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El País Gonzalo Terra
El Plan de Vivienda Sindical del Pit-Cnt,
coordinado por el sindicato de los metalúrgicos, agrupa a 320
cooperativas que representan unas 15.000 familias. El negocio global
supera los 500 millones de dólares.
En febrero de este año, una empresaria recibió un
ofrecimiento para construir 1.000 viviendas para cooperativas de
Maldonado, San Carlos, Atlántida y Minas. Firmó un contrato con M.D. y
R.Ch, quienes le aseguraron que tenían los terrenos y el visto bueno del
Pit-Cnt. El primero es un excomunista y el segundo, según fuentes
consultadas, fue socio de Jorge Burgos, hermano de Eduardo, el
responsable del Plan de Viviendas de la central obrera.
M.D. y R.Ch. le pidieron una "donación" a cuenta de las
utilidades del negocio. Se calculó que la empresaria ganaría US$ 3
millones por la construcción de las mil viviendas, por lo que le
pidieron más de una decena de cheques por un total de 300.000 dólares
que, según figura en el contrato, serían utilizados "exclusivamente y
con el único fin" de comprar terrenos destinados a la construcción de
viviendas sociales.
Meses después, la empresaria fue demandada en la órbita
civil por un prestamista que intentó cobrar el primero de los cheques
por US$ 25.000 y que había entregado a los dos gestores. En la
contestación de la demanda, la abogada de la empresaria afirmó que su
clienta fue estafada y que los cheques debían destinarse a la compra de
terrenos. Según indicó en el escrito presentado, M.D. y R.Ch. no podían
descontar el cheque y menos utilizar el dinero en beneficio propio.
En la contestación de la demanda aparece una relación
de hechos que señala que hubo reuniones para negociar el contrato en la
sede del Pit-Cnt.
El juez fijó una audiencia para el mes de febrero y
la denunciada solicitó que sean citados ambos gestores y también los
responsables del plan de vivienda y dirigentes sindicales del Pit-Cnt.
Uno de los citados es Eduardo Burgos, el principal responsable del Plan
de Vivienda Sindical.
Las fuentes consultadas por El País indicaron que en
este caso no es posible involucrar al Pit-Cnt directamente, aunque
señalaron que la empresaria recurrió a dirigentes de la central para
plantearles su situación y que estos intentaron persuadirla "por todos
los medios" de no recurrir a la Justicia.
En la misma situación se encuentran otros
empresarios. Según supo El País, a un constructor de Salto y a una
empresa extranjera, en este caso por 2.500 viviendas, los mismos
gestores les ofrecieron contratos a cambio de dinero por adelantado.
El coordinador del Pit-Cnt y máximo dirigente de la
Unión de Trabajadores del Metal y Ramas Afines, Marcelo Abdala, dijo a
El País que M.D. y R.Ch. no forman parte del Pit-Cnt ni integran el Plan
de Vivienda Sindical. "No ocupan ningún lugar en nuestra estructura. Un
día vinieron en representación de empresas que ofrecían determinados
modos constructivos, pero nunca estuvieron dentro de la central. Acá
viene mucha gente a ofrecerse pero nosotros, antes de hacer nada, les
pedimos un Documento de Aptitud Técnica que concede la Facultad de
Arquitectura. Sin eso no pueden construir, y ellos, que ofrecieron
muchas cosas, no lo tenían. Les dijimos `vayan a sacar ese documento y
después vemos`. No volvieron y no pueden hacer una sola casa", explicó
Abdala.
Dijo que no le "consta" que el Plan de Vivienda
Sindical tenga contratos firmados con empresas constructoras. "Nos
representamos a nosotros mismos. No necesitamos de intermediarios",
afirmó.
Abdala dijo que tampoco conoce la existencia de
demandas judiciales ni de las "donaciones" pedidas por ambos gestores a
las empresas constructoras. "Si hicieron algo que es ilícito tendrán
que responder ante la Justicia, está bien que así sea. Nosotros estamos
tranquilos, no nos preocupa porque no tenemos nada que ver con ellos",
dijo.
Abdala también afirmó que no conoce a M.D. de su
militancia en el Partido Comunista, y cree que Burgos tampoco lo conocía
antes de que se presentara como representante de empresas españolas.
