domingo, 17 de marzo de 2024

El cumpleaños

De Marcelo Estefanel
16 marzo 2024

 

 El 16 de marzo de 1973, tempranito, cuando le alcancé el termo con agua caliente para el mate, me dijo:
—Felicitame. Hoy es mi cumpleaños.
—¿Y cuántos cumplís, Viejo? —le pregunté.
—Cuarenta y siete— respondió sonriendo con su boca desformada por un balazo.
—¡Feliz cumpleaños, entonces! —le dije—. Ya se me ocurrirá un regalo.
El cumpleañero, el Viejo de 47 años, era Raúl Sendic.
Seguí repartiendo termos celda por celda.
El “Peludo” Juan me ayudaba. Era un hombre joven, fuerte y callado el “Peludo” Juan. Parecía torpe en sus movimientos cotidianos hasta que agarraba una pelota de futbol y ahí se transformaba en una poeta del dribling y en un exquisito jugador a la hora de saltar a cabecear. El “Peludo” Juan tenía devoción por el Bebe y lo demostraba cada madrugada cuando repartíamos las cebadura en los mates y los termos con agua caliente a todos los compañeros del piso y del sector. No hacía mucho que nos habían autorizado la imprescindible infusión criolla en el Penal de Libertad y teníamos que racionar la yerba porque todavía era un bien escaso.
Con el correr de los días observé que el “Peludo” Juan cargaba a tope el mate del Bebe. Recuerdo que le dije:
—¿Por qué le ponés tanta yerba al mate de Raúl, che? No le dejás lugar ni para hinchar la yerba. Y eso está mal.
Me miró con bronca, respiró agitado y se justificó acusándome de botón y de controlador.
—Juan—le dije—, reconoceme que estás haciendo diferencias con el Bebe. Y se la complicás, porque necesariamente tendrá que sacarle yerba al cimarrón para poder tomarlo.

No me respondió. Cargó entre sus brazos cuatro termos recién llenados y salió raudo a repartirlos. Mientras tanto, me quedé en mi celda calentado más agua en aquellos baldes negros y con unos “sun” inventados por nosotros. Ronroneaba el calentador cuando retornó a la celda y me lanzó una diatriba:
—Vos hablás así porque nunca estuviste en una marcha cañera, porque no lo conocés a Raúl como nosotros. Yo desde chico lo vi con mi padre y otros peludos luchando por nosotros. Yo sé lo que es Raúl y vos nos sabes nada.
—Está bien —le respondí—, pero eso no cambia el hecho de que hacés diferencias y eso no está bien.

No se habló más del tema y la jornada carcelaria continuó con su rutina. A media tarde, la guardia abrió mi celda y la del Peludo Juan y nos abocamos para preparar los mates vespertinos.
Ni bien abrí la ventanilla de la celda del Bebe para alcanzarle el termo, le dejé de obsequio por su cumpleaños un ejemplar de “Río Sonoro”, el libro de poemas de mi tío Carlitos. El Bebe me dio las gracias y una bolsita de naylon con la yerba que fue juntando durante días antes de preparar su mate. Con su voz torcida y defectuosa me dijo:
—Aquí devuelvo el gesto exagerado de Juan.

Semanas más tarde, trillando en la cancha chica, el Bebe ponderó la obra de mi tío, le gustó ese diálogo con el río hecho poesía y unos versos que no recuerdo. Sin embargo, releyendo el libro, bien podían ser estos:

—Río Uruguay,
quisiera en esta noche
llenar de luz y estío
mi tiempo tan lejano.
Ir siempre por mi sueño
irrealizable y cierto,
y ser en el silencio, mi propio corazón. (…)

Recuerdo también que con aquella humildad que lo caracterizaba, me confesó:
—Tu regalo me estimuló a escribir unos versos. Cuando termine te los paso.
Y así fue.
A los pocos días escribió:

“Fue un día que abrieron
Los crueles cerrojos
(…)
Y te vi tan pura,
pálida y sonriente
que ahora por siempre
me quedó el recuerdo,
un recuerdo dulce
muy triste y doliente…”

 Andarás Raúl

Por Jorge Selves

Cruzando los surcos de las chacras
Peludeando conciencias postergadas
rumiando guerrillas en los montes
Masticando futuras rebeliones...
Andarás Raúl
Alzando como un puño a los de abajo
Rompiendo en mil pedazos la riqueza
Repartiendo reglamentos incumplidos
Buscando la justicia en esta tierra.
Andarás Raúl
Cruzando la frontera y la utopía
Tornando lo posible en necesario
Pariendo más acciones que palabras
Desafiando academias y teorías...
Y andarás Raúl
Sembrando la alegría de la lucha
En la amarga tierra del azúcar
Marcando con tu ejemplo los caminos
Saqueando al poder establecido
Y usando tus últimos tiroteos
Que apuntan como un índice de hierro
Al Norte de una Patria para todos! 
 
 
 
 
 


 

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