lunes, 23 de diciembre de 2024

Mantienen sus bancas 3 impunidores

Heber, Pasquet y Viera



HACE 30 AÑOS, UN PARLAMENTO SUMISO A
LA PRESIÓN MILITAR APROBÓ LA IMPUNIDAD
 
Hace doce años, escribí en La República un artículo sobre aquella triste jornada del 22 de diciembre de 1986 (que reedito en Facebook por segunda vez). Hoy, cuando se cumplen 30 años de la aprobación de la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado (15.848), en el Parlamento solo se mantienen tres de aquellos legisladores que votaron por la impunidad: el ahora senador Luis Alberto Heber del Partido Nacional y los aún diputado Tabaré Viera y Ope Pasquet del Partido Colorado.

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El 22 de diciembre de 1986 -hace exactamente 18 años (ahora 30 años)- el Parlamento uruguayo aprobó la Ley 15.848, llamada inicialmente como de “Preclusión de la Pretensión Punitiva del Estado y Clausura de los Procedimientos contra Funcionarios Policiales y Militares”, y hoy conocida como “Ley de Impunidad”. La iniciativa, propuesta por el Partido Nacional y promulgada por el presidente Julio María Sanguinetti, determinó que se clausuraran todas las indagaciones judiciales sobre violaciones a los derechos humanos y se impidiera toda investigación posterior sobre el tema.
Esta tarde (hace doce años), desde las 19 horas, organizaciones sociales y de derechos humanos, han convocado a una marcha bajo la consigna: “A 18 años de la sanción de la Ley de caducidad, no más impunidad, nunca más dictadura”, que recorrerá 18 de Julio desde la Universidad hasta la Plaza Cagancha (Hoy, en 2016, no está previsto ningún acto recordatorio de aquella jornada).
 
EL CONTEXTO DE LA IMPUNIDAD
A lo largo de tres maratónicas jornadas parlamentarias, el Senado de la República se constituyó entonces, a 22 meses de la asunción del primer gobierno electo tras 13 años de dictadura, en el centro de un debate histórico que luego tendría un rápido trámite en la Cámara de Representantes. Aquel lunes 22 de diciembre, la Justicia penal había citado a declarar, entre otros, al coronel (r) José Nino Gavazzo. Los militares acusados de violaciones a los derechos humanos, amparados por el entonces comandante en jefe del Ejército, teniente general Hugo Medina, anunciaron que no acatarían al juez.
El caso fue planteado como una inminente ruptura institucional por el entonces presidente Julio María Sanguinetti, que convocó a los principales dirigentes del Partido Nacional a la estancia gubernamental de Anchorena para que supieran del propio Medina la situación existente.
El Partido Colorado había visto frustrado un intento de aprobar una Ley de Amnistía a los militares. Tampoco obtuvo votos un proyecto impulsado por el Frente Amplio. Aquel fin de semana se levantó el receso parlamentario para aprobar un proyecto de ley que había presentado el Partido Nacional.
El tema, había generado la reacción de cientos de personas que protagonizaron incidentes en fuera del Palacio de las Leyes, y el sábado 20, cuando se reanudó el debate era evidente la existencia de un acuerdo entre colorados y blancos para aprobar una solución legislativa.
Días antes, el Partido Nacional había exigido un “sinceramiento” político, por el cual el Partido Colorado y la Unión Cívica aceptaron que el Pacto del Club Naval por el que, en agosto de 1984, se negoció el fin de la dictadura implicó un “lógica de los hechos” por la que los militares no serían juzgados.
Durante el extenso debate en el Senado la responsabilidad política del Frente Amplio en el Club Naval fue el centro de la fundamentación del Partido Nacional, para argumentar la propuesta de una salida administrativa que quitaba jurisdicción al Poder Judicial en las causas de derechos humanos.
A lo largo del extenso y agotador debate, mientras varios legisladores de los tres partidos políticos con representación senatorial protagonizaban una batalla dialéctica en sala, otros legisladores negociaban en el ambulatorio y algunas de las bancadas parlamentarias.
La propuesta inicial de la bancada de senadores blancos, incluía una exposición de motivos en la que se explicaba que el proyecto “Reconoce la situación de hecho e instrumenta los mecanismos para superarla, excluyendo las hipótesis que, según las propias manifestaciones castrenses no fueran incluidas en el acuerdo ya reseñado: delitos cometidos con fines de enriquecimiento personal, actos realizados en forma individual por integrantes de las fuerzas. Claramente así, y para citar sólo un ejemplo notorio el asesinato de los ex-legisladores Héctor Gutiérrez Ruiz y Zelmar Michelini queda excluido de las normas de la ley”.
 
