15, 20 minutos antes de que empezara la marcha, todo estaba en su curso habitual en la principal avenida de Montevideo. La gente y los vehículos iban y venían, como siempre. Era difícil sospechar el imaginable luto que inundaría poco después las calles, el dolor penetrante de la gente que marcha cada 20 de mayo, desde hace 22 años, pidiendo, con un silencio a gritos, el fin de la impunidad.
La consigna de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos para esta marcha fue “Impunidad: responsabilidad del Estado. Ayer y hoy”. “Claro que sabemos más, que hay unos 30 militares presos por estos crímenes y que ha habido iniciativas y esfuerzos por todo el país en acciones de memoria y reparación [...] Pero hay un freno que siempre enlentece, retarda u obstaculiza los avances”, decía el comunicado de Familiares, que le pidió al Estado “más acciones, más investigación y avances”. La organización detalló algunas incongruencias: “A 40 años, no podemos continuar con secretos en manos de las fuerzas que nos reprimieron, que nos robaron la vida de tantos compañeros, que nos atemorizaron, que nos hicieron huir de nuestro país. No podemos aceptar más sus privilegios (legales, salariales, jubilatorios). Ni tampoco sus declaraciones reivindicando la tortura, ni sus ‘comandos Barneix’, ni sus robos de los materiales que los incriminan, ni su vigilancia en democracia (como da muestra el archivo Castiglioni). Ese accionar sin consecuencias cuestiona los avances de estos años”, sentencia.
En la marcha hubo mensajes muy directos, como una pancarta que decía “Los responsables de la impunidad silencian la verdad”, acompañada por fotos de los ex presidentes Julio María Sanguinetti, Luis Alberto Lacalle, Jorge Batlle y José Mujica, y del presidente Tabaré Vázquez. Iba junto con otra pancarta que preguntaba: “¿Qué poderosos intereses mantienen un país sin memoria ni justicia?”.
“Una vergüenza”
“Siempre tenemos ese cacho de esperanza, de expectativa, que nos hace seguir, y vamos a seguir”, comentó a la diaria Óscar Urtasún, de Familiares, hermano de José Luis Urtasún, militante del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T) secuestrado en Buenos Aires en agosto de 1978. ¿Qué sentido tiene marchar? “Es político, pero es ideológico, es filosófico, y lo precisamos. No los desaparecidos, nosotros lo precisamos, tenemos que dejar todo. Yo tengo un hermano desaparecido; crecí con él y no puedo dejarlo solo, no puedo, más allá de mis convicciones políticas”, relató mientras daba los primeros pasos de la marcha. A título personal, Urtasún catalogó de “lamentable” la situación actual: “Es una vergüenza el Poder Judicial. Al Poder Legislativo nunca le interesó mucho este tema, nunca hizo nada. Y el Poder Ejecutivo juega a la política, y en la política parece ser que lo que da dividendos sirve, mientras que lo que no da dividendos no sirve”. Pidió “ser radical” para ir a las raíces y responder “por qué no aparecen, por qué los milicos siguen con ese pacto de silencio, por qué no se toman medidas”. Reprobó que el MLN-T casi no haya participado en el referéndum de 1989 para anular la Ley de Caducidad, y que haya designado a “lo peor” de sus militantes para esa tarea; del mismo modo, cuestionó al fallecido ex ministro de Defensa Nacional Eleuterio Fernández Huidobro, y dijo que ya estaba todo dicho sobre él cuando lo agarraron los militares y le dijo “al milico”: “No tires que soy yo”. “A los traidores hay que darles”, concluyó.
María Bellizzi, madre de Andrés Humberto Bellizzi, secuestrado en abril de 1977 en Buenos Aires, iba al frente de la marcha, con la foto de su hijo. A sus 92 años, había contado antes las 17 cuadras por las que marcharía. Les pidió a los organizadores que fueran despacio y comentó: “No sé para qué apurarse, si no tenemos que ir a hacer nada después de la marcha”. Marchó por vigésima segunda vez. “La impunidad no ha variado en nada. Yo no tengo muchas esperanzas de que se haga justicia, pero seguimos igual. La marcha es un recuerdo, una memoria interminable, y los jóvenes, por suerte, demuestran mucho interés por la causa. Se avanza poco porque no hay interés. Lo dice la consigna de este año: nunca hubo interés, porque cuando hay un juez que trabaja en investigar algo, ya lo cambian de lugar”, explicó a la diaria. Contó que la causa de su hijo “está trancada”, que una sola vez la llamó el juez Pedro Salazar y que nunca citó al testigo, su socio del taller que tenían en Buenos Aires.