Sobre la selección de las empresas que participarán
del negocio, Abdala dijo que tendrán un "lucro" razonables porque el
Pit-Cnt se encarga de controlar el costo, y que se eligen en función de
la calidad, entrega en plazo y costo, lo cual está regulado por el Plan.
También señaló que es necesario contar con una
canasta de modos constructivos, al menos seis, para que en cada
situación se pueda optar por el sistema que más se adapta a las
características del terreno, etc.
Es por esa razón que fue convocada a trabajar en el
Plan la metalúrgica Umissa, del empresario Alejandro Lagrenade. Umissa
estuvo vinculada en 2007 a un negocio fallido con la exportación de
viviendas a Venezuela, un caso que terminó en la Justicia Penal.
Por otra parte, el Plan de Vivienda implica que
exista un Instituto de Asistencia Técnica (IAT) que se encarga de
asesorar a las cooperativas. Cada cooperativa debe adelantar por
concepto de costos de tramitación unas 500 UR en cuotas, más de US$ 5
millones.
Al frente del Instituto fue puesto en 2010 Sergio
Lindner, otro exmilitante del Partido Comunista que integró la dirección
del sindicato de Ancap. A comienzos de octubre, el semanario Búsqueda
informó que Lindner se dedica a asesorar en la formación de
cooperativas. "Los negocios de Lindner funcionaron muy bien, al menos
para él. A diferencia de la mayoría de sus colegas, pasó a tener un
elevado nivel de vida y con el tiempo logró mudarse de una cooperativa a
una casa en Punta Gorda y luego a otra en Malvín, adquirió una
propiedad en Portezuelo y realizó múltiples viajes al exterior", publicó
Búsqueda. El semanario informó que Lindner tiene abierto un expediente
en el Ministerio de Vivienda por "emplear las normas del cooperativismo
pero en realidad actuar como promotor privado usando el sistema de ayuda
mutua y haciendo fraude al BPS".
El País intentó ayer contactar a Lindner en sus oficinas de la calle Río Negro pero respondió que no estaba dispuesto a atender.
Sin embargo, Abdala dijo que se le pidió a Lindner
que se alejara del IAT y "bajara el perfil". "Lindner es un compañero
con mucha experiencia pero en estos momentos está fuera del Instituto.
Tuvo algunas dificultades hace algunos años, en momentos de la crisis,
cuando quebró el Banco Hipotecario y algunos préstamos de cooperativas
no se pudieron efectuar. Pero son dificultades vinculadas al quiebre del
BHU. Es un compañero que aportó muchas ideas para este plan de
vivienda. Como tenía algunos cuestionamientos preferimos que bajara el
perfil de su participación", dijo a El País. Donde funcionan las
oficinas de Lindner también está ubicado el Plan de Vivienda Social.
El País GONZALO TERRA22 may 2016
Burgos les dio a ambos varios contratos para
negociar casas por casi 800 millones de dólares. También intercedió ante
ellos para recuperar cheques de una empresaria que denunció. Tres años
después de que las denuncias tomaran estado público, Burgos rompió el
silencio y habló con El País para explicar lo ocurrido. Habla de la
presunta estafa, del dinero para la campaña de Juan Castillo, de la
participación de Marcelo Abdala y el futuro del plan de vivienda.
—¿Cómo nació el Plan de Vivienda Sindical?
—Nació en el sindicato metalúrgico. Yo era trabajador
de Umissa cuando se exportaban casas a Venezuela. Se nos ocurrió que
esos sistemas de casas serían una solución acá. Formamos cooperativas,
el Secretariado del Pit-Cnt avaló extender el plan que era del sindicato
y creamos un Instituto de Asistencia Técnica para las cooperativas. En
2008 se creó una comisión de vivienda en el Pit-Cnt con dirigentes de la
metalurgia, el comercio, el transporte y el Puerto. En 2010 ya teníamos
15.000 familias inscriptas.
—En 2011 el Pit-Cnt firma un convenio con el Hipotecario.
—Necesitábamos de un banco que financiara la compra. El gobierno tenía 6.000 subsidios de crédito hipotecario para dar.
—Algunos contratos que usted firmó dicen que había apoyo explícito del gobierno al plan sindical de viviendas.
—Había voluntad del Banco Hipotecario. Nos decían:
"si ustedes consiguen la inversión, los terrenos y el desarrollador,
nosotros le damos el crédito a los trabajadores que envíe el Pit-Cnt".