EL PACTO, EL GOLPE Y LA ILUSIÓN
Los blancos Guillermo García Costa y Juan Raúl Ferreira, los colorados Eduardo Paz Aguirre y Manuel Flores Silva, y los frenteamplistas Francisco Rodríguez, José Germán Araújo, Hugo Batalla y Reinaldo Gargano, se sucedieron en intervenciones, alusiones e interrupciones que quedaron registradas en las actas de aquella tensa sesión, en la que no faltaron momento de hilaridad. Jorge Batlle pidió licencia y no participó de aquel debate.
“Deseo señalar, Señor Presidente, que durante veintidós meses nos rigió el pacto de la nada. Ahora, no hay que mirar más para el costado pues hay una realidad muy flagrante, dolorosa y nítida para el país, porque hemos ido comprobando día tras día, semana tras semana, mes tras mes, que no era verdad que alguien fuera a ser juzgado. (…) Cuando llegó la etapa definitoria como dicen los franceses, el minuto de la verdad, era cierto que habían arreglado”, acusaba García Costa.
“Este es el tema: ¿van a votar o no la impunidad? De eso se trata. El Frente Amplio no la vota. Saben los señores senadores muy bien que si hay otro golpe de Estado, nosotros no lo vamos a ver porque nos van a matar. Nosotros decimos: “Hay que enfrentar ese golpe de Estado”. ¿Cómo? Con el pueblo unido. Hay que defender las instituciones. Vamos todos juntos, vamos a hacer como ayer, cuando nos juntábamos con banderas de todos los colores y salíamos a la calle. Así hicimos retroceder a las Fuerzas Armadas. ¿Cómo vamos a actuar de esta manera? ¿No nos damos cuenta de la enorme responsabilidad que tenemos? Estamos pagando un precio altísimo; estamos promoviendo golpes de Estado. ¡Por favor! ¿Cómo se va a llamar esta ley? ¿La ley Gavazzo? ¿Qué es esto de retroceder de esta manera? Nuestros hijos, ¿nos van a perdonar esto? De ninguna manera”, replicaba Araújo.
El diario de sesiones del Senado también registra diálogos significativos…
 
“SEÑOR BATALLA. – ¿Me permite, señor Presidente?
SEÑOR PRESIDENTE (Don. Eduardo Paz Aguirre). – La Mesa no advirtió que pueda haber existido una alusión al señor senador Batalla.
SEÑOR BATALLA. – No es para una alusión, sino para una ilusión.
SEÑOR PRESIDENTE (Don Eduardo Paz Aguirre). – Las ilusiones no están comprendidas dentro del Reglamento señor senador. (Hilaridad)
SEÑOR BATALLA. – Sería terrible si se eliminaran de la vida, señor Presidente…”
Un momento singular del debate se registró ya en la madrugada del día 21, cuando el vicepresidente Enrique Tarigo, ocupó una banca de la sala: “Los militares no se han quedado o no han guardado el poder detrás del trono. Eso no es cierto desde el 1º de marzo del año pasado. Lo que ha quedado es este bolsón de situaciones que vienen del pasado, de muchos años atrás; aquí hay hechos del año 1973, 1975, y 1976. Pero no es ni una cuota ni un cuantum de poder que ha quedado en las Fuerzas Armadas, sino que el poder y el gobierno están en las manos de todas las autoridades y de las instituciones electas en noviembre de 1984″, desdramatizó.
 
