Roger Rodríguez | rogerrodriguez@adinet.com.uy
Pruebas. Historiadora Cara Aldrighi aportó documentación
Uno de los cuatro rifles Winchester modelo 70 calibre 225 que, a pedido de Dan Mitrione, donó la AID a la Dirección Nacional de Información e Inteligencia de la Policía, fue utilizado por el Escuadrón de la Muerte en el asesinato del estudiante Heber Nieto en 1971. Documentos desarchivados en EEUU prueban que las armas fueron solicitadas por Mitrione en 1969 y entregadas por la AID a la Policía el 17 de febrero de 1970. Estos documentos probarían el vínculo entre EEUU, la Policía uruguaya y el Escuadrón de la Muerte de la década del 70.
Arma. De un Winchester 70 calibre 225 con mira telescópica como este salió la bala que mató a Heber Nieto. El rifle fue entregado por EEUU a la Policía en 1970 y lo usó el Escuadrón de la Muerte un año después.
Cuatro rifles Winchester modelo 70 calibre 225 que la Agencia Internacional para el Desarrollo (AID) donó a la Dirección Nacional de Información e Inteligencia (DNII) de la Policía uruguaya fueron utilizados por el Escuadrón de la Muerte para asesinar al estudiante Heber Nieto en el Instituto de Enseñanza de la Construcción (IEC) el 24 de julio de 1971. Documentos obtenidos por la historiadora Clara Aldrighi en el archivo central del gobierno de Estados Unidos (National Archives and Records Administration, NARA) en Washington, demuestran que las armas habían sido solicitadas por el agente Dan Mitrione en 1969 y otorgadas el 17 de febrero de 1970 junto a otros suministros que la AID entregó a la Policía uruguaya. Según el material documental que la historiadora aportó a LA REPUBLICA, las cuatro armas largas recién llegaron a Montevideo en setiembre de 1970, semanas después de aquel 10 de agosto en el que el instructor norteamericano fue ejecutado por el Movimiento de Liberación NacionalTupamaros (MLN-T), que lo había secuestrado el 27 de julio de ese año. Mitrione había sido enviado a Uruguay en 1969, luego de trabajar para el Departamento de Orden Público y Social (DOPS) de Brasil en el perfeccionamiento de la tortura durante el interrogatorio de opositores a la dictadura brasileña que derrocó en 1964 al presidente Joao Goulart. En Uruguay trasladó su experiencia a la DNII y a la Policía antidisturbios.
Los documentos
Los facsímiles del archivo del Departamento de Estado estadounidense pertenecen al documento "Proyect Budget Submission fy 1971" correspondiente a un acuerdo con la Agency for International Development (AID), en el marco del cual entre 1964 y 1973 Uruguay recibió 2.131.250 dólares en entrenamiento, comunicaciones, vehículos, armas y municiones. En la página 3 del informe se detalla la cantidad de equipos entregados: estaciones móviles, señales de frecuencia, antenas, máscaras de gas, sirenas, diversas armas, cámaras, 900 granadas y 272 proyectiles de gas, un ómnibus y 65 sedans Ford Maverick, entre otros materiales. Entre las armas, se anota el envío de 4 rifles calibre 225, sobre los que se amplía en la página 28 del documento con el siguiente detalle: Descripción: "Rifles Winchester cal. 225", Cantidad: "4". Costo Total: "600.00" Expedido: "2/17/70". Fecha de Llegada: "9/70". Destino: "Policía de Montevideo. DNII". La Dirección Nacional de Inteligencia también recibió 40 revólveres calibre 38 especial. La ayuda de la AID a la Policía uruguaya corresponde al año fiscal 1970, solicitada en 1969 por el jefe del equipo de Seguridad Pública en Montevideo, cargo que ejercía Dan Mitrione. Muerto Mitrione, en Uruguay comenzó a actuar el Escuadrón de la Muerte. Desde julio de 1970 realizó una serie de atentados, asesinó a Manuel Ramos Filippini e Ibero Gutiérrez y desapareció a Abel Ayala y Héctor Castagnetto. La Justicia indaga esos casos, a los que deberá sumar el crimen de Heber Nieto.
