Abran los archivos!!!
20 de mayo 2017 - 22ª “Marcha del silencio” - Montevideo
SANGUINETTI – LACALLE – BATLLE - VAZQUEZ – MUJICA
Acá están los que silencian la verdad, acá están los 5 presidentes pos dictadura que tranzaron con los milicos, acá están los que no hablan ni una sola palabra sobre asesinatos de lesa humanidad, ellos también son cómplices del mayor genocidio uruguayo...ellos también son RESPONSABLES DE LA IMPUNIDAD
¿Qué poderosos intereses mantiene un país sin memoria y sin justicia?
Con acusaciones a los gobiernos, incluyendo a los del FA, miles reclamaron avances en la búsqueda de desaparecidos
15, 20 minutos antes de que empezara la marcha, todo estaba en
su curso habitual en la principal avenida de Montevideo. La gente y los
vehículos iban y venían, como siempre. Era difícil sospechar el
imaginable luto que inundaría poco después las calles, el dolor
penetrante de la gente que marcha cada 20 de mayo, desde hace 22 años,
pidiendo, con un silencio a gritos, el fin de la impunidad.
La consigna de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos para esta marcha fue “Impunidad: responsabilidad del Estado. Ayer y hoy”. “Claro que sabemos más, que hay unos 30 militares presos por estos crímenes y que ha habido iniciativas y esfuerzos por todo el país en acciones de memoria y reparación [...] Pero hay un freno que siempre enlentece, retarda u obstaculiza los avances”, decía el comunicado de Familiares, que le pidió al Estado “más acciones, más investigación y avances”. La organización detalló algunas incongruencias: “A 40 años, no podemos continuar con secretos en manos de las fuerzas que nos reprimieron, que nos robaron la vida de tantos compañeros, que nos atemorizaron, que nos hicieron huir de nuestro país. No podemos aceptar más sus privilegios (legales, salariales, jubilatorios). Ni tampoco sus declaraciones reivindicando la tortura, ni sus ‘comandos Barneix’, ni sus robos de los materiales que los incriminan, ni su vigilancia en democracia (como da muestra el archivo Castiglioni). Ese accionar sin consecuencias cuestiona los avances de estos años”, sentencia.
En la marcha hubo mensajes muy directos, como una pancarta que decía “Los responsables de la impunidad silencian la verdad”, acompañada por fotos de los ex presidentes Julio María Sanguinetti, Luis Alberto Lacalle, Jorge Batlle y José Mujica, y del presidente Tabaré Vázquez. Iba junto con otra pancarta que preguntaba: “¿Qué poderosos intereses mantienen un país sin memoria ni justicia?”.
“Una vergüenza”
“Siempre tenemos ese cacho de esperanza, de expectativa, que nos hace seguir, y vamos a seguir”, comentó a la diaria Óscar Urtasún, de Familiares, hermano de José Luis Urtasún, militante del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T) secuestrado en Buenos Aires en agosto de 1978. ¿Qué sentido tiene marchar? “Es político, pero es ideológico, es filosófico, y lo precisamos. No los desaparecidos, nosotros lo precisamos, tenemos que dejar todo. Yo tengo un hermano desaparecido; crecí con él y no puedo dejarlo solo, no puedo, más allá de mis convicciones políticas”, relató mientras daba los primeros pasos de la marcha. A título personal, Urtasún catalogó de “lamentable” la situación actual: “Es una vergüenza el Poder Judicial. Al Poder Legislativo nunca le interesó mucho este tema, nunca hizo nada. Y el Poder Ejecutivo juega a la política, y en la política parece ser que lo que da dividendos sirve, mientras que lo que no da dividendos no sirve”. Pidió “ser radical” para ir a las raíces y responder “por qué no aparecen, por qué los milicos siguen con ese pacto de silencio, por qué no se toman medidas”. Reprobó que el MLN-T casi no haya participado en el referéndum de 1989 para anular la Ley de Caducidad, y que haya designado a “lo peor” de sus militantes para esa tarea; del mismo modo, cuestionó al fallecido ex ministro de Defensa Nacional Eleuterio Fernández Huidobro, y dijo que ya estaba todo dicho sobre él cuando lo agarraron los militares y le dijo “al milico”: “No tires que soy yo”. “A los traidores hay que darles”, concluyó.