Veían con muy buenos ojos el plan y nos ayudaron a canalizarlo.
—¿Cómo se vinculó el Pit-Cnt con las empresas privadas?
—Queríamos sistemas constructivos alternativos.
Además de Umissa aparecieron Crupe, Emmedue, Knox, etc. Empresas que
ofrecen kits de viviendas muy buenos y económicos. Hablamos con
constructoras grandes pero no les servían los precios. Las casas debían
ser accesibles para los trabajadores.
—¿Cómo se contactaron con el Pit-Cnt los dos
particulares denunciados en cuatro causas penales por presuntas estafas
por cientos de miles de dólares invocando el plan de vivienda?
—Llegó primero M.D. y ofreció terrenos en El Pinar,
Peñarol y algún otro en el interior. Tenía una constructora pero no
tenía vínculos con las empresas que ofrecen los sistemas constructivos.
—¿Ya conocía a M.D. por su pasado como militante en el Partido Comunista?
—No. No lo conocía.
—¿Cómo llegó R.CH. al Pit-Cnt?
—Vino semanas después que M.D. Mi hermano era cónsul
en España, se conocieron allí y mi hermano le comentó que estábamos con
este plan. R.CH. representaba empresas que tenían sistemas
constructivos como los que necesitábamos. R.CH. vino y nos dejó folletos
de las casas.
—¿Cómo se vincularon luego entre ellos?
—Yo los puse en contacto. Semanas después vinieron
ambos al Pit-Cnt integrando Vivamax Sociedad Anónima. Trajeron a doce
empresarios españoles. Comimos un asado y nos hicieron una presentación
técnica. Luego hicimos un acto en 18 de Julio y Marcelo Abdala dijo que
teníamos financiamiento para 10.000 viviendas. Al día siguiente hubo una
conferencia de prensa en el Pit-Cnt. Fue gente del gobierno. Todo iba
muy bien.
—El 16 de enero de 2012 usted firmó en el Pit-Cnt
un contrato con Vivamax para que hicieran 3.400 viviendas. El costo de
cada kit era por 26.000 dólares. ¿Usted presentó un poder para firmar
en nombre del Pit-Cnt?
—Sí claro, yo tenía un aval de Juan Castillo y
Abdala para firmar con los privados. Ese aval decía que yo era
responsable del Plan de Vivienda Sindical. Ellos me reconocieron como
presidente y a Hugo Monza, que también firmaba, como secretario del
plan.
—¿Por qué el Secretariado del Pit-Cnt dijo,
cuando se dieron a conocer las denuncias, que usted no tenía poder para
firmar en representación de la Central?
—Los compañeros entendieron que esto se tendría que
haber votado en el Secretariado y no haber sido autorizado por Abdala y
Castillo. En aquel momento Castillo era coordinador y Abdala secretario
de organización. Los compañeros entendieron que todo esto debió haber
pasado por ahí, constado en actas, etc. Hubo informalidades que hoy, a
tres años...
—¿Usted se manejaba solo?
—No, nadie puede negar que yo era miembro del
Pit-Cnt. A mí me reconoce la gente como miembro del Pit-Cnt y dirigente
de mi sindicato.
—Con ese contrato que usted firmó y el convenio entre el Pit-Cnt y el Banco Hipotecario, Vivamax salió a buscar financiación.
—Antes se presentaron los sistemas constructivos
ante la Facultad de Arquitectura para conseguir los Documentos de
Aptitud Técnica (DAT) que los habilitarían. Nosotros enviamos a la
ministra de Vivienda, Graciela Muslera, una carta para que le pusiera el
ojo a esos permisos porque de ellos dependía el plan. Luego siempre
faltaba algún papel y no se terminaban de certificar los sistemas
constructivos. Había cierta corriente que quería matar esos sistemas
constructivos.
—¿Por qué el 25 de abril de 2012, cuatro meses
después de firmar aquel primer contrato con Vivamax, suscribe otro por
4.000 viviendas con R.CH., aunque esta vez aparece como director de la
sociedad anónima Balmey?
—Porque era por otro sistema constructivo. Ahí es donde entra Walltech (N.de R. Empresa ecuatoriana que también denuncia estafa) con su sistema y un empresario de Tacuarembó que iba a financiar todo. Pero siempre los negocios los traían R.CH. y M.D.