"El Monje" sólo tenía 17 años
Heber Milton Nieto Santos nació el 3 de agosto de 1954 en la casa paterna de Callao y Corrales, Villa Española. Su hermana Eva Esmeralda, cinco años mayor, fue su cómplice desde pequeños. Ella solía escapar de la Escuela, para ver las movilizaciones en FUNSA. Desde el cordón de la vereda, veía a las "carneras" ingresar en plena huelga y se sumaba al grito de los sindicalistas. Carlos Alberto Nieto Sulle, su padre, era socialista y dedicado a la actividad barrial. Trabajaba como chapista y tenía un taller. Cuando el matrimonio se separó, Heber (3) y Eva (8) fueron a vivir con sus abuelos, en Gonzalo Ramírez entre Minas y Tacuarembó. La rambla fue su territorio.
Junto a la escollera aprendieron a nadar. Eva pescaba, Heber cazaba cangrejos para la carnada del aparejo de su abuelo. A mediados de los sesenta, cuando The Beatles hacía furor, los hermanos Nieto bailaban música tropical en cumpleaños de quince y escuchaban a Jorge Negrete en el fonógrafo del padre. Carlos Alberto le enseñó a su hija los pasos de la milonga. La casa de los Nieto era centro de los asaltos de fin de año y carnaval, como de múltiples reuniones. Los niños mezclaban aquella diversión con la música de jazz que le regalaban sus vecinos, una familia negra que tenía un grupo musical. Heber no bailaba, pero festejaba las picardías de su hermana.
Joven, flaco y alto
Heber hizo primaria en la Escuela Venezuela. Su madre se lo llevó y separó a los hermanos por un tiempo. Los abuelos lo recuperaron. Heber quedó enfermizo, quizás por eso juntaba animales heridos en la calle y los llevaba a su casa. Para entonces, ya se habían mudado a una casona de Colón. Aquel ter reno con quinta, frut ales y flores se convirtió en otro escenario de aventuras para los hermanos. En su adolescencia Heber "pegó el estirón" y se transformó en un joven flaco, alto y retraído. No jugaba al fútbol, era hincha de Olimpia, club donde iba a practicar natación. Eva hacía volley.
Eva comenzó a militar en el Liceo 9 y se demoraba en ir a recoger a Heber a la escuela. El hermano menor iba entonces a buscar a su hermana y participaba de su actividad gremial. Vivió así la lucha por el boleto estudiantil. Comenzó entonces a leer los libros políticos a los que accedía su hermana. A fines de los sesenta, ambos compartían pegatinas nocturnas, sabían hacer "miguelitos" y armar una "molotov". Heber hizo un año en el Zorrilla e ingresó a la UTU donde aprendió carpintería. Su militancia gremial fue una continuidad de lo que ya había comenzado desde que estaba en la escuela. Heber militó en la Unión de Juventudes Comunistas (UJC), pero discrepó con la posición del partido durante la huelga de los frigoríficos y se integró al clandestino Movimiento de Liberación Nacional (MLN), pero también se fue de la guerrilla por su virtual apoyo al Frente Amplio en las elecciones de 1971.
Gabardina larga azul
Nieto terminó por definirse anarquista y militaba en la Resistencia Obrero Estudiantil (ROE) y en la Federación Anarquista del Uruguay (FAU). Su imagen se hizo inconfundible en el Instituto de Enseñanza de Electrotecnia y Mecánica (IEME): vestía un negro delantal de soldar o una larga gabardina azul marino. El mote de "El monje" identificó a aquel muchacho largo, de piel mora como su abuelo y un extraño lunar pelirrojo de genes maternos. Fue asesinado por un francotirador el 24 de julio de 1971, cuando la policía y el escuadrón de la muerte atacaron a estudiantes en el Instituto de Enseñanza de la Construcción.
