La justicia al revés
>>> Zuluaga le inició un juicio por difamación
Si tocan a uno, nos tocan a todos
Richard Mariani: "Prefiero ir preso que retractarme"
Richard Mariani (29) combina la militancia política y social con el
fútbol. En estos dos ámbitos vivió los momentos de mayor felicidad pero
también los más duros. Hace dos años recibió, durante un partido en
Argentina, un balazo de goma de la policía y perdió la visión en un ojo.
También, en un “acto de rebeldía” contra la dirigencia esquivó la
seguridad del Estadio Centenario y se metió a la cancha para demostrarle
a Antonio Pacheco que la hinchada lo bancaba.
Luego de ser el
vocero de la campaña que exigía la destitución del responsable de la
seguridad de la selección uruguaya, Miguel Zuluaga, éste le inició un
juicio penal. Asegura que en caso de que la Justicia le pida que se
retracte prefiere ir a la cárcel. Fue la cara visible de la campaña que
pedía que se desvinculara al integrante de la selección, por estar
acusado de torturas durante la última dictadura cívica militar que
sufrió el país.
Nació en democracia. No tiene familiares ni
amigos desaparecidos pero lo que pasó durante esos 12 años es un tema
que siempre le preocupó. "Quiero que se sepa la verdad y haya justicia",
asegura.
En la concentración en el memorial de detenidos desaparecidos en el Cerro en repudio al atentado que sufrió en 2018
Si bien la iniciativa denominada "Hagámosle un gol a la impunidad" fue
apoyada por distintas organizaciones sociales, como el grupo de Madres y
Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos, la inquietud fue
planteada por un grupo de jóvenes de una asociación civil que lleva el
nombre de Rebeldía Organizada de la que Mariani también forma parte.
Pese
a que sabía que esta decisión podía traerle consecuencias en el futuro,
y de hecho le trajo, decidió ser el vocero y ponerse la campaña al
hombro.
Así, Mariani fue fundamental para que, luego de varias
entrevistas con distintos medios de comunicación, el tema se instalara
en la opinión pública y, finalmente, la Asociación Uruguaya de Fútbol
(AUF) les concedió una reunión que duró más de una hora.
Luego
de escucharlos, los representantes de la AUF les comunicaron que debían
hablar con Tabárez y con los jugadores referentes del equipo, para
darles una respuesta. Unos días después, Zuluaga se quedaba sin Mundial,
tras 18 años de trabajar con la selección.
Pero la historia no
terminó allí. En noviembre, recibió una llamada de la comisaría de su
barrio. Un agente policial le informaba que debía notificarse y, al otro
día, debió presentarse en la Fiscalía para responder por una denuncia
penal que Zuluaga presentó contra él por difamación e injurias. "Es un
método que utilizan los represores para defenderse", sostiene el joven
sin sorpresa.
"Ahora hay dos caminos, uno de los dos vamos a
terminar presos", adelanta con tranquilidad. Si bien Mariani afirma que
no hubo difamación e injurias porque las pruebas que utilizaron para
acusarlo son públicas, admite que la Justicia lo puede ver de otra forma
y pedirle que se retracte públicamente. "Pero no lo voy a hacer",
sostiene. Asegura que prefiere ir a la cárcel que darle la razón -sin
tenerla- a los militares.
De militar a recibir la propuesta de ser alcalde
Mariani
nació en el barrio Palermo, pero cuando tenía 11 años el divorcio de
sus padres trajo como consecuencia la mudanza a la casa de su abuela en
Delta del Tigre junto a sus hermanos más chicos.
La familia
compuesta por seis hermanos -él es uno de los del medio- quedó partida.
Su padre falleció en 2003 y ahora Mariani vive con su madre que es
oxígeno dependiente. Desde que la enfermedad de su madre empeoró asumió
la responsabilidad de cuidarla y ser el sustento del hogar en el que
viven también sus hermanas más pequeñas, de 15 y 17 años.
Pese a
que empezó a trabajar con 14 años en la construcción, estudió hasta
quinto de liceo. Desde 2015, es funcionario de Secundaria: cumple tareas
como auxiliar de servicio del liceo de Delta del Tigre. Pero el trabajo
en la construcción, que viene de familia y se lo enseñaron sus tíos que
eran albañiles cuando era solo un adolescente, lo sigue conservando;
siempre que puede hace alguna que otra changa.
En 1997, cuando
era niño, su padre cobró una herencia que sumaba una importante suma de
dinero que duró hasta 2001 cuando la familia terminó enfrentada por un
juicio, luego de que los tíos de Mariani los estafaran, según cuenta.
“Cuando
agarramos esa cantidad de plata, que era mucha en aquel tiempo, mi
madre siempre nos trasmitió que si comía uno teníamos que comer todos.
Cuando organizábamos una merienda en la rambla iban todos nuestros
amigos de la cuadra, sino no se hacía”, relata.
Esos valores son
los que hicieron que Mariani se preguntara desde chico cómo podía
ayudar a los demás y ya de más grande sus convicciones lo llevaran a
militar dentro del MPP.
En la demolición de la casa de una mamá jefa de hogar que sufrió un incendio a causa de violencia doméstica. Le están construyendo su casa a través del Plan Juntos
Hace unos ocho años, estaba con unos amigos charlando y consiguieron un
poster del Che Guevara que planteaba la idea de aprender el valor de la
organización, enseñar el valor de la rebeldía para así obtener por
rebeldía organizada. De estas dos últimas palabras surgió el nombre, que
unos años después, pondrían al espacio que conformaron dentro del
Movimiento de Participación Popular (MPP). “Siempre fui un militante a
pie”, sostiene.
