Pintura de Ernesto de la Córcova
El 33 % de los uruguayos ocupados son «veinticincomilpesistas».
Según el procesamiento de datos que realizó el Instituto Cuesta Duarte, hay 548.000 ocupados que en 2023 percibieron remuneraciones inferiores a 25.000 pesos líquidos al mes por 40 horas de trabajo semanal. En porcentaje, lo anterior supone que el 33% de las personas ocupadas son «veinticincomilpesistas». Al interior de ese universo, cerca de 166.000 personas no alcanzaron a superar los 15.000 pesos. En el otro extremo de las franjas consideradas, fueron aproximadamente 435.000 ocupados quienes ganaron más de 50.000 pesos líquidos durante el año pasado.
3 años gobernando para los ricos
La economista Alejandra Picco, del Instituto Cuesta –Duarte del PIT-CNT, expresó que en 2023 se registraron unos 548.000 ocupados con ingresos inferiores a 25.000 pesos líquidos al mes por 40 horas semanales. Esto representa un incremento de casi 100.000 “veinticinco mil pesistas” respecto a 2019. Los trabajadores que se encuentran en esa situación pertenecen mayoritariamente a los sectores agropecuarios, servicio doméstico, comercio, restaurantes y hoteles.
El Instituto Cuesta Duarte, de Investigación y Formación del PIT-CNT, presentó su informe de junio referido a los salarios en el año 2023.
En el estudio se expresa que mientras la economía ya superó los niveles prepandemia, algunos indicadores sociales como la pobreza y la desigualdad de ingresos muestran un “deterioro” respecto a 2019.
Según el informe, el mercado laboral uruguayo continúa mostrando una alta proporción de trabajadores con remuneraciones sumergidas, fenómeno que se agravó desde 2019.
Se indica, asimismo que “en 2023 se registraron unos 548.000 ocupados con ingresos inferiores a 25.000 pesos líquidos al mes por 40 horas semanales, una cifra similar a la del año anterior, pero que representa un incremento de casi 100.000 veinticinco mil pesistas respecto a 2019”.
“Entre los asalariados, la cantidad de trabajadores con salarios sumergidos menores a 25.000 pesos líquidos al mes ascendió a 322.000, unos 47.000 más respecto a los observados en 2019”, se expresa en el estudio.
También se expone que los salarios sumergidos afectan en mayor medida a “los jóvenes, a los residentes en el interior del país y a las mujeres”.
Además, se presentan con mayor intensidad entre “los trabajadores privados y entre quienes no cotizan a la seguridad social”.
La desigualdad continuó creciendo
La economista Alejandra Picco explicó al Portal del PIT-CNT que el estudio se realizó con base en los microdatos de la Encuesta Continua de Hogares del Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondiente a 2023.
Dijo que el documento del Cuesta Duarte analiza los niveles de ingreso laboral vigentes en dicho período, a partir de la construcción de franjas de ingreso y la cuantificación específica del número de trabajadores que no alcanza los 25.000 pesos líquidos al mes.
“El INE siempre habla de la variación promedio de los salarios. Lo que nosotros hacemos es mirar cuál es el valor de estos salarios que van variando. En el último informe, que contiene datos disponibles hasta 2023, encontramos una cantidad de trabajadores con salarios sumergidos que consideramos como ‘veinticinco mil pesistas’, es decir, personas que ganan menos de 25.000 pesos líquidos por mes por 40 horas de trabajo semanales”, remarcó.
Picco expresó que, al comparar 2023 con 2019, año previo a la pandemia y a la actual administración de gobierno, se constata una mayor cantidad de trabajadores con salarios sumergidos, “aproximadamente unos 100.000 más”. Aunque remarcó que hay un mayor porcentaje de ocupados y asalariados en esos tramos de ingresos.
“Esto nos parece relevante, porque en 2023 el salario real, es decir, el poder de compra del salario promedio, volvió a los niveles de 2019”, dijo.
En tal sentido, la economista planteó dos hipótesis: una de ellas es que los nuevos puestos de trabajo que se fueron creando tienen salarios bajos; o que, en esa evolución o recuperación promedio salarial, los trabajadores con retribuciones más bajas fueron los más perjudicados y, por tanto, todavía no lograron volver a los niveles previos, lo que lleva a constatar un mayor número de trabajadores con salarios sumergidos.
“Lo que hay detrás de esto, en un contexto de recuperación económica, del empleo y del salario, es que vemos que indicadores sociales como la pobreza no se han terminado de recuperar. Obviamente, aumentaron por la pandemia, como en todos lados, pero en la mayor parte de los países de América Latina, con excepción de Argentina, ya volvieron a los niveles previos. Sin embargo, en Uruguay todavía tenemos niveles de pobreza superiores”, manifestó.
La economista remarcó que en materia de pobreza, Uruguay no fue una isla volviendo a los niveles pre pandemia. En el marco de la pandemia, “aumentaron tanto la pobreza como la desigualdad”. Luego, la pobreza comenzó a disminuir, aunque todavía no ha vuelto a los niveles previos, pero se encuentra un poco por debajo de los niveles alcanzados en 2020 y 2021. Mientras tanto, la desigualdad creció y continuó aumentando durante la recuperación económica.
“Los datos que vemos hoy nos hablan más de lo que sucedió durante la recuperación que de la pandemia misma. Esa recuperación de mayor riqueza y mayor Producto Bruto Interno (PBI) no les llegó a todos por igual y, a algunos, ni siquiera les permitió superar los niveles de pobreza”, explicó.
Agregó que el informe muestra que los salarios sumergidos afectan en mayor medida a los jóvenes, a los residentes en el interior del país y a las mujeres. “Son tres desigualdades que observamos en el mercado de trabajo, tanto en el acceso al empleo como en la calidad de los puestos de trabajo. Cuando se accede al empleo, esos puestos suelen ser de peor calidad, lo cual está muy relacionado con la dificultad de acceder al mercado laboral; es decir, trabajos informales, inestables y con menores niveles de ingresos”.
Dijo que un dato que sorprendió a los investigadores ha sido
constatar que en el año 2023, aunque se volvió a los niveles salariales
previos, no fue un período de recuperación completa, ya que lo perdido
en salarios no se ha recuperado. Sin embargo, hubo un aumento en el
empleo. Esto plantea la pregunta de cómo se vinculan estos, que
aparentemente serían mejores resultados del mercado de trabajo, con
peores indicadores sociales.
Añadió que luego hay otros datos de
naturaleza estructural que se refieren a los sectores de la economía
donde hay una mayor cantidad de trabajadores “veinticinco mil pesistas”.
En tal sentido, enumeró que afecta a los trabajadores del sector
agropecuario, servicio doméstico, comercio, restaurantes y hoteles.
Los sectores de actividad más afectados, según porcentajes son: rural (50%), restoranes y hoteles (49%), comercio (48%) y servicio doméstico (42%).
El informe del Instituto Cuesta Duarte señala que el país necesita “un impulso más fuerte de la política salarial que a través de la negociación colectiva garantice incrementos reales importantes, con un énfasis mayor en el salario mínimo nacional y en las categorías más sumergidas de los diferentes sectores de actividad”.
Más de 900 mil trabajadores hundidos. Más de medio millón están desocupados,o en el seguro de paro, o subempleados o reciben en la mano por 40 hs. semanales menos de $16.200. Otros 380 mil reciben más de $ 16.200 pero menos de $ 27.000.
0 comentarios:
Publicar un comentario
No ponga reclame, será borrado