—En ese momento R.CH. y M.D. ya tenían una lujosa sede en el Prado a la que llamaron Nexo. ¿Ese contrato se firmó ahí?
—No recuerdo, creo que sí.
—¿Cuándo se enteró que Balmey fue demandada
porque pidió a un privado 1,8 millones de dólares para construir
viviendas y no cumplió?
—Me enteré después que se armó ese lío. Hablé con el
financista, vimos terrenos en Tacuarembó para hacer otros negocios,
pero luego desistió.
—Diez meses después, el 15 de febrero de 2013, vuelve a firmar otro contrato con Vivamax por 3.000 viviendas. ¿Por qué?
—También era por otro sistema constructivo, esta vez
Emmedue. Había un proyecto ya encaminado con líneas de crédito
bancarias por US$ 15 millones.
—¿Por qué seguía firmando contratos con R.CH. y
M.D. si habían incumplido el primer acuerdo de enero de 2012 que los
obligaba a entregar 1.720 viviendas antes del 31 de diciembre de ese
año?
—La verdad es que ni yo me acordaba de ese
incumplimiento. Esos convenios seguían latentes y nosotros continuábamos
viendo terrenos. El DAT no salía y eso trababa todos los negocios.
—¿A esa altura ya sabía que estaban pidiendo por adelantado decenas de miles de dólares a los inversores?
—No, yo recién me enteré cuando llegó a mí una empresaria de Rocha a reclamar un cheque.
—El 23 de abril de 2013 Vivamax firmó con
Dintesol un acuerdo para financiar viviendas, y la gente de Dintesol
exigió que alguien del Pit-Cnt estuviera presente.
—Sí, me llamaron y fui a la sede de Nexo. Les
expliqué el plan y el rol del Pit-Cnt. Les dije que nosotros poníamos
la cartera de clientes para las casas.
—En ese mismo acto Dintesol entregó a Vivamax 13 cheques por US$ 300.000. ¿No los vio?
—No, eso fue antes o después, mientras yo estuve, que fueron veinte minutos, eso no pasó.
—En total entregó poderes a R.CH. y M.D. para negociar diez mil viviendas, un negocio que ronda los US$ 800 millones.
—Ellos tenían que conseguir lo más difícil, que era
la inversión. Nunca fui consciente de los millones de dólares. No lo vi
desde ese punto de vista, nosotros queríamos solucionar el tema de la
vivienda para mucha gente.
—¿A usted lo estafaron?
—A mí no me sacaron un peso. Siento que jugaron...,
que engañaron. La última parte de ellos fue jodida si se comprueba que
andaban en esa lógica de los cheques. Pero en un momento laburamos.
Había sintonía para buscar terrenos y solucionar los problemas. Me
calenté, pero cuando que hubo que rescindir el acuerdo no hubo problema.
—¿Usted recibió dinero?
—No, nunca me dieron ni pedí dinero. El que diga eso miente.
—Fuentes que estuvieron en el negocio dicen que se le entregó un cheque por US$ 45.000.
—Jamás. Que lo demuestren. Sé que lo están diciendo. Mienten.
—R.CH. hizo una declaración voluntaria y dijo que
M.D. era "representante encubierto" del Pit-Cnt. Empresarios aseguran
que siempre decía hablar en nombre del Pit-Cnt cuando pedía dinero.
—No era miembro del Pit-Cnt ni tampoco un gestor, era un empresario. No tenía derecho a hablar en nombre del Pit-Cnt.
—R.CH. dijo: "El acuerdo era 40% de las ganancias para el Pit-Cnt, 40% para él y 20% para M.D."
—Es otra mentira. La prueba es que se desdijo ante
la jueza cuando le tomó declaración. Dijo que yo no recibía ningún
beneficio en ese negocio. Esa es la verdad y él también la dijo
—Pero también dijo que usted era parte de la sociedad.
—Mentira, que lo pruebe.
—M.D. pidió a un empresario vinculado al plan US$
30 mil para pagar la publicidad en televisión de la campaña de Juan
Castillo para la presidencia del Frente Amplio. Otro empresario, también
vinculado al plan, le cedió minutos de radio para la campaña. ¿Lo
sabía?
