Con las directas amenazas de “Mister Danger” hacia esa soberana nación incluidas.
Y las desesperadas maniobras norteamericanas por ”vender” esa guerra a la opinión pública mundial, por medio de la propaganda incansable que pretende ser aceptada incondicionalmente y sin cuestionamiento alguno. Como si de una religión se tratase.
Para lograr eso, necesitan personal que realmente crea en lo que se necesita decir al respecto. Una guerra es imposible de ganar, por más superioridad militar que se tenga sobre el enemigo, si no es “bien vendida” a los demás. Concientes sobre eso, las fuerzas armadas entrenan a su personal asignado a esas tareas a, literalmente, sentirse y mostrarse desinteresadamente como “el bien absoluto” luchando contra “las fuerzas malignas” de sus enemigos.
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