María Bellizzi, madre de Andrés Humberto Bellizzi, secuestrado en abril de 1977 en Buenos Aires, iba al frente de la marcha, con la foto de su hijo. A sus 92 años, había contado antes las 17 cuadras por las que marcharía. Les pidió a los organizadores que fueran despacio y comentó: “No sé para qué apurarse, si no tenemos que ir a hacer nada después de la marcha”. Marchó por vigésima segunda vez. “La impunidad no ha variado en nada. Yo no tengo muchas esperanzas de que se haga justicia, pero seguimos igual. La marcha es un recuerdo, una memoria interminable, y los jóvenes, por suerte, demuestran mucho interés por la causa. Se avanza poco porque no hay interés. Lo dice la consigna de este año: nunca hubo interés, porque cuando hay un juez que trabaja en investigar algo, ya lo cambian de lugar”, explicó a la diaria. Contó que la causa de su hijo “está trancada”, que una sola vez la llamó el juez Pedro Salazar y que nunca citó al testigo, su socio del taller que tenían en Buenos Aires.
“Un stand by”
Entre las marchantes estaba Mariana Zaffaroni, hija de María Emilia Islas y Jorge Zaffaroni, secuestrados en Buenos Aires en setiembre de 1976 junto con ella, de un año y medio, que luego fue apropiada por el represor argentino Miguel Ángel Furci. Destacó que pudo marchar con su marido y sus hijos, con quienes vive en Argentina. “Todos los años seguiremos insistiendo para que se sepa la verdad”, afirmó. Mariana participó en el juicio de la Tercera Corte de Asís, de Roma, donde se desarrolla el juicio por el Plan Cóndor, porque necesita saber qué ocurrió con sus padres. El veredicto, dictado en enero y apelado recientemente, dio cadena perpetua a algunos de los violadores de los derechos humanos en América Latina durante las décadas de 1970 y 1980, pero absolvió a otros 19, entre ellos 13 uruguayos. Mariana comentó que esa sensación de que reina la impunidad no se da sólo en Uruguay. “A nivel internacional se está como en un stand by. Hubo un empuje, pero ahora no veo que se esté moviendo demasiado. Lo que pasó en Italia... Había muchas esperanzas, mucha ilusión de que eso sirviera como guía o como ejemplo, y el resultado no fue el que se esperaba, con lo cual no es lo que nos falta como sociedad, sino, en general, en todo el mundo. No es algo excluyente de Uruguay ni de Argentina: hay una intención, pero después no se llega a demasiado”, evaluó.
“Emocionante”
Al término de la marcha, el senador Rafael Michelini respondió preguntas de la prensa. Dijo que confía en que la Fiscalía Especializada en Derechos Humanos y Delitos de Lesa Humanidad, cuya creación cuenta con media sanción, “le va a dar mayor profesionalismo” a la búsqueda. Consultado por la falta de avances, repitió que todo debe hacerse con las garantías del debido proceso. Respondió que no hay mayores avances por todo el tiempo que llevó derribar la Ley de Caducidad -“una pieza jurídica quizás de perfección”-, y dijo que ahora “se puede juzgar con total intensidad”, aunque reconoció que muchos de los represores se van muriendo y que hay menos acceso a pruebas. Consultado por los recursos para mejorar las investigaciones, anunció vagamente que se darán “los que sean necesarios”.