—No, no sabemos quién apoya las campañas.
—¿Lo niega o no lo sabe?
—No lo sé. Juan es mi compañero en el Partido Comunista, pero yo no estaba en el comando de campaña.
—R.CH. también habló de los apoyos a la campaña de Castillo.
—R.CH. me quiso embretar con eso, me dijo que puso
plata para la campaña de Juan, me lo recriminó cuando estábamos
rompiendo el contrato.
—Esa vinculación entre el plan y la campaña deja muchas dudas.
—Eso contamina... ellos pudieron haber puesto plata o
no, pero si pusieron ¿eso les permitía pedir dinero a nombre del plan
de vivienda como hicieron? No.
—¿La plata para la campaña de Castillo era la misma que pedían por adelantado a los empresarios por las viviendas?
—No, eso nunca lo supe. Él me recriminó que habían
apoyado la campaña de Juan y nosotros lo habíamos dejado tirado. Le dije
"son cosas distintas, si pusiste plata eso no te libra de que nos hayas
metido en un lío".
—Participó con Abdala de una reunión con un empresario del plan en Tacuarembó.
—Sí, fuimos a buscar terrenos.
—¿Abdala tenía un papel activo?
—No, fue esa vez y también participó de la comida con los empresarios españoles.
—¿El argentino Carlos Molinari, que se interesó en Pluna y fue investigado por lavado en su país, le pagó un viaje a China?
—Sí, lo autorizó el Secretariado. Él quería invertir
en el plan, iba a poner una fábrica de contenedores en Pando. Luego eso
cayó.
—¿En la sede de Nexo, propiedad de Vivamax, iba a funcionar una financiera de su hermano?
—Los trabajadores en el Clearing no podían acceder a
la vivienda. Mi hermano vino de España con gente que sabía de
cooperativismo. Formó una cooperativa financiera para dar préstamos para
salir del Clearing. Iba a funcionar en Nexo pero después eso no caminó.
—¿Se hizo algo de ese plan de viviendas que usted gestionó?
—De la línea de trabajo con el BHU se cayó todo. La otra línea con el Ministerio de Vivienda está en marcha.
"La mujer de Rocha nos utilizó, me hizo bolsa".
Susana Nicodella fue la primera en denunciar ante la
Justicia al plan de vivienda sindical. Entregó cheques por US$ 300.000 y
no los recuperó. Recurrió a Burgos para que intercediera ante quienes
se lo habían pedido. "Ella vino al Pit-Cnt con el marido. Me dijo lo de
los cheques, le dije que R.CH. y M.D. no podían pedir dinero. Llamé a
M.D. y le dije que en este lío no podía caer el Pit-Cnt, que devolviera
los cheques. Le pedí a la gente de Rocha que fuera a hablar con ellos y
volviera, pero que esto se tenía que arreglar. Después fui a Rocha y
seguimos en contacto, incluso se postularon para un trabajo de
movimiento de tierra pero cotizaron muy alto y nos quisieron presionar
para que se lo diéramos. Hubo una mala intención de Nicodella, involucró
al Pit-Cnt, me involucró a mí cuando siempre estuve a su disposición.
Nos utilizó. A mí me hicieron bolsa, me culpó y sabe que no tuve nada
que ver".
"El plan de viviendas sigue y es un orgullo".
Burgos destaca que "siempre" el Plan de Vivienda
Sindical apuntó a darle una solución a los trabajadores. Hoy, la línea
de trabajo con el Banco Hipotecario se cayó, pero sigue en marcha la
iniciada con el Ministerio de Vivienda. "El Plan hoy tiene básicamente
el monopolio del reglamento 2011 y la mitad de los préstamos del
reglamento 2008. Cada seis meses se sortean 500 viviendas, en el último
ganamos más de 250 viviendas. A pesar de todos los golpes que hemos
tenido hoy hay 4.000 familias que ya tienen sus préstamos otorgados. Hay
muchos retrasos porque el plan no se armó para la realidad
constructiva. La casa se arma en dos semanas, pero las habilitaciones
demoran mucho más. Esa burocracia nos ha perjudicado, y también aumentan
los costos fijos de las cooperativas. Pero seguimos adelante, ya hay
gente viviendo en las primeras viviendas y es un orgullo para nosotros".
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