1. LA SPEZIA
2. FOTO MARTÍN
3. MR. BRICOLAGE
4. FANAPEL
5. COLEME
6. PLUNA
7. ANCAP (capitalizada con impuestos)
8. ALAS U
9. PARMALAT
10. LIFAN
11. FRIPUR
12. RAINCOOP
13. MOLINO DOLORES
14. ECOLAT
15. AGUA IVESS
16. NORDEX
17. PAYLANA
18. DANCOTEX
19. KEGENOL
20. JASSER
21. TIEMPOST
22. YASAKI
23. CERE OIL
24. CALAGUA
25. CHERY
26. BIG PLASTIC
27. ELINORD
28. SCHREIBER FOODS
29. SANDUPAY
30. HANKA
31. PRESUR
32. KENTILUX
33. CODET
34. GREEN
35. GALIA
36. KEBENOLL
37. CUD Ubuntu
38. CURTIEMBRE EL AGUILA
39. TESSAMERICA
40. URUPANEL
41. LANASUR
42. LACTINOR
43. ECO ART
44. COLEGIO J.P. VARELA
45. RODELÚ
46. CALVINOR
47. DOBARRO & PICHEL
48. AVÍCOLA TENNENT
49. MOLINO CARMELO
50. CRISTALERÍAS DEL URUGUAY
51. FUNSA
52. OLMOS (pasó a ser cooperativa)
53. IMAGINARIUM
54. HISUD
55. FIBRATEX
56. LA ESTADA
57. BAR 10 DE MONTEVIDEO
58. VARIOS LOCALES DEL BROU
59. MOLINOS INTERDEPARTAMENTALES
60. CALERA CARAPÉ
61. EL CLON (sucursal Las Piedras)
62. REFRESCOS MIO.
63. EUROCEN (call center, 300 empleados 2011)
64. AVANZA (call center, 250 empleados)
65. PRODHIN
66. HOTEL PLAZA FUERTE
67. HOTEL LANCASTER
68. HOTEL AUSTRAL
69. HOTEL MANTRA (Punta del Este)
70. PALMOLIVE
71. GATONA CALZADOS
72. COLLERATI CALEFONES
73. LA COLONIAL – Benito Blanco y Barreiro
74. KAYSER
75. SOULPACK
76. PHUASA
77. ILDU
78. INASUR
79. CAMPOMAR
80. SOULAS
81. TINTEX
82. SLOBA
83. SADIL
84. ALPARGATAS
85. DEUS – CARRASCO
86. TORINO
87. NIBO
88. GLENCORE
El País PAULA BARQUET 01 abr 2017
Por estos días alguien se tomó el trabajo de
sentarse a enumerar todas las empresas conocidas que han cerrado sus
puertas en los últimos años. La lista, que se remonta a más de 10 años y
contiene unos 40 nombres, circula en Facebook y crece en comentarios
porque —es innegable— algunas de las caídas en desgracia fueron
referentes en sus rubros, lo cual entristece y sorprende a muchos.
Esta semana se supo que la "lista negra" agregó a La
Spezia y al Molino Florida. En este mes de marzo también se sumaron Foto
Martín y Mr. Bricolage. En febrero fue el polémico cambio Nelson, y
antes cayeron Fanapel y el Molino Dolores. Este 2017 parece estar
arrasando con el ánimo empresarial uruguayo. ¿O es una sensación?
Hay un dato que puede resultar relevante para saberlo, y
es el número de empresas que se presentaron a concurso de acreedores
por no poder afrontar sus deudas. En lo que va del año van exactamente
21 empresas, según informaron en la Liga de Defensa Comercial. Son seis
más que las que había a esta altura el año pasado. Es un aumento, aunque
no parece sustancial.
Los números que maneja la Liga muestran que desde 2008
hasta ahora la solicitud de concurso de acreedores ha ido en aumento.
Tuvo picos de crecimiento en 2012 y en 2015, aunque en 2016
sorprendentemente registró una baja. Fernando Cabrera y Gabriel
Hernández, del área jurídica de la Liga, le quitan importancia a ese
último dato porque entienden que la realidad comercial no siempre se
refleja inmediatamente en esa cifra. Hay que mirar la tendencia.
Además, se debe tener en cuenta que los concursos
pueden extenderse durante años. Federico Barreto, integrante del
Departamento de Desarrollo Productivo del Pit-Cnt contó para este
informe que según averiguaciones que han hecho en los juzgados, a
mediados de febrero había 74 empresas en proceso de concurso, lo cual
trepó a 90 a principios de marzo y a más de 100 esta semana.
Más allá de un posible "boom", para Barreto esto es
reflejo también de una "modalidad empresarial nueva" que no le gusta:
"hay más facilidades para cerrar, es más fácil bajar cortina, pido
créditos y no pago, me presento a concurso, cierro y después se verá".