Más que contenta terminó la marcha Elena Zaffaroni, compañera de Luis Eduardo González, secuestrado en su casa, en 1974. Evaluó que la marcha es “emocionante” y saludó las cuadras y cuadras repletas de gente. Dijo que “no sería justo decir que no hay avances desde el 2000 hasta acá”, y comentó que los resultados son lentos y que han sido gracias a la movilización social. Sostuvo que “los reclamos son necesarios para la convivencia del país” y que el hecho de que no ocurra nada con quieres tuvieron “una terrible actuación durante esos años de dictadura genera una educación de que la impunidad está bien y genera una distorsión de valores que es subterránea”. Se preguntó cómo es posible que “un tipo como [Raúl] Mermot, que fue comandante en jefe en democracia, haga declaraciones alentando a sus subordinados, aunque no lo sean ya, a decir que fue válido lo que hicieron”. Valoró que pese a que la jueza desestimó su procesamiento, “importa que un fiscal se animó a decir esto tiene que ser penado con prisión” y dijo que son “pequeños avances que si hubiera otra política que atravesara profundamente todo el Estado, serían mucho mayores”. Además, dijo que es necesario que se alineen todos los poderes del Estado para terminar con la impunidad. “Este tema es de interés de los uruguayos, no es solamente un tema de Familiares; no es un tema del pasado, es un tema que tiene que ver con el hoy, con mejorar en todos los aspectos, con la Justicia, con revisar toda la temática de las Fuerzas Armadas, con revisar toda su participación en el terrorismo de Estado, con todos los organismos represivos”, sintetizó.
La consigna de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos para esta marcha fue “Impunidad: responsabilidad del Estado. Ayer y hoy”. “Claro que sabemos más, que hay unos 30 militares presos por estos crímenes y que ha habido iniciativas y esfuerzos por todo el país en acciones de memoria y reparación [...] Pero hay un freno que siempre enlentece, retarda u obstaculiza los avances”, decía el comunicado de Familiares, que le pidió al Estado “más acciones, más investigación y avances”. La organización detalló algunas incongruencias: “A 40 años, no podemos continuar con secretos en manos de las fuerzas que nos reprimieron, que nos robaron la vida de tantos compañeros, que nos atemorizaron, que nos hicieron huir de nuestro país. No podemos aceptar más sus privilegios (legales, salariales, jubilatorios). Ni tampoco sus declaraciones reivindicando la tortura, ni sus ‘comandos Barneix’, ni sus robos de los materiales que los incriminan, ni su vigilancia en democracia (como da muestra el archivo Castiglioni). Ese accionar sin consecuencias cuestiona los avances de estos años”, sentencia.
En la marcha hubo mensajes muy directos, como una pancarta que decía “Los responsables de la impunidad silencian la verdad”, acompañada por fotos de los ex presidentes Julio María Sanguinetti, Luis Alberto Lacalle, Jorge Batlle y José Mujica, y del presidente Tabaré Vázquez. Iba junto con otra pancarta que preguntaba: “¿Qué poderosos intereses mantienen un país sin memoria ni justicia?”.
“Una vergüenza”
“Siempre tenemos ese cacho de esperanza, de expectativa, que nos hace seguir, y vamos a seguir”, comentó a la diaria Óscar Urtasún, de Familiares, hermano de José Luis Urtasún, militante del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T) secuestrado en Buenos Aires en agosto de 1978. ¿Qué sentido tiene marchar? “Es político, pero es ideológico, es filosófico, y lo precisamos. No los desaparecidos, nosotros lo precisamos, tenemos que dejar todo. Yo tengo un hermano desaparecido; crecí con él y no puedo dejarlo solo, no puedo, más allá de mis convicciones políticas”, relató mientras daba los primeros pasos de la marcha. A título personal, Urtasún catalogó de “lamentable” la situación actual: “Es una vergüenza el Poder Judicial. Al Poder Legislativo nunca le interesó mucho este tema, nunca hizo nada. Y el Poder Ejecutivo juega a la política, y en la política parece ser que lo que da dividendos sirve, mientras que lo que no da dividendos no sirve”. Pidió “ser radical” para ir a las raíces y responder “por qué no aparecen, por qué los milicos siguen con ese pacto de silencio, por qué no se toman medidas”. Reprobó que el MLN-T casi no haya participado en el referéndum de 1989 para anular la Ley de Caducidad, y que haya designado a “lo peor” de sus militantes para esa tarea; del mismo modo, cuestionó al fallecido ex ministro de Defensa Nacional Eleuterio Fernández Huidobro, y dijo que ya estaba todo dicho sobre él cuando lo agarraron los militares y le dijo “al milico”: “No tires que soy yo”. “A los traidores hay que darles”, concluyó.
