miércoles, 16 de octubre de 2019

Grado inversor, humo, deuda y ajuste





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Octubre segunda quincena.

El tema del grado inversor se puso de moda en Uruguay. El gobierno lo expone como uno de sus méritos y el Partido Nacional atribuye su vigencia a su mediación frente a empresas dedicadas a calificar riesgos de créditos concedidos. Las más conocidas son las norteamericanas Standard & Poor’s, Moody’s, la inglesa Fitch.


El grado inversor.

Las empresas brindan información a sus clientes que son fundamentalmente fondos de inversión, grandes Bancos y especuladores financieros de todo tipo. Una revisión histórica permite apreciar que sus calificaciones surgen esencialmente de consideraciones políticas, financieras, económicas.


Relaciones con el FMI, sumisión al sistema financiero, voluntad de pago, capacidad de pago, son algunos de los elementos en juego al evaluar los deudores. La historia también revela importantes fracasos. Empresas y países con las mejores calificaciones sufrieron situaciones críticas en corto tiempo.1

Pese a los antecedentes, el gobierno uruguayo ha elevado a estas instituciones privadas al altar de “dioses infalibles de la evaluación financiera”.



En ese contexto algunos dichos de la asesora económica del partido nacional Azucena Arbeleche cuestionaron la seriedad de las agencias calificadoras, quizás sin quererlo.“Hemos tenido diálogo constante con las agencias calificadoras de riesgo durante estos cinco años y lo que más pedimos es que no nos bajen la nota”.2 Y además “No nos bajaron la nota porque nos han dado tiempo”


Voceros oficiales se apresuraron a desmentir con vehemencia las declaraciones que de hecho reconocían, la incidencia y la permeabilidad de las calificaciones a consideraciones políticas.

Parece evidente que sean verdaderas o falsas las declaraciones de Arbeleche, reafirmadas por Lacalle exponiendo su supuesta mediación para mantener el grado inversor de Uruguay difícilmente puedan ser admitidas por el gobierno y por las agencias, supuestamente “técnicas”.


Durante unos días se instaló la polémica, aunque desapareció rápidamente de escena. Quizás porque no convenía ni a tirios ni a troyanos.

El humo.

De todos modos y pese a las prioridades de la conducción económica, determinada a “honrar” la deuda por sobre todas las cosas y al humo de la publicidad oficial la nota que las calificadoras le asignan a Uruguay lo ubican apenas en un escalón intermedio.


La mayor calificaciones para las deudas de largo plazo es AAA, En ese estadio superior se ubican países como Estados Unidos, Alemania, Canadá, Australia entre otros. Le siguen en el ranking los estadio AA y A. La República Oriental recibe un BBB, último escalón del grado inversor que implica países con “moderado riesgo de incumplimiento”, rango algo inferior por ejemplo a Chile, Panamá y Perú en América latina. En el corto plazo, la mejor calificación es F1 y Uruguay recibe una nota de F3 o tercer escalón.

La deuda y el ajuste.

Parece notorio que la magnitud de la deuda pública uruguaya está poniendo nerviosos a los acreedores. En ese entorno las negociaciones con los organismos e instituciones internacionales del gran capital financiero aparecen teñidas por el temor a la incapacidad de pago.

La continuidad de las estrategias vigentes de apertura indiscriminada al gran capital y al servicio del sistema financiero internacional está entrelazada con el concepto de que la crisis la pague el pueblo.


Las referencias más o menos veladas del sistema político adicto a las sugerencias del Banco Mundial FMI y demás siglas imperiales a temas como la necesidad de elevar la edad jubilatoria, de “reducir gastos públicos” sin especificar demasiado, se inscriben claramente en ese panorama.

Expresándolo abiertamente o sopesando cálculos electorales, el tema del “ajuste” contra el gasto social y los bolsillos de los trabajadores aparece en la agenda de los principales candidatos a presidir el futuro gobierno.


Solamente el pueblo y su lucha en diferentes ámbitos puede impedirlo.



GOTITAS DE ECONOMÍA

  • Los datos del INE de agosto registran 56.6% de tasa de empleo. Un nuevo descenso respecto al 57% de un año atrás. Ni la acumulación de obras públicas cerca de las elecciones, ni las tareas vinculadas al acto electoral como pintadas o reparto de listas, alcanzan para maquillar las cifras.
  • El número de trabajadores en seguro de paro fue de 41987 trabajadores que cobraron el subsidio en agosto. Cifra 8.3% superior al mismo mes del año pasado. 26289 por haber sido despedidos. Otro síntoma de crisis.
  • Según los datos oficiales el IPC en Uruguay acumula un incremento de 7.56% en los primeros nueve meses de 2019, superando las pautas salariales, que rondaron el 7% para todo el año.
  • En marzo el gobierno ecuatoriano aceptó créditos por 10.200 millones de dólares por parte de instituciones financieras. Condicionados a una serie de medidas como reducir el gasto público y reformas laborales. En ese marco se quitó subsidios a los combustibles, se disminuyó 1 día de salarios a trabajadores públicos y redujo licencias. El
  • FMI al comando. El pueblo en lucha frenó las medidas.
  • Paraguay suma dos trimestre con descenso importante de su PBI. Los riesgos de acentuar el carácter primario de una economía están presentes. Políticas del FMI y soja al comando.
  • La empresa coreana Samsung cierra sus plantas de fabricación de celulares inteligentes en China. La competencia de las empresas locales la ha ido marginando de ese mercado.


1  Un caso emblemático fue el de Lehman Brothers que contaba con las mejores “notas” de las calificadoras mencionadas hasta poco antes de quebrar en setiembre del 2008. Argentina tenía de las mejores notas poco antes de 2001. No son los único ejemplo de sus errores.

2  Azucena Arbeleche en declaraciones radiales tomado de El País.







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