Es la hora de los hornos dicen por ahí, pero lo cierto es que en América Latina el horno no está para bollos. Ya sea por el petróleo o por el agua, por asegurarse el patio trasero o por quítame allá esas pajas, la cosa es que el imperialismo (así como suena, señores progresistas, imperialismo) rotundo y salvaje, demoníaco y alcohólico, ha decidido salirse de la baja intensidad y anda a los golpes como mangangá sin cabeza.
Colocó la Cuarta Flota en punto estratégico para amenazar a los pueblos latinoamericanos, principalmente al cubano y el venezolano. "Callaos la boca porque tengo en la mano el big stick".
No suspende el bloqueo a Cuba ni siquiera por las más elementales razones de humanidad. Manda embajadores a conspirar contra la vida de Chávez y para iniciar la guerra civil en la media luna boliviana. Ya no es la guerra preventiva en Afganistán e Irak, ya no es el incondicional apoyo a los fascistas israelíes, está haciendo política acá, a lo Monroe, en nuestras inmediaciones, en la vereda de casa.
Hace política apoyando las repúblicas parlamentarias en México, Costa Rica y en Perú porque ahí todavía ganaron elecciones los alcahuetes. Hace política saboteando la república parlamentaria en Venezuela y Bolivia, porque las elecciones ahí las ganaron los asquerosos antiimperialistas de siempre. Hace
política a los besos y sonrisas con Tabaré Vázquez, Bachelet y Uribe o ensañándose con los cinco compañeros cubanos.
Más allá de la unánime condena al separatismo cruceño (¿quién se atrevería
a apoyar tamaño despropósito?) , es evidente que la política del imperio ha
dividido América Latina. Si bien es cierto que Cuba ya no está sola, tampoco lo están los Estados Unidos. Los gobiernos de Colombia, Perú y México son importantísimos apoyos a la campaña de los yanquis (con McCain u Obama) para recomponer su dominio en sus viejas colonias latinoamericanas.
Y han logrado neutralizar a los gobiernos "sensatos" del progresismo que es mayoría electoral en el Mercosur. Los pusilánimes no se atreven a tomar posiciones claras contra las amenazas, no se jugaron como Venezuela con la expulsión del embajador imperialista por solidaridad con el pueblo boliviano. Miran el partido desde la tribuna y no quieren bajar a la cancha, sin percibir que mañana les tocará a ellos. EEUU los pondrá entre la espada y la pared porque si no te sometes a mis designios eres mi enemigo.
El Departamento de Estado, con la información confidencial aportada por el
Comando sur, debe haber hecho una evaluación de la correlación de fuerzas en América Latina. En una esquina Venezuela, Cuba y Bolivia; en la de enfrente los incondicionales y en el medio los que oscilan. El resultado del análisis debe haberles parecido propicio para la instalación de un foco armado en Santa Cruz, Bolivia y …seguramente su estrategia es reproducir masacres como la de Pando por todo América.
Cuando en las repúblicas comienza a desarrollarse el entendimiento político de los pueblos, el imperialismo no se hace ningún problema y sin empacho alguno arremete contra las mismas instituciones electorales y parlamentarias que dice querer trasplantar al Oriente Medio. Es así. Si Evo Morales se asemejara a Lula, Tabaré o Bachelet, el Departamento de estado lo felicitaría y prestaría su consentimiento para todos los plebiscitos y reformas constitucionales que se le ocurriera hacer. Lo sabotea porque no ofrece garantías y si puede, lo derrocará como a Salvador Allende.
Por eso mantiene sus perros impunes, como Leopoldo Fernández, durmiendo
escondidos entre las telarañas del aparato del Estado, esperando la oportunidad
para repetir los crímenes genocidas de los años 70. Como duermen Dalmao,
Gloodofsky y Yannone en la Escuela Militar al amparo de un gobierno progresista.
En Chile, Argentina y Uruguay (peor aún en Paraguay), el terrorismo de Estado
está al acecho pronto para dar su zarpazo asesino. ¡Y todavía lo consienten!
El pueblo boliviano ha sido, históricamente, el sismógrafo de los pueblos del
Cono Sur. Se anticipó a la Revolución de Mayo contra el Imperio Español, anunció diez años antes las revueltas populares de fines de los sesenta y ahora, a comienzos del siglo XXI está anunciando lo que harán las clases dominantes apenas sientan que su experiencia "progresista" se ha agotado. Los grandes latifundistas argentinos imitaron a sus colegas cruceños e hicieron tambalear el gobierno con Ka.
Me llena de preocupación la fotografía de Evo Morales rodeados de uniformes
y caras impávidas…¿otra vez la misma historia? La de la República Española
confiando en el generalísimo franco, la de Salvador Allende creyendo "civilista"
a Pinochet, la de tantos que se tragaron el anzuelo de "nacionalismo" de los golpistas uruguayos en febrero de 1973.
Milicos son milicos y si la balanza se inclina para las clases dominantes y el
imperialismo, seguramente sacarán de la vaina sus enmohecidos sables asesinos. Al parecer se está reproduciendo la costumbre de abrazarse con culebras…claro que envueltas en camouflage son mucho más venenosas que las otras.
Puede haber más de un Huidobro que entienda que esa es una lección histórica y que, por consiguiente, el segundo gobierno progresista del Uruguay debe acercarse aún más a las multinacionales, el latifundio y los milicos, para impedir que se alborote la derecha vernácula y mantener al elenco actual en sus sillones
parlamentarios y ministeriales. Claro………que el pueblo asalariado deberá seguir esperando: ¡tal vez con un tercer gobierno sería posible redistribuir la riqueza!
Sin embargo, en esta segunda guerra de Independencia en que se han embarcado algunos pueblos, parece existir otra alternativa para quienes mantienen el espíritu insurrecto. Arrimarse a los movimientos revolucionarios de Guerrero, México. Al zapatismo. Quebrar el aislamiento del Ejército de Liberación Nacional y de las FARC de Colombia. Apoyar los movimientos de los pueblos originarios en Ecuador, Perú y Bolivia. Relacionarse con los sem terra y los que luchan por techo en Brasil. Vincularse a los movimientos piqueteros argentinos, a los campesinos de Santiago del Estero y del Paraguay.
El "dos, tres…muchos Vietnams" mantiene su vigencia en la lucha que está dando cada pueblo de acuerdo a su entendimiento.
En algunos lados los pueblos que resistieron 500 años salen a dar batalla,
en otros son movimientos sociales que cuestionan el Estado de Derecho y
en otros, el empuñar las armas, empareja el poder del imperialismo y los ejércitos cipayos.
¡Es la hora de los hornos, sí!
Aunque el horno no está para bollos.
¡Arriba los que luchan!
IMPECABLE, LUCIDO, HONESTO; ZABALZA ES UN BALON DE OXIGENO PARA LOS NADIES, LOS INVISIBLES.GRANDE JORGE.
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