María Bellizzi, madre de Andrés Humberto Bellizzi, secuestrado en abril de 1977 en Buenos Aires, iba al frente de la marcha, con la foto de su hijo. A sus 92 años, había contado antes las 17 cuadras por las que marcharía. Les pidió a los organizadores que fueran despacio y comentó: “No sé para qué apurarse, si no tenemos que ir a hacer nada después de la marcha”. Marchó por vigésima segunda vez. “La impunidad no ha variado en nada. Yo no tengo muchas esperanzas de que se haga justicia, pero seguimos igual. La marcha es un recuerdo, una memoria interminable, y los jóvenes, por suerte, demuestran mucho interés por la causa. Se avanza poco porque no hay interés. Lo dice la consigna de este año: nunca hubo interés, porque cuando hay un juez que trabaja en investigar algo, ya lo cambian de lugar”, explicó a la diaria. Contó que la causa de su hijo “está trancada”, que una sola vez la llamó el juez Pedro Salazar y que nunca citó al testigo, su socio del taller que tenían en Buenos Aires.
“Un stand by”
Entre las marchantes estaba Mariana Zaffaroni, hija de María Emilia Islas y Jorge Zaffaroni, secuestrados en Buenos Aires en setiembre de 1976 junto con ella, de un año y medio, que luego fue apropiada por el represor argentino Miguel Ángel Furci. Destacó que pudo marchar con su marido y sus hijos, con quienes vive en Argentina. “Todos los años seguiremos insistiendo para que se sepa la verdad”, afirmó. Mariana participó en el juicio de la Tercera Corte de Asís, de Roma, donde se desarrolla el juicio por el Plan Cóndor, porque necesita saber qué ocurrió con sus padres. El veredicto, dictado en enero y apelado recientemente, dio cadena perpetua a algunos de los violadores de los derechos humanos en América Latina durante las décadas de 1970 y 1980, pero absolvió a otros 19, entre ellos 13 uruguayos. Mariana comentó que esa sensación de que reina la impunidad no se da sólo en Uruguay. “A nivel internacional se está como en un stand by. Hubo un empuje, pero ahora no veo que se esté moviendo demasiado. Lo que pasó en Italia... Había muchas esperanzas, mucha ilusión de que eso sirviera como guía o como ejemplo, y el resultado no fue el que se esperaba, con lo cual no es lo que nos falta como sociedad, sino, en general, en todo el mundo. No es algo excluyente de Uruguay ni de Argentina: hay una intención, pero después no se llega a demasiado”, evaluó.
“Emocionante”
Al término de la marcha, el senador Rafael Michelini respondió preguntas de la prensa. Dijo que confía en que la Fiscalía Especializada en Derechos Humanos y Delitos de Lesa Humanidad, cuya creación cuenta con media sanción, “le va a dar mayor profesionalismo” a la búsqueda. Consultado por la falta de avances, repitió que todo debe hacerse con las garantías del debido proceso. Respondió que no hay mayores avances por todo el tiempo que llevó derribar la Ley de Caducidad -“una pieza jurídica quizás de perfección”-, y dijo que ahora “se puede juzgar con total intensidad”, aunque reconoció que muchos de los represores se van muriendo y que hay menos acceso a pruebas. Consultado por los recursos para mejorar las investigaciones, anunció vagamente que se darán “los que sean necesarios”.
Más que contenta terminó la marcha Elena Zaffaroni, compañera de Luis Eduardo González, secuestrado en su casa, en 1974. Evaluó que la marcha es “emocionante” y saludó las cuadras y cuadras repletas de gente. Dijo que “no sería justo decir que no hay avances desde el 2000 hasta acá”, y comentó que los resultados son lentos y que han sido gracias a la movilización social. Sostuvo que “los reclamos son necesarios para la convivencia del país” y que el hecho de que no ocurra nada con quieres tuvieron “una terrible actuación durante esos años de dictadura genera una educación de que la impunidad está bien y genera una distorsión de valores que es subterránea”. Se preguntó cómo es posible que “un tipo como [Raúl] Mermot, que fue comandante en jefe en democracia, haga declaraciones alentando a sus subordinados, aunque no lo sean ya, a decir que fue válido lo que hicieron”. Valoró que pese a que la jueza desestimó su procesamiento, “importa que un fiscal se animó a decir esto tiene que ser penado con prisión” y dijo que son “pequeños avances que si hubiera otra política que atravesara profundamente todo el Estado, serían mucho mayores”. Además, dijo que es necesario que se alineen todos los poderes del Estado para terminar con la impunidad. “Este tema es de interés de los uruguayos, no es solamente un tema de Familiares; no es un tema del pasado, es un tema que tiene que ver con el hoy, con mejorar en todos los aspectos, con la Justicia, con revisar toda la temática de las Fuerzas Armadas, con revisar toda su participación en el terrorismo de Estado, con todos los organismos represivos”, sintetizó.