Por supuesto que sigue habiendo empresas que
resuelven su salida sin llegar al punto de cargar con deudas, como es el
caso de Mr. Bricolage, cuyo director se esmeró en lograr "un cierre
ordenado". En ese sentido, otro indicador posible lo aporta el Banco de
Previsión Social: ¿cuántas empresas hay registradas hoy y cómo ha
evolucionado esa cifra en los últimos años?
La información que ofrece el Banco de Previsión
Social (BPS) no está tan actualizada, pero igual permite sacar algunas
conclusiones. Primero, si uno mira el número general, año a año aumentan
las empresas cotizantes, aunque en los últimos años se ha enlentecido
el crecimiento. Las empresas de mediano y pequeño porte han disminuido,
pero han aumentado (poco) las grandes y las unipersonales. A nivel
departamental, el único que registró una baja en 2015 fue Rivera.
En términos generales no saltan a la vista mayores
problemas, hasta que se pone el foco en la actividad privada. Entonces,
ahí sí, los datos de la Asesoría General en Seguridad Social revelan que
los puestos de trabajo disminuyeron entre 2014 y 2015, y que la
cantidad de puestos "patronos" enlenteció claramente su crecimiento,
llegando a ser hoy casi nulo. De 2002 a 2008 creció alrededor de 3%
anual. De 2008 a ahora, apenas alcanza el 1%.
Los datos de la industria manufacturera, en
particular, acusan el golpe. En Montevideo la caída de ese tipo de
emprendimientos es sostenida desde 2011. A nivel país hay menos empresas
que elaboran bebidas, que fabrican prendas de vestir, que hacen
productos de caucho y plástico, que fabrican productos informáticos o
electrónicos (aquí la caída es notoria y sostenida) o que fabrican
maquinaria y equipos de transporte.
Los puestos de trabajo en el sector industria y
comercio crecieron en 2015, pero la tendencia muestra un crecimiento
cada vez menor desde 2010. La construcción, en tanto, está claramente en
problemas desde 2013, aunque es un sector de fluctuaciones históricas.
En el medio rural los puestos bajan desde 2010.
Causas del "desastre".
La ley que regula la presentación a concurso exige a
la empresa un texto al que llama "memoria explicativa sobre las causas
del desastre". Allí los empresarios suelen hacer todos sus descargos.
Las memorias constituyen, al fin y al cabo, tristes relatos de los
intentos por sacar a flote empresas golpeadas por distintos motivos.
En la Liga de Defensa Comercial han leído cientos de
memorias porque en ocasiones participan de los concursos en el rol de
síndico (quien ocupa el lugar de un directivo) o interventor (quien
administra la empresa junto al director), o bien integran comisiones de
acreedores en representación de alguna de sus 500 empresas asociadas.
Por eso saben que allí muchas veces los empresarios "remiten a
generalidades": el efecto tequila, la crisis de Brasil, las
restricciones a las importaciones de Argentina. "La realidad es que hay
causas endógenas y exógenas", dice Cabrera, jefe del área jurídica de la
Liga. "A veces, tener una empresa sobredimensionada con una cantidad de
costos laborales inflexibles, como el caso de La Spezia, te marca el
desenlace. Por cada 100 pesos que le entraban, La Spezia gastaba 130; no
estaba ni en el punto de equilibrio".
Es evidente que poner a todas las empresas en una
misma bolsa conduce a generalizaciones injustas. En ese sentido, la
economista Ana Laura Fernández, asesora de la Cámara de Comercio,
insiste en aclarar que en ciertos casos "hay causas que tienen que ver
con la gestión", y en otros las que pesan son "variables ajenas a la
empresa y en las que no tiene incidencia: las tarifas, los precios que
paga, los impuestos, los trámites burocráticos, los costos salariales,
la cantidad de mercados que haya abierto el país".
Según cuenta, muchos empresarios sienten que los
costos que impone el Estado son muy altos: la presión tributaria, los
costos laborales y, sobre todo, las múltiples regulaciones que implican
dinero, tiempo y personal. Se ve, por ejemplo, en el sector alimenticio.
"Está bien que haya controles, porque estamos hablando de la salud de
las personas, pero (queremos) que esa disposición no se transforme en
trabas al empresario. Creo que ahí falta ponerse en el lugar del otro.
Hay que cumplir con esto y con lo otro, ok, pero ¿cómo podemos hacerlo
sin entorpecer la actividad del empresario?", plantea la economista.
Esto último se ha convertido en "un reclamo constante" de los socios de
la Cámara, reconoce Fernández.
En la Cámara de Comercio sienten que en el Estado no
hay alguien que esté viendo el asunto con una mirada integral.
Fernández mencionó que la creación del Sistema de Competitividad, que
recién está dando sus primeros pasos, es un avance, pero lamentó que no
se haya incluido a la gremial en ese organismo.