Eva siguió trabajando en el servicio de limpieza del Hospital de Clínicas, pero tuvo que abandonar la facultad. Fue amenazada por militantes de la Juventud Uruguaya de Pie (JUP), brazo armado estudiantil del propio Escuadrón de la Muerte, responsable del asesinato de su hermano. Estaba en el Hospital cuando fue invadido el día del golpe de Estado. Vio los destrozos que hicieron. Debió radicarse en Buenos Aires, donde en 1978 desapareció su compañero, el trabajador grafico Fernando Rafael Santiago Díaz de Cárdenas (El Pata), quien fue visto en el centro de torturas "El Banco".
Testigo de cargo puede declarar
El periodista Rodolfo Porley Corbo, actual secretario de Derechos Humanos de la Asociación de la Prensa del Uruguay (APU), era en 1971 cronista del diario El Popular y se especializaba en noticias juridico-policiales. Escribió una serie de notas sobre el asesinato de Heber Nieto y encontró entonces a un testigo que nunca llegó a declarar ante el juez actuante. "El asesinato del estudiante Heber Nieto con un rifle con mira telescópica desde el edificio en construcción del BPS a un medio centenar de metros tuvo un testigo insospechado para los policías que lo perpetraron, que pertenecían de uno de los Departamentos de la Dirección de Información e Inteligencia, los que siempre actuaban vestidos de civil en automóviles Maverik, los mismos que también fueron vistos merodeando en zonas de decenas de atentados con explosivos y ametrallamientos a domicilios de dirigentes políticos de izquierda, abogados de presos tupamaros, y locales de partidos del Frente Amplio que se acaba de formar cuatro meses antes", narra Porley.
"Decenas de mis crónicas en El Popular registraron esos hechos, como el ocurrido una semana antes con la desaparición de Abel Ayala. o una semana después con la ejecución de Manuel Ramos Filippini. Pero con todo detalle y en exclusivo, gracias al referido testigo. fue posible testimoniar detalles del asesinato de Heber Nieto en la azotea de la única planta que entonces tenia el Instituto de la Construcción de UTU, a la que se accedía por una pequeña casilla con puerta hacia lo que entonces era la Terminal de Ómnibus, en la intersección de Arenal Grande y la entonces llamada Dante", cuenta.
"A una cuadra, desde la oficina de uno de los pisos del edificio principal del BPS, todo se pudo ver aquella fría, gris y trágica tarde del sábado 24 de julio de 1971. Nadie podía suponer que ese solitario funcionario cubría trabajos extras esa tarde. Por los grandes ventanales que daban directo al edificio de UTU a una cuadra vio los prolongados sucesos del peaje, quemas de neumáticos, intervención de bomberos y de policías regulares. Hasta que allí, a sus pies, en un baldío en la esquina opuesta de Mercedes y Daniel Fernández Crespo (entonces Sierra) estacionó el Maverick en el rincón que quedaba oculto del edificio de UTU", agrega.
"Poco después volvieron a ascender los de particular y el vehiculo tomo por Mercedes hacia la Escuela de la Construcción. Pero se detuvo a media cuadra, descendió uno de los de particular por la puerta de la derecha, se agacho un poco y del piso extrajo el arma larga. Rápidamente se corrió tres metros ingresando en un espacio del muro en construcción. Se lo vio parapetarse, apoyar el arma y buscar su objetivo con la mira telescópica. El disparo fue certero como para provocar la muerte de Heber Nieto", recuerda en detalle.
"Antes de que nadie pudiera casi darse cuenta que había caído en el techo el joven estudiante de 17 años, el policía de civil se introdujo en el vehiculo que se retiro. Todo esto lo digo de memoria, tendría que repasar la crónica para ajustar detalles, como si el Maverick se había quedado o volvió a recogerlo, oportunidad en que se lo vio volver a colocar el rifle en el piso del coche, dice.