Zaffaroni: militares uruguayos "gozan de impunidad"
La integrante de Madres y Familiares de Uruguayos
Detenidos Desaparecidos, Elena Zaffaroni, afirmó que los militares
uruguayos "gozan de impunidad", con relación a los crímenes ocurridos en
la dictadura uruguaya.
Los dichos de Zaffaroni surgen a raíz del
discurso que el comandante en jefe del Ejército uruguayo, Guido Manini
Ríos, dio durante la celebración del aniversario 206 de dicha
institución, en el que se refirió a los "privilegios" de los militares
uruguayos.
En su oratoria, el comandante expresó que "se han escuchado voces preocupadas por los privilegios de los militares", pero que el verdadero privilegio de ellos es poder estar "los 365 días del año al servicio de la sociedad en que provienen y no reclamar por ello compensación ni trato especial alguno".
"(Los militares) tienen el privilegio de sentirse servidores del Estado y de asistir en silencio a la discusión que se da sobre su futuro, muchas veces teñida de falsedades y tergiversaciones malintencionadas", agregó en el discurso.
Para Zaffaroni, los militares uruguayos "han tenido siempre el privilegio de la impunidad", ya que hasta hoy "siguen sin pasar por los juzgados" para declarar por los delitos sucedidos en la dictadura cívico-militar.
Además, afirmó que existen "privilegios de la oficialidad", en relación a las jubilaciones que perciben los altos mandos militares.
Zaffaroni sostuvo que durante los tres mandatos de la coalición de izquierdas que gobierna el país, el Frente Amplio, "hubo avances en la investigación histórica y en muchas leyes" pero "los resultados son insuficientes".
"No ha habido una política de Estado", sostuvo, además de afirmar que la información recabada "ha sido en base a la exigencia" de las organizaciones de derechos humanos.
Zaffaroni observó que existen "incongruencias" ya que aunque estos grupos "hacen un esfuerzo para mostrar las responsabilidades", luego estas "se perdonan" desde el Estado. EFE
En su oratoria, el comandante expresó que "se han escuchado voces preocupadas por los privilegios de los militares", pero que el verdadero privilegio de ellos es poder estar "los 365 días del año al servicio de la sociedad en que provienen y no reclamar por ello compensación ni trato especial alguno".
"(Los militares) tienen el privilegio de sentirse servidores del Estado y de asistir en silencio a la discusión que se da sobre su futuro, muchas veces teñida de falsedades y tergiversaciones malintencionadas", agregó en el discurso.
Para Zaffaroni, los militares uruguayos "han tenido siempre el privilegio de la impunidad", ya que hasta hoy "siguen sin pasar por los juzgados" para declarar por los delitos sucedidos en la dictadura cívico-militar.
Además, afirmó que existen "privilegios de la oficialidad", en relación a las jubilaciones que perciben los altos mandos militares.
Zaffaroni sostuvo que durante los tres mandatos de la coalición de izquierdas que gobierna el país, el Frente Amplio, "hubo avances en la investigación histórica y en muchas leyes" pero "los resultados son insuficientes".
"No ha habido una política de Estado", sostuvo, además de afirmar que la información recabada "ha sido en base a la exigencia" de las organizaciones de derechos humanos.
