien aplaudía a este hombre, y porqué. Pero lo cierto es, que este filósofo investido presidente, nos puso en órbita, en la agenda mundial como gusta decir a sus admiradores. Agencias calificadoras de riesgo de inversión, nos ponían buena nota para regocijo de todos: Inversores y despojados. Y un buen día, este hombre nos despertó con una iniciativa original, que nos plantea un serio dilema: el si estamos en presencia de un cínico o de un loco, a quien gente mucho más inteligente, le aviva el narcisismo que lleva arraigado y lo lleva - al precio que sea - a estar en el tapete.

Reunido con 2 conocidos magnates del mundo de los negocios, volvió al Uruguay convencido de que la legalización de la marihuana - disfrazada de regulación - sería la herramienta más eficaz para disputarle el mercado al narcotráfico. En ese mercado están las víctimas, por lo que resulta doblemente inmoral hacer negocio con pacientes de una adicción y al mismo tiempo tentar a los que nunca han probado. Soros y Rockefeller ven esta medida como un experimento al que someterán a la Juventud uruguaya, en carácter de ratones de laboratorio. Y de los resultados dependerá seguramente, cuántos millones podrán ganar ya sea en semillas mejoradas, para alcanzar mejor efecto o en psicofármacos para tratar la angustia y las depresiones, cuando no la misma esquizofrenia. Y como estamos en la agenda mundial y fuimos el primer país en legalizar el cultivo, venta y consumo de la droga, un experto profesor en biología de la adicción de la Universidad de Uppsala (SUECIA), se tomó el trabajo de desmentir con datos científicos, lo que el gobierno uruguayo apoyado por alguna ONG que gastó millones en propaganda a favor del cannabis, le quieren hacer creer al Pueblo. Su nombre es FRED NYBERG. " la decision del gobierno uruguayo de legalizar la marihuana, está rodeada de grandes riesgos y el cinismo del mundo occidental, pues cómo puede la legalzación combatir la venta ilegal de otras drogas,es muy dudoso" y agrega " siguiendo este principio legalizarán también la cocaina?" Luego sigue: " está documentado en forma científica, que un aumento en la posibilidad de comprar, conduce a Mayor consumición" y continúa " muchos paises se muestran positivos a la legalización de Urguay, sin tener en cuenta las diferencias de un pais pobre que no cuenta con los recursos, para hacer frente a las consecuencias a las que exponen a su Juventud" y sigue " y ahí radica su cinismo, pero sabemos que hay grandes intereses detrás del experimento". " el fumar marihuana durante  un largo período, causa daños en el cerebro que comprometen su capacidad cognitiva. 


Mucha gente dice la marihuana no es tan peligrosa, sin embargo no es lo que la investigación arroja como resultado. De acuerdo a un nuevo estudio hecho con jóvenes que han fumado durante un período de 3 años, muestran cambios anormales en el cerebro que mucho se parecen a los que presenta la esquizofrenia. Nadie hasta ahora había observado estas zonas cerebrales, pero ahora se refuerza la relación entre marihuana y esquizofrenia. Jóvenes que fumaron, mostraron un deficiente trabajo cognitivo, aún años después de haber dejado el hábito. Éste, llamado también memoria reciente que empeora, los hace simplemente menos competentes, para no decir idiotas. Con ayuda de cámaras magnéticas, se estudiaron zonas profundas del cerebro, ahí donde el conocimiento cognitivo tiene lugar y se ha notado un encogimiento del cerebro y una disminución de las células nerviosas. Los cambios cerebrales son similares a los encontrados en pacientes esquizofrénicos". Luego de seguir con otras consideraciones, se pregunta lo que muchos repiten como pájaros verdes " es la marihuana menos peligrosa que el alcohol? Es como comparar peras con manzanas. La marihuana actúa específicamente sobre el cerebro y el alcohol es peligroso porque tiene más consumidores. Pero no olvidemos que el THC es activo con menos concentración que el alcohol. Los nuevos estudios confirman una disminución de la capacidad intelectual IQ"


A estas conclusiones llegó Fred Nyberg, de la Universidad de Uppsala- Suecia. Mientras en el Uruguay, un ministro sospechado de delito veranea tranquilo y un presidente del Banco República que otorga avales a delincuentes disfruta de un partido de tenis, yo me tomé el trabajo de traducir algunos comentarios acerca del cannabis o marihuana. Sin demasiadas pretensiones, pero si logro hacer pensar a algún padre de familia, me doy por satisfecho. Para demostrar que será muy difícil alcanzar resultados satisfactorios en los estudios, para hacer frente a un mercado laboral cada vez más exigente,cuando el jóven acusa falta de voluntad o muestra indiferencia o carece de motivaciones incluso para levantarse de la cama. Cuando estaremos frente a una persona que camina con total prescindencia, del mundo que lo rodea. Exponer a toda una generación a este tipo de experimento, sólo tiene parangon con los mismos que realizaban los nazis sobre otras razas. Capítulo aparte merecen las argumentaciones en favor de la legalización. Y ahora dejemos por un instante de lado, Universidades y científicos que saben lo que están hablando y que además no van en el negocio. Hablemos el idioma que conocemos los uruguayos. 


