domingo, 12 de octubre de 2008

Matias Catrileo

por Gonzalo Montecinos
El pueblo originario con más presencia y tradición de nuestra tierra está siendo pasado a llevar, algunos son obligados por el gobierno a vivir en tierras pobres e infértiles, otros son acosados por millonarias sumas de dinero para dejar sus tierras en manos de trasnacionales, los que se atreven a protestar son condenados con severas medidas y tratados como terroristas.
La muerte del joven mapuche Matías Catrileo hace unas semanas hizo que los medios tradicionales de comunicación volvieran a poner en el frente noticioso un conflicto que se acarrea de años. La demanda de los mapuches por la propiedad de tierras, que consideran suyas por derecho ancestral, es solo una de las aristas de esta problemática que cada día parece polarizarse más.
La gravedad de estos hechos ya se había visto registrada en el 2003 con la muerte de otro joven en manifestaciones similares, el activista Alex Lemún.
El repudio a tales hechos de represión y violencia en contra de esta etnia ha hecho que agrupaciones y personas que solidarizan con la causa mapuche salieran a protestar a las calles, registrándose más detenidos tanto en la Araucanía como en Santiago.
No sólo protestas callejeras se están llevando a cabo, Patricia Troncoso Robles, comunera mapuche presa política en Angol lleva mas de 90 días en huelga de hambre por la liberación de los presos políticos mapuches encarcelados injustamente y acusado de terroristas, asegura que no dejará su posición y que no se prestará para engaños como los ya ocurridos en otras oportunidades donde el gobierno se muestra interesado por superar el tema pero lueluego se olvidan y todo sigue como antes.
Patricia Troncoso más conocida como la Chepa, está en riesgo vital, si llega a morir, será una víctima mas de nuestra democracia y de la concertación, el gobierno de Bachelet manchado con sangre, y con sangre de nuestra etnia originaria.
El conflicto está desatado, al parecer el gobierno no quiere pronunciarse y sigue actuando con la tónica de los últimos años, la constante persecución que sufren las comunidades mapuches de parte de carabineros que allanan sus casa en busca de armas, el constaste hostigamiento y acoso por el sólo hecho de ser mapuche, hacen ver a esta comunidad como ciudadanos de segunda categoría y peligrosos.
Por otra parte la semana pasada un ejecutivo chileno de una empresa noruega que construye una hidroeléctrica en la Araucanía fue atacado a balazos por un desconocido a la salida de su hogar.
La Policía vinculó el ataque con grupos mapuches y dijo que en el lugar se encontraron panfletos de la Coordinadora Arauco Malleco.
Al parecer una guerra soterrada está comenzando, los medios de comunicación nacional se encargan de mostrar a los mapuches encapuchados, mientras muestran los testimonios de los empresarios dejándolos como victimas, esto hace que la población comience a tener divididas opiniones: algunos exigen orden, mientras otros justicia, el conflicto puede que siga creciendo, mientras tanto el gobierno no se pronuncia. Si al menos demostrara una verdadera intención de acercamiento, podría tener el gesto de procesar a los acusados mapuches con la ley normal y no por la ley antiterrorista aprobada durante la dictadura de Augusto Pinochet, que establece penas hasta tres veces superiores a las de la legislación ordinaria.















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