Para las empresas exportadoras las variables ajenas o
exógenas son más y están realmente pesando en términos de
competitividad. No es nuevo: la consolidación de nuevos mercados —China,
sobre to-do— como centros fabriles en los que los salarios son magros y
los niveles de producción altísimos, con la consiguiente caída del
precio de los commodities, sumada a la crisis financiera internacional y
la caída del dólar. Las exportaciones uruguayas están en un mal momento
—en 2016 cayeron 7,3%— y reflejo de ello es el cierre de Fanapel, de
los molinos de Dolores y Florida, de varias lácteas y textiles.
Según Barrios, del Pit-Cnt, la única posibilidad de
que estas empresas salgan adelante es que inviertan en tecnología, con
la paradoja de que, a su entender, eso siempre trae aparejada una
reducción del personal y a la larga la consecuencia es la depreciación
de los salarios. En Uruguay eso no sucede pero, según él, "es cuestión
de tiempo".
Fripur, la emblemática empresa pesquera, hace en su
memoria explicativa de solicitud de concurso una completa exposición de
todos esos factores y de cómo fueron determinantes para el cierre, según
su parecer. El texto rememora las épocas en las que Fripur exportaba en
forma directa a más de 20 países y fija en 2008, con la crisis
económica mundial, el inicio de la debacle. La pesca es un sector
particularmente golpeado por el descenso de la demanda mundial.
Pero el descargo de Fripur también dedica espacio a
quejarse de los factores internos: "incremento del costo de la mano de
obra, aumento del costo de los permisos de pesca, incremento de la
energía eléctrica e incremento de los costos financieros". La empresa
asegura que sus costos de producción crecieron entre 2008 y 2013 un 83%
en relación al índice medio de salarios, 40% en relación al índice de
precios mayoristas y 50% en relación al índice de precios al consumo.
Fripur fue adquirida por la canadiense Cooke Aquaculture en diciembre de
2015, pero la empresa aún no ha reabierto.
Los malestares de los empresarios están recogidos en
una encuesta del Instituto de Competitividad de la Universidad
Católica, que en junio de 2016 preguntó: ¿En qué medida cada uno de los
siguientes elementos es un obstáculo para los negocios en Uruguay? Entre
los obstáculos mayores se destacan los costos de transporte (54%) y las
regulaciones laborales (40%). Los empresarios también ponderan la
conflictividad laboral (más del 50%) y la falta de acuerdos comerciales
fuera del Mercosur (48%).
Es cierto: algunos elementos parecen reafirmar que
el empresariado en Uruguay no está de parabienes. Pero por el momento
los indicadores no permiten hablar de un "boom de empresas caídas". En
la Liga creen que ahora los cierres "tienen más repercusión" que antes
en los medios. Las redes sociales agregan su granito de arena, opina
Ferdinando Cuturi, de Mr. Bricolage, multiplicando la información y las
expresiones. Para él, lo que ha aumentado es la "sensibilidad". A los
uruguayos nunca nos gustó decir adiós.
Concurso, una herramienta con tendencia al alza.
Desde que entró en vigencia la nueva ley de
concursos de acreedores, en 2008, hasta hoy, la herramienta se utilizó
en 476 casos. Las empresas que apelan al concurso, ya sea por voluntad
propia o a solicitud de un acreedor, vienen registrando una tendencia al
alza. En lo que va de 2017 fueron 21 empresas, seis más que las que
había a esta altura en 2016. Más allá de variaciones, en la Liga de
Defensa Comercial entienden que la herramienta sigue siendo "mal vista"
por muchos empresarios y que a menudo los concursos "se piden tarde".
Fernando Cabrera y Gabriel Hernández, del área jurídica de la Liga,
destacaron la disminución de los tiempos del concurso, que con la norma
anterior llegaron a implicar 20 o 30 años. Aún se están liquidando
bienes de Campomar y Soulas, la extextil de Juan Lacaze que quebró en
1993. Con la nueva ley se procesó el cierre de Pluna en cuatro años y
medio. La fórmula para pagar a los acreedores se ideó ahí mismo, en la
Liga. Según informó Cabrera, hoy transcurren unos 38 días en promedio
hasta que el juzgado resuelve declarar el concurso. La junta de
acreedores se celebra a los 308 días, y en 340 días se llega a un
convenio. En 128 expedientes se ha decretado la liquidación; en esos
casos se llegó en promedio a los 344 días, y el plazo máximo fueron
1.373 días.
EL FINAL DE TRES EMPRESAS EMBLEMÁTICAS.
La Spezia perdió la batalla contra los altos costos.