Qué señales le envía a su gente un gobierno que legaliza la droga, para disputarle el mercado al narcotráfico? Pues bien, el de un gobierno que ha capitulado frente al delito. Uno de los argumentos esgrimidos por el mismo gobierno, ha sido que muchas veces los policías "conviven" con los delincuentes, al vivir en el mismo barrio donde se registran las llamadas "bocas de venta". Qué garantía tendremos entonces de los futuros controles? La marihuana y lo digo sin temor a equivocarme, se podrá adquirir hasta en las ferias vecinales, disimulada atrás de las lechugas y los tomates, que por otra parte pagaremos el doble o el triple. En este país en donde la gente "fuma abajo del agua", no resulta muy difícil entender que si el que hasta ayer plantaba hortalizas, hoy vea que el nogocio viene por otro lado. Quien controlará fondo por fondo, casa por casa, chacra por chacra, granja por granja. Acaso el policía del barrio que pasa su bolsa al final de la feria? Acaso los mismos que no gozan de confianza oficial? Y quien controlará las puertas de los liceos? Si yo tuviera hijos en edad liceal, sería muy observante de su asistencia a clases, de su barra de amigos y
también del amiguito con quien pasa tantas horas, pues ese chico tal vez tenga en su casa algunas plantitas de esta droga buena. Y tal vez ya no pueda desprenderse de su adicción ni de los escenarios de fantasía que ella le provoca, para luego caer en estados de angustia y depresiones que muchas veces empujan al suicidio. A este estado de cosa llegaremos y como la familia oriental no tenía suficiente con el alcohol,ahora le agregamos otro motivo más de preocupaciones. 


Ojalá que los padres conscientes, formen círculos de estudio con otros padres, consulten profesionales, terapeutas, maestros y asistentes sociales que nada tengan que ver con el negocio. Este ha sido mi humilde aporte y como soy uruguayo no descuento que alguien o algunos digan" quien mierda es ese Fred Nyberg y esa Universidad de Uppsala para venir a darnos clases? Los de afuera son de palo".


Indignados hartos de crisis y corrupción (cf) .





miércoles, 1 de enero de 2014

El hombre del Pentágono


Currículum abreviado


Nombre: José Arturo Bayardi Lozano.
Fecha de nacimiento: 30 de junio de 1955.
Nacionalidad: Uruguaya.
Profesión: Doctor en Medicina.


Graduado en la Facultad de Medicina. Universidad de la República, Montevideo, Uruguay (1975 - 1988). Hizo un curso de posgrado en medicina intensiva, y una maestría en administración de Servicios de Salud, ambos en la Universidad de la República.

Realizó un curso sobre Planeamiento y Administración de Recursos en Defensa, del Centro Hemisférico para Estudios de Defensa, de la National Defense University de los Estados Unidos. Washington D.C. Marzo de 2001.

Fue Representante Nacional, por el Departamento de Montevideo, Partido Frente Amplio, sector Vertiente Artiguista. Período 1990-1995. Fue reelecto para ese cargo y en las mismas condiciones para el período 1995-2000, 2000-2005, 2005-2010 y 2010-2015.

Como diputado integró y presidió diversas comisiones parlamentarias (de Salud, de bioética, ley orgánica municipal, Defensa Nacional, Adicciones, Constitución y Códigos, Lavados de Activos, Inteligencia de Estado, comisiones investigadoras, etc.), fue Parlamentario Delegado del Parlamento uruguayo ante el Parlamento del Mercosur, miembro de la Asamblea Parlamentaria Euro- Latino Americana (EUROLAT) en representación del Parlamento del Mercosur y miembro y Co Vicepresidente por el Componente Latinoamericano de la Comisión Permanente de Asuntos Políticos, Seguridad y Derechos Humanos de la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana.

Fue viceministro de Defensa Nacional, desde el 1 de marzo de 2005 al 1 de marzo de 2008. Ministro de Defensa Nacional, desde el 1 de marzo de 2008 al 31 de agosto de 2009.

El 15 de setiembre de 2010 fue distinguido por parte del Centro Hemisférico para Estudios de Defensa, de la Universidad Nacional de Defensa de los Estados Unidos de América, con el Premio “William Perry” a la Excelencia en Educación en Defensa.

Uruguayan Minister of National Defense Jose Bayardi spoke at a CHDS Face-to-Face Encounter event at Proceres Hall on the topic of The Uruguayan Ministry of Defense Views on Regional Security..
... fortalecer una colaboración duradera. Nos comprometemos a garantizar una ...

ver también: 
http://elmuertoquehabla.blogspot.nl/2012/07/comando-sur-repta-en-uruguay.html