RAÚL MENCHACA | ||||
Cuando uno escucha al investigador Daniel Estulin parece estar oyendo una mezcla de las aventuras de James Bond, el incombustible agente 007, y de las enmarañadas conspiraciones de El código Da Vinci, la vendida novela de Dan Brown. Sin embargo, los argumentos de este heterodoxo investigador abarcan un tema de una seriedad y de unas implicaciones tan grandes que es imposible dejar de tenerlo en cuenta, aunque uno, marxista al fin y al cabo, no comparta todo lo que dice. Eso fue lo que pasó este miércoles en el habanero Instituto Internacional de Periodismo José Martí, donde Estulin mantuvo un intercambio de casi una hora y media con un grupo de periodistas y directivos de los medios cubanos. Nacido en Vilnius, cuando era la capital de la Lituana soviética hace casi 43 años -este 29 de agosto es su cumpleaños- este hombre políglota, hijo de un científico y una pianista, ha dedicado más de la mitad de su vida a investigar las actividades del Club Bilderberg, una escondida entidad que los cubanos conocimos por una reciente Reflexión de Fidel. El capítulo principal del último libro Y precisamente Estulin no deja de agradecer a Fidel el haber hecho esas referencias a su libro La verdadera historia del Club Bilderberg (descargar libro, .pdf), que, editado en 49 idiomas, ha vendido 3,5 millones de ejemplares en 79 países. "La referencia de Fidel es algo magnífico porque cada palabra suya tiene inmediato rebote en los medios y eso amplifica las ideas", dice durante la conferencia Club Bilberderg: Hacia una empresa mundial S.A. "Imagínense que Rockefeller lea en el desayuno las opiniones de Fidel en los periódicos", señala con sorna. Estulin asegura que "Bilderberg no es una sociedad secreta, ni una conspiración judeo-masónica, ni siquiera un gobierno mundial, sino un grupo que entiende el concepto del dinero y de la empresa mundial de la misma forma". Indica que además no es una entidad piramidal, con una cabeza visible en la punta, sino una estructura horizontal que une, en un complicado entramado, a instituciones como la OTAN, la Comisión Trilateral, el Consejo de Relaciones Exteriores, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y otras diversas organizaciones. "Es como un Cubo de Rubik", apunta para calzar su idea de que se construye "un mundo de humo y espejos" para ocultar las verdaderas intenciones de los grupos de poder. Revela que el Club lo forman unas 130 personas, cifra que incluye a todos los presidentes de Estados Unidos y los países europeos desde el fin de la II Guerra Mundial, además de importantes políticos de todo signo y delegados de las principales transnacionales, bancos y medios de prensa. El investigador explicó que en 1992 escuchó a un amigo de su abuelo, ex coronel de la KGB rusa, hablando sobre los planes del Club para lograr la secesión de Quebec. "Pensé que era un loco, pero tres años después, cuando ese tema se volvió algo común en Canadá, me di cuenta de que aquel hombre tenía razón y desde entonces decidí investigar sobre el Bilderberg", detalla en un perfecto español, idioma que domina además del inglés y por supuesto del ruso. Asevera que muchos planes de "los malos", como llama con guasa a los miembros del Club, tardan años, y a veces décadas, en ser aplicados. Como parte de esa mirada diferente al mundo contemporáneo, que tiene mucho de eurocentrista, Estulin asegura que la actual crisis económica mundial ha sido fríamente calculada y puesta en práctica por los miembros del Club. Indica que China, desde el punto de vista económico, y Rusia, en lo militar, son los principales enemigos del Club, que hace todo lo posible por mantenerse en la sombra, algo que Estulin denunció cuando el primero de junio pasado habló sobre el tema ante el Parlamento Europeo apenas dos días antes de que los complotados se reunieran en Barcelona. Apoyándose en fotografías tomadas con un poderoso teleobjetivo y con una presentación digital, el investigador afirma que ahora están destrozando el concepto de estado-nación para liquidar la modernidad. También alega que el Club Bilderberg está empeñado en reducir la población mundial a tres mil millones de personas, para preservar los recursos naturales, no con un sentido ecológico, sino para garantizar el poder y la supervivencia de una élite. Estulin dice que el Club ya ha desaparecido, en buena medida por sus constantes denuncias, pero adelanta que se está formando una nueva entidad, que llama Los amigos del Club de Bilderberg, y que le augura más trabajo "para poder desenterrarlos". "Hay que buscar en las causas, no en los resultados", dice y agrega para explicarse que "resultado son los 20 o 30 muertos que deja un coche bomba, pero lo importante de ese suceso es la causa". "Estamos todos en un Titanic que ya ha chocado contra el iceberg y que ha empezado a hundirse", asegura con tono apocalíptico este hombre que un aparte con Cubahora revela que trajo ejemplares de sus libros para regalarlos a Fidel. "Yo se que las personas que me escuchan muchas veces tienen el deseo de salir corriendo y quedarse a vivir en una cueva, pero la gente necesita conocer la información que muchos ocultan", dice este hombre que se niega a tener televisión en casa, aunque entre risas asevera que "no soy ni un conspiranoico, ni un freakie". --------------------------------------------- |
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