La Spezia, fábrica de pastas artesanales que logró
imponerse como referente en su actividad, cerró sus puertas el 18 de
marzo. ¿Cómo pudo ser? Cuatro generaciones dirigieron la empresa luego
de que los hermanos Bonfiglio Crovara la crearan, al llegar de su Italia
natal, en 1938. Según la memoria explicativa de la solicitud de
concurso de acreedores, la empresa se fue actualizando e incorporando
tecnología, reinvirtiendo sus utilidades constantemente, ampliando la
gama de productos, la oferta en distintos puntos de venta, y sobre todo
buscando posicionarse como vendedor de "calidad preferencial". Hace unos
años, La Spezia debió empezar a invertir sus ahorros y luego solicitar
créditos para costear la infraestructura y la contratación del personal
necesario para solventar la ambiciosa propuesta de estar disponible en
21 supermercados: esto implicaba gente para "tareas de producción,
cadena de frío, traslado, reposición y venta" en lugares distantes,
según explican en la memoria. Agregan, a su vez, que los costos
salariales pasaron de ser 35% del precio final del producto a 65%. La
coyuntura económica de los países vecinos y la importación de pasta de
menor calidad pero mucho más barata fue el golpe de gracia. La Spezia
intentó "reestructurar horarios" y "optimizar la gestión", pero ya no
había vuelta atrás. Este jueves se resolvió llamar a licitación para
liquidar definitivamente la empresa.
Foto Martín, rehén de la irrupción de la imagen digital.
Si Kodak cerró, ¿cómo no habría de cerrar Foto
Martín? Fundada por Martín Blitzer, fue la casa de fotografía más
conocida en Uruguay. Blitzer fue un pionero. Según surge de la memoria
explicativa del concurso, Foto Martín incorporó al país el primer
laboratorio industrial de revelado color en los años 70, y más adelante
también introdujo los "mini-labs" en los shopping, logrando ofrecer un
revelado rápido y "cerca de la gente".
Pero nada es para siempre. Desde el año 2000, según
la memoria, empieza a expandirse la cámara digital, que permite al
usuario "ver las fotos en su propia cámara antes de revelarlas". Foto
Martín no se dejó vencer enseguida: empezó a vender cámaras digitales e
hizo una fuerte inversión en la tecnología necesaria para imprimir
imágenes que hubieran sido tomadas con estas cámaras. Pero luego
aparecieron los celulares con cámara, y más adelante los teléfonos
inteligentes, capaces incluso de desplazar a las cámaras digitales. Otra
vez Foto Martín debió rever su negocio: pasó a vender celulares y otros
productos electrónicos. Las redes sociales y el intercambio masivo de
fotos por esa vía ahondaron la crisis porque terminaron definitivamente
con el revelado y "el misterio de ver cómo quedaron las fotos". Además,
por vender productos en dólares y por competir con Amazon o Mercado
Libre, Foto Martín prácticamente había dejado de sacar utilidades de las
ventas. Este mes se presentó a concurso con las obligaciones salariales
de febrero impagas.
Mr. Bricolage cierra por el costo de alquilar el shopping.
Hace 20 años, el "hágalo usted mismo" no existía en
Uruguay. Lo trajo Ferdinando Cuturi de Francia al instalar Mr. Bricolage
en Montevideo y Portones Shopping, lo cual "fue una quijotada" con
buenos resultados. Hace unos cinco años Cuturi, que siempre estuvo al
frente del negocio, empezó a sufrir el encarecimiento del alquiler. Sus
locales tienen entre 1.500 y 2.000 metros cuadrados, algo difícil de
cambiar dadas las características del negocio. Mudarse no fue una
opción, porque la master-franquicia exige estar en centros comerciales.
Según dijo Cuturi a El País, en esta primera nota tras la decisión de
cerrar, lo suyo no tuvo que ver con costos laborales o tributarios;
tampoco fue la llegada de Sodimac al mercado, lo cual creyó que sería un
golpe y al final no fue tal. La razón principal del cierre fue, en sus
palabras, "el boom del comercio": aumentó la oferta de locales en los
shopping y subió el precio del metro cuadrado. Hubo, sí, una caída del
consumo (no de las visitas), que también colaboró. Días atrás, una
señora le dijo a Cuturi: "No puede ser que cierren, con todo lo que yo
venía". Y antes de que él contestara, ella misma agregó: "Se ve que no
venía tan seguido". Cuturi cuenta esta anécdota sin angustia. Su energía
está puesta en lograr un "cierre ordenado" y cumplir con los 80
proveedores y 50 empleados. Si bien costó digerir la decisión, asegura
que está "muy conforme".
Señores la mayoria de estas empresas ya venian cayendo en los años 80 y algunas cerraron antes de los80 tengo 77 años y andres deus cerro hace mas de 20 por que no pones que paso con afe onda pablo ferrando y asi un monton pongan fechas yo ya puse todas las casas que cerraron y las fechas
ResponderEliminar