Zaffaroni observó que existen "incongruencias" ya que aunque estos grupos "hacen un esfuerzo para mostrar las responsabilidades", luego estas "se perdonan" desde el Estado. EFE
>>> Comisión Verdad y Justicia INOPERANTE
>>> Sin justicia
Ante el fallo de la Justicia en el caso Mermot
La muralla de la impunidad esta aun en pie y debemos quebrarla.
En cada marcha del 20 de mayo el
Estado se lava las manos y se cubre con el velo de la impunidad, mientras
libera a los torturadores. Una nueva marcha llena de reclamos parece no
importarles. La memoria arde, sigue viva como lo planteo el compañero Ibero Gutiérrez
en 1970:
…Ahora están no estando.
Como asesinados del
silencio.
Miles y miles marchando es la
expresión de miles que no están dispuestos a resignar el reclamo de verdad y
justicia. Es importante en la medida que eso se convierta en memoria activa y
participación en cada acto de repudio a los represores, en cada escrache y cada
rescate. Porque ¿Qué peso tiene una denuncia judicial sin condena social? ¿Dónde
radica la clave para sacudir la modorra del olvido y la complicidad?
Tanto el juez Martin Gesto que
otorgó prisión domiciliaria a Gavazzo y Rama, como los jueces que liberaron a
Zabala y Rivero, como la jueza Blanca Rieiro quien no hizo lugar al pedido
fiscal y defendiendo a Mermot lo absuelve, están mostrando como la impunidad
está operando cruel y calladamente.
Estos jueces junto a todo el aparato jurídico del Centro y Circulo
Militar, Rossana Gavazzo, Graciela Figueredo, Martin Ojeda y Fernando Posada
liberan una y otra vez a los impunes defensores de la tortura y los
torturadores.
Miles queremos justicia. Más de un
millón de memoria no transó con la impunidad. Los que transaron fueron la clase
política a través de todos los sucesivos gobiernos desde el Pacto del club
Naval. El que sigue teniendo la responsabilidad es el Estado.
Mermot dice no saber ni haber visto
nada. Pero no solo estuvo en lugares claves sino que fue mando. Y todos ellos
fueron y son culpables. Y siguen callando
para mantener esta omertá.
Pero esta es parte de su “hazañosa” carrera.
Mientras la
gente marcha hace 22 años en silencio los milicos no paran de vociferar desde
sus tribunas.
Y quien tiene la osadía de adoptar
un verdadero compromiso e investigar sobre las denuncias hechas contra más de
500 represores responsables de graves delitos de lesa humanidad, son
removidas de su cargo. La jueza Mariana Mota no solo fue sacada de su trabajo,
se le borra del medio de un plumazo y se encajonan los más de cincuenta expedientes
sobre personas desaparecidas, asesinadas, torturadas.
Y a quienes se oponen a estas
medidas patoteras se les persigue y condena, como en aquellos tiempos.
Parece ser que el Estado, en una
despótica práctica sistemática y sistémica de desmemoria
oportunista y obligatoria, pretende permanecer incólume ante el señalamiento de
la condena social.
Condena social que se mantiene
alerta ante la impunidad de ayer y de hoy.
El Estado se niega a que los juicios
sean públicos. Cuanto menos sepamos mejor para los impunes.
Los Gestos que la impunidad mantiene sostienen los
pactos. Esos Gestos “son humanitarios” con los viejitos que otrora no tuvieron
ni una pisca de humanidad con las presas y los presos de la dictadura.
Son los que tras sus poderes titubean a la hora
de condenar a los empresarios corruptos, cómo en el caso del incendio de
Toledo, donde los dueños de Meteoro dejaron morir calcinados a sus empleados
por pura negligencia codiciosa
Es el mismo Estado negligente
inhumano que condena al pobrerío a la miseria y al encierro. El que permite que en las mazmorras de su sagradas
instituciones los presos mueran asesinados o prendidos fuego. Es el mismo Estado
patriarcal que continúa perpetuando la impunidad.
No hay olvido. No hay perdón. No hay
reconciliación. La memoria y la condena social nos llaman a más luchas, nos
convocan al camino.
A quebrar la
impunidad
A
desmantelar el Circulo y el Centro Militar
De la condena social
no podrán escapar.
Plenaria Memoria y Justicia
21 de Mayo 2017
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