LOS QUE VOTARON Y LOS QUE NO
La intervención motivó el cambio de voto del blanco Uruguay Tourné, quien se sumó a sus correligionarios Carlos Julio Pereyra y Juan Martín Posadas, en el rechazo de la ley que aquella noche no votaron los seis senadores frenteamplistas: Germán Araújo, Hugo Batalla, Reinaldo Gargano, Carlos Martínez Moreno, Francisco Rodríguez Camusso y Luis Senatore. Votaron a favor de la Ley de Caducidad, los blancos Gonzalo Aguirre Ramírez, Juan Raúl Ferreira, Guillermo García Costa, Luis Alberto Lacalle, Carminillo Mederos, Dardo Ortiz, Francisco Ubillos, Alfredo Zumarán; y los colorados Ercilia Bomio de Brun, Eugenio Capeche, Pedro Cersósimo, Carlos Cigliuti, Juan C. Fa Robaina, Manuel Flores Silva, Raumar Jude, Luis Bernardo Pozzolo, Américo Ricaldoni, Juan A. Singer, Enrique Tarigo, Alfredo Traversoni y Juan J. Zorrilla.
En la Cámara de Diputados, votaron a favor de la Ley de Caducidad los legisladores: Numa Aguirre, Juan Justo Amaro, Abayubá Amen Pisani, Nelson Arredondo, Roberto Asiaín, Héctor Barón Arena, Honorio Barrios Tassano, Juan Bentancur Ferreira, Federico Bouza, Alberto Brause Berreta, César Brum Herrán, Mario Cantón, Cayetano Capeche, Washington Cataldi, Raúl Cazabán, José Cerchiaro, Jorge Conde Montes de Oca, Víctor Cortazzo, Lidia Curi, Ruben Díaz, Francisco Forteza, Rubens Francolino, Carlos Fresia, Heriberto Gaione Scaglia, Carlos Garat, Washington García Rijo, Oscar Gestido, Héctor Goñi Castelao, Bernardo González Hernández, Hugo Granucci, Alberto Guerrero, Luis Alberto Heber, Luis A.Hierro López, Marino Irazoqui, Elbio Isi Betancur, Luis Ituño, Daniel Lamas Balestra, Ariel Lausarot, Oscar Lenzi, Jorge Machiñena, Oscar Magurno, Pablo Millor, León Morelli, Ope Pasquet Iribarne, Ramón Pereira Pabén, Juan Pintos, Alfonso Requiterena, Edison Rijo, Carlos Rodríguez Labruna, Ambrosio Rodríguez, Walter Santoro, Jorge Silveira Zavala, Hugo Soto, Guillermo Stirling, Héctor Martín Sturla, Gustavo Varela, Tabaré Viera, Alfredo Zaffaroni.
Dieron su voto en contra de la norma: Nelson Alonso; Ernesto Amorín Larrañaga, Javier Barrios Anza, Carlos Bertacchi, Agustín Caputi, Gonzalo Carámbula, Carlos Cassina, Juan Pedro Ciganda, Julio Daverede, José Díaz Chávez, Yamandú Fau, Ruben Frey, Alem García, Ramón Guadalupe, Eduardo Jaurena, Héctor Lescano, Oscar López Balestra, Nelson Lorenzo Rovira, Julio Maimó Quintela, Luis José Martínez, Eden Melo Santa Marina, Carlos Negro, Juan Oxacelhay, Manuel Pérez Alvarez, Carlos Pita, Lucas Pittaluga, Baltasar Prieto Prieto, Héctor Lorenzo Ríos, Gilberto Ríos, Ricardo Rocha Imaz, Raúl Rosales, Heber Rossi Pasina, Andrés Toriani, Víctor Vaillant y Edison Zunini.
 
Roger Rodríguez
(Sobre un artículo publicado en el diario La República el 22 de diciembre de 2004 y reeditado en Facebook en 2014. Foto de Marcelo Isaurralde)



 

 

 

 

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