Durante esos años de fuerte militancia, a Mariani
le ofrecieron en 2015, cuando tenía 25 años postularse como alcalde de
Ciudad del Plata. Pero prefirió dar un paso al costado por su corta edad
y porque consideró que había otros compañeros que podían cumplir mejor
la tarea.
Mariani y sus compañeros de militancia sentían que a
quienes vivían en Delta del Tigre les hacía falta estar organizados para
enfrentar algunas problemáticas que habían en el barrio y así también
dar respuestas a los propios vecinos. “En ese momento, nosotros
decidimos que teníamos que continuar con Rebeldía pero separándolo
totalmente de la política partidaria”, señala.
Pintando un muro del barrio que invitaba a los niños a una actividad de Reyes Magos organizada con Rebeldía Organizada.
Pero, igualmente, muchos continuaron militando dentro del MPP,
cambiándole el nombre al espacio, esta vez con un nombre que hace
referencia a Eduardo Galeano: Los nadies.
Si bien Mariani cuenta
que ahora está “un poco” alejado de la política partidaria por la
cantidad de tiempo que le demandan todas las actividades que lleva
adelante con Rebeldía Organizada, admite que teniendo en cuenta que es
año de campaña electoral, también se hará un lugar para militar por el
Frente Amplio.
Fútbol
Pero hay una
faceta de Mariani que no es tan conocida y que alterna con su
militancia. “Soy hincha de Peñarol desde que tengo uso de razón”, dice
entre risas. Siempre está detrás del arco alentando al cuadro de sus
amores, antes en la tribuna Ámsterdam ahora en la Washington Cataldi del
Campeón del Siglo.
Uno de los momentos más difíciles que le
tocó afrontar en su vida lo vivió en el fútbol. En 2016, Mariani viajó a
Buenos Aires a ver el partido entre Peñarol y Huracán por la Copa
Libertados. “Allá la policía es mucho más violenta”, recuerda. “Cuando
vas de visitante todo el tiempo los hinchas locales te tiran piedras, y
yo pensé que había sido una piedra”. Así comienza el relato Mariani de
un episodio de violencia dentro del fútbol en el que perdió la vista en
su ojo derecho.
Mariani recibió un balazo de goma por parte de
la policía. “Se te apaga todo y es como volver a empezar”, cuenta
todavía afectado por lo que sucedió. La policía, que no lo dejaba salir
del Estadio, lo tuvo más de media hora tirado en el piso hasta que por
fin llegó una ambulancia.
Cuando fue trasladado al hospital los
médicos lo consolaban diciéndole que tuvo suerte, le recordaban que
hacía unos años un hincha de Estudiantes había muerto luego de recibir
un balazo de goma. “Era como el consuelo del pobre”, dice. Lo cierto es
que le habían pegado en la frente, en el pecho y en el ojo. Producto de
ese disparo tuvo un estallido ocular.
“No veo nada de ese ojo,
un 3%, me rompieron la retina que no tiene reparación, pero mantengo el
globo ocular no sé hasta cuándo. Ahora, por el resto de mi vida, cada
seis horas, me tengo que poner una gotita”, explica.
Debió pasar
tres meses acostado en una cama esperando que le bajara un coágulo de
sangre del ojo para ver si lo podían operar, algo que finalmente no
sucedió.
Recibió una indemnización de 12 mil dólares, luego que
videos de ese día probaran que la policía le disparó sin ninguna razón.
Con ese dinero se pudo comprar una camioneta que utiliza para trasladar a
su madre al hospital y también para trabajar.
Pero ese no fue
el único episodio que protagonizó. En 2011, Mariani, eludió a la
seguridad del Estadio Centenario y en un acto de “rebeldía contra la
dirigencia” se tiró dentro de la cancha y corrió hasta Antonio Pacheco
“el último ídolo de Peñarol” para regalarle una remera de cuando este
jugaba en Wanderers. “Desde ahí quedó una relación con el Tony de
amistad, de agradecimiento por su calidad humana”, dice.
Con Antonio Pacheco en 2013 cuando entró a la cancha para regalarle una remera y mostrarle su apoyo
En el fútbol Mariani también busca ayudar a los que más lo necesitan y
luchar por una sociedad más justa. Recuerda que cuando Hernán Fioritto,
estaba internado luego de haber sido baleado por hinchas de Nacional,
fue a verlo y se puso a disposición de la familia.
Hernán le
contó que su ídolo era Pacheco y antes que su situación se agravara,
Mariani se comunicó con el futbolista –con quien ya tenía un vínculo–
para pedirle si podía ir a verlo.
Al otro día el Tony estaba
ahí, dándole fuerzas a Hernán para que se recupere. Y Mariani hasta el
día de hoy mantiene el vínculo con la familia Fioritto, a quienes
describió como "gente muy buena y laburante".
Richard también fue
uno de los impulsores de la campaña que pedía “precios populares” para
ir a ver a Peñarol y el encargado de que durante la última Marcha del
Silencio, en la tribuna de los aurinegros flameara una bandera en la que
se leía “Para que no se repita más, verdad, memoria y justicia”.
lunes, 21 de enero de 2019
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