“Un stand by
Entre las marchantes estaba Mariana Zaffaroni, hija de María Emilia Islas y Jorge Zaffaroni, secuestrados en Buenos Aires en setiembre de 1976 junto con ella, de un año y medio, que luego fue apropiada por el represor argentino Miguel Ángel Furci. Destacó que pudo marchar con su marido y sus hijos, con quienes vive en Argentina. “Todos los años seguiremos insistiendo para que se sepa la verdad”, afirmó. Mariana participó en el juicio de la Tercera Corte de Asís, de Roma, donde se desarrolla el juicio por el Plan Cóndor, porque necesita saber qué ocurrió con sus padres. El veredicto, dictado en enero y apelado recientemente, dio cadena perpetua a algunos de los violadores de los derechos humanos en América Latina durante las décadas de 1970 y 1980, pero absolvió a otros 19, entre ellos 13 uruguayos. Mariana comentó que esa sensación de que reina la impunidad no se da sólo en Uruguay. “A nivel internacional se está como en un stand by. Hubo un empuje, pero ahora no veo que se esté moviendo demasiado. Lo que pasó en Italia... Había muchas esperanzas, mucha ilusión de que eso sirviera como guía o como ejemplo, y el resultado no fue el que se esperaba, con lo cual no es lo que nos falta como sociedad, sino, en general, en todo el mundo. No es algo excluyente de Uruguay ni de Argentina: hay una intención, pero después no se llega a demasiado”, evaluó.
“Emocionante”
Al término de la marcha, el senador Rafael Michelini respondió preguntas de la prensa. Dijo que confía en que la Fiscalía Especializada en Derechos Humanos y Delitos de Lesa Humanidad, cuya creación cuenta con media sanción, “le va a dar mayor profesionalismo” a la búsqueda. Consultado por la falta de avances, repitió que todo debe hacerse con las garantías del debido proceso. Respondió que no hay mayores avances por todo el tiempo que llevó derribar la Ley de Caducidad -“una pieza jurídica quizás de perfección”-, y dijo que ahora “se puede juzgar con total intensidad”, aunque reconoció que muchos de los represores se van muriendo y que hay menos acceso a pruebas. Consultado por los recursos para mejorar las investigaciones, anunció vagamente que se darán “los que sean necesarios”.
Más que contenta terminó la marcha Elena Zaffaroni, compañera de Luis Eduardo González, secuestrado en su casa, en 1974. Evaluó que la marcha es “emocionante” y saludó las cuadras y cuadras repletas de gente. Dijo que “no sería justo decir que no hay avances desde el 2000 hasta acá”, y comentó que los resultados son lentos y que han sido gracias a la movilización social. Sostuvo que “los reclamos son necesarios para la convivencia del país” y que el hecho de que no ocurra nada con quieres tuvieron “una terrible actuación durante esos años de dictadura genera una educación de que la impunidad está bien y genera una distorsión de valores que es subterránea”. Se preguntó cómo es posible que “un tipo como [Raúl] Mermot, que fue comandante en jefe en democracia, haga declaraciones alentando a sus subordinados, aunque no lo sean ya, a decir que fue válido lo que hicieron”. Valoró que pese a que la jueza desestimó su procesamiento, “importa que un fiscal se animó a decir esto tiene que ser penado con prisión” y dijo que son “pequeños avances que si hubiera otra política que atravesara profundamente todo el Estado, serían mucho mayores”. Además, dijo que es necesario que se alineen todos los poderes del Estado para terminar con la impunidad. “Este tema es de interés de los uruguayos, no es solamente un tema de Familiares; no es un tema del pasado, es un tema que tiene que ver con el hoy, con mejorar en todos los aspectos, con la Justicia, con revisar toda la temática de las Fuerzas Armadas, con revisar toda su participación en el terrorismo de Estado, con todos los organismos represivos”, sintetizó.