"Hicimos un registro fotográfico que publicamos en primera pagina desde uno de los últimos pisos del edificio en construcción del BPS por el lado que da a la calle Arenal Grande. Se pudo señalar el punto donde actuó el francotirador y el ángulo y dirección del tiro asesino", especifica Porley.
"Ofrecimos la comparecencia del testigo al Juez Letrado de Instrucción de Turno, Dr. Díaz Romeu y se fijo un día y hora en su despacho. Pero cuando el testigo iba llegando, vio que se estacionaba el mismo Maverick frente al Juzgado y hasta reconoció a algunos de los que observó atentamente y de a no más de 15 metros aquella tarde. Tuvo miedo, dio media vuelta y luego me avisó. No quería exponerse más. Pero no lo logró. Poco después él y su esposa recibían insistentes llamados telefónicos amenazadores. Resolvió abandonar trabajo y todo e irse con su familia a Buenos Aires... Hoy vive y puede llegar a testificar", subraya el periodista.
A sangre fría
Prácticamente un año después de la muerte de Dan Mitrione, el 24 de julio de 1971, se produjo el asesinato del estudiante Heber Nieto, quien trabajaba junto a otros estudiantes en la azotea del Instituto de Enseñanza de la Construcción (IEC) ubicado en Arenal Grande y Dante. Heber Nieto estaba ayudando a la construcción de nuevas aulas en el techo del IEC. Lograr aquella conquista había implicado una dura lucha gremial contra los interventores de la Enseñanza y una ocupación de cinco días. Hacer aquellos salones era casi una celebración para los estudiantes.
Heber estudiaba en la Escuela de Industrias Navales y había ido a ayudar en forma solidaria. Su hermana Eva y el novio de esta pasaron a buscarlo después del mediodía. Les dijo que luego los alcanzaría. En el centro estudiantil se organizaba un peaje de finanzas en apoyo a los trabajadores de Cicssa. Junto a una veintena de estudiantes Heber removía la carpeta asfáltica y el contrapiso de la terraza que daba a Arenal Grande para levantar los cimientos de los nuevos salones, cuando se escuchó el ruido de disparos y la corrida de los jóvenes que realizaban el peaje.
Al observar los disparos de la Policía contra los estudiantes, comenzaron a arrojar escombros desde la azotea. Los policías se alejaron hacia una esquina y volvieron a disparar, apoyados por otros agentes de la Seccional 5ª que se sumaron a la balacera, según distintos testimonios. El director del IEC, Fernández, dialogó con el subcomisario a cargo y negoció el retiro de los policías y la continuación de las obras que realizaban los estudiantes. Todo se había calmado cuando aparecieron los agentes de la DNII con su propio director, el inspector Víctor Castiglioni, a la cabeza.
El IEC fue rodeado y la zona desalojada. Fue entonces que llegaron tres Maverick particulares y dos "chanchitas" policiales. La crónica de la época en "Al Rojo Vivo" explica que del último Maverick sacaron cuatro rifles con miras telescópicas que fueron repartidos entre quienes no estaban uniformados. Vestidos de overol gris, ingresaron a las obras de construcción del Banco de Previsión Social (BPS), esquinado al IEC. Trabajadores del Casmu sobre la calle Colonia pudieron ver a los francotiradores que se instalaron y dirigieron sus armas con miras telescópicas hacia la azotea donde trabajaba Heber Nieto.
Uno de los francotiradores apuntó hacia la única puerta de salida de la azotea, una casilla que obligaba a subir tres escalones antes de alcanzar la escalera de ingreso al local. Reguló su mira telescópica adecuándola a los 30 metros que lo separaban de sus víctimas y esperó... El edificio de enseñanza técnica fue sorpresivamente ametrallado y se arrojaron gases lacrimógenos, a la vez que se producían disparos de armas cortas y largas. En la azotea del IEC quedó la marca de las balas disparadas a 70 centímetros de altura.
Heber Nieto y los otros estudiantes en la azotea del EIC debieron arrastrarse para eludir los disparos, pero al llegar a la salida, tenían que subir los tres escalones para traspasar la puerta. Heber fue el último en salir y por su altura debió apoyarse en el marco. Entonces fue que recibió dos impactos. Una bala le dio en el brazo y la otra ingresó por su axila, le perforó un pulmón y se alojó en el corazón. Heber llegó a advertirle a sus compañeros que había sido herido. El local fue invadido y varios estudiantes detenidos; el cuerpo de "el monje" fue sacado por los policías.
Un multitud que los consejeros de la embajada estadounidense en Montevideo estimaron en 15 mil personas en su informe a Washington, acompañó a pie y cargando a mano su ataúd. Sólo las flores iban en la carroza fúnebre de la empresa Martinelli. Heber fue enterrado el 25 de julio y su crimen continúa impune.
Una bala "rara"
El cuerpo de Heber Nieto debió ser retirado del hospital militar. No lo llevaron al Casmu, que estaba sólo a metros del lugar. Su hermana Eva lo encontró en una habitación del nosocomio militar tirado en el suelo, sobre una tabla, con el torso desnudo, el pantalón desprendido, los ojos abiertos y aún tibio. Las autoridades preguntaron dónde se velaría el cuerpo. La familia, con apoyo de los funcionarios de la empresa fúnebre, dijo que en la casa de Colón, pero en realidad lo trasladarían a la Escuela de la Construcción, junto a sus compañeros estudiantes, que esa noche serían gaseados y hasta detenidos.
La familia de Nieto decidió que se le hiciera una autopsia particular. En medio del velorio retiraron el cuerpo discretamente y lo llevaron a la Facultad de Medicina, donde el médico Julio Arzuaga hizo la pericia. "Anemia aguda por herida de bala" fue la conclusión en la partida de defunción. El proyectil estaba a flor de piel. Aunque parecía un calibre 22, era una bala "rara", fina y larga, de rifle. Entró por la axila y se alojó en su pecho. La autopsia contradijo las informaciones oficiales.
El 29 de julio estalló una poderosa bomba en la casa de los Arzuaga, en Mar Ártico 1234. Fue un atentado del Escuadrón de la Muerte, que el 17 de julio ya había concretado la primera desaparición forzada en Uruguay: el agente Abel Ayala. Heber Nieto fue el primer estudiante ejecutado.
Winchester 225
Desde que fue creado en 1866, el rifle Winchester se convirtió en un símbolo norteamericano. Icono de la conquista del Oeste y la Guerra de Secesión, se constituyó en la clásica arma larga de repetición, a través de su sistema de palanca para desalojar el casquillo y colocar otro para disparar. Oliver Winchester no imaginó al crear la Winchester Repeating Arms Company que su invento sería luego modificado y el Winchester se adaptaría en 1932 al sistema de cerrojo impuesto por los Mauser y los Springfield durante la primera guerra mundial.
El Winchester 225 fue anunciado a mediados de los años 60 pero recién comenzó a ser fabricado en 1970. Se lo consideraba un sustituto del "220 Swift", pero no tuvo el éxito esperado, por las particularidades de sus municiones, y fue cambiado por el W 22-250. Dejó de fabricarse en 1972. Desde entonces el Winchester 225 se ha constituido en casi una rareza para coleccionistas, que pagan miles de dólares por cada unidad en las páginas especializadas de Internet. Se lo destaca por su precisión como arma de caza, que los técnicos consideran superior a los modelos Coyote o Laredo.
Sin embargo, la obtención de sus balas sigue siendo un problema. Desde 1990 dejaron de producirse sus largos casquillos con cuello de botella en cobre y no han funcionado igual los de latón ni los Savage 340 que se adaptan al diámetro del caño del Winchester 225. Los cuatro rifles que en 1971 donó a la DNII la AID norteamericana son seguramente los únicos que existen en Uruguay y deberían estar identificados en el Registro Nacional de Armas, dependiente del Servicio de Materiales y Armamentos del Ejército. Sus poseedores saben quién asesinó a Heber Nieto.
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